"Cada vez que un niño muere de SIDA, se están violando los derechos humanos"
De: Infancia y SIDA: Una calamidad Inminente, UNICEF.

Desde su comienzo a finales de 1960, Casa Alianza ha proporcionado servicios de rescate y servicios residenciales de rehabilitación en toda América a niños y niñas de la calle, que han huído de sus hogares o no tienen hogar donde estar.

En 1990, después de que Nahamán Carmona López, de 13 años, fuera asesinado a golpes por cuatro miembros uniformados de la Policía Nacional guatemalteca, Casa Alianza, unió sus fuerzas con organizaciones de derechos humanos y de trabajo con la infancia, para tratar de detener el asesinato y diferentes tipos de abusos en contra de los niños y niñas de la calle, cometidos por las propias autoridades o por particulares.

Hemos establecido una Oficinas de Apoyo Legal para niños y niñas de la calle en Guatemala, Honduras (San Pedro Sula y Tegicigalpa), Mexico y Nicaragua, y hemos iniciado más de 390 demandas judiciales en contra oficiales del estado y particulares, con sólo el resultado hasta el momento de haber ganado unos pocos casos, entre ellos hemos logrado que fueran condenados los policías asesinos de Nahamán.

En los últimos años hemos sepultado a otros niños y niñas de la calle, cuyas vidas fueron arrebatadas por otro gran asesino que anda suelto por las calles - el VIH/SIDA. Otros chicos de nuestros programas están actualmente en fase terminal.

José y manuel, en México, ya muerieron. José fue violado por un portador del VIH. Manuel solía vender su cuerpo para sobrevivir, tenía hambre y ni el gobierno ni la sociedad le ofreció ninguna alternativa. Jessica también murió. Y varios más...

Sabemos que hay muchos niños y niñas que son VIH positivo y están viviendo en las calles, y también sabemos de algunos que han muerto en esas mismas calles como consecuencia de enfermedades relacionadas con el SIDA. Pero a nadie parece importarle. Ni tampoco a los gobiernos... porque dicen que no tienen los recursos suficientes (ni siquiera para preocuparse).

Nuestros educadores y educadoras de calle proporcionan educación acerca del VIH/SIDA como parte de sus esfuerzos cotidianos de rescate, y cuando un niño decide dejar la calle y venir a uno de nuestros Centros de Crisis, recibe educación sexual, y participa en actividades de prevención del SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual.

Nuestra esperanza también es que a través de terapias intensivas individuales y grupales puedan ser capaces de enfrentarse a los traumas y conflictos internos que, además de las circunstancias externas absolutamente adversas que viven, pueden empujar a una persona joven a ponerse en situaciones de riesgo. Pero no podemos llegar a todos los niños y niñas, y algunos de los que vienen hasta nosotros regresan a las calles finalmente...

Parte de nuestra Alianza con los niños y niñas que llegan a nosotros es darles el amor que nunca tuvieron, y estamos descubriendo que eso hace milagros entre ellos. Los médicos no comprendieron por qué José y Manuel vivieron tanto, decían que debían haberse muerto hacía ya mucho tiempo. Como dice nuestro Director Ejecutivo, Bruce Harris, eso fue porque "habían sido inyectados con amor por los otros niños con los que vivían. Lo que ocurre simplemente es que sus amigos no los dejaban morirse". Claramente, el amor y el apoyo prolongan la vida.

Tuvimos que luchar para encontrar la mejor manera de cuidar a aquellos niños y niñas de la calle que vienen a nosotros infectados con el VIH/SIDA. Nos ha sorprendido mucho la profunda similitud entre la experiencia que tenemos de niños asesinados en las calles y los niños que han sido arrebatados por el SIDA. Ambos son víctimas del abuso y del abandono por parte de los que se supone que deben protegerlos - sus familias, sus gobiernos, las fuerzas policiales,...- y de los poseedores de la riqueza que con sus elecciones en la vida van condenando a otros a tener unas vidas de desesperación, de enfermedad y de violencia de la pobreza.

La mayoría de niños y niñas no asisten a la escuela por mucho tiempo, porque deben trabajar para ayudar a sobrevivir a la familia. No existen fondos para educación acerca del VIH/SIDA ni para el tratamiento. No hay apenas subsidios del gobierno para exámenes de VIH, y la gente no presiona ya que cree que "el SIDA es una enfermedad de homosexuales".

La educación sobre el SIDA puede parecer un lujo si no se tiene qué comer.

Nuestra estrategia para tratar de detener el asesinato de niños y niñas de la calle ha consistido en atraer la atención internacional hacia este problema. A través de la prensa y de la movilización de individuos y organizaciones en todo el mundo, esperamos avergonzar a los gobiernos para conseguir detener la violencia. Que esta estrategia sea verdaderamente efectiva, todavía está por verse. Pero lo que está claro es que los gobiernos actúan, cuando lo hacen, porque hemos llevado este problema social a los niveles políticos. Y no porque ellos en realidad se preocupen por sus niños y niñas.

Sin duda, la expansión del SIDA entre los niños y niñas de la calle aumentará dramáticamente en los próximos años. Debemos poner el problema del VIH/SIDA entre los niños y niñas de la calle en la agenda política de todo el mundo en desarrollo. Pero también debemos aumentar la conciencia entre los que más recursos tienen, hacer énfasis en todo que se refiere a los costos sociales y humanos que tienen sus modos de vida. Los niños y niñas de la calle que mueren, ya sean asesinados por la policía o a consecuencia del SIDA, son víctimas de la violencia económica, que algunos llaman pasivamente "pobreza".

Estos niños y niñas son los más pobres entre los pobres, que han aumentado en número y en su nivel de pobreza en los últimos años -a medida que los ricos se han hecho más ricos-. El abuso y el abandono hacen que los n iños y niñas dejen sus hogares y salgan a las calles. El abuso y el abandono son los que hacen que mueran allí.

Se supone que la Convención de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas garantiza que:

Las necesidades básicas del niño y niña sean satisfechas;
El niño y niña sea protegido contra la crueldad y la explotación;
Los padres sean capaces de proporcionar lo necesario a sus hijos, de acuerdo a sus posibilidades;
Se le dará cuidado especial a quienes son especialmente vulnerables, incluyendo aquellos que han sido separados de sus familias por cualquier razón;
Se les darán a los niños y niñas las oportunidades apropiadas para tomar un lugar en la sociedad, y para dar su opinión acerca de cualquier cosa que les atañe;
También tiene la intención de garantizar otros derechos reconocidos universalmente como "derechos humanos", que no son para una edad específica: el derecho a ser protegido contra la tortura; a tener acceso a los servicios de salud... y -antes que ningún otro- el derecho a la vida.

En Guatemala, se dice, "Mis derechos terminan donde los tuyos comienzan".

Desafortunadamente eso es sabiduría popular y no parece ser el código moral de aquellos que matan niños. Pero es un dicho que debemos adoptar y hacer cumplir en nuestras vidas. Como ciudadanos de muchos recursos dentro de la aldea global, debemos usar el privilegio que tenemos para asegurar que los derechos de todos nuestros vecinos, en todo el mundo, sean garantizados (Los Estados Unidos todavía no ha ratificado ni adoptado las regulaciones de la Convención como ley).

El fin de la "pobreza" y el fin del SIDA requieren mucho de la misma medicina: romper el rechazo, y cambiar el comportamiento. El SIDA se puede prevenir, igual que la pobreza". Ambos demandan vidas que de otro modo no deberían perderse. No hay edredón para aquellos que han muerto de "pobreza". No hay un examen para ver si somos "portadores". Debemos aprender a examinarnos -- nuestras vidas, nuestras sociedades... para ver cómo nuestro comportamiento debería ser "más seguro" para el resto de personas en todo el mundo.

[[url]http://www.casa-alianza.org/ES/street-children/aids/][/url]



Lírico
El Ultimo Lirio
"Paren el mundo...me quiero bajar!!!"