Si nos vamos por ahí, amigo Carlos Guillermo, entonces tendríamos que decir lo mismo de Santa Claus, de los reyes Magos, y de tantos personajes reales o imaginarios que la Historia humana convirtió posteriormente en seres prácticamente divinos. A los niños sus padres les enseñan que Santa Clauss y los reyes Magos pueden atravesar las paredes de las casas para depositar sus regalos, y los niños, en su ingenuidad, lo creen. Eso mismo fue lo que ocurrió con Jesucristo. Quizás existió como mero humano, pero otros lo endiosaron.

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