En un autobús repleto de viejos y viejitas , en una gira especial a Guanare en Venezuela para gente de tercera edad, una viejita le toca el hombro al chofer* y le brinda un buen puñado de manies sin cáscara.
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*El chofer sorprendido le da las gracias y se los come con agrado. Cinco minutos después , la abuelita repite , el chofer vuelve a agradecerle el gesto y se come sus manies. Cinco minutos mas tarde viene el otro puñado.
Al cabo de unos diez puñados, el chofer ya no puede y le pregunta :
Dígame abuelita, es muy gentil de su parte atiborrarme de maní , pero usted no cree que , a lo mejor sus cuarenta amigos y amiguitas querrían también un poco?
No joven , no tenemos dientes para masticarlos y solo nos chupamos el chocolate que los recubre y luego te lo damos.
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