Voy a pedirle un favor:
Que recoja sus cosas y lo que le queda de dignidad,
Que salga por esa puerta,
Para no volver jamás,
Váyase tan lejos como pueda el mar separar,
Para poder así olvidar
Este episodio,
Que parece no querer terminar.
Salga de aquí,
Llévese su ropa de mis cajones,
Sus flores de mis jarrones,
Y sus huellas de mi piel.
Cruce la puerta su cuerpo,
Y también su esencia,
Pues no basta con que quite de aquí su presencia,
Para largarse del todo tendrá que aniquilar mi conciencia,
Ya que ahí descansa su recuerdo,
Su olor, su piel, su deseo.
Salga por esa puerta, por favor,
Llévese de aquí mi dolor.,
Cargue con su piel y con su recuerdo,
Que aquí no me sirve de nada más que de verdugo a mi cuerpo.
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