Sabore di sale

Besé tu boca y la encontré jugosa
por un hálito tibio calentada
con efluvios sutiles de enramada
y perfume fino de fragante rosa.

Alcé tu falda y te besé otra cosa
otra boca también tibia y velada
por vellones de selva enmarañada
y a pámpanos manidos olorosa.

Y aunque el decirlo te parezca prosa
de la estirpe más baja y depravada,
tu boca, la de arriba perfumada,
como cesta de rosas aromada,
no tiene tanta sal ni es tan sabrosa.

Anónimo.