Iniciado por
emeric
Es bueno saber hacer una pausa en nuestras polémicas para sopesar lo fundamental : al amor, la fraternidad, el respeto hacia nuestro prójimo, por encima de todas nuestras discrepancias.
Gracias, Juan Pablo, por tu bondad y por tu mansedumbre. Te ví por televisión el 15 de agosto del 2004, cuando viniste por última vez aquí a Francia, en Lourdes. Ya estabas tan y tan achacoso, tan viejito y sufriendo tras todos esos viajes que diste alrededor del Mundo llevando el mensaje de la concordia. Cuando me enteré que te fuiste, lloré muchísimo. Nunca pensé que lloraría por ti como lloré ... Ahí me di cuenta de lo mucho que te quería y te sigo queriendo ...
Durante muchos años, cada domingo por la mañana, te veía allí asomado a tu ventana del Vaticano para saludar y bendecir a tus hermanos católicos. Al final ya ni podías hablar y todos vimos lo furioso que tu mudez artificial te puso. Tú querías hablar, decir algo, pero no podías articular nada. ¡Qué terrible debe de ser eso !
La última lección que nos diste fue no ensañarnos terapéuticamente con los ancianos. Tú preferiste morir en tu habitación del Vaticano, oyendo a la multitud cantar y pronunciar tu nombre, antes que volver a la clínica para que siguieran poniéndote tubos y prolongar así artificialmente tu agonía.
Gracias por todo lo bueno, todo lo humano, todo lo cierto que nos enseñaste. Poco me importa que no estemos de acuerdo en tantas y tantas cosas relacionadas con la Biblia o con los dogmas de tu Iglesia. Lo que sí me importa es que tú fuiste un hombre de bien. Un ejemplo tanto para tus compatriotas polacos como para tantos millones de seres humanos como tú y como yo alrededor del Mundo. Y para mí también.
Gracias, Juan Pablo, por haber dedicado tu vida a tu misión apostólica.
¡ Qué lástima que nunca haya podido encontrarme contigo para estrecharte la mano !
Aquí conservo una postal con tu foto, la cual compré en el Vaticano, en el 1991, durante mi primera visita a Roma.
Gracias, muy querido e inolvidable amigo Juan Pablo. Siempre te recordaré con mucho cariño y con mucho respeto. Un beso y un fuerte abrazo para ti.
Tu amigo ateo, Emeric.
Marcadores