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Tema: Normas del español.

  1. #1
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    24 jun, 03
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    Predeterminado Normas del español.

    Recientemente, en el último boletín difundido a direcciones de correo electrónico, Monografias.com publicó una especie de monografía (bastante completa, por cierto) referida a normas generales de la lengua española llamada, justamente, "Normas del español". Lamentablemente, perdí ese trabajo y ahora no encuentro la ubicación del mismo por ningún lado. Si alguien me puede dar una mano, estaré agradecido.

  2. #2
    Forero Experto Avatar de juanerick
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    18 ene, 03
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    Predeterminado Re: Normas del español.

    hola , ahi va espero que llegue bien. Te envío la dirección y ademas la monografía, un consejo leela bajando con la flecha no utilices el rectángulo porque se va a ver in completo
    un abrazo
    Educación, Cultura y Sociedad
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    Normas en la escritura del español
    Según la Real Academia Española.
    [url]http://www.monografias.com/cgi-bin/jump.cgi?ID=45975[/url]
    Normas del Español

    Este texto fue tomado del "Esbozo..." de la Real Academia
    Española, que es poseedora los derechos de autor

    De las letras mayúsculas
    Acento ortográfico
    De los signos de puntuación
    Los verbos en Español
    Pronombre
    Conjunción
    Oraciones adverbiales
    Uso incorrecto de DE QUE
    Locuciones conjuntivas
    Las reglas de acentuación
    Uso de la "b" y de la "v"
    Usos del pronombre personal SE
    Apuntes para un manual de estilo periodístico
    De las letras mayúsculas

    a) En lo manuscrito no suelen escribirse con letras mayúsculas palabras o frases enteras.

    b) En las portadas de los libros impresos, en los títulos de sus divisiones y en las inscripciones monumentales, lo más común es usar de solas mayúsculas, todas, generalmente, de igual tamaño. Los nombres propios, títulos de obras, dicciones y aun cláusulas que se quiera hacer resaltar, pueden escribirse con todas sus letras mayúsculas; pero en cualquier voz en que se haya de emplear letra mayúscula con una o con diferentes minúsculas, aquella ha de ser la inicial o primera de la dicción.

    c) Se escribirán con letra inicial mayúscula:

    1.° La primera palabra de un escrito y la que vaya después de punto.

    2.° Todo nombre propio; v. gr.: Dios, Jehová, Jesús, Luzbel, Platón, Pedro, María, Álvarez, Pantoja, Apolo, Calíope, Amadís de Gaula; Europa, España, Castilla, Toledo, Madrid, Carabanchel, La Zarzuela; Cáucaso, Himalaya, Adriálico, Tajo, Aganipe; Bucéfalo, Babieca, Rocinante.

    3.° Los atributos divinos, como Criador y Redentor; los títulos y nombres de dignidad, como Sumo Pontífice, Duque de Osuna, Marqués de Villena; los nombres y apodos con que se designa a determinadas personas, como el Gran Capitán, Alfonso el Sabio, García el Trémulo,y particularmente los dictados generales de jerarquía o cargo importante cuando equivalgan a nombres propios. Así, en las respectivas historias de Paulo V, Felipe III y don Pedro Téllez Girón, v. gr., se escribirán con mayúscula el Papa, el Rey y el Duque cuantas veces fueren nombrados en esta forma aquellos personajes; pero se deberá usar de minúscula, por ejemplo, en la vulgar sentencia: El papa, el rey y el duque están sujetos a morir, como lo está el pordiosero.

    4.° Los tratamientos, y especialmente si están en abreviatura, como Sr. D. (señor don), U. o V. (usted), V. S. (usía), etc. Usted, cuando se escribe con todas sus letras, no debe llevar mayúscula; también domina el uso de minúscula con señor y don en igual caso.

    5.° Ciertos nombres colectivos, en casos como estos: El Reino representó a S. M. contra tales desórdenes, el Clero lo había hecho antes.

    6.° Los sustantivos y adjetivos que compongan el nombre de una institución, de un cuerpo o establecimiento: el Supremo Tribunal de Justicia; el Museo de Bellas Artes; el Colegio Naval; la Real Academia de la Historia.

    7.° Los nombres y adjetivos que entraren en el título de cualquier obra: Tratado de Esgrima; Ortografía Castellana; Historia de los Vándalos, etc. No se observa esta regla cuando el título es largo; v. gr.: Del rey abajo, ninguno, y labrador más honrado, García del Castañar.

    8.° En las leyes, decretos y documentos oficiales suelen escribirse con mayúscula todas las palabras que expresan poder público, dignidad o/u cargo importante, como Rey, Príncipe, República, Regente, Trono, Corona, Monarquía, Estado, Gobierno, Ministro, Senador, Diputado, Autoridad, Justicia, Magistrado, Juez, General, Jefe, Gobernador, Alcalde, Director, Consiliario, Secretario, etc.

    9.° Cuando no encabecen párrafo o escrito, o no formen parte de un título, se recomienda escribir con minúscula inicial los nombres de los días de la semana, de los meses, de las estaciones del año y de las notas musicales.

    10.° Se recomienda que cuando se utilicen mayúsculas, se mantenga la tilde si la acentuación ortográfica lo exige, a fin de evitar errores de pronunciación o confusiones en la interpretación de vocablos. Este mantenimiento es especialmente necesario en las portadas de libros, nombres geográficos, listas de nombres propios, etc.

    11.° Suele emplearse mayúscula a principio de cada verso, de donde las letras de esta forma tomaron el nombre de versales. En la poesía moderna es frecuente encabezar los versos con minúscula.

    12.° La numeración romana se escribe hoy con letras mayúsculas, y se emplea para significar el número, con que se distinguen personas del mismo nombre, como Pío V, Fernando III, el número de cada siglo, como el actual, el XX de la era cristiana; también es frecuente para indicar el número de un tomo, libro, parte, canto, capítulo, título, ley, clase y otras divisiones, y el de las páginas en los prólogos y principios de un volumen.

    13.° Cuando hubiere de escribirse con mayúscula la letra inicial de voz que empiece con Ch o Ll, solo se formarán de carácter mayúscula la C y la L, que son primera parte de estas letras compuestas o dobles. Escribiremos, pues, Chinchilla y Chimborazo, Llerena y Llorente y de ninguna manera CHinchilla, CHimborazo, LLerena, LLorente.

    Acento ortográfico

    Las palabras se caracterizan en la lengua española por un solo acento de intensidad, aunque poseen un elevado índice de frecuencia en el uso), el cual afecta a una sílaba fija de cada palabra. La escritura utiliza en determinados casos el signo ortográfico llamado tilde, que se coloca sobre el núcleo de la cima silábica y se omite en otros, con arreglo al sistema siguiente

    A. Palabras sin diptongos, triptongos ni hiatos.

    1.° Palabras agudas de dos o más sílabas. Si terminan en vocal o en una de las consonantes -s o -n, no agrupadas con otra consonante, se escriben con tilde sobre la última vocal: bacarrá (escrito también bacará), parné, jabnalí, landó, ombú; alacrán, almacén, alevín, hurón, atún; barrabás, cortés, parchís, intradós, obús. Si terminan en consonante que no sea n ni s, no se escribe la tilde: querub, fondac, pared, rosbif, zigzag, herraj, volupuk, zascandil, harem (escrito también harén), galop, saber, cenit, cariz. Si terminan en dos consonantes, aunque la última sea n o s (o en x, que es una suma de dos fonemas /ks/, se escriben también sin tilde: Almorox /-ks/, Mayans, Isern, Isbert

    2.° Palabras graves de dos o más sílabas. La regla ortográfica es aquí inversa a la desarrollada en el sub-apartado anterior. Si la palabra termina en vocal o en una de las consonantes -n o -s, no se escribe tilde sobre la vocal de la penúltima sílaba: cota, deporte, casi, cobalto, chistu; Esteban, polen, mitin, canon, Oyarzun; contabas, martes, iris, cosmos, humus. Si termina en otra consonante se escribe la tilde: césped, álif, móvil, álbum, prócer, superávit, alférez. Si termina en dos consonantes, aunque la segunda sea s, se escribe la tilde: bíceps, fénix /ks/.

    3.° Palabras esdrújulas. Se escribe siempre la tilde sobre la vocal de la antepenúltima sílaba: ménsula, cómitre, tílburi, árbitro, ímpetu; alhóndiga, mozárabe, intríngulis; matemáticas, efemérides, esperpéntico, etc.

    B. Palabras con diptongos o triptongos en los que entran una vocal de la serie /a, e, o/ y una (o dos, si se trata de triptongos) de la serie /i, u/.

    La presencia de diptongos o triptongos no altera, en general, la regulación anterior. Cuando la sílaba prosódicamente acentuada debe llevar tilde en los diptongos o triptongos, se coloca sobre la vocal de la primera serie. En los ejemplos que siguen se imprime en versalitas el diptongo o triptongo prosódicamente acentuado (escrito con tilde o sin ella) y el inacentuado.

    1.° Palabras agudas de dos o más sílabas.

    a) con tilde (regla A1.° anterior): agravIÉ (como agravé), salIÓ (como saló del verbo salar), racIÓn (como razón), estÁIs (estás), estÉIs (estés).

    b) Sin tilde (regla A1.° anterior): remedIAd (como remedad), serIEdad (como heredad), casUAl (casal), cUArtel (cartel), hidromIEl (también hidromel), ujIEr, escrito también hujier (como mujer), ajUAr (ajar), secUAz (sagaz).

    2.° Palabras graves de dos o más sílabas.

    a) sin tilde (regla A2.° anterior): cIElo (como celo), mIEra (mera), sUEña (seña), cUAsi (casi), cUOta (cota), hacIA (haza), legUA (lega), ardUO (ardo), albAIda (albada), donAIre (como donare, de donar), cAUsa (casa), .defIEnden (ofenden), parIAs (paras, de parar).

    b) Con tilde (regla A2.° anterior). hUÉsped (como césped), acUÁtil (datil), réquIEm (tótem), albÉItar (néctar), DIÉguez (Pérez).<

    3.° Palabras esdrújulas. Llevan siempre tilde (regla A3.°): carIÁtide, cIÉnaga, mirIÓpodo, gUÁramo, cUÁdruple, mUÈrdago, cÁUstico, enfitÉUtico, etc.

    4.° Excepciones. Las palabras agudas que terminan en uno de los diptongos /ái/, /éi/, /ói/, o en triptongos de esta misma terminación, se apartan de la regla B1.° a y no llevan tilde en la sílaba final, que se escribe -ay, -uay, -ey, -iey, -oy: guirigay, ayayay, Paraguay, carey, maguey, curiey, Araduey, Alcoy, rentoy. Emplean la tilde, pero escribe -i en vez de -y, las voces paipái, samurái y acaso alguna más. Deben asimilarse a las formas hispánicas con -y (no lo son las formas con -i) los nombres agudos, generalmente patronímicos de origen catalán, terminados en los diptongos —decrecientes como los anteriores— /áu/, /éu/, /óu/, voces que los catalanes o los descendientes de ellos, dentro y fuera de Cataluña, emplean sin tilde: Monlau, Abreu, Palou.

    C. Palabras con hiato en el que entran una vocal de la serie /a, e, o/ y otra de la serie /i, u/.

    1.° La regulación ortográfica del hiato obedece a principios diferentes de los examinados hasta aquí. Es cierto que una letra vocálica marcada con tilde va unida, como siempre, a la condición prosódicamente acentuada del fonema vocálico que representa. Pero la tilde marca, además, una frontera silábica entre vocales que el lector, privado de ese indicio, podría interpretar como vocales agrupadas silábicamente en diptongo. De aquí la distinción, y algunas veces oposición, entre vario /bá.rio/ y varío /ba.rí.o/. Las reglas ortográficas del hiato no son, a pesar de todo, tan completas como lo son las que ayudan a distinguir unas de otras las voces agudas, graves y esdrújulas, cuando estas voces están privadas de diptongos y de hiatos, como ocurre con las del apartado A, que, por eso, hemos colocado sistemáticamente en cabeza del § 1.8.3. El hiato lo señalamos con tilde, por ejemplo, en ra-í-da, pero no en ri-a-da. Se señalan, por lo tanto, las vocales de la serie /i, u/, pero no las de la serie /a, e, o/38.

    2.° En palabras agudas, la /i/ y la /u/ de los hiatos, decrecientes en este caso, llevan siempre tilde sin las distinciones que establecen las reglas del sub-apartado A1.°. Escribimos, por consiguiente, -í, -ú, no solo en las voces que según dicha regulación deben llevar tilde, como ca-í, le-í, mo-hín, sa-ín, a-ún, pa-ís, sonre-ís, pro-ís; sino también en las que no llevarían tilde según las reglas de A1.°, como son: ca-íd, ra-íl (se escribe también como monosílabo rail), ba-úl, Alta-ír, emba-ír, fre-ír, re-ír, fefa-út, ca-híz, ma-íz.

    3.° En las palabras llanas escribimos también siempre í, ú, tanto en el reducido número de voces que, por terminar en consonante, diferente de n o s (con hiato creciente o decreciente), coinciden con las reglas del sub-apartado A2.°: crú-or, flú-or, Dí-az, Dí-ez, La-ínez, como en las que, por terminar en vocal, n o s, se apartan de dichas reglas. Con hiato creciente: pedí-a, pedí-an, pedí-as, tí-a; lí-en, lí-es; poderí-o, brí-o; actú-a, actú-an, grú-a, gradú-e, gradú-en, gradú-es; lú-e, insinú-o, bú-ho. Con hiato decreciente: a-ína, a-híto, va-hído, le-ído, re-híce, o-ído, pro-híbido, o-íslo, Co-ímbra; bara-húnda, za-húrda, re-úno, re-húso, transe-únte. Con hiato decreciente-creciente: ca-í-a, ca-í-an, ca-í-as, ba-hí-a; re-í-a, re-í-an, re-í-as; o-í-a, o-í-an, o-i-as; boi-hí-a. No quedan exceptuadas del empleo de la tilde sobre i o u, como lo estaban antes de la entrada en vigor de las Nuevas normas de Prosodia y Ortografía (1959), las palabras con hiato en las que, entre i o u prosódicamente acentuadas y la vocal más abierta inacentuada, se interpone en la escritura la letra h, como muestran los ejemplos pertinentes anteriores.

    4.° En las palabras esdrújulas la i de la antepenúltima sílaba, en hiato decreciente o creciente, se escribe siempre con tilde, de acuerdo en todos los casos con la regla general del sub-apartado A3.°: ve-hículo, de-ípara, ole-ífero; prí-amo, endí-adis, mirí-ada, cardí-aco, perí-odo (para el duplicado en alguna de estas voces con diptongo: pe-rio-do, véase el § 1.4.7c).

    D. Palabras con diptongo o hiato en los que entran solamente vocales de la serie [a, e, o].

    1.° A diferencia de /i/ y de /u/ prosódicamente acentuadas, que llevan siempre tilde cuando forman hiato con otra vocal más abierta, como acabamos de ver, la /e/ y la /o/ prosódicamente acentuadas no llevan siempre tilde cuando forman hiato con vocal más abierta /a/. La regulación ortográfica se atiene, en estos casos, a los principios generales establecidos en los sub-apartados A y B. Carecen, pues, de tilde voces como ca-ed, Isma-el, tra-er, ra-hez, a-eda; le-a, le-an, le-as, mare-a; Ara-oz, ta-hona, ta-honas; lo-a, lo-an, lo-as, Bidaso-a. Llevan tilde Ja-én, tra-éis, Ma-ón. Estas mismas normas generales se aplican cuando es /a/ la vocal prosódicamente acentuada en el hiato, como en deca-e, deca-en, deca-es; cre-ad, le-al, saque-ar; re-acto, cre-ado, pero: arrá-ez, de-án, cre-áis, y cuando entran solo en el hiato las dos vocales /e/, /o/: le-ona, empe-ora, co-hete, ro-ed, ro-er, so-ez, pero pele-ón, lo-éis, etc.

    2.° Si cualquiera de las tres vocales se halla en la antepenúltima sílaba, formando hiato decreciente o creciente con cualquiera de las otras dos, se aplican las reglas de A sobre la acentuación ortográfica de los esdrújulos, lo mismo que en C4.°: car-a-ota ‘alubia’ (Venezuela), océ-ano (escrito también oce-ano como palabra llana), meté-oro (escrito también (mete-oro como voz llana), lauré-ola, tro´-ade; fre-ático, co-águlo (articulado también sin hiato coá-gulo) ga-élico, po-ético, ge-ómetra, etc.

    3.° A primera vista cabría preguntarse si una palabra como área podría haber sido tratada ortográficamente lo mismo que aria, y óleo lo mismo que olio, es decir, como palabras llanas escritas sin tilde: a-rea, o-leo. Pero área podría leerse entonces /a.ré.a/, como marea /ma.ré.a/, al paso que aria necesitaría una tilde sobre la i para adoptar ese esquema prosódico. Por otra parte, -ia es siempre diptongo inacentuado cuando aparece detrás de la sílaba prosódicamente acentuada de la palabra a que pertenece: /á.ria/ (§ 1.4.9a), mientras que -ea, en esa misma posición, también sin acento prosódico, puede funcionar como diptongo (la más veces lo es), pero también como hiato. La regulación ortográfica ha tenido en cuenta la diferente condición fonológica de las dos series de vocales /i/, /u/ y /a/, /e/, /o/ (§ 1.4.14b) y considera que los grupos -ea, -eo y otros semejantes constituyen hiato y cada una de sus vocales se halla separada silábicamente de la contigua, con lo que han venido a ser ortográficamente, aunque casi nunca prosódicamente, voces esdrújulas.

    4.° En este caso están algún sustantivo en -ae, como Dá-nae, en -ao, como cálao (ave trepadora filipina), Dá-nao; algunos sustantivos en -eo, -ea, como crá-neo, hó-rreo, brác-tea, lí-nea; varios adjetivos en -eo, -ea: espontáneo, -ea, deleté-reo -ea, ó-seo -ea, ní-veo -ea; algunos sustantivos en -oe: á-loe (escrito también a-lo e con acentuación griega) hé-roe, á-zoe 37.

    5.° Nombres de varia procedencia terminados en -ao, con acento prosódico en la /a/, vacilan entre la articulación /áo/ con diptongo, que es la más frecuente, y la articulación /á.o/ con hiato: bacalao, Bilbao, Callao, cacao, Menelao, parao ‘embarcación filipina’, sarao, etc., y con ellos la reducción -ao de los participios en -ado, que no es siempre exclusivamente vulgar. Si hubiéramos de tratar -ao como hiato, la falta de la tilde estaría dentro de las reglas ortográficas generales de las palabras llanas terminadas en vocal. Si se trata como diptongo debería llevar tilde la a como las voces agudas que terminan en vocal o en diptongo prosódicamente acentuados: llamará, paipái, samurái. El hecho es que el uso tradicional en la lengua escrita omite con regularidad la tilde, con lo que se establece un paralelo entre estas formas y las voces agudas que terminan en -ay, -ey, -oy y las que terminan en -au, -eu, -ou (v. § 1.8.3B, 4.°).

    E. Palabras con diptongo o hiato en los que entran solamente vocales de la serie /i,u/.

    1.° Los grupos /u i/, /i u/ (§ 1.4.11), tanto si forman diptongo como si forman hiato, reciben el mismo tratamiento ortográfico que los del apartado D anterior. Solo se emplea la tilde cuando lo exigen las reglas generales enunciadas en A y B. Escribimos huid, huir; buitre, cauista, circuito, cuido, fluido 38, fortuito, fuimos, fuisteis, huimos, jesuita, juicio, pruina, ruido, ruina, pero con tilde: benjuí, cambuí, mordihuí, huí, huís, huías; casuística, huíamos.

    2.° Algunos sustantivos, sobre todo topónimos, se diferencian de las palabras que acabamos de ver por el hecho de que el acento prosódico no afecta a la /i/, sino a la /u/ del grupo /u i/, que vacila en su articulación entre hiato /ú.i/, lo más probable en los topónimos, y diptongo /úi/. Vacilación entre hiato y diptongo de la que participan algunas de las voces anteriores, pero con acento prosódico en la /i/ generalmente. Las voces que vamos a examinar ahora se diferencian además de aquellas otras por situarse siempre el grupo /u i/ en fin de palabra y escribirse -uy. No suele escribirse hoy la tilde sobre la u, que se empleaba acaso para señalar el hiato, quizá para señalar la condición de palabra aguda terminada en vocal. Pero la omisión de la tilde en estas voces que es ahora regla ortográfica 39, las equipara a las terminadas en -ay, -ey, -oy de las que hemos tratado en el § 1.8.1A, 3.°: cocuy (también cucuy y cocuyo ‘especie de luciérnaga’; voz americana); Ardanuy, Beranuy, Bernuy, Espeluy, Montanuy, Serraduy, etc.

    3.° Una serie de onomásticos y patronímicos, de origen catalán, algunos muy extendidos en Castilla 40, terminan en -iu o -ius )con acento prosódico en la vocal i), grafía que representa, según lo más probable una articulación con hiato /i, u/: Arderius, Codorniu, Felu, Montoliu, Riu, Rius, Viu. Deben escribirse sin tilde, por las mismas razones que han sido expuestas a propósito de los nombres Monlau, Masdeu, Masnou (§ 1.8.3B, 4.°).

    F. Palabras monosilábicas.

    1.° Los monosílabos dotados do acento de intensidad (para los monosílabos inacentuados, véase el § 1.5.4), con algunas excepciones que veremos después, se escriben sin tilde: ¡ah!, ya, pian (en la locución pian, piano), vais, guay; fe, pie, cien, diez, ley, buey, fue; ti, muy, ruin 41, Luis; ¡o! interjección (escrita hoy normalmente oh), no, yo, boj, dos, dio, vio, Dios, voy; ¡uf!, cruz, mus.

    2.° Algunas voces presentan dificultades en su delimitación silábica. Esto ocurre con caos (lat. cha.os, del griego Khá-os), pero la articulación /cá.os/ no afectaría a la acentuación ortográfica (v. sub-apartado D) 42. Lo mismo ocurre con vaho. La cuestión es más problemática cuando se trata de nombres propios de persona. Dí-ez, Sá-iz, Sá-inz se acomodan, en estas grafías, a las reglas generales de las palabras llanas. Pero junto al bisílabo Dí-ez existe el monosílabo Diez, que es el mismo apellido que Dí-ez, pero con dislocación del acento prosódico, y lo mismo es seguramente posible con Saiz, Sainz y otros nombres propios de estructura análoga.

    3.° Determinados monosílabos, prosódicamente acentuados, los escribimos con tilde para diferenciarlos de homófonos suyos, también prosódicamente acentuados, que pertenecen a otra categoría o subcategoría gramatical. Así, los demostrativos sustantivos éste, ése, aquél, y sus femeninos y plurales, suelen escribirse con tilde, frente a los demostrativos adjetivos este (libro), esa (mujer), etc. Las formas neutras de estos pronombres, que tienen exclusivamente categoría de pronombres sustantivos, se escriben siempre sin tilde. Igualmente se suele escribir con tilde el adverbio sólo (= solamente), frente al adjetivo solo 43. En los casos restantes de dos acentuaciones, la diferencia se establece entre dos voces homófonas prosódicamente acentuada la una e inacentuada la otra. Así los interrogativos cómo, cuál(es), cuán, cuándo, cuánto y cuyo (con sus femeninos e plurales), donde, que, quien(es). Además, dé de dar y de preposición; mí, tú pronombres personales y mi(s), tu(s) pronombres posesivos; sé de saber y ser, frente al pronombre personal se reflexivo y no reflexivo; si pronombre reflexivo y adverbio de afirmación, frente a si conjunción, té sustantivo apelativo y te pronombre personal

    G. Palabras compuestas.

    1.° Los compuestos (exceptuados los que veremos después), cualquiera que sea el número y la naturaleza prosódica originaria de sus componentes, acentuada o inacentuada, solo poseen un acento prosódico que afecta al último de sus componentes. El compuesto puede ser agudo, llano o esdrújulo y el uso de la tilde se ajusta a las reglas generales del acento ortográfico (sub-apartados A-E). Pero el último componente lleva a veces una tilde que no es originariamente suya, sino que se explica por la índole prosódica del compuesto: aguapié (pie, fuera del compuesto), altavoz (voz, fuera del compuesto), amormío (mío), ganapán (pan), guardahúmo (humo), hazmerreír (reír), maestresala (sala), pisaúva (uva), pleamar (mar), Piedrahíta (Hita), portaguión (guión), protohistórico (histórico), salvavidas (vidas), sinfin (fin), sobrehílo (hilo), también (bien), trasdós (dos).

    2.° Si el acento de intensidad afecta al penúltimo componente, se omite siempre la tilde que le correspondería de haberse empleado fuera del compuesto: asimismo (así), penseque (pensé), Piamadre (pía), Riofrío (río), tiovivo (tío).

    3.° Los compuestos españoles formados sobre modelos griegos y latinos o introducidos directamente como voces cultas, poseen frecuentemente el acento de intensidad en el primer componente (§ 1.5.5b, 3.° y). La tilde recae entonces sobre la sílaba prosódicamente acentuada del primer componente y la palabra, en estos casos, es siempre esdrújula: írrito, decálogo (v. § 1.5.5b, 2.°).

    4.° En los compuestos de dos o más adjetivos que se separan unos de otros con guión (§ 1.8.8i), la escritura mantiene la tilde en cada uno de sus componentes cuando la llevan fuera del compuesto (Nuevas normas de Prosodia y Ortografía, regla 9.a), pero la presencia de la tilde no es indicio siempre de que en la pronunciación se haga resaltar el acento prosódico. Hay, por lo menos, vacilación, si se exceptúa el último componente, que conserva en todos los casos su prosodia normal: cántabro-astur, histórico-crítico-bibliográfico.

    5.° Para el empleo de la tilde en los adverbios en -mente, véanse los §§ 1.;5.6 y 2,4.10. Para los compuestos con numerales, véanse los §§ 2.9.3e y 2.9.5c.

    H. El acento ortográfico de las formas verbales con pronombres personales enclíticos

    1.° Estas formaciones poseen un solo acento prosódico: el del verbo (los enclíticos son palabras inacentuadas). Hay que distinguir dos cuestiones. Por una parte, la presencia o la falta de tilde en el verbo dentro de la formación con enclíticos, comparada con la acentuación ortográfica del verbo cuando se emplea sin enclítico. Por otra parte, la configuración ortográfica acentual del grupo con enclíticos, en relación con las normas generales de la acentuación ortográfica 45. Por lo que se refiere a la primera cuestión, el verbo conserva en muchos casos su acento ortográfico originario, de una manera constante en las formaciones del núm. 2.° siguiente. Por lo que se refiere a la segunda cuestión, el acento ortográfico de las formaciones con enclíticos está siempre de acuerdo con las reglas generales cuando dicha formación es esdrújula, pero deja de estarlo en algunos casos en que la formación resulta con acentuación llana (los tres últimos ejemplos del núm. 2.° siguiente) y cuando la formación es sobresdrújula (algunos ejemplos del núm. 4.°).

    2.° Las formas verbales monosilábicas y las formas agudas, seguidas de un solo enclítico, se atienen en el uso ortográfico de la tilde al mismo régimen que cuando se emplean solas: da-le, fui-me, decid-me, reír-se, oír-lo, dé-le (del verbo dar), salí-me, partió-se (los verbos con el mismo acento ortográfico que cuando se emplean solos: da, fui, decid, reír, etc.; pero la formación se atiene a las reglas generales del uso ortográfico solamente en los cinco primeros ejemplos: dale como sale, de estructura silábica análoga; fuime como fuiste, etc.; en los tres últimos ejemplos, se aparta de las reglas generales: déle diferente acentuación que la palabra ele — nombre de la letra l —, de estructura silábica análoga; salíme diferente de sublime, etc.)

    3.° Si una forma verbal monosilábica o aguda se agrupa con dos enclíticos, la vocal prosódicamente acentuada del verbo se escribe siempre con tilde, aunque no lo requiera cuando se emplea sola: dá-se-lo, dí-me-lo, decíd-nos-lo, pedír-me-la (en contraste con da, di, decid, pedir); partió-se-le, oír-se-lo (de acuerdo con partió, oír). Todas las formaciones se convierten en "supuestas" palabras esdrújulas.

    4.° Si una forma verbal llana o esdrújula 46 se agrupa con uno o más enclíticos (v. la nota 9 del Cáp. 1.5), la vocal prosódicamente acentuada del verbo lleva siempre tilde, lo exija o no cuando se emplea sin enclíticos: hablála-se, mirándo-os, quisiéra-lo, viéra-nos, dába-se-le, hablándo-se-lo, permíta-se-me; dijéra-se-me-lo (en contraste con hablaba, mirando, quisiera, viera; daba, hablando, permita; dijera). Pero decía-me, oía-lo, veía-la; decía-me-lo (de acuerdo con las formas verbales empleadas solas: decía, oía, veía). Todas las formaciones son aquí esdrújulas o sobresdrújulas.

    5.° Cuando alguna de estas formaciones se sustantiva, se emplea tilde si la voz resultante es esdrújula, aunque el verbo no la lleve fuera del compuesto: pésame, pésete. Inversamente, deja de emplearse tilde si el sustantivo tiene acentuación llana, aunque la lleve la forma verbal cuando se emplea fuera del compuesto: acabose, cargareme, detente.

    6.° Aparecen sometidos a un régimen ortográfico especial los imperativos plurales de los verbos reflexivos, o en construcción reflexiva, tras de la pérdida de la desinencia -d47. Formas como marcha-os, detene-os han de emplearse sin tilde, a pesar de que la forma verbal es aguda 48 y de que se agrupa con un solo enclítico. Pero estos imperativos se igualan así ortográficamente a los nombres terminados en /éo/, /áo/ de que hemos tratados en el § 1.8.3D, 5.°. Como ellos, y por las razones que se exponen allí vacilan entre diptongo e hiato, pero un recuento casi exhaustivo, realizado en los setenta primeros tomos de la Biblioteca de Autores Españoles, da un 80 por 100 de ocurrencias a favor del diptongo (v. nota 37 de este capítulo). Los verbos en -ir llevan tilde: partíos, a causa del hiato.

    De los signos de puntuación

    a) Hay necesidad de signos de puntuación en la escritura, porque sin ellos podría resultar dudoso y oscuro el significado de las cláusulas. Los que se usan en castellano son estos: coma (,), punto y coma (, dos puntos (, punto final (.), puntos suspensivos (...), principio de interrogación (¿), fin de interrogación (?), principio de admiración (¡), fin de admiración (!), paréntesis ( ), diéresis o crema ( ¨ ), comillas (« »; "), guión (-), raya (—), dos rayas (= ). La coma, los puntos y paréntesis indican las pausas más o menos cortas que en la lectura sirven para dar a conocer el sentido de las frases; la interrogación y la admiración denotan lo que expresan sus nombres, y la segunda, además, queja, énfasis o encarecimiento; la diéresis sirve en unos casos para indicar que la u tiene sonido (§ 1.8.1A, 2.°) y en otros se puede emplear para deshacer un diptongo; las comillas señalan las citas, o dan significado especial a las palabras que comprenden; el guión es signo de palabra incompleta; la raya lo es de diálogo, o de separación de palabras, cláusulas o párrafos; las dos rayas solo se usan ya en las copias para denotar los párrafos que en el original van aparte.

    b) De la coma. 1.° El nombre en vocativo llevará una coma detrás de sí cuando estuviere al principio de lo que se diga, y en otros casos la llevará antes y después; p. Ej.: ¡Cielos, valedme!; Julián, óyeme; Repito, Julián, que oigas lo que te digo.

    2.° Siempre que en lo escrito se empleen dos o más partes de la oración consecutivas y de una misma clase, se separarán con una coma para que al leerlas haya de hacerse una leve pausa que separe su sentido, a excepción de los casos en que mediare alguna de las conjunciones y, ni, o; como Juan, Pedro y Antonio; sabio, prudente y cortés; vine, vi y vencí; NI el joven NI el viejo; bueno, malo o mediano.

    3.° Divídanse con ella los varios miembros de una cláusula independientes entre sí, vayan o no precedidos de conjunción: Todos mataban, todos se compadecían, ninguno sabía detenerse; Al apuntar el alba cantan las aves, y el campo se alegra, y el ambiente cobra movimiento y frescura.

    4.° Cuando una oración se interrumpe, ya para citar o indicar el sujeto o la obra de donde se ha tomado, ya porque se inserta como de paso otra que aclara o amplía lo que se está diciendo, tales palabras, que suspenden momentáneamente el relato principal, se encierran entre dos comas; v. gr.: La verdad, escribe un político, se ha de sustentar con razones y autoridades; Los vientos del sur, que en aquellas abrasadas regiones son muy frecuentes, ponen en grave conflicto a los viajeros.

    5.° Por igual motivo suelen ir precedidas y seguidas de coma las expresiones esto es, es decir, en fin, por último, por consiguiente, sin embargo, no obstante y otras parecidas: La enfermedad parece grave, es decir, más grave de lo que esperábamos: Tales incidentes, sin embargo, no se repitieron por entonces.

    6.° Cuando se invierte el orden regular de las oraciones de la cláusula, adelantando lo que había de ir después, debe poner-se una coma al fin de la parte que se anticipa; v. gr.: Donde interviene conocerse las personas, tengo para mí, aunque simple y pecador, que no hay encantamento alguno. Como el orden regular de este ejemplo de Cervantes, Quijote, I, 37, seria: No hay encantamento alguno donde interviene conocerse las personas, importa para la claridad que se haga una breve pausa en personas, la cual se indica con la coma. Pero es de advertir que en las transposiciones cortas y muy perceptibles no se ha de poner esta señal.

    c) Del punto y coma. 1.° Cuando los miembros de un período constan de más de una oración, por lo cual o por otra causa llevan ya alguna coma, se separarán con punto y coma unos 6 otros; por ejemplo: Vinieron los aquilones de noviembre, glaciales y recios; arrebataron sus hojas a los árboles, llevándolas, ya rodando por la tierra, ya volando entre nubes de grueso polvo. Se guareció el rabadán en su cabaña, y el labrador en su alquería; la nieve, descendiendo espesa sobre el monte y el valle, borró los matices del suelo, toda la variedad riquísima de la Naturaleza.

    2.° En todo período de alguna extensión se pondrá punto y coma antes de las conjunciones adversativas mas, pero, aunque, etc.; verbigracia: Salieron los soldados a media noche y anduvieron nueve horas sin descansar; pero el fatal estado de los caminos malogró la empresa. Cuando la cláusula sea corta, bastará una simple coma antes de la conjunción; como en Vendrá, pero tarde; Lo hizo, aunque de mala gana.

    3.° Siempre que a una oración sigue, precedida de conjunción, otra oración que, en orden a la idea que expresa, no tiene perfecto enlace con la anterior, hay que poner al fin de la primera punto y coma, según lo aclarará el ejemplo siguiente: Pero nada bastó para desalojar al enemigo, hasta que se abrevió el asalto por el camino que abrió la artillería; y se observó que uno solo, de tantos como fueron deshechos en este adoratorio, se rindió a la merced de los españoles (Solís, Historia de Nueva España, III, 7). Si después de la palabra artillería solo se pusiese coma, la oración y se observó, etc., vendría regida de la preposición hasta y cambiaría el sentido.

    d) De los dos puntos. 1.° Cuando se sienta una proposición general y en seguida se comprueba y explica con otras oraciones, se la separa de estas por medio de los dos puntos; como, por ejemplo: No aflige a los mortales vicio más pernicioso que el juego: por él gentes muy acomodadas han venido a parar en la mayor miseria, y aun en el patíbulo; por él, además del caudal, pierde el hombre la vergüenza y hasta la estimación de sí propio.

    2.° Cuando a una o varias oraciones sigue otra que es consecuencia o resumen de lo que antecede, esta se ha de separar con dos puntos, como en el ejemplo que sigue: Aquel que por sus riquezas y esplendor fue tan aplaudido como envidiado cuando entraba triunfante por las puertas de Constantinopla, y cuyo nombre era respetado y temido desde la capital del Imperio hasta el confín de los arenales de la Líbia, murió ciego, pobre, olvidado y mendigando su alimento de puerta en puerta:¡raro y espantoso ejemplo de las vicisitudes de la fortuna!

    3.° En los decretos y sentencias, bandos y edictos se ponen dos puntos al final de cada motivo o fundamento de la resolución, aunque estos van en párrafos distintos y principian con letra mayúscula. En certificaciones y memoriales también se ponen dos puntos antes de ciertos párrafos con letra inicial mayúscula.

    4.° Citando palabras textuales, se han de poner dos puntos antes del primer vocablo de la cita, el cual suele principiar con mayúscula; v. gr.: Cicerón en sus Oficios dice a este propósito lo siguiente: No hay cosa que tanto degrade al hombre como la envidia.

    5.° También se emplean los dos puntos después del Muy señor mío y otras expresiones semejantes con que se suele dar principio a las cartas; v. gr.: Muy señor mío: Sírvase usted tomar a su cargo, etc.; Amigo mío: En contestación a la estimada de usted, etc.

    e) Después de los dos puntos se escribe indistintamente con letra mayúscula o minúscula el vocablo que sigue.

    f) Del punto. 1.° Se pone punto cuando el período forma sentido completo, en términos de poderse pasar a otro nuevo sin quedar pendiente la comprensión de aquel. Es la mayor pausa sintáctica que la ortografía señala. En la lectura, la duración de la pausa indicada por el punto puede variar más o menos, según el sentido y la interpretación del lector; pero en todo caso, es mayor que la que señalan la coma y el punto y coma.

    En la escritura, se le llama punto y seguido (o punto seguido), cuando el texto continúa inmediatamente después del punto en el mismo renglón, o en el siguiente sin blanco inicial; y punto y aparte (o punto aparte), cuando termina párrafo, y el texto continúa en otro renglón más entrado o más saliente que los demás de la plana. Por último, punto final es el que acaba un escrito o una división importante del texto (parte, capítulo, etc.).

    2.° Resta advertir que en toda clase de escritos suelen hacerse después del punto final ciertas separaciones o divisiones llamadas párrafos, cada una de las cuales ha de empezar en renglón distinto de aquel en que acabe el anterior, y más adentro que las otras líneas de la plana. Deben principalmente usarse tales divisiones cuando se va a pasar a diverso asunto, o bien a considerar el mismo desde otro aspecto.

    g) De los puntos suspensivos. 1.° Cuando conviene al escritor dejar la oración incompleta y el sentido suspenso, lo denota con los puntos suspensivos; v. gr.: Él concitó la plebe contra los patricios; él acaudilló y juramentó a los mozos más corrompidos y perversos de la República para subvertirla con su auxilio; él sobornó con oro y con promesas... Pero ¿a qué repetir lo que a todos es notorio?

    2.° Si en una cláusula de completo sentido gramatical se necesita pararse un poco, expresando temor o duda, o para sorprender al lector con lo inesperado de la salida, se indicará la pausa con puntos suspensivos; v. gr.: ¿Le diré que ha muerto su padre?... No tengo valor para tanto; Se citó a junta, distribuyéronse centenares de esquelas, y llegamos a reunirnos... cuatro personas.

    3.° También se usan dichos puntos cuando se copia algún texto o autoridad los cuales no hace al caso insertar íntegros, indicando así lo que se omite.

    h) De la interrogación y la admiración. 1.° Los signos de interrogación y de admiración se ponen al principio y al fin de la oración que deba llevarlos: ¿Dónde estás?; ¿A qué vienes?; ¿Te veré mañana?; ¡Qué asombro!; ¡Ay de mí!

    2.° Si las oraciones con interrogación o admiración son varias, breves y seguidas, no hay necesidad de que, exceptuada la primera, empiecen con mayúscula: ¿Dónde has estado?, ¿qué has hecho en tantos días?, ¿como no te pusiste en camino, así que recibiste mi carta?; ¡Cuánto engaño!, ¡cuánta perfidia!, ¡qué impudencia!

    3.° Cuando lo escrito después de la interrogación o la admiración fuere complemento de la pregunta o de la frase admirativa, no comenzará con letra mayúscula: ¿Digo yo que no tengas razón?, contestó Blas a Diego; ¡A las armas!, gritaron todos.

    4.° El signo de principio de interrogación o admiración se ha de colocar donde empieza la pregunta o el sentido admirativo, aunque allí no comience el período; v. gr.: Privado del racional discurso, ¿que es el hombre sino una criatura desvalida, inferior a los brutos? Y si la caprichosa fortuna lo encumbra en alto puesto, ¡cuántas lágrimas y ruina y sangre le cercarán en torno!

    5.° El signo de principio de interrogación o admiración refleja el movimiento de la entonación en las frases de este tipo, da claridad a la escritura, y no debe suprimirse por imitar, con mal acuerdo, la ortografía de lenguas extranjeras, que solo usa el signo final.

    6.° Hay cláusulas que son al par interrogativas y admirativas, y en ellas podrá ponerse nota de admiración al principio y de interrogación al fin, o viceversa: ¡Que esté negado al hombre saber cuándo será la hora de su muerte? ¿Qué persecución es esta, Dios mío!

    i) Del paréntesis. 1.° Cuando se interrumpe el sentido y giro del discurso con una oración aclaratoria o incidental y esta es larga o tiene conexión escasa con lo anterior, se encierra dentro de un paréntesis, como en el siguiente ejemplo: Acostados todos en un género de lechos que rodeaban la mesa (pues los romanos comían tendidos y soslayado el cuerpo sobre el codo izquierdo), empezó a echarles en cara la tibieza de su fe, etc.

    2.° En este ejemplo se ha puesto como después del paréntesis porque allí finaliza el miembro del periodo con que va unida la oración comprendida en el paréntesis; y al fin de él o dentro se ha de usar, además, la puntuación que la cláusula necesitare. Cuando el paréntesis termine la cláusula de que depende, el punto final irá fuera.

    3.° En las obras dramáticas suele encerrarse entre paréntesis lo que los interlocutores dicen aparte. Para que tales paréntesis no se confundan con otros convendría valerse de los rectangulares, en esta forma [ ], que algunos impresores usaban en el siglo pasado. El punto final de los apartes va colocado dentro del paréntesis.

    4.° Empléese también el paréntesis curvo para encerrar en él noticias o datos aclaratorios, explicaciones de abreviaturas, etc.; y el rectangular, para indicar en la copia de códices o inscripciones lo que falta en el original y se suple conjeturalmente. Ejemplos: El hijo del rayo de guerra, Carlos V (D. Juan De Austria); Perdió Boabdil a Granada en la hégira 897 (1492); Imp (eratori) Caes (ari) [Nervae] Traiano [Aug(usto)] p(ontifici) m(aximo). etc.

    1.8.6 De la diéresis o crema. — El uso de la diéresis solo es preceptivo para indicar que ha de pronunciarse la u en las combinaciones gue, gui: pingüe, pingüino, argüir /ar.gu.ír/. Véase el § 1.8.1A, 2.°. Queda a salvo el uso discrecional cuando, por licencia poética o con otro propósito, interese una pronunciación determinada 50.

    1.8.7 De las comillas. — a) Para distinguir las palabras sobre las cuales quiere el que escribe llamar particularmente la atención del lector, se subrayan en lo manuscrito; y en lo impreso se ponen de letra cursiva, y a veces con versales u otras que resalten por su figura o su tamaño. Se practica lo mismo con las voces o citas en idioma extranjero, con el texto literal de citas en castellano, con los títulos de libros y con las dicciones y cláusulas que en las obras de enseñanza y otras se ponen por ejemplo. Mas cuando las cláusulas de este género tienen alguna extensión o llenan varias líneas, se les suelen poner comillas inversas al principio de cada uno de los renglones que ocupan; v. gr.: Dice un escritor célebre: «El hombre tiene aptitud, por su naturaleza, para habitar en todos los países del mundo: en los arenales del desierto, en los montes más encumbrados, en los climas polares puede vivir y propagarse. No así los animales, que, sujetos a más estrechos límites, perecen fuera de ellos o arrastran vida penosa.»

    b) Las comillas simples (‘ ’ o , ’) se usan al principio y ao final de una palabra o frase incluidas como cita o puestas de relieve dentro de un texto entrecomillado más extenso. También se emplean para indicar que una palabra está usada en su valor conceptual o como definición de otra, ejemplo: espiar ‘acechar’.

    1.8.8. Del guión. — a) Cada vocablo de por sí, ya simple, como guardia, poner, ya compuesto, como salvaguardia, reponer, se ha de escribir aislado, o con entera separación del que le preceda o siga. Sin embargo, en la escritura hay necesidad muchas veces de dividir una palabra, y entonces se ha de observar lo siguiente:

    b) Cuando al fin del renglón no cupiere un vocablo entero, se escribirá solo una parte, la cual siempre ha de formar sílaba cabal. Así, las palabras con-ca-vi-dad, pro-tes-ta, sub-si-guien-te, podrán dividirse a fin de renglón por donde señalan los guiones que van interpuesto en dichas voces, mas no de otra suerte.

    c) Esto no obstante, cuando un compuesto sea claramente analizable como formado de palabras que por sí solas tienen uso en la lengua, o de una de estas palabras y un prefijo, será potestativo dividir el compuesto separando sus componentes, aunque no coincida la división con el silabeo del compuesto. Así, podrá dividirse no-sotros o nos-otros, de-samparo o des-amparo.

    d) Como cualquiera diptongo o triptongo no forma sino una sílaba, no deben dividirse las letras que lo componen. Así, se escribirá gra-cio-so, tiem-po, no-ti-ciáis, a-ve-ri-güéis.

    e) Cuando la primera o la última sílaba de una palabra fuere una vocal, se evitará poner esta letra sola en fin o en principio de línea.

    f) Cuando al dividir una palabra por sus sílabas haya de quedar en principio de línea con h precedida de consonante, se dejará esta al fin del reglón y se comenzará el siguiente con la h: al-haraca, in-humación, clor-hidrato, des-hidratar.

    g) En las dicciones compuestas de preposición castellana o latina, cuando después de ella viene una s y otra consonante además, como en constante, inspirar, obstar, perspicacia, se han de dividir las sílabas agregando la s a la preoposición y escribiendo, por consiguiente, cons-tan-te, ins-pi-rar, obs-tar, pers-pi-ca-cia.

    h) La ch y la ll, letras simples en su pronunciación y dobles en su figura, no se desunirán jamás. Así, co-che y ca-lle se dividirán como aquí se ve. La erre (rr) se halla en el mismo caso, y por ello debe evitarse separar los dos signos de que consta, que habrán de ponerse de esta manera: ca-rre-ta, pe-rro.

    i) Cuando los gentilicios de dos pueblos o territorios formen un compuesto aplicable a una tercera entidad geográfica o política en la que se han fundido los caracteres de ambos pueblos o territorios, dicho compuesto se escribirá sin separación de sus elementos: hispanoamericano, checoslovaco, afro-antillano. En los demás casos, es decir, cuando no hay fusión, sino oposición o contraste entre los elementos componentes, se unirán estos con guión: franco-prusiano, germano-soviético.

    1.8.9 De la ortografía de las palabras extranjeras. — Los nombres propios extranjeros se escribirán, en general, sin ponerles ningún acento que no tengan en el idioma a que pertenecen; pero podrán acentuarse a la española cuando lo permitan su pronunciación y grafía originales: Schlegel o Schlégel, Wagner o Wágner, Schubert o Schúbert; Lyon o Lyón, Windsor o Wíndsor. Si se trata de nombres geográficos ya incorporados a nuestra lengua o adaptados a su fonética, tales nombres no se han de considerar extranjeros y habrán de acentuarse gráficamente de conformidad con las leyes generales: París, Berlín, Turín, Nápoles, Támesis. 1.8.10 De la raya. — 1.° Este signo se emplea en los diálogos, como puede verse en el ejemplo siguiente: Maravillado el capitán del valor de aquel soldado, le mandó venir a su presencia y le dijo: —¿Cómo te llamas? — Andrés Pereda, contestó el valiente. — ¿De dónde eres? — De Castilla. — ¿De qué pueblo? — De Bercimuel.

    2.° Empléese también al principio y al fin de oraciones intercalares completamente desligadas, por el sentido, del período en que se introducen: Los celtíberos —no siempre habían de ser juguetes de Roma— ocasionaron la muerte de los dos Escipiones.

    3.° Sirve asimismo para indicar la palabra que se ha de entender suplida dentro de un mismo renglón; ejemplo: Sanar de la enfermedad. —por ensalmo. Secar al aire. —con un paño. Seguir con la empresa. —de cerca. —en el intento. —para Cádiz, etc.

    O en renglones diferentes, como en el índice alfabético de un libro:

    Verbos: intransitivos.

    — transitivos.

    — irregulares.

    — regulares.

    1.8.11. De las dos rayas. — Este signo se usaba para dividir algunas palabras compuestas; actualmente se emplea solo en las copias, para denotar que en el original se pasa a párrafo distinto.

    1.8.12. De otros signos auxiliares. — a) Apóstrofo (‘ ). Solía emplearse antiguamente, sobre todo en poesía, colocado a la mayor altura de los palos de las letras, con el fin de indicar la omisión o elisión de una vocal: d’aquel, por de aquel; l’aspereza, por la aspereza; qu’es, por que es. Recientemente, y para evitar dudas al lector, se ha restablecido en algunas reimpresiones de obras antiguas, donde palabras de esta clase aparecen como si fuera una sola; v. gr.: daquel, laspereza, ques.

    b) Párrafo (§). Sirvió en lo antiguo para distinguir los diversos miembros de un escrito, y como signatura de pliegos impresos. Ahora se emplea en los libros, seguido del número que corresponda, para indicar divisiones internas de los capítulos: § 12, § 13, etc.

    c) Calderón (¶). Tuvo antiguamente los mismos oficios que el signo anterior. Ahora se emplea en lo impreso para señalar alguna observación especial.

    d) Asterisco (*). Es una estrellita que se pone sencilla, doble o triple en ciertas palabras del texto, como llamada a nota que en el margen o al pie de la plana va encabezada con el mismo signo. Para igual fin se emplean letras, números, cruces, etc., en vez de asteriscos. En obras de lingüística se coloca delante de las formas cuya existencia se supone sin estar documentada.

    e) Llave o corchete ({}). Su oficio es abrazar diversas partidas en una cuenta, varios miembros en un cuadro sinóptico, etc., que deben considerarse agrupados y unidos para determinado fin. f) Manecilla - Puesta al margen o en el texto de un escrito, da a entender que lo señalado por ella es particularmente útil o interesante.

    Estos textos fueron extraídos del "Esbozo de una nueva gramática de la lengua española", publicado desde 1973 por Real Academia Española, que es poseedora los derechos de autor
    Los verbos en Español

    TEMAS Y DESINENCIAS

    El verbo. Consideraciones generales
    Desinencias
    Temas y características

    CONJUGACIÓN REGULAR

    Primera conjugación
    Segunda conjugación
    Tercera conjugación
    Caracteres distintivos

    CONJUGACIÓN IRREGULAR

    Introducción
    Caracterización
    Irregularidades vocálicas
    Irregularidades consonánticas
    Contracciones
    Irregularidades que afectan al tema
    Verbos con más de una raíz
    Perfectos fuertes
    Futuros y condicionales irregulares
    Participios irregulares
    Verbos defectivos o incompletos
    Índice de los verbos irregulares y defectivos citados
    Verbos vocálicos
    Verbos en -uar

    TEMAS Y DESINENCIAS

    El verbo. Consideraciones generales.

    a) El verbo, por sus caracteres formales, es aquella parte de la oración que tiene morfemas flexivos de número, como el nombre y el pronombre, morfemas flexivos de persona, como el pronombre personal, y además, a diferencia del nombre y del pronombre, morfemas flexivos de tiempo y de modo. Suele aplicarse la denominación de desinencias a los morfemas de número y persona, el de características a los de modo y tiempo. Suprimidas de una forma verbal desinencias y características, lo que queda es la raíz o radical del verbo. La agrupación de la raíz con la característica recibe el nombre de tema modal o temporal (v. § 2.10.4). En am-á-ba-mos la desinencia es -mos (en este caso, 1.a persona de plural). La agrupación de la raíz am- con la característica -a- de presente de indicativo constituye el tema de presente de indicativo amá-. La agrupación de este tema con la característica -ba- del imperfecto de indicativo constituye el tema de imperfecto de indicativo amába-. La raíz puede ser simple, como en am-ábamos; derivada, como en llorique-ábamos; compuesta, como en salpiment-ábamos; parasintética (derivada y compuesta a la vez), como en pordiose-ábamos. La serie entera de las formas verbales con una raíz común, es decir, todas las formas de un verbo determinado, constituyen la flexión o conjugación de ese verbo. Dentro de ella se incluyen también, por las razones que luego veremos, tres formas privadas por lo menos de desinencias verbales de número y persona: el infinitivo, el participio y el gerundio.

    b) Todos los verbos poseen unas mismas categorías de morfemas flexivos. Su forma, sin embargo, varía más o menos sensiblemente en algunos casos de unos verbos a otros. Se exceptúan las desinencias, que son comunes a todos los verbos. De algunas características existen dos o tres variedades: doble variedad, por ejemplo, en am-ába-mos frente a tem-ía-mos y part-ía-mos; triple en am-a-mos, tem-e-mos, part-i-mos. Esta triple variación, que con rigurosa simetría aparece en algún otro morfema modal y temporal: am-a-d, tem-e-d, part-i-d, permite clasificar todos los verbos españoles en tres tipos: los de la 1.a, la 2.a y 3.a conjugación, llamadas también conjugación en -ar, -er, -ir por el hecho de que esa triple variación se repite de manera simétrica en los infinitivos correspondientes: am-ar, tem-er, part-ir.

    c) En estos tres verbos y en la mayor parte de los verbos españoles la raíz se mantiene invariable a lo largo de la flexión, si se exceptúa la posición del acento de intensidad, que unas veces afecta a la última sílaba de la raíz: compart-o (pronunciado compárto) y otras veces a la primera sílaba que sigue a la raíz: compart-i-mos (pronunciado compartímos), compart-í-a-mos. En el primer caso hablamos de formas fuertes, en el segundo de formas débiles. Son muchos, sin embargo, los verbos que además de esta variación acentual presentan en su raíz variaciones vocálicas: sient-o, sent-imos, o consonánticas: luzc-o, luc-imos, o vocálicas y consonánticas al mismo tiempo: dig-o, dec-imos; pon-emos, pus-e. Estos cambios de la raíz son de muy variada naturaleza y, por otra parte, algunos de ellos aparecen con frecuencia dentro de un mismo verbo en diferente proporción o afectan a veces a uno o a muy pocos verbos, todo lo cual haría no solo complicada y difícil la tarea de formar con ellos nuevos tipos homogéneos de flexión, como los de amar, temer, partir, sino en cierto modo inútil, porque ninguno de esos verbos de raíz variable deja de pertenecer, por la regularidad de sus morfemas modales y temporales, a alguna de las flexiones en -ar, -er, -ir dotadas de raíz invariable. Estos tres tipos de flexión constituyen la conjugación regular (Cáp. 2.11). Bajo el nombre de conjugación irregular (Cáp. 2.12) se comprenden las diversas modalidades de las variaciones de la raíz y juntamente con ellas los casos, no muy frecuentes, en que varía el tema, y aquellos otros, raros también, en que un mismo verbo presenta una o más raíces de diferente origen etimológico, a lo que se da el nombre de supletivismo.

    Temas y características.

    a) en la conjugación se distinguen dos temas fundamentales, llamados así por el hecho de que cada uno de ellos da lugar a la formación de varios tiempos y modos: el de presente aparece en el presente de indicativo, en el imperfecto de indicativo de la I conjugación y en el imperativo (también en el infinitivo) (§ 2.10.4a, 1.o, 2.o y 3.o); el de perfecto, en el pretérito perfecto simple de indicativo y en el imperfecto y futuro de subjuntivo (§ 2.10.4b). El presente de subjuntivo, así como el imperfecto de indicativo de la II y III conjugación, tienen temas especiales (§ 2.10.4a, 4.o y 5.o). El futuro de indicativo y el condicional presentan una formación especial (§ 2.10.4c). Para las formas infinitas o no personales, véase el § 2.10.4e.

    1.o El tema de presente de indicativo aparece en las tres conjugaciones con variaciones vocálicas y acentuales. (En todos los cuadros que siguen señalamos con acento ortográfico la sílaba sobre la que recae el acento prosódico.)



    1.a ámo


    1.a amá-mos

    I. Sing...
    2.a ámas

    Plural
    2.a amá-is


    3.a áma

    -
    3.a áma-n


    1.a témo


    1.a temé-mos

    II. Sing...
    2.a téme-s

    Plural
    2.a temé-is


    3.a téme

    -
    3.a téme-n


    1.a párto


    1.a partí-mos

    III Sing...
    2.a párte-s

    Plural
    2.a partí-s


    3.a párte

    -
    3.a párte-n



    Las variaciones del tema son, pues:


    I.
    ámo
    áma-
    amá-

    II.
    témo
    téme-
    temé-

    III.
    párto
    párte-
    partí-



    La vocal que precede a la desinencia es la característica del tema de presente de indicativo.

    2.o En el imperfecto de indicativo de la I conjugación se agrega a la variante amá- del tema de presente la característica de imperfecto de indicativo -ba-. El tema presenta en este tiempo una sola variante vocálica y acentual: amá-ba-.

    3.o El singular del imperativo se basa en la segunda variante del tema de presente de indicativo: ama, teme, parte. El plural, en la tercera variante: ama-d, teme-d, partid. Esta última aparece también en los infinitivos de las tres conjugaciones: amar, temer, partir.

    4.o El tema de presente de subjuntivo aparece formado por la característica -e- para la I y -a- para la II y la III conjugaciones unidas directamente a la raíz. Las dos primeras personas del plural son formas débiles: am-é-mos, am-é-is; tem-á-mos, tem-á-is; part-á-mos, part-á-is. Las restantes son formas fuertes: ám-e, tém-a, párt-a, etc. Los temas de la II y la III conjugación son, pues, idénticos.

    5.o Tanto el imperfecto de indicativo de la II conjugación como el de la III forman su tema con la característica -ía- unida directamente a la raíz, sin variación acentual: tem-ía, part-ía, etc. Como en el presente de subjuntivo, se da identidad de tema entre la II y la III conjugación.

    Este grupo -ia- es normalmente bisilábico. La dislocación del acento, lo mismo que en otras formas con hiato, es, sin embargo, fenómeno usual en el habla, lo que se refleja con frecuencia en la métrica del verso.



    1.a amé


    1.a amá-mos

    I. Sing...
    2.a amá-ste

    Plural
    2.a amá-steis


    3.a amó

    -
    3.a amá-ron


    1.a temí


    1.a temí-mos

    II. Sing...
    2.a temí-ste

    Plural
    2.a temí-steis


    3.a temió

    -
    3.a temié-ron


    1.a partí


    1.a partí-mos

    III. Sing...
    2.a partí-ste

    Plural
    2.a partí-steis


    3.a partió

    -
    3.a partié-ron



    La vocal o el diptongo que precede a la desinencia constituyen la característica de perfecto. También en este tiempo, como podemos observar, es idéntico el tema de la II y la III conjugación.

    2.o Tanto el imperfecto como el futuro de subjuntivo se forman agregando a la variante del tema de perfecto de la 3.a persona de plural, amá-, temié-, partié-, las características -se- y -ra- en el primer caso y -re- en el segundo. El acento de intensidad se mantiene siempre en la sílaba del tema originario.

    I. amá-se, amá-ra, amá-re; amá-se-s, amá-ra-s, amá-re-s, etc.

    II. temié-se, temié-ra, temié-re; temié-se-s, temié-ra-s, temié-re-s, etc.

    III. partié-se, partié-ra, partié-re; partié-se-s, partié-ra-s, partié-re-s, etc.

    Aquí también la II y la III conjugación uniforman sus temas.

    c) El futuro de indicativo y el condicional tienen su origen en dos perífrasis verbales en las que entran el infinitivo del verbo conjugado y el presente e imperfecto de indicativo, respectivamente, del verbo haber en sus formas contractas. Los dos componentes debieron conservar, durante mucho tiempo, su plena autonomía en las formas sintéticas amaré, amaría, de lo que es prueba el haber convivido con ellas, con más o menos intensidad, hasta época relativamente reciente, una forma analítica en la que, entre el infinitivo y los tiempos de haber, se interponen pronombres personales inacentuados: amaros he, partir vos edes (= habedes, habéis), amarle hía (= había). Pero en las formas sintéticas que acabaron por prevalecer llegó a perderse la significación y el carácter funcional de palabra regente que tenía haber en la perífrasis (como en han de + infinitivo, ant. an a + infinitivo), para quedar reducidas las formas he, ha-s, etc., a pura característica temporal. El infinitivo, a su vez, perdió el carácter funcional de término regido y su categoría gramatical, hasta conservar exclusivamente su contenido semántico, como una raíz verbal.

    En las tres conjugaciones el acento de intensidad recae uniformemente sobre la misma sílaba, dentro de cada tiempo: sobre la última del tema de futuro: amará-s, temerá-s, partirá-s; sobre la penúltima del tema de condicional: amaría-s, temería-s, partiría-s.

    d) Los perfectos fuertes pertenecen a la conjugación irregular. Forman dentro de ella un grupo caracterizado por el hecho de que no solo en los cambios de su raíz, propios de la conjugación irregular, sino también en la estructura de sus temas y características se apartan de las formas regulares, hecho casi excepcional dentro de la conjugación irregular. Por otra parte, a pesar de esta particularidad y de que los cambios de la raíz son de muy variada naturaleza: vocálicos, consonánticos y las más de las veces vocálicos y consonánticos a la vez, todos los perfectos fuertes se ajustan a un modelo temático especial que es estrictamente regular (con una sola excepción que afecta a una sola persona), lo que hace de los perfectos fuertes un grupo singularmente homogéneo. Esta es la razón por la que los hacemos figurar entre los cuadros de todos los demás temas y características. Nos limitamos aquí (para las variedades de la raíz, v. el § 2.12. a comparar las características de los perfectos regulares (o débiles) con las características de los perfectos fuertes, señalando en todas las formas la situación del acento prosódico (obsérvese que las características de los perfectos fuertes, a pesar de que estos pueden pertenecer a verbos de las tres conjugaciones: andar, haber, decir, se ajustan a un solo modelo, en contraste con las características de los perfectos regulares, que se ajustan a dos modelos diferentes; para ejemplificar la posición del acento prosódico de los perfectos fuertes escogemos uno cualquiera de entre ellos).

    Singular Plural




    1.a
    2.a
    3.a
    1.a
    2.a
    3.a

    Perfectos
    I conjugación
    am-é
    -á-

    -á-
    -á-
    -á-

    débiles
    II y III conju-

    ción....
    tem-í
    -í-
    -ió
    -í-
    -í-
    -ié-


    part-í
    -í-
    -ió
    -í-
    -í-
    -ié-



    andúv-e
    -í-
    -o
    -í-
    -í-
    -ié-








    -é-

    Perfectos

    fuertes
    I, II y conju-

    gación...
    (-é, 3.a persona plural, en los perfectos fuertes cuya raíz termi-

    na en -j: traj-e-ron, dij-é-ron, condujé-ron



    e) Del sistema latino de formas infinitivas o no personales solo han pasado a la lengua española el infinitivo, el gerundio y el participio; el primero solo en su forma activa y de presente; el gerundio como forma invariable, privado de sus morfemas de flexión nominal, y el participio, privado también de ellos, como todas las palabras nominales en español, pero con variación de género y número, como los nombres adjetivos, cuando funciona fuera de las formas compuestas de la flexión (v. 2.10.3a). El infinitivo y el gerundio de los verbos transitivos pueden acompañarse de complementos directos e indirectos nominales, o de acusativos y dativos pronominales; los de los verbos intransitivos, de dativos pronominales o de complementos con a equivalentes a ellos, no de manera diferente, en uno y otro caso, a como lo hacen las formas personales de las mismas clases de verbos. Estos complementos constituyen el carácter más genuino del régimen verbal. Infinitivo, participio y gerundio, asociados a formas personales, entran en diferentes clases de perífrasis para expresar conceptos de naturaleza verbal que las formas sintéticas de la conjugación española expresan ya en parte (modalidad, tiempo y aspecto verbal) y que otras lenguas desarrollan más ampliamente que la nuestra con recursos puramente morfológicos. Existe, pues, una estrecha relación entre el campo semántico de las formas de la conjugación y el de las construcciones perifrásicas verbales, que la Sintaxis trata de precisar.

    Los tres infinitivos amar, temer y partir mantienen (§ 2.10.4a) la característica del tema de presente de indicativo en su forma débil. Los participios amado, temido, partido son formas nominales que estudiaremos al tratar de la Derivación. De los participios irregulares con acentuación fuerte: puesto, visto, etc., tratamos en la conjugación irregular (v. § 2.12.11). Los gerundios de la I, amando, y de la III, partiendo, conservan el vocalismo latino en la sílaba acentuada; el de la II, temiendo, ha adoptado el vocalismo de la III española. Como vemos, la II y la III conjugación se uniforman también en el participio y el gerundio.

    Las formas procedentes del participio latino se emplearon esporádicamente durante algún tiempo, sobre todo en la Edad Media, con su pleno régimen verbal, como los infinitivos y los gerundios. Al fin, perdido este carácter, conservaron exclusivamente su naturaleza nominal, con la categoría de adjetivos o sustantivos derivados. El vocalismo de la sílaba acentuada, en los procedentes de la II y III conjugación española, coincide en unos casos con el de los gerundios: teniente, teniendo de tener; maldiciente, maldiciendo de maldecir. En otros casos, los procedentes de la II conjugación española conservan su vocal -e- originaria, en desacuerdo con el vocalismo del gerundio: descendente (también descendiente), descendiendo de descender; yacente, yaciendo de yacer. Inversamente, algunos procedentes de verbos de la II conjugación presentan la vocal e: urgente, urgiendo, de urgir. De estas particularidades se tratará en el capítulo sobre Derivación.

    2.10.5 El acento en el verbo. — Como resulta de las descripciones que hacemos en este capítulo, la acentuación esdrújula solo aparece dentro del verbo español en algunas formas débiles: am-ábamos, am-aríamos, etc., nunca en las formas fuertes, que son nueve en total (singular y 3.a persona de plural de los presentes de indicativo y subjuntivo, y 2.a persona de singular del imperativo): am-o...

  3. #3
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    Predeterminado Re: Normas del español.

    ..., am-e... y am-a. Esa razón explica el contraste acentual entre los sustantivos y adjetivos lástima, líquido, fórmula, íntimo, entre otros muchos, y las formas fuertes de los verbos correspondientes: lastima, líquido, formula, íntimo. Debemos decir, por lo tanto, alineo, alineas, alinee, delineo, etcétera, y no alíneo, alíneas, alínee, delíneo, como va siendo cada vez más frecuente oír y leer.

    CONJUGACIÓN REGULAR

    2.11.2 Primera conjugación. Modelo: amar.

    A. Formas no personales:

    Simples Compuestas:


    Infinitivo amar
    haber amado

    Gerundio amando
    habiendo amado

    Participio amado




    B. Formas personales:

    Modo indicativo

    Tiempos simples Tiempos compuestos:


    Presente

    (Bello: Presente)
    Pretérito perfecto compuesto

    (Bello: Ante-presente)

    amo
    he amado

    amas
    has amado

    ama
    ha amado

    amamos
    hemos amado

    amáis
    habéis amado

    aman
    han amado





    (Bello: Copretérito)
    Pretérito pluscuamperfecto

    (Bello: Ante-copretérito)

    amaba
    había amado

    amabas
    habías amado

    amaba
    había amado

    amábamos
    habíamos amado

    Pretérito imperfecto

    amabais
    habíais amado

    amaban
    habían amado





    Pretérito perfecto simple

    (Bello: Pretérito)
    Pretérito anterior

    (Bello: Ante-pretérito)

    amé
    hube amado

    amaste
    hubiste amado

    amó
    hubo amado

    amamos
    hubimos amado

    amasteis
    hubisteis amado

    amaron
    hubieron amado





    Futuro

    (Bello: Futuro)
    Futuro perfecto

    (Bello: Ante-futuro)

    amaré
    habré amado

    amarás
    habrás amado

    amará
    habrá amado

    amaremos
    habremos amado

    amaréis
    habréis amado

    amarán
    habrán amado





    Condicional

    (Bello: Pospretérito)
    Condicional perfecto

    (Bello: Ante-pospretérito)

    amaría
    habría amado

    amarías
    habrías amado

    amaría
    habría amado

    amaríamos
    habríamos amado

    amaríais
    habríais amado

    amarían
    habrían amado



    Modo subjuntivo


    Presente

    (Bello: Presente)
    Pretérito perfecto

    (Bello: Ante-presente)

    ame
    haya amado

    ames
    hayas amado

    ame
    haya amado

    amemos
    hayamos amado

    améis
    hayáis amado

    amen
    hayan amado






    Pretérito imperfecto

    (Bello: Pretérito)
    Pretérito pluscuamperfecto

    (Bello: Ante-pretérito)

    amase o amara
    hubiese o hubiera amado

    amases o amaras
    hubieses o hubieras amado

    amase o amara
    hubiese o hubiera amado

    amásemos o amáramos
    hubiésemos o hubiéramos amado

    amaseis o amarais
    hubieseis o hubierais amado

    amasen o amaran
    hubiesen o hubieran amado





    Futuro

    (Bello: Futuro)
    Futuro perfecto

    (Bello: Ante-futuro)

    amare
    hubiere amado

    amares
    hubieres amado

    amare
    hubiere amado

    amáremos
    hubiéremos amado

    amareis
    hubiereis amado

    amaren
    hubieren amado



    Modo imperativo

    Presente

    Ama

    Amad

    Segunda conjugación. Modelo: Temer

    A. Formas no personales:

    Simples Compuestas:


    Infinitivo temer
    haber temido

    Gerundio temiendo
    habiendo temido

    Participio temido




    B. Formas personales:

    Modo indicativo

    Tiempos simples Tiempos compuestos:


    Presente

    (Bello: Presente)
    Pretérito perfecto compuesto

    (Bello: Ante-presente)

    temo
    he temido

    temes
    has temido

    teme
    ha temido

    tememos
    hemos temido

    teméis
    habéis temido

    temen
    han temido





    Pretérito imperfecto

    (Bello: Copretérito)
    Pretérito pluscuamperfecto

    (Bello: Ante-copretérito)

    temía
    había temido

    temías
    habías temido

    temía
    había temido

    temíamos
    habíamos temido

    temíais
    habíais temido

    temían
    habían temido





    Pretérito perfecto simple

    (Bello: Pretérito)
    Pretérito anterior

    (Bello: Ante-pretérito)

    temí
    hube temido

    temiste
    hubiste temido

    temió
    hubo temido

    temimos
    hubimos temido

    temisteis
    hubisteis temido

    temieron
    hubieron temido





    Futuro

    (Bello: Futuro)
    Futuro perfecto

    (Bello: Ante-futuro)

    temeré
    habré temido

    temerás
    habrás temido

    temerá
    habrá temido

    temeremos
    habremos temido

    temeréis
    habréis temido

    temerán
    habrán temido





    Condicional

    (Bello: Pós-pretérito)
    Condicional perfecto

    (Bello: Ante-pospretérito)

    temería
    habría temido

    temerías
    habrías temido

    temería
    habría temido

    temeríamos
    habríamos temido

    temeríais
    habrías temido

    temerían
    habrían temido



    Modo subjuntivo


    Presente

    (Bello: Presente)
    Pretérito perfecto

    (Bello: Ante-presente)

    tema
    haya temido

    temas
    hayas temido

    tema
    haya temido

    temamos
    hayamos temido

    temáis
    hayáis temido

    teman
    hayan temido






    Pretérito imperfecto

    (Bello: Pretérito)
    Pretérito pluscuamperfecto

    (Bello: Ante-pretérito)

    temiese o temiera
    hubiese o hubiera temido

    temieses o temieras
    hubieses o hubieras temido

    temiese o temiera
    hubiese o hubiera temido

    temiésemos o temiéramos
    hubiésemos o hubiéramos temido

    temieseis o temierais
    hubieseis o hubierais temido

    temiesen o temieran
    hubiesen o hubieran temido





    Futuro

    (Bello: Futuro)
    Futuro perfecto

    (Bello: Ante-futuro)

    temiere
    hubiere temido

    temieres
    hubieres temido

    temiere
    hubiere temido

    temiéremos
    hubiéremos temido

    temiereis
    hubiereis temido

    temieren
    hubieren temido



    Modo imperativo

    Presente


    teme

    temed



    2.11.4. Tercera conjugación. Modelo: partir.

    A. Formas no personales:

    Simples Compuestas:


    Infinitivo partir
    haber partido

    Gerundio partiendo
    habiendo partido

    Participio partido




    B. Formas personales:

    Modo indicativo

    Tiempos simples Tiempos compuestos:


    Presente

    (Bello: Presente)
    Pretérito perfecto compuesto

    (Bello: Ante-presente)

    parto
    he partido

    partes
    has partido

    parte
    ha partido

    partimos
    hemos partido

    partís
    habéis partido

    parten
    han partido





    Pretérito imperfecto

    (Bello: Copretérito)
    Pretérito pluscuamperfecto

    (Bello: Ante-copretérito)

    partía
    había partido

    partías
    habías partido

    partía
    había partido

    partíamos
    habíamos partido

    partíais
    habíais partido

    partían
    habían partido

    Pretérito perfecto simple

    (Bello: Pretérito)
    Pretérito anterior

    (Bello: Ante-pretérito)

    partí
    hube partido

    partiste
    hubiste partido

    partió
    hubo partido

    partimos
    hubimos partido

    partisteis
    hubisteis partido

    partieron
    hubieron partido

    Futuro

    (Bello: Futuro)
    Futuro perfecto

    (Bello: Ante-futuro)

    partiré
    habré partido

    partirás
    habrás partido

    partirá
    habrá partido

    partiremos
    habremos partido

    partiréis
    habréis partido

    partirán
    habrán partido

    Condicional

    (Bello: Pós-pretérito)
    Condicional perfecto

    (Bello: Ante-pospretérito)

    partiría
    habría partido

    partirías
    habrías partido

    partiría
    habría partido

    partiríamos
    habríamos partido

    partiríais
    habríais partido

    partirían
    habrían partido



    Modo subjuntivo


    Presente

    (Bello: Presente)
    Pretérito perfecto

    (Bello: Ante-presente)

    parta
    haya partido

    partas
    hayas partido

    parta
    haya partido

    partamos
    hayamos partido

    partáis
    hayáis partido

    partan
    hayan partido






    Pretérito imperfecto

    (Bello: Pretérito)
    Pretérito pluscuamperfecto

    (Bello: Ante-pretérito)

    partiese o partiera
    hubiese o hubiera partido

    partieses o partieras
    hubieses o hubieras partido

    partiese o partiera
    hubiese o hubiera partido

    partiésemos o partiéramos
    hubiésemos o hubiéramos partido

    partieseis o partierais
    hubieseis o hubierais partido

    partiesen o partieran
    hubiesen o hubieran partido

    Futuro

    (Bello: Futuro)
    Futuro perfecto

    (Bello: Ante-futuro)

    partiere
    hubiere partido

    partieres
    hubieres partido

    partiere
    hubiere partido

    partiéremos
    hubiéremos partido

    partiereis
    hubiereis partido

    partieren
    hubieren partido

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    Predeterminado Re: Normas del español.

    Modo imperativo

    Presente

    Parte

    Caracteres distintivos.

    a) De los tres grupos en que pueden clasificarse los verbos españoles según la conjugación a que pertenecen, el primero es con mucha diferencia el más numeroso. Es también el más estable y productivo. Todos los verbos en -ar heredados proceden de la conjugación latina en -ãre. Todos los verbos creados en español por derivación directa se acomodan a la 1.a conjugación. La derivación con sufijos verbales da también formaciones en -ar: -ear, -ficar, -izar, -ntar, y casi todos los compuestos nuevos siguen también la 1.a conjugación. Fuera de estos casos, únicamente los verbos incoativos en -sc**ere de la 3.a conjugación latina, extinguida en romance, sirvieron de modelo para la formación de incoativos españoles en -cer, formación que tuvo mucha vitalidad desde los orígenes del idioma y aún la conserva en parte. Estos verbos en -cer, a diferencia de los formados mediante los sufijos derivativos de la 1.a conjugación, son todos irregulares (apart. [J] del § 2.12.4, 2.o).

    b) De la estabilidad de la 1.a conjugación no han participado la 2.a y la 3.a. Causa probable de ello fue la extinción en romance del paradigma latino-**ere, cuyos verbos se acomodaron a la conjugación -er o -ir española, en muchos casos sin razones claras a favor de la una o de la otra. De los dos verbos latino, de idéntica estructura en la parte final de la raíz: tang**ere y plang**ere, el primero hizo tañer y el segundo plañir. Verbos de una misma raíz, unos fueron a -er y otros a -ir, como correr y ocurrir. En español antiguo es frecuente la vacilación entre -er y -ir, de lo que todavía quedan algunas muestras en la conjugación irregular. La casi total igualación entre los paradigmas de la 2.a y la 3.a conjugación española (v. §§ 2.11.3 y 2.11.4) facilitó probablemente el trasiego. Varios verbos en -ir son defectivos (v. § 2.12.13) y algunos entraron en competencia con formaciones incoativas, que los desplazaron pronto: bastir, bastecer; enflaquir, enflaquecer; escarnir, escarnecer; gradir, gradecer. En la conjugación regular solo un verbo, de introducción reciente (1775-81, en Benito Bails, Elementos de Matemáticas), vacila entre -er y -ir, o dicho más bien, es de doble conjugación: converger, convergir. No ocurre lo mismo con el verbo divergir, de la misma raíz que el anterior y de introducción también reciente, aunque no ha dejado de incluirse la variante diverger en algunos diccionarios, como en el de Argentinismos de Lisandro Segovia, 1911. En contraste con divergir es la forma emerger la que se mantiene hasta hoy, a pesar de que algunos diccionarios recogen también la variante emergir.

    c) Tratamos a continuación de caracterizar fono-lógicamente los verbos regulares de las tres conjugaciones atendiendo al vocalismo de su raíz (penúltima sílaba del infinitivo).

    1.o Son regulares todos los verbos de la 1.a conjugación que tienen a, i o u en la raíz, excepto andar, su compuesto desandar y jugar.

    2.o Son regulares todos los verbos de la 1.a conjugación que tienen diptongo en la penúltima sílaba del infinitivo. Todos los diptongos propios pueden figurar en esta posición: envainar, peinar, cohibir, defraudar, adeudar; apiadar, inquietar, gestionar, aguantar, frecuentar; arruinar, enviudar. A veces también diptongos impropios: ahorrar, ahogar, empeorar. Son escasos los que deshacen el diptongo en las formas fuertes: co-híbo, a veces arru-ino. El diptongo impropio se deshace siempre en esas formas: a-horro, a-hogo, empe-oro.

    3.o Son regulares todos los verbos de la 1.a conjugación cuyo infinitivo termina en -aar, -ear, -iar, -oar, -uar. Este carácter no va nunca unido al del punto anterior, excepto en desahuciar y en algún otro verbo de uso muy raro, como acuantiar.

    4.o Ningún verbo, regular ni irregular, presenta vocalismo i-er ni u-er en la 2.a conjugación.

    5.o Los escasos verbos de la 3.a conjugación que presentan diptongo en la penúltima sílaba del infinitivo, son todos regulares: aplaudir, disuadir, persuadir, reunir y algún otro.

  5. #5
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    Predeterminado Re: Normas del español.

    CONJUGACIÓN IRREGULAR

    Introducción.

    a) Como ya hemos visto (§ 2.10.1c), las irregularidades que se presentan en la conjugación española, con raras excepciones de que hablaremos más adelante, afectan a la raíz verbal. Son pocos los casos en que estos cambios de la raíz proceden de la lengua latina. Así, en parte, los perfectos fuertes. En su conjunto, las irregularidades son resultado de la acción de las leyes fonéticas sobre el sistema entero de la lengua española. El estudio de esta acción compleja, en todas sus fases históricas, está reservado a obras especiales. En la exposición que sigue nos limitamos, dentro de lo posible, a la determinación de los caracteres puramente formales que definen y clasifican una irregularidad dada, entendiéndose que el empleo de fórmulas genéticas como «se agrega a», «procede de», «tiene prelación sobre», etc., no pasa de ser un recurso convencional al que acudimos en defecto de fórmulas adecuadas para la descripción de un estado, no un proceso, lingüístico.

    Para la entera descripción de una irregularidad determinada hay que tener en cuenta dos series de datos: 1.o, los que se refieren a su estructura fonológica, y 2.o, los que se refieren a su extensión (formas flexivas, conjugaciones y verbos en que aparece). Los examinamos sumariamente a continuación.

    b) La irregularidad puede ser vocálica, consonántica o mixta.

    1.o Irregularidad vocálica. La forma irregular presenta en la raíz una vocal más cerrada, pero del mismo timbre, que la vocal de la raíz, tal como esta raíz aparece en el infinitivo: de ped-ir, pid-ió; de mor-ir, mur-ió; o un diptongo creciente, siempre con vocal silábica e: de quer-er, quier-o; de volv-er, vuelv-o; de inquir-ir, inquier-o; de jug-ar, jueg-o. Estas seis irregularidades o variaciones: e/i (I), o/u (II), e/ie (III), o/ue (IV), i/ie (V), u/ue (VI), se presentan con cierta simetría fonológica, simetría que reaparece en la manera de estar distribuidas dentro de la flexión, como veremos.

    2.o Irregularidad consonántica. Puede consistir en la sustitución de una consonante por otra (la consonante de la forma irregular es siempre sonora): hac-er, hag-a; hab-er, hay-a (VII), o en la adición de una consonante a la consonante final de la raíz del infinitivo: nac-er, nazc-o; sal-ir, salg-o; ven-ir, veng-o (VIII), o en la adición de una consonante a la última vocal de la raíz del infinitivo: hu-ir, huy-o; o-ír, oy-e (IX).

    3.o Irregularidad mixta. Se produce por la sustitución de una vocal y una consonante por otra vocal y otra consonante, simultáneamente: dec-ir, dig-o; sab-er, sep-a; cab-er, quep-a (X), o por la agregación del grupo -ig- a la última vocal de la raíz: o-ír, oig-o; tra-er, traig-a (XI).

    4.o En los párrafos finales de este capítulo se examinan las irregularidades que afectan al tema (di, haz ... doy, voy ...), o al tema y a la raíz simultáneamente (perfectos fuertes), así como algunas otras irregularidades de carácter excepcional por ser de sistematización más difícil que las examinadas hasta aquí: contracciones, verbos con más de una raíz, futuros y condicionales irregulares, participios y gerundios irregulares (§§ 2.12.6 a 2.12.12). En casi todos estos casos la irregularidad no suele presentarse sola, sino asociada a otra o a otras irregularidades dentro del verbo o de los pocos verbos a que se extiende.

    c) Para la distribución de cada una de estas clases de irregularidades entre las formas del verbo y la conjugación a que pertenecen hay que atenerse a los datos siguientes:

    1.o Las cuatro irregularidades vocálicas que consisten en un diptongo: variaciones (III), (IV), (V) y (VI) (apart. 1.o del § 2.12.1b anterior) afectan exclusivamente a las nueve formas fuertes del verbo, es decir, a las formas con acento de intensidad en el radical, que son: todo el singular y la 3.a persona de plural de los dos presentes (indicativo y subjuntivo) y el singular del imperativo (v. § 2.10.5). Así de acertar: acierto, aciertas, acierta, aciertan; acierte, aciertes, acierte, acierte; acierta. Estas irregularidades se hallan siempre, por lo tanto, condicionadas por el acento de intensidad. Aparecen en verbos que pertenecen a las tres conjugaciones -ar, -er, -ir, en la distribución que veremos.

    2.o Las irregularidades vocálicas (I) y (II) afectan a todas las formas en que la sílaba que sigue a la raíz no contiene i silábica, que son: todo el singular y la 3.a persona de plural del presente de indicativo, así de pedir: pido, pides, pide, piden; todo el subjuntivo: pida, pidas, pida, pidamos, pidáis, pidan; en singular del imperativo: pide; las 3.as personas del perfecto simple: pidió, pidieron; todas las formas derivadas del mismo: pidiera ... pidiese .. pidiere..., y el gerundio: pidiendo, en contraste con las formas en que la sílaba que sigue a la raíz es una -i- silábica: ped-i-mos, ped-í-a, ped-i-r, ped-i-do, etc. Por consiguiente, esta irregularidad se halla condicionada, con independencia del acento de intensidad, por la presencia o no presencia de -i- silábica en el tema y, según esto, pertenece a verbos de la 3.a conjugación.

    3.o A estas mismas formas —exceptuado el pretérito perfecto simple, sus tiempos derivados y el gerundio— afecta la irregularidad consonántica (IX) (apart. 2.o del § 2.12.1b anterior). Así de huir: huyo, huyes, huye; huya, huyas, huya, huyamos, huyáis, huyan; huye (para la -y- del gerundio huyendo y del perfecto simple y tiempos afines: huyó, huyeron, etc., véase § 2.12.1f, 1.o) en contraste con hu-i-mos, hu-í-s, etc. Por razón análoga a la del apartado anterior, esta irregularidad se extiende solo a verbos de la 3.a conjugación.

    4.o Las restantes irregularidades consonánticas y las mixtas (aparts. 2.o y 3.o del § 2.12.1b anterior) se producen, con independencia del acento, en las formas con o temática del presente de indicativo y al mismo tiempo en las formas con a temática del presente de subjuntivo: Afectan, por consiguiente, a verbos de la 2.a y la 3.a conjugación. Así de valer: valgo, valga...; de salir: salgo, salga...; de oír: oigo, oiga; de caber: quepo, quepa...

    d) Varía notablemente el número de verbos a que se extiende cada una de las irregularidades examinadas hasta aquí. Algunas se producen en uno o dos verbos. Así la variación u/ue (VI): jugar, o la variación i/ie (V): inquirir y adquirir. En algunos casos todos los verbos que poseen, con exclusión de otros, una determinada irregularidad presentan en el infinitivo una estructura común a partir de la vocal radical. Es el caso de inqu-irir y adqu-irir. Hablamos entonces resumidamente de verbos terminados en -irir, porque todos ellos, y solo ellos, contienen la variación de que se trata. Lo mismo ocurre con los verbos en -uir, cerca de cuarenta en total, del grupo (IX) (variación u/uy). Hablamos también de verbos en -edir porque todos los que presentan esta estructura aparecen sometidos a la variación e/i del grupo (I). Pero en este caso y otros semejantes, de la misma variación participan otros verbos de diferente, aunque análoga estructura: verbos en -egir, -etir, etc. La situación no es la misma, en cambio, por lo que hace a los verbos con variación vocálica e/ie, o/ue, grupos (III) y (IV). No existe para ellos la posibilidad de una caracterización formal que los abarque a todos bajo un infinitivo de estructura común, o bajo diversos infinitivos de estructuras análogas, como en el caso del grupo (I). De los dos verbos renovar y innovar, por ejemplo, de una misma estructura y hasta de una misma etimología, el primero diptonga y el segundo no. Lo mismo ocurre con otros pares: defender, ofender. Hablamos entonces de verbos en -o-ar (apart. [C]), -e-ar (apart. [b]), etcétera, recurriendo a una fórmula demasiado general que no caracteriza al grupo heterogéneo, pero que es útil a veces en nuestra exposición.

    e) Ocurre con alguna frecuencia en la conjugación irregular española que dentro de un verbo o de un determinado grupo de verbos aparezcan dos o más irregularidades de clases diferentes. Todos los perfectos fuertes (excepto anduve) y los futuros y condicionales (para unos y otros, v. §§ 2.12.9 y 2.12.10), por ejemplo, pertenecen a verbos en los que se da alguna otra o algunas otras irregularidades. Llamamos especialmente la atención sobre el hecho de que algunas formas verbales aparecen sometidas a dos clases de irregularidades. Si las dos concurren dentro de un mismo verbo, una de ellas deja de actuar necesariamente. En la concurrencia de las irregularidades (VIII) y (III), como en tener y venir, (VIII) tiene la preferencia:


    tengo
    tenga

    tienes
    tengas

    tiene
    tenga

    ........
    tengamos

    ........
    tengáis

    tienen
    tengan



    (Van en cursiva las formas en que deja de actuar (III), es decir, en ellas tien- cede en favor de teng-).

    En la concurrencia de (I) con (III), por el contrario, como en sentir y otros muchos verbos, tiene la preferencia (III):


    siento
    sienta

    sientes
    sientas

    siente
    sienta

    .........
    sintamos

    .........
    sintáis

    sienten
    sientan



    (En cursiva las formas en que deja de actuar (I), es decir, en ellas sint- cede en favor de sient-).

    f) No parece necesario advertir que en la clasificación de las irregularidades no entran para nada las variaciones simplemente ortográficas, como sigo/sigue, dirigimos/dirijamos, hice/hizo, etc. Nazco no es una variante de nace por la presencia de z (tanto la z de nazco como la c de nace en este caso representan el fonema /**/, sino por la c, representación aquí del fonema /k/. La variación es, por consiguiente, /**/ ~ /**k/.

    Algunas aparentes anomalías obedecen a principios generales fonológicos del sistema español y no constituyen tampoco, por consiguiente, irregularidad. Las enumeramos a continuación.

    1.o Los verbos regulares leer, proveer, creer y los irregulares en -uir, así como caer, oír y sus compuestos tienen consonante y en el gerundio, en el tema de perfecto (3.as personas) y en el de los tiempos derivados del mismo: le-yendo, le-yó, le-ye-ron, le-ye-se ... o-yó ...hu-yó ... ca-yó ... etc., en vez de la vocal i de los verbos cuya raíz termina en consonante: tem-iendo, tem-ió, tem-ie-ron, tem-ie-se ... durm-ió, durm-ie-se ... val-ió, val-ie-se, etc. La imposibilidad de la delimitación silábica /lei.ó/ o /le.ió/, lo mismo que en el caso del plural de rey /**réy/: /**réi.es/ o /**ré.ies/, explica fonológicamente las formas le-yó, re-yes, con consonante y.

    2.o Por razones análogas, tanto hierro, hiervo, de herrar, hervir, como yerro, yergo, de errar, erguir, son producto de la variación e/ie (I), pero con el fonema consonántico y, no con el vocálico no silábico i-.

    3.o En el perfecto simple (3.as personas), en sus tiempos afines y en el gerundio de los verbos tañer, atañer y de los terminados en -añir, -iñir, -uñir y -ullir, todos ellos regulares, y en las mismas formas de los terminados en -eñir, todos irregulares, no se escribe la i propia del tema de los verbos de la 2.a y la 3.a conjugación.

    g) Los tiempos compuestos no tienen más irregularidades que las del auxiliar haber y las de algunos participios. De unas y otras tratamos en epígrafes especiales de este capítulo (apart. [i] y § 2.12.11).

  6. #6
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    Predeterminado Re: Normas del español.

    Caracterización general de los verbos irregulares.

    1.o Todos los verbos irregulares en -ar, con muy pocas excepciones, no tienen más irregularidades que una de las dos variaciones e/ie (III), o/ue (IV) y solo esa.

    2.o Los verbos de la 3.a conjugación de estructura -e-ir, con muy raras excepciones, son todos irregulares (aparts. [A] y [b], 3.o).

    3.o Los imperfectos de indicativo carecen de irregularidades, salvo muy raras excepciones, que se reducen casi exclusivamente a los imperfectos, heredados del latín, era e iba, de los verbos de raíz múltiple ser e ir (§ 2.12..

    4.o Existe cierto grado de simetría formal en las irregularidades, como hemos observado ya especialmente en las irregularidades vocálicas, su distribución y su concurrencia. Refiriéndose a las irregularidades del verbo castellano hablaba ya Bello (nota XI de su Gramática) de la «regularidad... de sus mismas irregularidades».

    Irregularidades vocálicas.

    [A] Variación e/i (I). Aparece i y no e en la raíz cuando el vocalismo de la sílaba siguiente no es simplemente -i- (es decir, no consiste en i silábica). Esta irregularidad se extiende solamente a verbos de la 3.a conjugación (esquema: -e-ir)


    pid-o
    pid-a


    pid-e-s
    pid-a-s

    Presentes
    pid-e
    pid-a


    ped-i-mos
    pid-a-mos


    ped-í-s
    pid-á-is


    pid-e-n
    pid-a-n

    Imperativo
    pid-e


    ped-i-d


    ped-í


    ped-i-ste

    Perfecto simple
    pid-ió


    ped-i-mos


    ped-i-steis


    pid-ie-ron

    Tiempos derivados
    pid-ie-ra, pid-ie-ras ... pid-ie-se,

    del perfecto simple
    pid-ie-se-s ...


    pid-ie-re, pid-ie-res ...

    Formas no personales
    pedir, pedido, pid-iendo.


    Se extiende esta irregularidad a los verbos servir y deservir y además a todos los verbos cuyo infinitivo presenta en su estructura una de las terminaciones siguientes (algunas de ellas pertenecen a un verbo único)

    -ebir: concebir.

    -edir: medir, desmedirse, comedir, descomedirse, remedir; pedir, despedir, impedir, expedir y reexpedir.

    -egir: elegir, reelegir, colegir, recolegir; regir, corregir.

    -eguir: seguir, conseguir, perseguir, proseguir, reseguir y subseguir.

    -emir: gemir.

    -enchir: henchir, rehenchir.

    -endir: rendir.

    -eñir: ceñir, desceñir; constreñir (o costreñir), estreñir; heñir; reñir; teñir, desteñir, reteñir.

    -estir: vestir, desvestir, investir, revestir, sobrevestir, travestir; embestir.

    -etir: derretir; competir, repetir.

    Todos los verbos terminados em -eír, que son: desleír; engreírse; freír, refreír, sofreír; reír, sonreír, se acomodan a este mismo paradigma. Agregan siempre, por otra parte, la irregularidad vocálica que consiste en suprimir la i de los diptongos io, ie, propios de los temas de perfecto (3.as personas), y la i del diptongo ie, propio de todas las formas flexivas derivadas del perfecto simple y del gerundio (señalamos con asterisco esta irregularidad secundaria y con un punto, como hicimos en el Cáp. 1.4, el límite silábico entre vocales, para marcar bien el hiato de estos verbos).


    rí-o
    rí-a


    rí.e-s
    rí.a-s

    Presentes
    ri.e
    rí.a


    re.í.-mos
    ri.a-mos


    re.í-s
    ri.á-is


    rí.e-n
    rí.a-n

    Imperativo
    rí.e


    re.i.d


    re.í


    re.í-ste

    Perfecto simple
    *ri.ó


    re.í-mos


    re.í-steis


    *ri.e-ron

    Tiempos derivados

    del perfecto simple
    *ri.e-ra, *ri.e-ras ... *ri.e-se, *ri.e-se-s ... *ri.e-re, *ri.e-re.s ...

    Formas no personales
    re.ír, *ri.endo, re.ído.


    Esta supresión de la i no silábica del tema no está condicionada, como en el caso de los verbos en -eñir, por razones fonológicas de alcance general y debe considerarse como verdadera irregularidad.

    Para el verbo decir y sus compuestos, a los que se extiende también la variación e/i, pero como irregularidad mixta y asociada además a otras clases de irregularidad, véase el § 2.12.14.

    [b] Variación e/ie (III). La raíz presenta ie en vez de e en todas las formas fuertes de la flexión (singular y 3.a persona de plural de los dos presentes y singular del imperativo).

    1.o Verbos de 1.a conjugación (esquema: e-ar).


    aciert-o
    aciert-e


    aciert-a-s
    aciert-e-s

    Presentes
    aciert-a
    aciert-e


    acert-a-mos
    acert-e-mos


    acert-á-is
    acert-é-is


    aciert-a-n
    aciert-e-n

    Imperativo
    aciert-a


    acert-a-d


    Se extiende esta irregularidad a los verbos siguientes:

    Acertar, desacertar;

    Adestrar;

    Alebrarse ‘acobardarse’;

    Alentar, desalentar;

    Apacentar;

    Apernar, despernar, entrepernar;

    Apretar, desapretar, reapretar;

    Arrendar ‘dar o tomar en arriendo’, desarrendar, subarrendar;

    Arrendar ‘sujetar por las riendas’;

    Aterrar ‘derribar, abatir’, desterrar, enterrar, desenterrar, soterrar;

    Atravesar;

    Calentar, recalentar;

    Cegar;

    Cerrar, encerrar, desencerrar;

    Cimentar;

    Comenzar;

    Concertar, desconcertar;

    confesar;

    Dentar ‘echar los dientes’, ‘formar dientes a una cosa’, endentar, desdentar;

    Derrengar;

    Deslendrar;

    Desmembrar;

    Despertar;

    Despezar;

    Emparentar;

    Empedrar, desempedrar;

    Empezar;

    Encomendar, recomendar;

    Enhestar ‘poner enhiesto’;

    Enmendar, remendar;

    Enlenzar;

    Ensangrentar;

    Errar;

    Estregar, restregar;

    Fregar, refregar, transfregar (o trasfregar);

    Gobernar, desgobernar;

    Helar, deshelar;

    Herbar, desherbar;

    Herrar, desherrar, reherrar;

    Incensar;

    Infernar;

    Invernar (o hibernar, hoy menos frecuente), desinvernar;

    Manifestar;

    Melar, amelar, desmelar, enmelar;

    Mentar;

    Merendar;

    Negar, abnegar, denegar, desnegar, renegar, derrenegar;

    Nevar, desnevar;

    Pensar, repensar;

    Plegar, desplegar, replegar;

    Quebrar, aliquebrar, perniquebrar, requebrar, resquebrar;

    Recentar ‘poner la levadura’;

    Regar, sorregar;

    Regimentar ‘reducir a regimientos varias compañías o partidas sueltas’;

    Retentar ‘volver a amenazar la enfermedad’ (lat. retenãre);

    Reventar;

    Salpimentar;

    Sarmentar;

    Segar, resegar;

    Sembrar, resembrar, sobresembrar;

    Sentar, asentar, desasentar;

    Serrar, aserrar;

    Sosegar, desasosegar;

    Templar, destemplar;

    Tentar (lat. temptãre), atentar, desatentar ‘hacer perder el tiento’, destentar ‘quitar la tentación’);

    Trasegar;

    Tropezar;

    Ventar, aventar, desventar, reaventar.

    Se extiende también a todos los verbos cuyo infinitivo termina en -emblar, que son: temblar y su compuesto retemblar.

  7. #7
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    Predeterminado Re: Normas del español.

    2.o Verbos de la 2.a conjugación (esquema: -e-er).


    tiend-o
    tiend-a


    tiend-e-s
    tiend-a-s

    Presentes
    tiend-e
    tiend-a


    tend-e-mos
    tend-a-mos


    tend-é-is
    tend-á-is


    tiend-e-n
    tiend-a-n

    Imperativo
    tiend-e


    tend-e-d


    Se extiende esta irregularidad a los verbos:

    Ascender, descender, trascender (o trascender), condescender;

    Defender;

    Encender;

    Heder;

    Hender;

    Tender, atender, contender, distender, entender, extender, subtender, coextenderse, desatender, desentenderse, sobreentender (o sobrentender), subentender;

    Y además a todos los verbos cuyo infinitivo presenta en su estructura una de las terminaciones siguientes (algunas de ellas pertenecen a un verbo único):

    -erder: perder;

    -erner: cerner;

    -erter: verter, reverter ‘rebosar, verter, derramar’, sobreverterse, trasverter.

    Poseen esta misma variación, pero asociada a otras irregularidades, los verbos querer, tener y sus compuestos (v. § 2.12.14).

    3.o Verbos de la 3.a conjugación (esquema: -e-ir).


    disciern-o
    disciern-a


    disciern-e-s
    disciern-a-s

    Presentes
    disciern-e
    disciern-a


    discern-i-mos
    discern-a-mos


    discern-í-s
    discern-á-is


    disciern-e-n
    disciern-a-n

    Imperativo
    disciern-e


    discern-i-d


    Siguen esta irregularidad:

    Cernir, discernir, concernir;

    Hendir.

    Poseen esta misma irregularidad, pero asociada a otras, el verbo venir y sus compuestos (v. § 2.12.14).

    [C] Variación o/ue (IV). La raíz presenta ue en vez de o en todas las formas fuertes de la flexión (singular y 3.a persona de plural de los dos presentes y singular del imperativo).

    1.o Verbos de la 1.a conjugación (esquema: -o-ar):



    suen-o
    suen-e


    suen-a-s
    suen-e-s

    Presentes
    suen-a
    suen-e


    son-a-mos
    son-e-mos


    son-á-is
    son-é-is


    suen-a-n
    suen-e-n

    Imperativo
    suen-a


    son-a-d



    Se extiende esta irregularidad a los verbos siguientes:

    Abuñolar;

    Acordar. ‘poner de acuerdo’, concordar ‘estar de acuerdo’, desacordar ‘estar en desacuerdo’, discordar ‘discrepar’;

    Acordar ‘volver uno en su juicio, despertar’, acordarse ‘recordar’;

    Acornar, descornar, mancornar;

    Acostar, recostar;

    Almorzar;

    Amoblar;

    Amolar;

    Apostar;

    Asolar ‘poner por el suelo, destruir, arrasar’;

    Avergonzar, desvergonzarse;

    Azolar;

    Clocar, aclocar, enclocar;

    Colar, escolar, recolar, trascolar;

    Consolar, desconsolar, desolar;

    Contar, descontar, recontar;

    Costar;

    Degollar;

    Denostar;

    Derrocar ‘derribar’;

    Descollar;

    Descordar, encordar, desencordar;

    Desflocar;

    Desmajolar;

    Desollar;

    Desosar;

    Dolar;

    Emporcar;

    Encorar ‘cubrir con cuero’;

    Encovar ‘encerrar, guardar’;

    Engorar, de güero (también huero);

    Engrosar, desengrosar;

    Entortar;

    Follar y afollar ‘soplar con fuelle’;

    Forzar, esforzar, reforzar;

    Hollar, rehollar;

    Mostrar, demostrar;

    Poblar, despoblar, repoblar;

    Probar, aprobar, comprobar, desaprobar, improbar, reprobar;

    Recordar ‘despertar’, ‘tener recuerdo de algo’;

    Regoldar;

    Renovar;

    Resollar;

    Rodar;

    Rogar;

    Solar, sobresolar;

    Soldar, desoldar;

    Soltar;

    Sonar, asonar ‘asonantar’, consonar, disonar, malsonar, resonar;

    Soñar, ensoñar, trasoñar;

    Tostar, retostar;

    Trascordarse;

    Trocar, destrocar, trastrocar y traslocar;

    Tronar, atronar, retronar;

    Volar, revolar, trasvolar;

    Volcar, revolcar;

    Y además a todos los verbos cuyos infinitivos presentan en su estructura una de las terminaciones siguientes (la segunda pertenece a un solo verbo):

    -olgar: colgar, descolgar; holgar;

    -ontrar: encontrar.

    2.o Verbos de la 2.a conjugación (esquema: -o-er):


    vuelv-o
    vuelv-a


    vuelv-e-s
    vuelv-a-s

    Presentes
    vuelv-e
    vuelv-a


    volv-e-mos
    volv-a-mos


    volv-é-is
    volv-á-is


    vuelv-e-n
    vuelv-a-n

    Imperativo
    vuelv-e


    volv-e-d


    Se extiende esta irregularidad a los verbos cocer, escocer, recocer y además a todos los verbos cuyo infinitivo presenta en su estructura una de las terminaciones siguientes:

    -oler: oler; doler, condoler; moler, demoler; soler.

    -olver: absolver, disolver, resolver; volver, devolver, envolver, revolver, desenvolver.

    -orcer: torcer, retorcer.

    -order: morder, remorder.

    -over: llover; mover, conmover, promover, remover.

    El verbo poder participa también de esta irregularidad, asociada a otras irregularidades (v. § 2.12.14).

    [D] La variación e/i (I) y la variación e/ie (III) concurren en un mismo verbo. En cuanto a la distribución de las variantes (v. § 2.12.1e), se emplea -i- en todas las formas en que es de uso en un verbo con variación e/i (apart. [A], pero cede en favor de -ie- en todas las formas fuertes de los presentes y del imperativo; en las formas restantes se emplea -e-.

    Afecta, por consiguiente, a verbos de la 3.a conjugación.


    sient-o
    sient-a


    sient-e-s
    sient-a-s

    Presentes
    sient-e
    sient-a


    sent-i-mos
    sint-a-mos


    sent-í-s
    sint-á-is


    sient-e-n
    sient-a-n

    Imperativo
    sient-e


    sent-i-d


    sent-í


    sent-i-ste

    Perfecto simple
    sint-ió


    sent-i-mos


    sent-i-steis


    sint-ie-ron

    Tiempos derivados

    del perfecto simple
    sint-ie-ra, sint-ie-ras ... sint-ie-se, sint-ie-se-s ...

    sint-ie-re, sint-ie-re-s ...

    Formas no personales
    sentir, sentido, sint-iendo


    Se extiende esta concurrencia de irregularidades a los verbos hervir y rehervir y además a todos los verbos que presentan en su estructura una de las terminaciones siguientes:

    -entir: arrepentirse; mentir, desmentir; sentir, asentir, consentir, disentir, presentir, resentir, desconsentir.

    -erir: adherir; conferir, deferir, diferir, inferir, preferir, proferir, referir, transferir (y trasferir); digerir, ingerir ‘introducir alimentos por la boca’; sugerir; herir, malherir, reherir ‘rebatir’, zaherir; injerir ‘insertar’; requerir.

    -ertir: advertir, controvertir, convertir, divertir, invertir, pervertir, revertir, subvertir, desadvertir.

    Erguir suele conjugase como los verbos de este grupo:

    Yergo, yergues, yergue, erguimos, erguís, yerguen;

    Yerga, yergas, yerga, irgamos, irgáis, yergan;

    Yergue, erguid;

    Erguí, erguiste, irguió, erguimos, erguisteis, irguieron;

    Irguiese, irguieses... irguiera, irguieras... irguiere, irguieres...;

    Erguir, erguido, irguiendo.

    Pero las formas fuertes de los presentes y del imperativo aparecen frecuentemente, sobre todo desde el siglo XIX, con vocal -i-, como las de un verbo con variación e/i (v. apart. [A]: irgo, irgues... irga, irgas...

  8. #8
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    Predeterminado Re: Normas del español.

    [E] La variación o/u (II) y la variación o/ue (IV) concurren en un mismo verbo. La distribución de las tres variantes o/u/ue entre las diferentes formas es simétrica a las de las variantes e/i/ie del grupo anterior [D]:


    duerm-o
    duerm-a


    duerm-e-s
    duerm-a-s

    Presentes
    duerm-e
    duerm-a


    dorm-i-mos
    durm-a-mos


    dorm-í-s
    durm-á-is


    duerm-e-n
    duerm-a-n

    Imperativo
    duerm-e


    dorm-i-d


    dorm-í


    dorm-i-ste

    Perfecto simple
    durm-ió


    dorm-i-mos


    dorm-i-steis


    durm-ie-ron

    Tiempos derivados

    del perfecto simple
    durm-ie-ra, durm-ie-ra-s ... durmie-se, durm-ie-se-s ... durm-ie-re, durm-ie-re-s ...

    Formas no personales
    dormir, dormido, durm-iendo


    Se extiende esta doble variación a todos los verbos terminados en -orir y -ormir, que son:

    Morir, entremorir, premorir;

    Dormir, adormir.

    [F] Variación de e/i (I). Se emplea -ie- en las formas fuertes de los presentes y en el imperativo:


    adquier-o
    adquier-a


    adquier-e-s
    adquier-a-s

    Presentes
    adquier-e
    adquier-a


    adquir-i-mos
    adquir-a-mos


    adquir-í-s
    adquir-á-is


    adquier-e-n
    adquier-a-n

    Imperativo
    adquier-e


    adquir-i-d


    Poseen esta irregularidad los verbos en -irir, que son: adquirir e inquirir.

    [G] Variación u/ue (VI). Se emplea la variante -ue- en lugar de -u- en todas las formas fuertes de los presentes y del imperativo. Esta irregularidad aparece solo en el verbo jugar.


    jueg-o
    jueg-a


    jueg-a-s
    juegu-e-s

    Presentes
    jueg-a
    juegu-e


    jug-a-mos
    jugu-e-mos


    jug-á-is
    jugu-é-is


    jueg-a-n
    juegu-e-n

    Imperativo
    jueg-a


    jug-a-d


    2.12.4. Irregularidades consonánticas.

    1.o Sustitución de una consonante por otra. (Variación VII).

    [H] Variación / ~ /g/, escrita c/g (VII). Se emplea la variante /g/ en lugar de /***/ en la 1.a persona de singular del presente de indicativo y en todo el presente de subjuntivo:

    hag-o
    hag-a

    hac-e-s
    hag-a-s

    hac-e
    hag-a

    hac-e-mos
    hag-a-mos

    hac-é-is
    hag-á-is

    hac-e-n
    hag-a-n


    Poseen esta irregularidad el verbo hacer y sus compuestos contrahacer, deshacer y rehacer.

    A la irregularidad consonántica señalada se asocian en estos verbos la apócope en el singular del imperativo (v. § 2.12.7):

    Haz,

    El perfecto fuerte (v. § 2.12.9), con las formas de subjuntivos que de él se derivan (v. § 2.10.4a):

    Hice, hiciste, hizo, hicimos, hicisteis, hicieron;

    Hiciera, hiciese, hiciere; hicieras, hicieses, hicieres, etc.,

    Y el futuro y el condicional basados en el infinitivo contracto har- (v. § 2.10.10):

    Haré, harás; haría, harías, etc.

    Sigue este mismo paradigma satisfacer, que conserva la -f- del latín fac**ere (= hacer) en todas las formas de la flexión:

    Satisfago, satisfaces... satisfaga, satisfagas... etc.;

    Satisfaz (pero también sin apocopar: satisface);

    Satisfacía, satisfacías, etc.;

    Satisfice, satisficiste, etc.;

    Satisficiera, satisficiese, satisficiere; satisficieras, satisficieses, satisficieres, etc.

    El verbo yacer tiene una 1.a persona de singular del presente de indicativo y un presente de subjuntivo con la misma irregularidad que hacer: yago, yagas, yaga, yagamos, yagáis, yagan (v. apart. [K] siguiente).

    [i] Variación b/y (VII). Se emplea la variante y en el presente de subjuntivo:

    Hay-a

    Hay-ha-s

    Hay-a

    Hay-ha-mos

    Hay-á-is

    Hay-ha-n

    Solo el verbo haber posee esta irregularidad. Se asocian, además, a ella las siguientes:

    Contracción en el presente de indicativo. Algunas personas presentan doble forma, regular e irregular. Se imprimen en cursiva las irregulares:

    He

    Has

    Ha

    Hemos, habemos

    Heis, habéis

    Han

    Tiene también perfecto fuerte (v. § 2.12.9), con las formas de subjuntivo que de él se derivan (v. § 2.10.4a):

    Hube, hubiste, hubo, hubimos, hubisteis, hubieron;

    Hubiera, hubiese, hubiere; hubieras, hubieses, hubieres, etc.,

    Y futuro y condicional sincopados (v. § 2.12.10):

    Habré, habrás, habrá, habremos, habréis, habrán;

    Habría, habrías, habría, habríamos, habríais, habrían.

    El imperativo carece de singular.

    El verbo haber desempeña las siguientes funciones principales (v. a continuación los apartados 1 y 2):

    1. Sus formas simples entran en la composición de los tiempos compuestos de todos los verbos (regulares e irregulares; transitivos, intransitivos y reflexivos) y en las perífrasis verbales con de + infinitivo: he amado... había amado... hube amado... etc.; he de amar... había de amar... hube de amar... etc. Hoy se emplea raramente en la lengua común el presente regular habemos en vez del irregular hemos del cuadro anterior (habemos de comenzar, Ortega y Gasset, Obras completas, I, ed. 4.a, 1906, Pág. 39), y es acaso más inusitado todavía o completamente inusitado el irregular heis en vez de regular habéis del mismo cuadro.

    2. Las 3.as personas de singular de los tiempos simples y compuestos de haber (casi no se usa hubo habido) se emplean en frases sin sujeto, con un complemento directo nominal o pronominal más frecuentemente indeterminado, para designar la existencia, situación, acaecimiento, etc., de lo significado por el complemento directo: Ha habido alguien, Hubo muchos contratiempos, Habrá fiesta, Había mucho por hacer, mucho que decir, etc. Al mismo origen se remonta la fórmula Habría que hacer mucho (procedente de Habría mucho que hacer), extendida luego a verbos intransitivos: Habría que irse. En estos y otros casos análogos el presente adopta la forma hay: Hay nieve, Hay que ver, Hay quien dice, No las hay ahora, etc.

    Se emplea también el presente ha en vez de hay en fórmulas hechas: No ha lugar, y fuera de ellas: Allá no ha misericordia (J. Hernández, Martín Fierro). También para fijar el transcurso de un tiempo determinado (lo mismo que había, habrá): No ha mucho tiempo que vivía un hidalgo (Cervantes, Quijote, I, 1); Habrá ocho días que una espía doble dio noticia de mi habilidad (Id., Rinconete y Cortadillo).

    3. El uso de las restantes formas de haber, simples o compuestas, con valor transitivo (= tener) y en construcciones con sujeto gramatical es enteramente extraño al español de hoy, fuera de algunas reliquias de la época antigua y clásica: No he menester de..., Mal haya mi suerte, Allá se las haya, Habida cuenta..., etc.

    4. El verbo haber es, por consiguiente, un verbo defectivo (v. § 2.12.13): en su función de auxiliar solo utiliza los tiempos simples (punto 1 anterior) y en su función de impersonal solo utiliza las 3.as personas de singular de todos los tiempos (punto 2 anterior).

    2.o Adición de una consonante a la consonante final de la raíz (variación VIII).

    [J] Variación /**/ ~ /**k/, escrita c/zc (VIII). Se emplea /**k/ en lugar de /**/ en la 1.a persona de singular del presente de indicativo y en todo el subjuntivo:

    parezc-o
    parezc-a

    parec-e-s
    parezc-a-s

    parec-e
    parezc-a

    parec-e-mos
    parezc-a-mos

    parec-é-is
    parezc-á-is

    parec-e-n
    parezc-a-n


    Se extiende esta irregularidad a todos los verbos en -ecer (exceptuados los regulares mecer y remecer), todos ellos incoativos heredados del latín o formados en español según modelos latinos. De la misma irregularidad participan, además de los verbos en -ecer (el más extenso de todos los grupos de verbos irregulares españoles, con más de doscientos verbos hoy en uso), los incoativos también heredados nacer y renacer; pacer y repacer; conocer, reconocer, preconocer (este de poco uso, como ya en latín) y desconocer, formado en español.

    Se extiende analógicamente esta irregularidad al verbo heredado, pero no incoativo en latín, lucir y a sus compuestos de origen latino entrelucir, prelucir, relucir, traslucir (y translucir) y a los compuestos de la misma etimología formados en español: deslucir y enlucir.

    También participan por analogía de esta irregularidad los verbos heredados, tampoco incoativos en latín, todos ellos de un mismo étimo: aducir, conducir, deducir, educir, inducir, introducir, producir, reducir, seducir y traducir.

    A esta irregularidad se asocia en estos últimos verbos un perfecto fuerte (v. § 2.12.9), con las formas de subjuntivo que de él se derivan:

    Aduje, adujiste, adujo, adujimos, adujisteis, adujeron;

    Adujera, adujese, adujere; adujeras, adujeses, adujeres, etc.

    Se acomodan también a la conjugación de los incoativos, aunque tampoco lo eran en latín, placer, complacer y los compuestos españoles aplacer, desplacer y displacer.

    plazc-o
    plazc-a

    plac-e-s
    plazc-a-s

    plac-e
    plazc-a

    plac-e-mos
    plazc-a-mos

    plac-é-is
    plazc-á-is

    plac-e-n
    plazc-a-n


    Son regulares en los demás tiempos y modos, pero junto al perfecto simple regular plací, placiste, plació... y las formas de subjuntivo que se derivan de él: placiera, placiese, placiere..., se usa, y sobre todo se usó, en las 3.as personas (especialmente en las de singular) un perfecto simple fuerte (v. § 2.12.9):

    Plugo; pluguiera, pluguiese, pluguiere,

    Y para la 3.a persona de singular del presente de subjuntivo una forma plega (v. apart. [Q]) usada como plazca.

    El verbo yacer, tampoco incoativo, ha desarrollado también por analogía una serie de presentes con -zc- (v. apart. [J]):

    Yazco; yazca, yazcas, yazca, yazcamos, yazcáis, yazcan

    (Véase también apart. [K] siguiente).

    [K] Variación /**/ ~ /**g/, escrita c/zg (VIII). SE emplea /**g/ en lugar de /**/ en la 1.a persona de singular del presente de indicativo y en todo el subjuntivo.

    yazg-o
    yazg-a

    yac-e-s
    yazg-a-s

    yac-e
    yazg-a

    yac-e-mos
    yazg-a-mos

    yac-é-is
    yazg-á-is

    yac-e-n
    yazg-a-n


    Esta irregularidad es privativa del verbo yacer, que posee, además de esta serie de presentes con -zg-, otra serie con -zc- (apart. [J] anterior) y una tercera con solo -g- (apart. [H]: yago; yagas, yaga, yagamos, yagáis, yagan.

    [L] Variación s/sg (VIII). Se emplea sg y no s en la 1.a persona de singular del presente de indicativo y en todo el presente de subjuntivo:

    asg-o
    asg-a

    as-e-s
    asg-a-s

    as-e
    asg-a

    as-i-mos
    asg-a-mos

    as-í-s
    asg-á-is

    as-e-n
    asg-a-n


    Esta irregularidad es privativa del verbo asir y de su compuesto desasir.

    [M] Variación n/ng (VIII). Se emplea ng y no n en la 1.a persona de singular del presente de indicativo y en todo el presente de subjuntivo:

    pong-o
    pong-a

    pon-e-s
    pong-a-s

    pon-e
    pong-a

    pon-e-mos
    pong-a-mos

    pon-é-is
    pong-á-is

    pon-e-n
    pong-a-n


    Se extiende esta irregularidad a todos los verbos terminados en -oner, que son poner y sus compuestos anteponer, componer, contraponer, deponer, disponer, exponer, imponer, interponer, oponer, posponer, preponer, proponer, reponer, sobreponer, suponer, superponer, transponer (y trasponer), yuxtaponer, descomponer, recomponer, indisponer, predisponer, presuponer.

    Todos ellos tienen un perfecto fuerte (v. § 2.12.9) en las formas de subjuntivo de él derivadas:

    Puse, pusiste, puso, pusimos, pusisteis, pusieron;

    Pusiera, pusiese, pusiere; pusieras, pusieses, pusieres, etc.

    Tienen futuro y condicional irregulares (v. § 2.12.10):

    Pondré, pondrás, pondrá... pondría, pondrías, pondría...

    Y un imperativo singular sin vocal temática (v. § 2.12.7):

    Pon.

    Poseen también la misma variación n/ng en los presentes todos los verbos terminados en -ener-, que son tener y sus compuestos abstenerse, atenerse, contener, detener, entretener, mantener, obtener, retener y sostener, pero concurre con ella en los presentes la variación vocálica e/ie (III), de tal modo que en la 1.a persona de singular de indicativo y en todo el presente de subjuntivo aparece la irregularidad consonántica con la variante ng en vez de n, y en las restantes formas fuertes del presente de indicativo la irregularidad vocálica con la variante ie en vez de e:

    teng-o
    teng-a

    tien-e-s
    teng-a-s

    tien-e
    teng-a

    ten-e-mos
    teng-a-mos

    ten-é-is
    teng-á-is

    tien-e-n
    teng-a-n


    El singular del imperativo carece de vocal temática, como el del verbo anterior poner (v. § 2.12.7), y además no diptonga a pesar de ser forma fuerte (v. el paradigma de la variación e/ie en el apartado [b] 2.o:

    Ten.

    Por otra parte, tener y sus compuestos se caracterizan además por un perfecto simple fuerte (v. § 2.12.9), del que se derivan las formas del subjuntivo en -ra, -se, -re:

    Tuve, tuviste, tuvo, tuvimos, tuvisteis, tuvieron;

    Tuviera, tuviese, tuviere; tuvieras, tuvieses, tuvieres...

    Y por un futuro y un condicional irregulares (v. § 2.12.10):

    Tendré, tendrás... tendría, tendrías...

    La misma irregularidad n/ng se extiende finalmente a los presentes de todos los verbos terminados en -enir, que son venir, y sus compuestos avenir, contravenir, convenir, devenir, intervenir, prevenir, provenir, revenir, sobrevenir, subvenir, supervenir, desavenirse, desconvenir, disconvenir y reconvenir, con la que concurre, como en el grupo anterior de tener y sus compuestos, la irregularidad vocálica e/ie y en las mismas condiciones:

    veng-o
    veng-a

    vien-e-s
    veng-a-s

    vien-e
    veng-a

    ven-i-mos
    veng-a-mos

    ven-í-s
    veng-á-is

    vien-e-n
    veng-a-n


    La forma del singular del imperativo es análoga a la de tener (v. § 2.12.7):

    Ven.

    El perfecto simple es fuerte (v. § 2.12.9):

    Vine, viniste, vino, vinimos, vinisteis, vinieron,

    Y de él se derivan las formas en -ra, -re de subjuntivo:

    Viniera, viniese, viniere; vinieras, vinieses, vinieres, etc.

    El futuro y el condicional son irregulares (v. § 2.12.10):

    Vendré, vendrás, vendrá... vendría, vendrías, vendría...

    [N] Variación l/lg (VIII). La variante lg se emplea en las mismas personas de presente que sg y ng (aparts. [L] y [M]:

    salg-o
    salg-a

    sal-e-s
    salg-a-s

    sal-e
    salg-a

    sal-i-mos
    salg-a-mos

    sal-í-s
    salg-á-is

    sal-e-n
    salg-a-n


    Afecta a todos los verbos terminados en -alir, que son salir y sus compuestos resalir y sobresalir.

    Además, el imperativo de singular carece de vocal temática (v. § 2.12.7):

    Sal,

    Y son irregulares el futuro y el condicional (v. § 2.12.10):

    Saldré, saldrás... saldría, saldrías...

    La misma variación se presenta en todos los verbos terminados en -aler, que son valer y sus compuestos equivaler y prevaler:

    valg-o
    valg-a

    val-e-s
    valg-a-s

    val-e
    valg-a

    val-e-mos
    valg-a-mos

    val-é-is
    valg-á-is

    val-e-n
    valg-a-n


    Con futuro y condicional irregulares (v. § 2.12.10):

    Valdré, valdrás... valdría, valdrías...

    El imperativo val es hoy más bien arcaico.

    [O] Variación u/uy (IX). Se emplea uy y no u en todas las formas fuertes del presente de indicativo, en todo el presente de subjuntivo y en el imperativo singular:


    huy-o
    huy-a


    huy-e-s
    huy-a-s

    Presentes
    huy-e
    huy-a


    hu-i-mos
    huy-a-mos


    hu-í-s
    huy-á-is


    huy-e-n
    huy-a-n

    Imperativo
    huy-e


    hu-i-d


    La irregularidad se extiende a todos los verbos cuyo infinitivo termina en -uir, que son;

    Argüir, redargüir;

    Circuir;

    Concluir, excluir, incluir, recluir;

    Constituir, destituir, estatuir, instituir, prostituir, restituir, sustituir;

    Construir, destruir, instruir, obstruir, reconstruir;

    Derruir, irruir;

    Diluir ‘desleír’;

    Disminuir;

    Fluir, afluir, confluir, difluir, influir, refluir;

    Fruir;

    Gruir;

    Huir, rehuir;

    Imbuir;

    Inmiscuir;

    Intuir;

    Luir ‘redimir’;

    Luir ‘rozar, ludir’;

    Tribuir, atribuir, contribuir, distribuir, retribuir.

    Para la aparente anomalía huyó, huyera..., v. § 2.12.1f, 1.o

    Análoga a la anterior es la variación o/oy (IX). Se extiende a todos los verbos cuyo infinitivo termina en -oir, que son oír y sus compuestos desoír, entreoír y trasoír. Pero en los verbos de este grupo concurre con la irregularidad mixta o/oig (XI) — v. apart. [R] —, de manera que la variante oy solo aparece en las formas fuertes del presente de indicativo, excluida la 1.a persona de singular, y en el imperativo singular, y la variante oig en esta 1.a persona del presente de indicativo y en todo el subjuntivo:


    oig-o
    oig-a


    oy-e-s
    oig-a-s

    Presentes
    oy-e
    oig-a


    o-í-mos
    oig-a-mos


    o-í-s
    oig-á-is


    oy-e-n
    oig-a-n

    Imperativo
    oy-e


    o-í-d


    Para la aparente anomalía oyó, oyera..., véase la referencia antes citada.

  9. #9
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    Predeterminado Re: Normas del español.

    2.12.5. Irregularidades mixtas. — [P] Variación /e**/ ~ /ig/ (X). Se emplea /ig/ en lugar de /e**/ en la 1.a persona de singular del presente de indicativo y en todo el subjuntivo:

    dig-o
    dig-a


    dig-a-s


    dig-a

    dec-i-mos
    dig-a-mos

    dec-i-s
    dig-a-n


    En esta irregularidad mixta concurren la variación vocálica e/i (I) —v. apart [A] — y la variación consonántica /**/ ~ /g/ —apart. [H] —. Por eso la vocal i se mantiene en las restantes formas fuertes de indicativo:

    dig-o
    dig-a

    dic-e-s
    dig-a-s

    dic-e
    dig-a

    dec-i-mos
    dig-a-mos

    dec-í-s
    dig-á-is

    dic-e-n
    dig-a-n


    Se extiende esta irregularidad al verbo decir y a sus compuestos: antedecir, contradecir, desdecir, interdecir, predecir, bendecir y maldecir. El imperativo singular de decir no solo pierde la vocal del tema, sino la consonante radical que la antecede: di, pero los compuestos tienen un imperativo regular: contradice, desdice, etc. A todos los verbos de este grupo les corresponde un perfecto simple fuerte (v. § 2.12.9) con las formas irregulares de subjuntivo que de él se derivan:

    Dije, dijiste, dijo, dijimos, dijisteis, dijeron;

    Dijese, dijera, dijere; dijeses, dijeras, dijeres, etc.

    El condicional y el futuro de decir y de sus compuestos se basa en un infinitivo reducido dir- (v. § 2.12.10) que nunca aparece fuera de esta composición:

    Diré, diría ... contradiré, contradiría ...;

    Pero bendecir y maldecir tienen futuro y condicional regulares:

    Bendeciré, bendeciría... maldeciré, maldeciría...

    Es supervivencia del español antiguo la fórmula diz que (= dicen que), hoy dialectal o rústica muy extendida en los territorios americanos de habla española: Un cura diz que taba quiriendo mucho onde una niña (Ciro Alegría, Los perros hambrientos, I).

    [Q] Variación ab/ep (X). Se emplea ep y no ab en la 1.a persona de singular del presente de indicativo y en todo el presente de subjuntivo:

    quep-o
    quep-a

    cab-e-s
    quep-a-s

    cab-e
    quep-a

    cab-e-mos
    quep-a-mos

    cab-é-is
    quep-á-is

    cab-e-n
    quep-a-n


    Afecta esta irregularidad al verbo caber. A ella se asocia un perfecto fuerte (v. § 2.12.9) y las formas irregulares de subjuntivo que de él se derivan:

    Cupe, cupiste, cupo, cupimos, cupisteis, cupieron;

    Cupiese, cupiera, cupiere; cupieses, cupieras, cupieres, etc.,

    Y un futuro condicional irregular (v. § 2.12.10):

    Cabré, cabrás... cabría, cabrías...

    La misma irregularidad aparece en el verbo saber y su compuesto resaber, pero limitada al subjuntivo:

    sep-a

    sep-a-s

    sep-a

    sep-a-mos

    sep-á-is

    sep-a-n


    La 1.a persona de singular del presente de indicativo es una forma reducida en la que se ha perdido la vocal del tema y la consonante que la precede, con cambio de la vocal radical, como en he de haber:

    Sé.

    Posee, como caber. un perfecto fuerte (v. § 2.12.9) y las formas irregulares de subjuntivo que se derivan de él:

    Supe, supiste, supo, supimos, supisteis, supieron;

    Supiese, supiera, supiere; supieses, supieras, supieres, etc.,

    Además de un futuro y un condicional irregulares (v. § 2.12.10):

    Sabré, sabrás... sabría, sabrías...

    Una irregularidad mixta semejante, con variación /a**/ ~ /eg/, se da en la 3.a persona de singular del presente de subjuntivo del verbo placer y sus compuestos:

    Plega (también plegue por adaptación a pese).

    Que alterna en el uso con plazca (v. apart. [J]).

    [R] Variación a/aig (XI). Se emplea aig en lugar de a en la 1.a persona de singular del presente de indicativo y en todo el presente de subjuntivo:

    caig-o
    caig-a

    ca-e-s
    caig-a-s

    ca-e
    caig-a

    ca-e-mos
    caig-a-mos

    ca-é-is
    caig-á-is

    ca-e-n
    caig-a-n


    Afecta esta irregularidad al verbo caer y a sus compuestos decaer y recaer.

    La misma irregularidad aparece en los presentes del verbo traer y de sus compuestos abstraer, atraer, contraer, detraer, distraer, extraer, retraer, substraer (y sustraer), desatraer:

    Traigo, traiga, traigas, traiga, traigamos, traigáis, traigan.

    Los verbos de este último grupo tienen, además, un perfecto fuerte (v. § 2.12.9) con las formas irregulares de subjuntivo que de él se derivan:

    Traje, trajiste, trajo, trajimos, trajisteis, trajeron;

    Trajese, trajera, trajere; trajeses, trajeras, trajeres, etc.

    Presenta esta misma irregularidad el verbo raer:

    Raigo; raiga, raigas, raiga, raigamos, raigáis, raigan,

    Además de la variación a/ay (apart. [O] que tiene lugar en las mismas personas que la a/aig:

    Rayo; raya, rayas, raya, rayamos, rayáis, rayan,

    De menos uso que las anteriores.

    [S] Del verbo roer se dice roo, roigo y royo en el indicativo; y roa, roas,... roiga, roigas,..., y roya, royas..., en el subjuntivo. En el indicativo (poco usado) es preferible roo (que consta, como loo, en los Diccionarios de Rengifo y Peñalver) a roigo y royo. En el subjuntivo no hay razón para desechar roa, roas (Yo te untaré mis versos con tocino/por que no me los ROAS, Gongorilla, Quevedo). El compuesto corroer es regular.

  10. #10
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    Predeterminado Re: Normas del español.

    2.12.6. Contracciones.

    En contraste con la simetría:

    Le-o; l-a, le-as... = ve-o; ve-a, ve-as...

    Hay asimetría entre otras formas correlativas de estos mismos verbos:

    Le-er; le-es, le-e...  v-er, ve-s, ve...

    Desde el punto de vista de la estructura formal, decimos que hay contracción o reducción silábica en las formas del segundo verbo en las que falta una sílaba. La contracción aparece en el infinitivo, el gerundio, el presente de indicativo (exceptuada la 1.a persona de singular) y el imperativo del verbo ver y de sus compuestos antever, entrever, prever y rever:


    veo
    vea


    ves
    veas

    Presentes
    ve
    vea


    vemos
    veamos


    veis
    veáis


    ven
    vean

    Imperativo
    ve


    ved

    Infinitivo
    ver

    Gerundio
    viendo


    Ver y sus compuestos tienen además un perfecto fuerte (v. § 2.12.9) y las formas irregulares de subjuntivo que de él se derivan:

    Vi, viste, vio, vimos, visteis, vieron;

    Viese, viera, viere; vieses, vieras, vieres, etc.,

    La misma reducción silábica que en ve, ved, ver, viendo (frente a vea, veas...) del verbo de raíz múltiple ser (v. su conjugación completa en el § 2.12.8a).

    Reducciones silábicas análogas a las que nos revela el contraste has, ha...  hayas, haya... del verbo haber (para estas contracciones y para la conjugación de haber, v. apart. [i]) se repiten en las formas vas, va... frente a vayas, vaya... del verbo de raíz múltiple ir (§ 2.12.8b).

    Para la reducción en el presente sé de saber, v. apart. [Q]. Para el imperativo di de decir, v. apart [P].

    Las reducciones silábicas que se dan en los futuros y condicionales irregulares pueden verse en el § 2.12.10.

    2.12.8. Verbos con más de una raíz.

    a) SER. Gran parte de las irregularidades de ser proceden del latín. En primer lugar, su doble raíz: fu- para el perfecto simple y tiempos afines: fui, fuiste... fuera... fuese... fuere... y s- o es- para los tiempos no perfectos: soy; es. En segundo lugar, el imperfecto de indicativo — único en la flexión latina — era, basado en la misma raíz es-. En tercer lugar, las anomalías que ofrece el pequeño grupo de verbos latinos con flexión atemática: lat. sum, es frente a lat. lego, legis. En romance se han suprimido algunas: somos, sois, son frente al lat. sumus, estis, sunt, pero se han introducido otras nuevas. Así, en el presente la 2.a persona de singular eres, procedente del futuro (eris), y el empleo de formas del verbo sed**ere en la flexión del presente de subjuntivo, del imperativo y en las formas nominales ser, siendo, con lo que el verbo ser español tiene tres raíces. El perfecto simple es fuerte (v. § 2.12.9). El futuro y el condicional son regulares.

    Desarrollamos a continuación la flexión de ser en sus tiempos simples. Para los tiempos compuestos he sido, había sido, haya sido, etcétera, véase el Cáp. 2.11, donde basta sustituir por sido el participio de cualquiera de las tres conjugaciones en los tiempos compuestos. Se emplea ser más que cualquier otro verbo predicativo en la perífrasis pasiva de la lengua española y todavía hoy alguna vez como auxiliar de los tiempos perfectos de verbos intransitivos o reflexivos.



    Indicativo
    Subjuntivo


    soy
    sea

    Presentes
    eres
    seas


    es
    sea


    somos
    seamos


    sois
    seáis


    son
    sean


    Indicativo
    Subjuntivo


    era
    fuese o fuera

    Pretérito
    eras
    fueses o fueras

    imperfecto
    era
    fuese o fuera


    éramos
    fuésemos o fuéramos


    erais
    fueseis o fuerais


    eran
    fuesen o fueran


    fui

    Pretérito
    fuiste

    perfecto
    fue

    simple
    fuimos


    fuisteis


    fueron


    seré
    fuere


    serás
    fueres

    Futuro
    será
    fuere


    seremos
    fuéremos


    seréis
    fuereis


    serán
    fueren


    sería


    serías

    Condicional
    sería


    seríamos


    seríais


    serían



    Imperativo



    Sed

    Formas no personales

    Infinitivo
    ser

    Gerundio
    siendo

    Participio.
    sido


    b) IR. El verbo ire latino, a diferencia de esse, poseía una sola raíz (con variantes vocálicas cuantitativas), pero el romance sustituyó las formas flexivas de sus dos presentes y del imperativo singular por las procedentes del verbo latino vad**ere, y su perfecto simple y las formas de subjuntivo afines del mismo por fui... fuese... fuera... fuere (v. apart. anterior) del verbo ser, con lo que el verbo ir es también, como ser, un verbo de triple raíz. De la raíz originaria solo se han conservado en español las formas id, ir (y sus compuestos), yendo, ido y el imperfecto iba, ibas..., único por su estructura en el cuadro de la conjugación latina y de la española. Exponemos a continuación las formas simples de ir.


    Indicativo
    Subjuntivo


    voy
    vaya

    Presentes
    vas
    vayas


    va
    vaya


    vamos
    vayamos


    vais
    vayáis


    van
    vayan

    iba
    fuese o fuera

    Pretérito
    ibas
    fueses o fueras

    imperfecto
    iba
    fuese o fuera

    íbamos
    fuésemos o fuéramos

    ibais
    fueseis o fuerais

    iban
    fuesen o fueran


    fui

    Pretérito
    fuiste

    perfecto
    fue

    simple
    fuimos


    fuisteis


    fueron


    iré
    fuere


    irás
    fueres

    Futuro
    irá
    fuere


    iremos
    fuéremos


    iréis
    fuereis


    irán
    fueren


    iría


    irías

    Condicional
    iría


    iríamos


    iríais


    irían


    Imperativo

    Ve

    Id

    Formas no personales

    Infinitivo
    ir

    Gerundio
    yendo

    Participio.
    ido


    El presente de subjuntivo vaya, vayas... (lat. vadam) es analógico de haya, hayas... (lat. habeam), no etimológico. En la 1.a persona de plural, junto a la forma analógica vayamos, existe la procedente de la forma etimológica: vamos (lat. vadãmus), idéntica a la de indicativo (lat. vad***imus). Su empleo ha quedado hoy reducido en general a las frases exhortativas: ¡vamos!, ¡vámonos!, mientras que vayamos es la forma de la subordinación: No consienten que nos vayamos. En el imperativo singular había que haber esperado vae, como cae, dada la simetría morfológica entre los imperativos latinos vade y cade. Es vulgar el imperativo ves, muy frecuente en la lengua hablada.

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