Los fallos arbitrales son, por lo general, el chivo expiatorio en situaciones límite que, lógicamente, terminan por favorecer a un equipo y perjudicar a otro. Conclusión: los hombres de negro, esos que no tienen hinchas y a quienes todos ven como los malos de la película, terminan en el ojo de la tormenta. ¿Solución a la vista? Una aparece en el horizonte: la inclusión de la tecnología. Esa “mala palabra” que para algunos va contra el folclore y la tradición del fútbol. Para otros, en cambio, es una forma de acercar justicia. Al margen de una u otra postura, los “aparatitos” vienen marchando. La decisión está tomada y ciertas resoluciones en el juego ya no dependerán del ojo clínico que puedan o no tener el árbitro y sus asistentes. A partir del próximo Mundial, que se jugará en 2006 en Alemania, entre otras cosas, por ejemplo la pelota recibirá la visita de un microchip que permitirá saber si cruzó la línea del arco en su totalidad.
El famoso chip se complementará con la instalación de sensores en los palos de los arcos, que generarán una señal sonora para que el árbitro pueda ser advertido si el gol se concreta. Se sabe ya que la prueba oficial se realizará durante el Mundial Sub 17, que se disputará en Perú del 16 de septiembre al 2 de octubre, en lo que será un hecho inédito en la historia del fútbol, ya que por primera vez tomará un papel importante la tecnología. Igualmente, la experimentación inicial ya fue llevada a cabo en un partido de práctica entre titulares y suplentes del Nuremberg alemán con resultados altamente satisfactorios.
La pelota fue creada por Adidas en sociedad con dos empresas alemanas especializadas en computación e informática: Cairos Technologies y Fraunhofer. Pero, ¿los golpes no afectarán al funcionamiento de este nuevo invento? No, todo está pensado. El balón cuenta con capas protectoras preparadas para que los desplazamientos y golpes que recibe continuamente no dañen el funcionamiento. Este ingenioso desarrollo, además de incluir un auricular para que el árbitro y sus asistentes puedan ser informados mediante el sensor sonoro, brindará la posibilidad de reproducir la escena en un video.
Este paso que dio el Internacional Board, el organismo que dicta y modifica las reglas en el fútbol, vertió sobre la mesa un sinfín de posturas, opiniones y pareceres, desde la lógica hasta lo absurdo. En general, en todos lados levantan el pulgar ante la creación siempre y cuando el nivel de precisión sea óptimo, pero también surgen cuestionamientos hasta graciosos, como por ejemplo: hay quienes pensaron en la posibilidad de que un hacker se intrometa en el sistema y tome el control de la pelota. Suena poco probable, pero todas las apreciaciones deben ser tenidas en cuenta. Desde otras posiciones, se interrogan sobre cómo puede afectar al rendimiento de la pelota y cómo se transmitirá el mensaje de inmediato al árbitro. Las dudas provienen, entre otras cosas, de una mala experiencia años atrás, cuando la marca Mitre desarrolló un dispositivo similar que debió ser desechado por los numerosos inconvenientes que produjo. Estas dudas no parecen quitarles el sueño a los creadores, que se mostraron “convencidos de la calidad del sistema”, aunque la prueba de fuego será el Mundial Sub 17.
Está claro que es una medida rara, a la que costará acostumbrarse, pero además es verdad que lo que a veces parece una simple “resolución polémica”, termina con el sueño de mucha gente, deja a otras personas sin trabajo y más también. El ex futbolista francés Michel Platini propuso agregar un árbitro más detrás de cada arco, idea rápidamente descartada por Joseph Blatter, presidente de la FIFA. También se probó con dos árbitros, uno a cargo de cada mitad del campo, pero los propios jueces fueron quienes se opusieron, en el afán de apropiarse del control absoluto de las decisiones. Podrá salir bien o tener un resultado negativo, pero sin dudas es un intento al que hay que respetar y mirar, al menos de entrada, con buenos ojos.
¿Se viene un fútbol más justo y menos polémico?
El futuro lo dirá.
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