El coronel Harry A. Flint era un oficial excéntrico. Loco, dirían algunos. Antiguo compañero de caballería del general Patton, un día se presentó al general Bradley, en su comando en Argel, para pedirle el mando de tropas de primera línea, donde, según él, "se peleaba de verdad".

-Por las campanas del infierno, Brad, me estoy oxidando, desperdiciando mis actitudes con estos coroneles de cama blanda en la retaguardia.

Cuando alguien solicitó, luego de la captura de Túnez, a un jefe para que levantara el ánimo del regimiento 39º que mostraba signos de moral baja, Paddy Flint fue designado como su comandante.

Su primera medida al llegar a Italia fue colocar en todos los cascos, camiones y elementos de combate de sus soldados la sigla "AAA-0". Cuando un comandante le preguntó por su significado, le contestó: "Cualquier cosa, en cualquier momento, en cualquier parte, sin excluir nada" [casi intraducible: "Anything, Anytime, Anywhere", y el guión como menos tachando un 0.]

El comandante comentó el hecho y poco tiempo después llegó una orden desautorizando poner inscripciones especiales en cualquier parte. Flint no obedeció porque, según él, "la ley debía ser anterior al hecho del proceso". El excéntrico oficial había estudiado algo de leyes en su ciudad natal, Vermont. Todo quedó allí.

Pero otras actitudes de Flint llamaban mucho más la atención. Dirigía a sus hombres desnudo hasta la cintura, con casco, una bufanda negra al cuello y revoleando un fusil. "Voy así para que mis soldados me reconozcan mejor" le respondió a un sorprendido periodista. Además, caminaba por las líneas del frente fumando y sin bajar la cabeza, incluso cuando el enemigo estaba a tiro. Es más, hacía gestos despectivos hacia las líneas alemanas y le gritaba a sus hombres "¡Vean a esos alemanes! No sabían tirar en la Primera Guerra Mundial. No saben tirar en ésta. ¿Cuando van a aprender? ¡Ni siquiera son capaces de matar a un viejo chivo como yo!"

Sus superiores se precupaban por eso y se lo transmitían:

-Algún día, Paddy -le dijo Bradley-, usted va a andar paseando así y lo van a matar. Entonces va a probar justamente lo contrario de lo que quiere enseñar a sus hombres.

Pero Flint estaba convencido de lo que decía, y miró a su superior con extrañeza.

-Por las campanas del infierno, Brad, usted sabe que esos alemanes no saben tirar...

Finalmente, sucedió lo dicho por Bradley: Paddy Flint murió en Normandía, cuando un francotirador alemán le dio un tiro en la cabeza. El general dijo acerca del asunto: "estoy seguro de que de ese tiro, él hubiera dicho que le acertaron de pura casualidad. Pero ni siquiera esa satisfacción tuvo, pues, si bien vivió algunas horas, la herida había afectado a la palabra. Paddy murió como un irlandés silencioso y con una sonrisa en el rostro."