Tal vez penseis que esto es una historia del Far West. Pues siento decepcionaros, pues no es así. Quizá podria definirse como un relato del Far East.
El hecho que voy a relatar transcurre en el año 9 dC, siendo Augusto emperador de Roma,en algún lugar de la actual Alemania, a dos o tres dias a pie de la orilla oriental del Rhin.
En aquellos dias una rebelion de germanos habia destruido el ejercito de Quintilio Varo, con lo que todos los puestos romanos de la zona fueron asaltados y destruidos. Uno de éstos puestos era el fuerte Alison.
Lucio Cedicio, prefecto del fuerte , se encontró de improviso con que una marea de germanos asediaba su posición. Lo que podía parecer a ojos germanos como una presa f ácil se convirtió entonces en un autentico hueso, duro de roer, todos los asaltos germanos fueron rechazados, pues una cosa era la voluntad que pudiesen poner en el empeño y otra muy distinta la capacidad que tenían de asaltar una fortificación si sus defensores estaban resueltos a defenderla. En Alisón se encontrarían una o dos cohortes de legionarios romanos y de una a tres de auxiliares, sabemos que se encontraban de guarnición un gran numero de arqueros que hicieron mucho daño a los asaltantes hasta el punto que, por su causa, tuvieron que desistir del asalto del fuerte y retrasar sus posiciones avanzadas para continuar el asedio desde mas lejos, a salvo de cualquier reacción, salida, de los desesperados legionarios. El asedio continuo y la resistencia de los romanos se prolongo sin mella hasta que se les hizo evidente que, ni tendrían alimentos para muchos mas días, ni las tropas de refuerzo llegarían a tiempo, así pues se opto por escapar del fuerte y tratar de llegar al Rhin. La guarnición no solo contaba con tropas legionarias, también se encontraban entre ellos gran numero de civiles, lo que sin duda hacia las cosas mucho mas difíciles. Se espero a una noche cerrada, una noche en que caía un aguacero lo suficientemente fuerte como para ocultar a ojos y a oídos de los germanos la huida de tan gran numero de personas, parece ser que la columna consiguió abrirse paso entre la primera linea de puestos germanos, también entre la segunda, pero fueron descubiertos al intentar cruzar la tercera linea, el pánico se apodero entonces de los civiles romanos que pedían a sus soldados retroceder de nuevo a la fortificación, sin embargo se prosiguió avanzando abriendose paso con las armas y de haber estado los germanos mas atentos al combate y menos al saqueo del fuerte romano no habría salido uno con vida. De la columna romana, un contingente se abrió paso rápidamente entre los guerreros enemigos y alcanzo la retaguardia de sus posiciones, desde allí, según se había convenido, un grupo de cornifers dio la señal de ataque simulando venir del esperado refuerzo , los germanos no se quedaron para comprobarlo, se retiraron en masa permitiendo así a la columna proseguir sin mas percances su huida hacia el Rhin, cerca de donde por fin, se encontraron con las fuerzas de socorro que había destacado ya L. Nonio Asprenate.
La defensa permitio a los romanos fortificarse en la orilla occidental del Rhin, con lo que los germanos desistiron de su intento de cruzar el rio.