Iniciado por
Emeric
Le diré que cuando yo era predicador, le hablé a Dios pero éste NUNCA me contestó. Así que NUNCA hablé CON Dios. Yo le hablaba a El pero El NUNCA me habló a mí. NUNCA.
Si usted me habla a mí, yo le contesto a usted. Establecemos un verdadero diálogo por cuanto usted y yo existimos. Pero Dios a mí NUNCA me habló cuando yo le hablaba a El. ¿Por qué? Pues por la sencilla razón de que NO existe.
Si Dios existiera, me habría contestado, habría dialogado conmigo como yo puedo dialogar con usted.
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