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Tema: ADÁN Y EVA, EL EVOLUCIONISMO Y EL BIG-BANG

  1. #1
    Forero inexperto
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    Predeterminado ADÁN Y EVA, EL EVOLUCIONISMO Y EL BIG-BANG

    El Antiguo Testamento narra de forma sencilla y simbólica la creación del mundo y del hombre. Utiliza para ello unas imágenes simples y fácilmente comprensibles por el pueblo pastoril y analfabeto al que iban dirigidas. El mensaje esencial del Génesis es éste: Dios es el creador del hombre y de todo el universo. Esta es la idea esencial que nos transmite este escrito. Y lo hace de una forma elemental, pero para aquellos tiempos de hace tres mil años, simplemente irrebatible.

    Es la eterna pregunta de qué fue antes, el huevo o la gallina. La evidencia demostrable es que todo en este universo procede de una causa precedente. Entonces cuál es la Causa Primera que dió origen a todo? En cuanto al tiempo y el espacio, podemos hacer exactamente la misma pregunta: cuál es el límite del espacio. ¿Que hay un metro más allá? ¿La nada, el vacío? ¿Y el vacío, no es espacio? Esta pregunta fundamental es la que dio origen al concepto de Dios en todas las culturas de la Tierra.

    Y este concepto sigue aún sin respuesta científica. Hoy en día, en el siglo de la ciencia, la tecnología, y la educación de masas, existen aún muchas personas con una mentalidad idéntica a la de aquellos lejanos tiempos prebíblicos. He tenido ocasión de conocer a alguna persona tan ignorante que no sabía que la Tierra giraba alrededor del Sol. Sus conocimientos eran tan limitados que no podía concebir que la tierra que pisamos estuviese flotando en el espacio, sino que permanecía sólidamente afirmada.... abajo... Sin embargo, esta misma persona, parecía ser inmensamente sabia en materia religiosa. Hice todo lo que estuvo en mi mano para tratar de arrancarla de sus errores. Este mismo argumento que acabo de exponer arriba, el de la necesidad lógica de un Creador, era firmemente rechazado por mi ateo interlocutor. "El hombre es un producto nacido de la tierra, lo mismo que las plantas", argumentaba. Ante la pregunta de dónde surgió esa tierra creadora, mi contertulio se limitaba a en*****se de hombros, despectivo.

    Confieso que fuí totalmente incapaz de iluminar la mente de este hombre con la luz de la fe. Ahora, ya fallecido, me temo que aún estará recordando nuestras conversaciones, lamentándose en el infierno -ya sin remedio posible- por su obstinación en mantener sus absurdos postulados ateos.

    Expongo este caso para hacer notar que la fe y el ateísmo no son una cuestión de conocimientos, sino de voluntad. Generalmente se asocia la mayor cultura con el ateísmo, y la incultura con la religiosidad, pero esto no es así. La fe es ante todo un acto de voluntad, una vez que agotamos las vías de la racionalidad para comprender lo que nos rodea.

    El caso de Adán y Eva es explícito. Es una cuestión de pura lógica deducír la existencia de un Creador que sea la Causa Primera que dió origen al primer hombre. Incluso la mente más primitiva puede comprender que tuvo que existir un momento inicial que diese origen al primer hombre... que no fuese otro hombre. La necesidad de una Entidad hacedora del primer hombre es indispensable para iniciar la línea sucesoria de la humanidad, pues hasta la fecha, ningún hombre ha conseguido generarse a si mismo.





    Este argumento fue perfectamente válido hasta el siglo XIX en que aparecieron las teorías evolucionistas. Estas teorías son generalmente aceptadas como válidas por la ciencia moderna, e implican una progresión de menor a mayor. A partir de una primera bacteria unicelular, y a través de sucesivas mutaciones aleatorias que la selección natural va puliendo para mejor adaptarlas al medio, se van configurando las diferentes especies. Tenemos así una cadena evolutiva que pasa de los peces a los anfibios, de éstos a los reptiles y aves, y de éstos a los mamíferos. De entre estos últimos, y destacando por el desarrollo de su cerebro entre los demás primates, llegamos al actual homo sapiens, el ser humano.

    La Iglesia Católica ha aceptado este proceso reseñando que el alma "procede de Dios". De esta forma, se deja en manos de la evolución la conformación físiológica del hombre, y directamente a Dios el soplo espiritual que le da la vida.

    Algunos pueden pensar que esto acaba con las teorías bíblicas, sobre la necesidad de un Dios Creador. Sin embargo, si lo pensamos un poco, no tardamos en darnos cuenta de que nos encontramos exactamente en la misma situación anterior. Y esto es así porque, nuevamente, precismos de una Causa Primera. Si el hombre procede de los primates, y éstos a su vez de los reptiles, y éstos a su vez de una célula primigenia, que a su vez fue el producto de una combinación fortuíta de aminoácidos en el caldo primitivo que conformaba los mares antes de la aparición de la vida, entonces volvemos a la eterna pregunta. ¿Y estos mares originarios de donde surgieron? Quizás aparecieron por generación espontánea? ¿Puede quizás el agua del mar generarse a si misma? La respuesta científica es rotundamente negativa. Por consiguiente volvemos a necesitar un Dios Creador de los mares, de los que a su vez, tras milenios de evolución, surgirían Adán y Eva.

    Por consiguiente, sigue vigente el mensaje inicial del Génesis: Dios es el Creador del hombre y del universo. El evolucionismo lo único que hace es retrasar el inicio de la creación.

    Actualmente, existe la posibilidad e alejarnos en el tiempo hasta el mismo comienzo de la existencia del universo. El Big-Bang, o Gran Explosión es la teoría que mejor explica por ahora el fenómeno de la expansión del universo. Al principio, dicen los científicos, toda la materia del universo estaba concentrada en un espacio tan diminuto como el tamaño del planeta Tierra, o incluso en algo tan ínfimo como la cabeza de un alfiler. Esto puede resultar sorprendente, pero es estrictamente posible debido a que los átomos que nos conforman están prácticamente vacios de materia. Átomos que consisten en un pequeño núcleo central alrededor del que orbitan los electrones, los cuales, posiblemente, ni siquiera sean "materiales", sino algun tipo de onda.

    La Gran Explosión dio lugar a la dilatación brutal de toda esta materia concentrada y, tras quince mil millones de años de expansión constante, a la existencia del universo tal como lo conocemos hoy, con sus cúmulos, galaxias, estrellas y planetas. Planetas sobre los que, como ya dijimos, evolucionó la vida hasta dar origen al hombre.

    Aunque podamos saber aproximadamente cuándo comenzó el universo debemos preguntarnos aún de dónde surgió aquello que dio origen a la primera explosión. Siguiendo el principio de causalidad ¿de donde surgió esa materia primera? ¿Surgió de la nada? ¿Es posible que la nada genere algo?

    Existe la posibilidad de que se trate de una materia eterna. En el caso de ser eterna, habría que preguntarse dos cuestiones. La primera, su origen. La segunda, esa materia eterna ¿tiene inteligencia?





    Centrémonos en este segundo punto: la inteligencia de la materia. Tal como evidencia la evolución, la materia inerte puede dar origen a la vida. Con mucha más razón, la materia inerte de duración eterna FORZOSAMENTE debe haber dado lugar a una Inteligencia mucho más poderosa que la humana. Ésta es la gran contradicción de los ateos actuales. Por un lado aceptan la evidencia de la inteligencia humana como un producto de la evolución, pero al mismo tiempo, niegan el mismo proceso a nivel universal.

    Suponiendo que de alguna forma puediésemos explicar la existencia eterna del universo sin la existencia previa de un Creador, entonces -repito- FORZOSAMENTE, tendríamos que aplicar a ese mismo universo las teorías evolucionistas, las cuales impedirían la existencia de un universo inerte, sin vida y sin inteligencia. De esta misma forma, pero por una vía diferente, nos encontraríamos con la Inteligencia Omnisciente y Todopoderosa que caracteriza a Dios.

    A algunos les parecerá aún imposible, pero es suficiente con comprobarlo en la propia existencia humana. A partir de una insignificante célula, y por mera evolución, aparece algo tan perfecto como el ser humano. El ser humano a su vez ha dado lugar a máquinas tan asombrosas como este mismo ordenador en que lees este mensaje. Existen actualmente unos servidores tan potentes que pueden manejar en cuestión de segundos un volumen tan gigantesco de memoria como tres mil millones de páginas como ésta que lees ahora. Piénsalo un momento. Esta capacidad memorística empieza a parecerse ya a la Omnisciencia divina. Y ésto es sólo el comienzo. La informática tiene sólo unos veinte años de existencia. ¿Podemos imaginar lo que supondría esta evolución en una escala de tiempo eterna?

    Llevemos la lógica a su extremo. Sin salirnos de la pura racionalidad, por qué no podemos aceptar que en algún lugar de universo, y siguiendo las premisas de la evolución, fuese posible la existencia de una civilización que reuniese en si los atributos divinos: omnisciencia, omnipotencia y eternidad. Pensemos en lo que podría ser la raza humana si estuviese libre del mal que la esclaviza, y nada interfiriese en su evolución... Incluso la Biblia, en cierto lugar, refiriéndose a los hombres afirma: "Sois Dioses".

    Resumiendo: tanto si partimos de la necesidad de un Dios Creador, como si nos empeñamos en negar esta evidencia y preferimos imaginar un universo salido de "la nada", el resultado final es el mismo: DIOS. O aceptamos a Dios al principio, como Creador, lo que aparece como más racional y concuerda con la Biblia, o bien, aceptamos que ese Dios FORZOSAMENTE, debe ya existir, como un producto inevitable de la evolución.

    Todo esto es pura lógica. Sin embargo, muchos no desean aceptar estas evidencias de la razón, porque la existencia de Dios implicaría unos cambios en sus propias vidas personales que en ningún caso están dispuestos a aceptar. Que cada cual revise su conciencia y valore si realmente unos mezquinos valores como los humanos merecen quedar privados de la beatitud celestial por toda la eternidad.





    Para finalizar, sólo resta clarificar el estado actual de la ciencia en lo que respecta a la Creación. El descubrimiento del Big-Bang supone que nos podemos retrotraer hasta el mismo momento del nacimiento del universo, pero nuevamente resulta imposible explicar su existencia. La ciencia sigue sin poder explicar la procedencia de ni siquiera uno de los innúmeros átomos que nos rodean. Nada en este universo puede crearse a si mismo, ni siquiera un minúsculo electrón. Todo procede de una causa previa. Por consiguiente, el Creador sigue siendo imprescindible. Por otro lado, a medida que avanza la ciencia, es posible irse dando cuenta de la verdadera magnitud del Creador. El Creador no tiene nada que ver con esos diosecillos de piedra que adoraban los antiguos paganos. El Creador siempre debe ser superior a Su creación, y si observamos supererficialmente el universo, nos damos cuenta rapidamente de las proporciones infinitas que Lo definen. Este universo tiene más de quince mil millones de años de antigüedad, y aún mayor, lógicamente, debe ser la del Creador. Este universo tiene tantos miles de millones de galaxias que es simplemente imposible contarlas. Y cada una de esas galaxias posee una media de cien mil millones de estrellas como el sol...
    Realmente la mente humana puede siquiera llegar a imaginar la magnitud del Creador? Cuanto más avanza la ciencia, más grandioso se nos revela Dios. Dios es, simplemente, el Infinito. Ese Infinito que cualquier humano puede deducir con el simple uso de la razón. La mera observación de la realidad nos conduce irremediablemente a Dios. La misma razón que tenían los antíguos para deducir a Dios a partir de Adán y Eva, la tenemos ahora nosotros para deducirlo a partir del Big-bang.

    Pero en este punto, lo mismo que en la antigüedad, es necesaria la fe. Al final de cuentas, todo lo que realmente nos queda es la fe. Y la fe, como ya se ha dicho, es un acto de voluntad. El que desee negar a Dios puede hacerlo, la ciencia y la razón no se lo impiden. El que desee afirmar a Dios puede hacerlo, la ciencia y la razón no se lo impiden.

    Y esto es todo lo que Dios pide a los que desean llegar un día a conocerlo: un acto voluntario de aceptación hacia Él. En otras palabras: la fe.


    pax




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  2. #2
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    Predeterminado Re: ADÁN Y EVA, EL EVOLUCIONISMO Y EL BIG-BANG

    Cita Iniciado por apostolvs
    Confieso que fuí totalmente incapaz de iluminar la mente de este hombre con la luz de la fe. Ahora, ya fallecido, me temo que aún estará recordando nuestras conversaciones, lamentándose en el infierno -ya sin remedio posible- por su obstinación en mantener sus absurdos postulados ateos.
    Todavía queda gente que cree en el infierno ...

    ¡ En el siglo XXI !

    ¡ Increíble !

  3. #3
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    Predeterminado Re: ADÁN Y EVA, EL EVOLUCIONISMO Y EL BIG-BANG

    Si le llamamos Dios al Creador, u orden natural, o como sea, no cambian las cosas. La cuestión es saber si interrumpe las leyes naturales, y cómo funcionan dichas leyes.
    "El universo entero ha sido sometido a un solo amo, a un solo rey supremo, al Dios todopoderoso que ha meditado y sancionado esta ley. Desconocerla es huirse a sí mismo, renegar de su naturaleza y por ello mismo padecer los castigos más crueles aunque escapara a los suplicios impuestos por los hombres" Marco Tulio Cicerón

  4. #4
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    Predeterminado Re: ADÁN Y EVA, EL EVOLUCIONISMO Y EL BIG-BANG

    Cita Iniciado por apostolvs
    El mensaje esencial del Génesis es éste: Dios es el creador del hombre y de todo el universo.
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    Lamentablemente, dado que Génesis contiene muchos ERRORES de variada índole, no tenemos que aceptar como verídico el relato de la creación que dicho libro nos presenta.

    Para más detalles, ir a Teología, donde ese tema ya ha sido tratado abundantemente.

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