¡Un besito pa' Batista!
Un cubano recorría las calles de La Habana gritando: ¡Viva Fulgencio Batista hijos de p...! ¡Viva Fulgencio Batista! Un policia lo detiene y le dice: -¡Calla chico, calla no digas eso que es muy grave y te tendré que detener! ¡A mi no me importa, Viva Batista Viva Fulgencio Batista! Pues ni modo chico, estás arrestado y me tendrás que acompañar a la Central -le dijo el gendarme. El camarada, ya en la cárcel seguia gritando vivas a Batista. Los guardias, preocupados le decían: ¡Que te calles chico, que te mandarán al Tribunal Revolucionario! El terco cubanito no obedece, lo procesan y lo condenan a morir en el paredón. Oye chico, pue vaj a morí, decí tu último deseo.. ¡Pues mira que mi último deseo es besar un retrato de Fulgencio Batista! -Mira chico, lo sentimos mucho, pero eso no se te podrá conceder, pues desde que llegó el Comandante Castro a la isla, mandó quemar todos los retratos de Fulgencio Batista, asi que escoge otra cosa que sea posible, ¿No quieres mejor una comida con carne?. -No, no, chico que sí existe un retrato de Fulgencio Batista, hay una mulata en un callejón de la Habana vieja que tiene tatuada en la parte superior interna del muslo izquierdo un retrato del gran Fulgencio Batista. -Tráiganmela para acá... La buscan, la encuentran y la llevan frente al condenado. -Oye chico, le dice la morena- Que vas a morir, que quieres besar a Batista, ¡pues sírvete chico! Se mete el terco cubanito bajo las faldas de la morenaza y exclama: ¡Un besito pa' Batista! y ¡otro besito pa' Batista! y así estuvo un buen rato besuqueando el tatuaje, hasta que la morena, ya con los ojos en blanco le dice: ¡Oye chico, no seas rencoroso, dale un besito a Fidel Castro que está más arriba!
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