ENVEJECIMIENTO MAS LENTO GRACIAS A LA VITAMINA E
Son más de 580 millones de personas en todo el mundo las que en la actualidad cuentan con más de 60 años. Una alimentación precaria en algunas ocasiones, y la vulnerabilidad del organismo agudiza este proceso, que se puede retrasar simplemente con una dieta adecuada. La vitamina E, gracias a sus propiedades antioxidantes, es una importante arma a la hora de combatir el deterioro cognitivo de este grupo de personas, según explica un estudio publicado en “The Journal of Nutrition” y avalado por la Sociedad Americana de Nutrición.
Teresa del Pozo
España es uno de los países con población más envejecida y con una de las tasas de natalidad más bajas del mundo. Tan sólo en dos décadas, el país ha pasado de tener cuatro millones de personas mayores de 65 años, a tener siete millones, un 17 por ciento de la población. Esto se debe a la mayor esperanza de vida, que en el último siglo se ha duplicado pasando de 33 a 81 años.
La llegada de la vejez significa una producción mayor de radicales libres, causantes en parte del deterioro de los distintos órganos, por lo que la ingesta de la vitamina E se hace imprescindible para “limpiar” las células de estas moléculas con un potencial oxidativo y tóxico elevado. “En dolencias relacionadas con el envejecimieto, como las cataratas, se ha demostrado que aquellos que no toman una cantidad adecuada de esta vitamina tienen un 1’2% más de posibilidades de padecerla que aquellos que tienen una dieta equilibrada y rica en nutrientes”.
Según Ana Requejo Marcos, catedrática de Nutrición de la Universidad Complutense, de Madrid, “consumiendo al menos 12 miligramos diarios de esta sustancia a través de una dieta equilibrada, se puede relentizar el deterioro cognitivo ligado a la población de edad avanzada además de procesos oxidativos en el sistema nervioso o músculo-esquelético”.
Aceites vegetales, pescado, frutas y verduras son los grupos alimentarios donde la vitamina E se puede encontrar principalmente, pero también son los menos consumidos, no superando en algunas ocasiones la mitad de la cantidad recomendada. “Si a través de la dieta no se llega a los niveles adecuados de nutrientes en el organismo, no sólo de esta vitamina, se debería recurrir a la suplementación, entre otras cosas porque en la edad anciana la absorción de sustancias en el organismo se hace más complicada”, apunta Requejo.
Mayores dependientes
Entre un 20 y un 30 por ciento de estas personas requieren de alguna ayuda para realizar las actividades básicas diarias. La mayoría de estas dependencias son moderadas o severas, lo que implica que surja con fuerza la figura del cuidador. “Es importante que este grupo de población no coma sola, de esta manera se está evitando su desnutrición y la consiguiente falta vitamínica, que predispone a trastornos como infecciones o fracturas, explica el doctor José Manuel Ribera Casado, jefe del Servicio de Geriatría del Hospital San Carlos, de Madrid.
Mientras que el nivel calórico ideal de un hombre de 35 años ronda las 3.000 kilocalorías, cuando éste llega a los 75, la ingesta adecuada se reduce hasta las 2.100, con la consiguiente reducción de nutrientes, que en esta edad debería ser superior, o al menos igual que en una persona joven.
Aunque cuando se habla de vejez se relaciona con la tercera edad, esta degeneración comienza a efectuarse a partir de los 30 años y de manera progresiva en todos los órganos del cuerpo. El sistema nervioso central también sufre este proceso, aumentando la vulnerabilidad de la persona según va cumpliendo años, produciéndose pérdidas de memoria, de aprendizaje o de capacidad de adaptarse al medio “El riesgo de demencia también se acentúa con la edad. Mientras que a los 65 años sólo un uno por ciento la padece, a los 95, la probabilidad se incrementa hasta casi el 35 por ciento”, explica Ribera.
Fuente:
[url="http://www.ondasalud.com/"]<font color="green">Onda Salud</font>[/url]
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