Una piedra que evidencia la existencia de Jesús sorprende a investigadores
WASHINGTON DC, 24 Oct. 02 (ACI).- Una urna fúnebre vacía de 50 centímetros de largo por 27,5 de ancho, de propiedad de un coleccionista privado israelí, se ha convertido en el centro de interés del mundo arqueológico y bíblico desde que la revista "Biblical Archaeology Review", anunciara un extenso análisis del descubrimiento en su próxima edición.
Según el paleógrafo André Lemaire, de la Universidad de La Sorbona, el osario está datado en el año 63 después de Cristo y se trata de una nueva evidencia histórica de la existencia de Jesús de Nazaret, debido a la curiosa inscripción que aparece en la caja escrita en arameo "Ya` akov bar Yosef akhui di Yeshua" y que Lemaire asegura es auténtica: "Sepultura de Jacobo, Hijo de José, hermano de Jesús".
Lemaire señala que este osario, que se encuentra vacío y es propiedad de un coleccionista que vive en Israel, "proporciona la más sólida mención de la época del Nuevo Testamento a la figura central de la Cristiandad y es el primer descubrimiento arqueológico que corrobora las referencias bíblicas hacia Jesús".
El experto señala que en el siglo I de nuestra era no era usual escribir varios nombres en estas cajas funerarias. De las decenas de osarios encontrados hasta ahora, solamente en dos se hacen referencias a un hermano del muerto.
Por ello, el experto francés interpreta que la palabra ‘Jesús’ que aparece en este osario se debe a que debía ser una persona muy popular o que llegó a representar un papel de cierto relieve en su época.
En este sentido, considera que es muy probable que el osario contuviera los restos del apóstol Santiago (conocido por su nombre hebreo de Jacobo), considerado como uno de los primeros líderes de la cristiandad.
Nombres comunes
André Lemaire reconoce que de los cuarenta mil habitantes que tenía Jerusalén en aquella época, los nombres de Jacobo, José y Jesús eran muy comunes y, desde un punto estadístico, podría haber unos veinte que se llamaran Jacobo y que, además, fueran hijos de José y hermanos de Jesús. Sin embargo, contra esta objeción estadística, Lemaire señala que "es muy dudoso que hubiera un Jacobo que tuviera un hermano que mereciera el honor de ser mencionado en su tumba".
John Meier, profesor de la Universidad Notre Dame, apoya la hipótesis de Lemaire y dice que "por primera vez, se pueden poner las manos en algo próximo a Jesús".
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