LA INFALIBILIDAD, INERRABILIDAD Y AUTORIDAD DE LAS SANTAS ESCRITURAS
Por Armando Di Pardo
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1. El debate de los siglos
2. Definición de infalibilidad, inerrabilidad y autoridad bíblicas
3. Objetores y objeciones
1. El reinado de Peka (2 R. 15: 27)
2. El reinado de Ezequías (2 R. 18: 1)
3. Los "lugares altos" en Judá.
4. La cita de Jeremías en Mateo 27: 9.
5. El llamamiento de Abraham en el discurso de Esteban.
6. El lugar de la sepultura de Jacob en el discurso de Esteban.
7. El canto del gallo y la negación de Pedro.
8. La duración de la esclavitud en Egipto de acuerdo con Pablo.
4. "Sola scriptura"
1) "Las palabras de Jehová, palabras limpias."
2) "Palabra refinada en horno de tierra."
3) "Purificada siete veces."
1. El debate de los siglos
Ha sido dicho que la materia en foco es el sujeto y el objeto de la
discusión teológica contemporánea, dado el hecho de que los teólogos,
sociedades teológicas, consultas y congresos nacionales e
internacionales, debaten y publican sobre el tema.
Pero ¿cuando comenzó realmente el debate de esta materia? La real
verdad es que tuvo inicio cuando "aquella serpiente antigua que se
llama Diablo y Satanás" (Ap. 12: 9), se metió a "teologizar" con Eva
sobre la cuestión principista de la "infalibilidad, inerrabilidad y
autoridad de la palabra de Dios", pues tal era el asunto de fondo
involucrado en la tentación que comenzó diciendo: "¿Conque Dios os ha
dicho...?" (Gn. 3: 1).
Tal fue el "pequeño fuego" que encendió tan "grande bosque" (comp.
Stg. 3: 5), a través de los siglos. Es triste la comprobación de que
ahora, en las postrimerías de la Edad de la Iglesia, la vieja
cuestión ha resurgido agitada por neomodernistas y también por
algunos hermanos neoevangélicos o filoneoevangélicos.
2. Definición de infalibilidad, inerrabilidad y autoridad bíblicas
La Santa Biblia es infalible en todas sus enseñanzas, inerrable en
todo cuanto registra y, por lo tanto, autoritativa en todo su
contenido, porque sólo ella, como libro, es la "TODA ESCRITURA
INSPIRADA DIVINAMENTE" (2 Tim. 3: 16), o sea, "LA PALABRA DE DIOS"
(Ef. 6: 17).
Infalibilidad, inerrabilidad y autoridad bíblicas, no son pues,
materias independientes o separadas, ni separables de la inspiración,
sino indisolublemente unidas a esta última de la cual emanan como su
fruto natural. La inspiración divina verbal y plenaria de las
Sagradas Escrituras, es, pues, el fundamento inamovible e
inconmovible sobre el cual descansan su infalibilidad, inerrabilidad
y autoridad. El orden es el siguiente:
1. Las Sagradas Escrituras, por ser inspiradas por Dios,
2. son infalibles e inerrables y, por lo tanto,
3. son autoritativas.
Dios es "Dios de verdad" (Dt. 32: 4). El Padre es Verdadero (Jn. 3:
33; 8: 26), el Hijo es la Verdad (Jn. 14: 6), el Espíritu Santo es
Verdad (Jn. 14: 17; 15: 26; 16: 13). Puestos a la tarea de revelación
y de inspiración, sólo podían producir una cosa: "LA PALABRA DE
VERDAD" (2 Co. 6: 7ª; Ef. 1: 13ª), pues "es imposible que Dios
mienta" (He. 6: 1. La inspiración compromete el carácter mismo de
Dios y por ella el mismo carácter de Dios avala entonces el registro
escrito de lo inspirado, o sea, a las Escrituras. Estas,
consecuentemente, son tan veraces como veraz es Su inspirador. Por
tal razón son infalibles y sin error y de autoridad absoluta en todo
su contenido. "Escrito está" (Mt. 4: 4, 7, 10) es la declaración
autoritativa de la autoridad máxima, el Señor Jesucristo, referente a
la autoridad de la palabra escrita. "Erráis ignorando
las "Escrituras" (Mt. 22: 29) establece que los yerros no están en la
Biblia, sino en los que, ignorando lo que ella dice, la acusan de
error. "...que en nosotros aprendáis a no saber más de lo que está
escrito" (1 Co. 4: 6) es terminante en cuanto a la autoridad de la
Palabra de Dios para los cristianos.
3. Objetores y objeciones
a) Los neomodernistas, como lo vemos por el ataque de los
neoortodoxos. Escuchemos a Karl Barth, por ejemplo:
"Los profetas y apóstoles, aun en su oficio, aun en su función como
testigos, aun en el acto de escribir su testimonio, eran, como lo
somos nosotros, capaces y hasta culpables de error en su palabra
hablada y escrita.
Si Dios no tuvo vergüenza de la falibilidad de todas las palabras
humanas de la Biblia, de sus inexactitudes históricas y científicas,
de sus contradicciones teológicas, la incertidumbre de su tradición
y, por encima de todo, de su judaísmo, sino que adoptó e hizo uso de
sus expresiones en toda su falibilidad, no necesitamos tener
vergüenza cuando El desea renovarlo a nosotros en toda su falibilidad
como testigo; y es meramente ejercitar voluntad propia y
desobediencia el tratar de encontrar algunos elementos infalibles en
la Biblia." ("Church Dogmatics", I, trad. Thomson and Knight, pp.
528, 529, 531.)
b) Los hermanos que influenciados por tales ideas y por otros
enunciados parecidos de la crítica de la Biblia, ceden terreno en el
área vital de la inerrabilidad bíblica. Especialmente se da este caso
entre los neoevangélicos, o entre los que sin reconocerse como tales,
sin embargo comulgan con sus ideas. Tristemente, estos hermanos no se
distinguen como defensores de la Palabra, sino más bien como
cuestionadores. Aunque la creen infalible en cuestiones de fe
respecto de la salvación, no la creen inerrable en todo lo demás y
determinan la autoridad sólo en aquellas cuestiones relacionadas con
la vida espiritual. Un ejemplo de ello se da con toda claridad en el
tomo titulado "El debate contemporáneo sobre la Biblia",
de "Ediciones Evangélicas Europeas", editor J. Grau, Barcelona,
España, 1972, en el cual se publican las ponencias de la Conferencia
Teológica de Cochabamba. En varias de ellas se trata despectivamente
al fundamentalismo y a fundamentalistas, aunque no se apercibe real
comprensión de lo que es uno y lo que son los otros y las versiones
que de los mismos se ofrecen son, más que erróneas, pueriles. Pero,
aparte de ello, concuerdan en sostener que la Biblia es confiable
sólo en asuntos de fe y conducta y que fuera de eso no debe
pretenderse infalibilidad. Citamos:
"¿Pero hasta dónde se extiende esta infalibilidad? Es un hecho
comprobado que en el área de la historia, la literatura, las ciencias
naturales y la arqueología existen en la Biblia algunos problemas
difíciles de solucionar. Pero esto nada tiene que ver con su
infalibilidad. Tenemos que recordar que la Biblia no es un libro de
texto de historia, botánica, ciencia o lingüística. Su propósito es
enseñarnos acerca de Dios y del camino de la salvación del hombre. Es
verdad que la Biblia contiene mucho sobre estos temas, pero ésta no
es información del tipo de un libro de texto, sino más bien
incidental. Emil Brunner tiene razón cuando dice: "En tanto la Biblia
habla sobre asuntos de conocimiento secular, no tiene autoridad
docente. Tampoco su cuadro astronómico y cosmológico del mundo, ni su
punto de vista geográfico, ni sus declaraciones geológicas,
etnológicas e históricas nos amarran, sean que estén en el Antiguo
Testamento o en el Nuevo." (Del mensaje del Sr. I. E. Amaya, p. 102.)
Como se ve, hay cierta identidad entre las objeciones de Karl Barth y
las que se aprueban por I. E. Amaya citando precisamente a otro
neoortodoxo como E. Brunnes. En otro de los mensajes de la misma
Conferencia, se repite el caso. C. R. Padilla insiste en el concepto
de infalibilidad en asuntos sobre la salvación, pero no inerrabilidad
en registros.
¿Qué tenemos contra todas esas objeciones? Que el testimonio de los
apóstoles y del Señor Jesucristo no apoya tales premisas. Citamos:
"...la profecía no fue en los tiempos pasados traída por voluntad
humana, sino los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados
del Espíritu Santo." (2 P. 1: 21)
"Tened por salud la paciencia de nuestro Señor; como también nuestro
amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha
escrito también; casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de
estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las
cuales los indoctos y los inconstantes tuercen, como también las
otras Escrituras, para perdición de sí mismos" (2 P. 3: 15, 16).
"Por lo cual también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, de que
habiendo recibido la palabra de Dios que oísteis de nosotros,
recibisteis no palabra de hombre, sino según es en verdad la palabra
de Dios, el cual obra en vosotros los que creéis" (1 Ts. 2: 13).
Todo el contenido de la palabra profética y de la palabra apostólica
se halla allí involucrado, en todo cuanto registran y no solamente en
lo relacionado con la vida espiritual; por ejemplo:
qCosmología (Ro. 1: 19, 20; 1 Co. 15: 40, 41).
qCosmología (2 P. 3: 5, 6; Lc. 21: 26).
qAntropología (1 Tim. 2: 13; Hch. 17: 26; 1 Co. 15: 47; Mt. 19: 4).
qAngelología (Ef. 6: 11, 12; Jud. 9; Ap. 12: 7).
qSociología (Ro. 13: 1 - 6; Stgo. 5: 1 - 6).
qHistoria (Mt. 24; Lc. 21: 9 - 35; 2 Tim. 3: 1 - 9).
qEtc., etc., etc., etc.
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