Respecto de
Hch.7:16, cito una explicación posible, que leí de un comentarista, que me parece buena y convincente:
"Encontramos aquí una inconsistencia: Abraham compró la cueva de Macpela a Efrón el hitita (...) y Jacob a los hijos de Hamor en Siquem (...). Si vemos los versículos precedentes, Esteban y su audiencia conocían lo suficientemente bien las Escrituras como para que una simple referencia les permitiera recordar todo el relato. Cuando Esteban dice "sus cuerpos", los miembros del sanedrín sabían que él tenía en mente a Jacob y a José y que estos dos fueron sepultados en lugares diferentes (...). El nombre
Abraham en el vers. 16b trae a la mente la cueva de Macpela en Hebrón, donde Jacob fue sepultado. Y Siquem es el lugar donde los Israelitas enterraron los huesos de José. Los dos relatos han sido incluídos en una breve frase"
Objeción : Si Esteban hubiera querido decir eso, pues, hubiera dicho :
"Así descendió Jacob a Egipto , donde murió él, y también nuestros padres. Jacob fue sepultado en Hebrón, en la cueva que Abraham compró a precio de dinero a los hijos de Het, y nuestros padres fueron sepultados en Siquem, en el terreno (y no el sepulcro) que a precio de dinero compró Jacob a los hijos de Hamor".
¡ Fíjate qué bien hubiera quedado si hubiera sido yo quien hubiera escrito ese pasaje ! :P :P :P
¡ Ni el mismo Dios supuestamente infinitamente "sabio" fue capaz de escribir eso mejor que yo ! Para que veas que ese Dios "perfecto" NO existe por cuanto su Palabra dizque "perfecta" no es perfecta.
Este comentarista y otros de su línea siempre que se enfrentan a las inconsistencias y errores de los textos declaran y confiesan que
existe el problema, y proponen sus soluciones y las de otros (hay varias alternativas, unas mejores que otras). Esto, aparte de ser honesto, concede a los detractores de la Biblia una posibilidad de negar la infalibilidad de la Escritura. El costo, en todo caso, es menor que negar el hecho de la realidad de estas imprecisiones.
A mí, emeric, no me escandaliza, y no por la obstinación de no reconocer los problemas, sino teniendo el ánimo de proponer soluciones. Por cierto, las que tú propones son muy interesantes, cuando son críticas constructivas.
Ahora, cobro tu palabra. Derrida.
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