La invitación esta abierta. Las leyes alimentarias son claras en cuanto a para quienes eran y para que fueron dadas.
Romanos 14:1-23 nos enseña que no todos son lo suficientemente maduros en su fe para aceptar el hecho de que todos los alimentos son limpios. Como resultado, si estamos con alguien que pudiera ofenderse por nuestra comida “impura” – deberemos ceder nuestro derecho de hacerlo, para no ofender a la otra persona. Tenemos el derecho de comer cualquier cosa que deseemos, pero no el de ofender a otras personas, aún si están equivocadas.
Sin embargo, los cristianos de esta época, somos libres de comer cualquier cosa que deseemos en tanto no causemos que alguien tropiece en su fe.
En el Nuevo Pacto de gracia, la Biblia está más interesada en la cantidad que comemos que en lo que comemos. Los apetitos físicos son una analogía de nuestra habilidad de autocontrol.
Emeric, es claro que las leyes que tenían que ver con asuntos de alimentación existían con el propósito de:
(1) Identificar al pueblo de Dios como un pueblo ‘distinto’ y santo (separado) de todos los demás pueblos de la tierra.
(2) El de servir de ‘tipología’ o ‘representación’ de verdades espirituales las cuales tienen su cumplimiento en Cristo.
Los animales puros en la Biblia son tipo del pueblo de Dios mientras que los animales clasificados como impuros (inmundos) son tipo de los pueblos gentiles.
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