Yo creo que la Biblia puede ser todo lo sencilla que quieras y a la vez todo lo compleja que quieras.
Las profecías no son "adivinaciones del futuro", sino revelaciones que explican algo que acontecerá. El propósito no es revelar el futuro, sino advertir de lo que viene, para estar alerta cuando las cosas empiecen a suceder. ¿Por qué? Una sencilla explicación que yo veo se responde observando y comparando los frutos que se obtendrían si Dios hiciese predicciones de adivinación sobre el futuro y con los generados mediante profecías, tal y como vemos en la Biblia.
Dios es el que mejor conoce cómo responde el ser humano, pues es Él quien lo creó. Dios sabe perfectamente que si dice el día y la hora del fin del mundo, lo que harán las personas es...relajarse hasta que se esté cerca. Eso no le conviene a los creyentes, no le conviene a los hijos de Dios. No procurarán la santidad, ni velarán, ni tendrán aceite en sus lámparas, pues saben que Dios todavía no volverá hasta dentro de mucho tiempo. Tampoco se predicaría con tanta urgencia el evangelio, y miles de almas se perderían en el infierno, pues no habría "urgencia" de "Cristo viene pronto".
Sin embargo, para nuestro propio bien, Dios revela que efectivamente volverá, pero no dice ni el día ni la hora, sino que mediante parábolas explica lo fundamental que quiere que sepamos o seamos conscientes en todo momento. Que observemos el mundo que nos rodea para estar alerta, para no dejarse llevar...pues eso es peor para nuestras almas. Y Dios mira por nuestro bien. Así Jesús dijo: "si sabéis que la primavera esta cerca por las señales que observáis, también estad atentos a las señales que suceden a vuestro alrededor, y estad alerta, considerando la venida de Dios".
Por tanto, para el que aún no lo sepa, yo le digo:
La profecía no es adivinar el futuro, sino señalar lo que vendrá de forma que optimice el cómo llegamos ahí, es decir, el proceso.
Así que no os equivoquéis. El que no conoce a Dios, no sabe cómo Él habla, ni cómo el transmite las verdades, pues no ve con los ojos de Cristo. Como dijo Abraham: "no importa que venga alguien de entre los muertos a avisar a la gente de que es cierto lo que se les anunció por medio de los profetas. Dios les dio todo lo necesario para que ellos crean y no quieren creer. Así que no te engañes, porque si no creyeron lo que Dios les dispuso para ellos, tampoco van a creer aunque un muerto vuelva a la vida y les diga lo que ha visto."
Y así sois los incrédulos. Si bajase Cristo ahora mismo y se revelase a vuestra vida, diríais que tuvisteis una alucinación, que pudo ser un demonio, que sigues sin tener certeza pues no es un conocimiento absoluto sino relativo...que vamos, no hay excusa.
La Biblia es inspirada por Dios que es Espíritu. No sólo pretende dar un mensaje para la mente, sino también revelarse a tu espíritu, para que vivas. Pero es imposible que tu espíritu vea la realidad espiritual de las escrituras, cuando está muerto. Por eso Cristo dijo: "es necesario que vuelvas a nacer."
Cualquiera de los que no creen dirían corriendo: "oh, oh, oh, mira qué tontería dice Jesús, se contradice porque no se puede volver a nacer."
Así, preferís creer (en realidad no lo creéis tampoco, pero os excusáis) que fue un simple hombre al cual se refiere espiritualmente la profecía de Isaías 7:14, asumiendo la grave incoherencia que eso implicaría a nivel espiritual. Que dicho niño era Dios con nosotros, lo cual, obviamente, no quedó en ningún lugar constancia, ni sabemos que él lo dijese, ni que así se le considerase. Lo que sabemos es que ese hombre fue como cualquier otro, que no pudo ser Dios con nosotros, pues murió como cualquier otro y fue vencido por la muerte.
Pero de Cristo, sí se puede saber lo que él dijo de sí, cómo lo consideraron, que hay constancia escrita y consecuente de que murió y resucitó para no volver a morir (resurrección, que no es lo mismo que resucitar para volver a morir), que no negó ni corrigió a los que lo consideraban Dios, etc. Por lo cual, si alguien ha cumplido esa profecía, es decir, si alguien ha demostrado ser quién de recibir el nombre Emanuel, Dios con nosotros, ese y no otro, ha sido Jesucristo de Nazaret. Como también tiene el nombre de Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre eterno, Príncipe de Paz. No hay ninguna contradicción, sino que Jesús demuestra mejor que nadie ser merecidamente llamado Emanuel, Dios con nosotros.
Nadie sino Cristo, pudo recibir esos nombres.
Los hay que se pierden en la letra, como los fariseos.
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