Ya es tarde
La locura de los besos encarnados
No fue suficiente para hacer eterno
El termblor de nuestros cuerpos oscilantes
Los labios húmedos de amor
No consiguieron apagar la sequía
De una soledad purulenta
Que envolvió nuestras almas
En una gris y penetrante mañana.
Nos dimos cuenta tarde
Cuando la vida nos ganó la apuesta
Y el sol macabramente se burló
De la forma en que rompimos los relojes
Opciones inéditas por evitar el desangre
Pero el orgullo acabó con la sutil respiración
De un amor agonizante
Que sin aviso se enfermó de tristeza.
Porque el olvido es así
Carcome de adentro hacia afuera
Sin clemencia
Sin reparo
Sin nada
Y la nada... se lo ha llevado todo.
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