Cuidado, Pompi, no mezclemos dos cosas distintas :
1.La inmortalidad del alma NO tiene NADA que ver con la vida eterna prometida para los creyentes. Se entiende por inmortalidad del alma (el alma del creyente como también la del inconverso) que ésta NO muere con el cuerpo, que sobrevive al cuerpo, Mateo 10:28.
2. La vida eterna NO es la inmortalidad del alma, sino el estado de salvación del creyente. A los no creyentes se les promete "la muerte segunda", Apoc. 21:8, es decir, su separación eterna de Dios y de los creyentes.
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