El cardenal Joseph Ratzinger, nació el 16 de abril de 1939 en Marktl am Inn, Baviera y tiene por delante una ardua tarea: lograr que la Iglesia Católica se acomode a los cambios del tercer milenio.
De él se esperará que se pronuncie sobre el papel de la mujer dentro de la Iglesia, sobre nuevas formas de moral sexual, las relaciones con otras religiones y hasta sobre el celibato de los sacerdotes.
Sin embargo, muchos creen que este Papa será de transición y que dejará esas respuestas en manos de su sucesor.
Ratzinger es una de las figuras de mayor prestigio entre sus colegas purpurados y el más idóneo para llevar a cabo un pontificado de transición ya que su avanzada edad no le permitiría gobernar mucho tiempo.
El defensor de la ortodoxia católica es a menudo apodado "Panzerkardinal" en alemán (tanque-cardenal) por su rigidez germana o incluso "Gran Inquisidor", por haber dirigido durante el pasado pontificado la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ex Santo Oficio.
En 1981, cuando Juan Pablo II lo llamó al Vaticano, el teólogo abandonó a regañadientes la ciudad alemana de Munich, donde era arzobispo.
Sus reiterados intentos por retirarse han quedado definitivamente truncados. Hace tres años le presentó su renuncia a Juan Pablo II, pero éste no la aceptó. Quería dedicarse a seguir escribiendo libros. Ya tiene 30 publicados.
Fue elegido decano del Colegio Cardenalicio, una carga adicional que lo convirtió en el principal responsable de la Iglesia Católica durante el período de sede vacante.
Ratzinger aportará a la Iglesia tanto experiencia pastoral, como conocimiento de la Curia Romana y, sobre todo, un largo currículum teológico de corte tradicionalista.
Por la mesa de Ratzinger han pasado los principales ajustes doctrinales del pasado pontificado, como por ejemplo la condena a la Teología de la Liberación, o la prohibición de debatir sobre el sacerdocio femenino.
Nombrado cardenal por Pablo VI en 1977, el prelado alemán es apenas uno de los tres integrantes del actual colegio de 117 cardenales que no fue nombrado por Juan Pablo II.
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