Una matrimonio de unos jóvenes viejitos como de 70 años, deciden regresar al pueblito donde se habían conocido antes del matrimonio.

Todos acarameladitos y cogidos de la mano recorren los parques y callecitas que tantos recuerdos les traían.

De pronto se encuentran en una avenida llena de árboles y solitaria y al final una malla de alambre.

El viejito le pone la mano en el hombro a la viejita y acariciándole la barbilla le dice: Te recuerdas Anastasio que la primera vez que hicimos el amor fue contra esa malla. Si hombre Ana Cleto... Como no me voy a recordar... Si allí se me voló por primera vez la paloma de la virginidad.

Resulta que un policía de la población siguió de lejos a la pareja de viejitos, pues le parecía un poco raro su comportamiento.

Volvamos con los viejitos.

En su entusiasmo de recuerdos el viejito le dice a la viejita: A que no eres capaz de repetir la hazaña, Anastasia?
A que si viejito perrucho¡Vamos de una, que por aquí nadie nos ve.

Cuando estaban al pie de la malla de alambre, se desnudan, el viejito la abraza y la recuesta contra la malla.

El policía que observaba detrás de un árbol no podía dar crédito a lo que veían sus ojos. La pareja de viejitos se movía hacia arriba, hacia abajo, hacia adelante hacia los lados.

En este trajín estuvieron como diez minutos. Cuando de pronto los dos se sueltan y caen al suelo exhaustos.

El policía no se aguantó y se acercó a los viejitos y les dice: ¿Cómo hacen ustedes a esta edad para tener tanto vigor y hacer el amor de esa manera?... Cuál es el secreto?

El viejto todavía pálido y jadeante, le contesta: Ningún secreto mijito. Eso es la misma *******da toda la vida y en cualquier parte.

Lo que pasa es que hace 50 años esa malla no estaba electrizada...