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Tema: W. B. Yeats

  1. #1
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    Predeterminado W. B. Yeats

    <font color=blue> Necesito información sobre WILLIAM BUTLER YEATS <font color=blue> ...o lo que sea, por ejemplo, si lo habéis leído, qué os ha parecido, etc. </font color=blue>

    Gracias de antemano....

  2. #2
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    Predeterminado Re: W. B. Yeats

    [url="http://www.epdlp.com/yeats.html"]http://www.epdlp.com/yeats.html[/url]
    [url="http://www.geocities.com/Athens/Forum/7999/yeats.htm"]http://www.geocities.com/Athens/Forum/7999/yeats.htm[/url]
    [url="http://www.geocities.com/SoHo/Atrium/1788/bios/yeats/yeats.htm"]http://www.geocities.com/SoHo/Atrium/1788/bios/yeats/yeats.htm[/url]

    Espero te ayude en algo....

    Saludos [img]/foros/images/icons/smile.gif[/img]

    ..........

  3. #3
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    Predeterminado Re: W. B. Yeats

    Gracias, Redxiii!!!Nunca le había visto, vaya...es que antes no le conocía, hasta que me tocó en suerte para el estudio.
    Muchas gracias! Cuídate!

  4. #4
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    Predeterminado Re: W. B. Yeats

    Por si a alguien le hace falta...aqui tiene mi trabajo:






    WILLIAM BUTLER YEATS:
    Aspectos sobre su vida y obra poética.







    William Butler Yeats nació un caluroso día en Georgeville, cerca de Sandymount Castle, en Dublín (Irlanda), en 1865. Siempre fue un hombre supersticioso, pero eso no le impidió del todo sobrellevar con elegancia el haber nacido el día 13 de junio. En compensación, los hados le concedieron el don de nacer en una tierra mítica, hechizada tierra de duendes, santos, brujas, magos, paisajes embriagadores y constantes paradojas. Y Yeats no echó en saco roto el regalo divino, pues lo dejó reflejado a lo largo de toda su obra, donde confluyen los mitos, la historia, la política, el folklóre gaélico...
    En 1867, cuando tenía solo 2 años, su familia se muda a Londres, pero pronto regresa al condado irlandés de Sligo, donde no resulta difícil imaginarse a un niño ávido de viejas leyendas y cuentos de hadas de la gente sencilla de Irlanda, de sus creencias y hasta de sus propias experiencias. Posiblemente así pasó la mayor parte de su tiempo, escuchando en un mundo donde hasta los adultos creían en los cuentos de hadas, la tierra prometida para un niño, sin duda. Sus abuelos maternos y su propia madre, Susan Pollexfen Yeats, eran unos enamorados de la vieja Irlanda. Quizás su padre,un pintor reconocido, John W. Yeats no lo fuera tanto.
    En octubre de 1.874 la familia regresó a Londres, donde su padre se relaciona con un grupo de pintores prerrafaelistas y donde Yeats comienza sus estudios en un colegio de Hammersmith, peor pronto, y ante el poco éxito del pintor, la familia regresa a Howth, en las cercanías de Dublín. Yeats en esa época demuestra a todas luces ser un estudiante lento y distraído, con poca iniciativa para acceder a la universidad, pero lo único que realmente parece hacerle fijar su atención es la poesía. Tanto la lee, como la escribe. Sin embargo, por referencias paternas, ingresó muy a su pesar de su vocación, en la Escuela Metropolitana de Arte de Dublín. Pero de nuevo los hados actuaron en su vida. Fue el fatum quien estableció que Yeats conociera allí a George Russell (mejor conocido con el pseudónimo de AE), que fue el encargado de iniciar al joven Yeats en el mundo de lo sobrenatural y lo esotérico cuya atracción le perdurará durante toda su vida. Yeats entonces, escribió poesía simbólica y experimentó con visiones y alucinaciones, aprendiendo a odiar la ciencia. Se comienza a sentir atraído por el budismo y se hace miembro de una sociedad secreta, la Hermetic Society de dublín junto a AE y a Charles Johnson. Tras esto, decidió abandonar sus estudios de pintura y se lanzó a publicar su primer libro: “Mosada”. Conoce a John O´Leary, que había pasado cinco años en cárceles británicas y quince en el exilio, y bajo su tutela comienza a despertar ideas nacionalistas, incluso llegó a sentirse atraído por W. Morris, peor no fue capaz de seguir sus doctrinas socializantes, porque desconfía de las masas y del proletariado.
    En 1.887 regresa a Londers, donde se unió a un grupo de poetas decadentes, como Ernest Rhys, Lionel Johnson, Arthur Symons, Ernest Dowson, etc., con quienes formó un club literario: The Rhymers Club (1.890). También escuchó hablar de la Sociedad Teosófica, un nuevo movimiento que aseguraba tener la síntesis entre religión, ciencia y filosofía. Así que no dudó en visitar a su fundadora, Madame Helena P. Blavatsky, quien también protagonizaba una serie de sesiones espiritistas. Y es que para Yeats lo misterioso y lo oculto constituían una de sus fuerzas vitales...pero desde luego cubiertas por un saludable manto de escepticismo. Al correr del tiempo esta sociedad acabó por decepcionarle y se unió al Golden Dawn(Orden Hermética de la Aurora Dorada).
    Sin embargo, si hubiera de establecer un año dorado para William B. Yeats, seguramente éste sería 1.889, cuando conoció a Maud Gonne. Su apasionado amor por el mundo celta irlandés solamente tuvo comparación con su amor por ella, una mujer revolucionaria que le obsesionó durante toda su vida. Maud rechazó su amor siempre, peor le instó a tomar parte en la política. Pero no se limitó a esto, sino que ocupó un lugar muy importante en la producción artística de Yeats. Algunos de sus poemas nos muestran a una bella joven que con andares casi divinos propios de una reina incita a los irlandeses a rebelarse y en ella podemos ver a la mismísima Maud Gonne. Incluso le escribe a una Maud vieja, en poemas como “Los sueños destrozados”, “Bajo el signo de Saturno”, “Cuando seas vieja”, ”Efímera”, ”Sobre una prisionera política”, “Palabras”, “La máscara”, “La flecha”... o en obras de teatro dedicadas a ella, como La condesa Catalina, drama simbólico en el que la condesa (Irlanda) vende su alma para dar de comer a sus hambrientos colonos...y así ad infinitum. La imagen de la mujer en Yeats es Maud Gonne. Esto choca de lleno con el concepto de mujer yeatsiano, puesto que nunca acertó a concebir a una mujer hermosa e inteligente al mismo tiempo. Pero al parecer, Maud Gonne fue la excepción a la regla. Fue la mujer por antonomasia, muy a pesar de que se casó más tarde – y solo cuando vio que Maud se había casado con un compañero de ambos, el comandante MacBride-, con Georgina Hude-Lees, una mujer hermosa, inteligente y rica además de bastante aficionada a los temas esotéricos, y con quien tuvo dos hijos, Anne y Michael.
    George- como la llamaba Yeats- sería la esposa, pero Maud, el amor de vida.
    Imposible comparar.
    Regresó a Irlanda en 1.896 y estableció una profunda amistad con la autora teatral nacionalista lady Isabella Augusta Gregory, con quien fundó el teatro Abbey, mundialmente conocido y centro base del renacimiento literario irlandés.
    Fue considerado el poeta de lengua inglesa más importante de su época. Le concedieron el Premio Nobel de literatura en 1. 923.


    En su obra se detectan inicialmente influencias del prerafaelismo, del romanticismo, del simbolismo y del esteticismo inglés. Desde sus primeros escritos se detecta una raíz fuerte: la mística. Esta atracción de Yeats por lo sobrenatural incluye seres y órdenes eternos, con influencias orientales, de la teosofía y especialmente de la mitología irlandesa. Este último aspecto, al igual que su búsqueda de una autenticidad irlandesa, su involucramiento en la lucha por la libertad de su país y el hecho de haber sido fundador de la Sociedad Literaria Irlandesa y del Teatro Irlandés Independiente, reflejan el gran apego que siempre sintió por su tierra. En 1922 fue elegido como senador del Estado Libre Irlandés y en 1923 recibió el premio Nobel.
    Para Yeats, Irlanda siempre tuvo un significado muy especial. Supongo que gran parte de este apego lo constituyen el clima cambiante y lluvioso y un paisaje capaz de las más sorprendentes transformaciones; en un momento se le ve desolado, muerto, monótono, sin relieves, y un segundo después se convierte en un mágico dibujo inundado de todas las luces de un prisma imposible. Los efectos de la luz en Irlanda son tan intensos que hacen a los paisajes de otras latitudes parecer sosos. Mas, por otra parte, pocos países pueden producir una impresión tan deprimente como la que causa Irlanda en sus momentos grises, y sus habitantes, quienes tienen un carácter agresivamente sectario. Cuando apoyan algo lo hacen de una manera violenta y, frecuentemente, amarga. Esta violencia se da tanto en el Norte como en el Sur del país y de expresa verbalmente de una manera vigorosa y colorida que resulta totalmente ajena al estilo de los ingleses.
    Al principio, la visión del nacionalismo de Yeats era romántica, al igual que John Synge y muchos otros poetas de la Joven Irlanda. No era un nacionalismo directo, sino que pasaba a través de la mitología, pensando en Irlanda como una especie de utopía celta, poblada de hadas, gnomos, espíritus del agua, del viento y de otros seres mitológicos. Reverenciaba indistintamente el pan y las costumbres siempre y cuando tuvieran esa grado de anticuada pasión y sapiencia infinita que él suponía era la característica de una civilización gaélica. No merece enumerar a todos y cada uno de los personajes y símbolos que se descubren en cada uno de sus pormas (como Cuchuláin, Conchubar, Fergus, la vieja Eire, los druídas...), baste saber que estos símbolos aprietan las filas de una tradición inmemorial: el vagabundo, Leda, el cisne, la luna, el gato, Bizancio, Troya, la torre, la garza, etc. Un lugar donde interactúan humanos y semidioses, lleno de hermosos sueños. Incluso escribió una dedicatoria a un libro de cuentos de hadas donde se refleja el tradicional concepto sentimental hacia la Madre Irlanda y la nostalgia del emigrante. Esta nostalgia que Yeats sentía por un mundo de sagas, leyendas y sueños románticos, y por su tierra, se ejemplifica en su poema El lago de la Isla de Innisfree, que muestra el espíritu celta de añoranza por lo remoto y lo ideal. Y es que en un siglo de turbulentos cambios sociales esto er aun escapismo justo, ya que yeats vivía plenamente identificado con su pueblo y para quien el símbolo era lo más inmediato porque de él obtenía su fuerza evocadora. En el poema abundan los símbolos de paz, como:

    Y viviré en soledad con el rumor de las abejas
    y
    me llega el murmullo del agua en la costa,
    y la paz se convierte en agua que se escucha en lo más profundo del corazón:
    ...pues la paz es una gota lenta,
    que cae del velo matinal hacie donde canta el grillo...
    ...lo escucho desde lo hondo de mi corazón.

    La pasión de Yeats por la herencia celta y los versos patrióticos fue compartida por otros poetas, influidos por el nacionalismo representado por John O’Leary, el líder feniano. Éste también presentó a Yeats a miembros del movimiento de la Joven Irlanda, que luchaban por unir las partes católica y protestante de Irlanda. Así, Yeats decidió unir su compromiso político y poético con el pasado irlandés. Posteriormente, Yeats conoció a John M. Synge y a lady Isabella Augusta Gregory, quienes le ayudaron a recuperar la imagen de la Irlanda de su infancia. Synge había redescubierto la Irlanda dura, el mundo de lo concreto, de lo natural. Sus escritos le ayudaron a Yeats a descubrir sus propios sentimientos hacia esa Irlanda. Por su parte, Lady Gregory revivió su interés por las tradiciones del campesinado y su admiración por los propietarios de tierras anglo-irlandeses. Esto, junto con su pasión por lo irlandés, su inclinación por la aristocracia, el individuo y la soledad, creo que acentuó sus rechazos, entre otros, hacia Inglaterra, como él mismo dice: "Siempre he soñado con transmutar mi pasión anti-inglesa en una aversión por la vulgaridad y el materialismo, sobre los cuales Inglaterra funda su vida actual y pretende fundar, también, la vida nuestra." Yeats también repudiaba los conocimientos generales, los ideales del mundo, la ciencia, el internacionalismo, la vida industrializada y comercializada, el liberalismo y la democracia. En política, sentía predilección por la oligarquía y creía que el vigor es más importante que la honradez y el orden que la justicia. Le horrorizaba el desinterés por la individualidad humana. Hay que decir que en su época, por lo menos algunas de estas opiniones eran compartidas por otros escritores como T. S. Eliot y D. H. Lawrence. Su amor por la tradición se convierte incluso en apoyo a la reacción, haciendo afirmaciones como: "Una buena y poderosa causa y unos buenos garrotazos son algo delicioso", o "debemos promover la formación de familias militarizadas", y "tres tipos de hombre han hecho todas las cosas hermosas: los aristócratas han establecido los buenos modales, debido a que su lugar en el mundo los coloca por encima del temor a la vida; los campesinos han construido los bellos cuentos y las creencias, porque, al no tener nada que perder, tampoco temen; y los artistas han hecho el resto, ya que la Providencia los ha llenado de temeridad."
    El levantamiento de Pascua de 1916 tuvo gran influencia en Yeats y afectó profundamente su vida. Fue un movimiento intempestivo y espiritual que lo remitía a la Irlanda romántica, y Yeats afirmó que la violencia individual es uno de los derechos humanos. Pero los líderes del levantamiento y los actos violentos en la realidad no concordaban ni con su escepticismo ni con sus ideales. Además, Yeats era un poeta, no un hombre de acción, y por lo tanto se cuestiona y califica continuamente, como lo muestra su poema conmemorativo La Pascua de 1916:

    ...¿era, después de todo, la innecesaria muerte?
    Pues Inglaterra puede conservar su fe,
    A pesar de todo lo que se diga o se haga.
    Conocemos sus sueños lo suficiente
    Para saber que soñaron y están muertos.
    ¿Y si un exceso de amor
    los aturdió hasta que murieron?...



    Tras este levantamiento de Pascua del 16, los 73 parlamentarios del Sinn Fein proclamaron unilateralmente la independencia de Irlanda, y Yeats si bien no tomó parte de activa en la sedición si sufrió un gran impacto emocional que dejó plasmado en su histórico poema anteriormente citado. Sin embargo, una vez finalizado el conflicto, formó parte del nuevo senado -y a pesar de ello años más tarde, ignorando toda clase de cinismos, le recomendó a su amigo Ezra Pound que no hiciera lo propio en Estados Unidos -. No está del todo esclarecido hasta qué punto Yeats aceptaba la ascensión de una clase media católica y radical que pronto se vería definitivamente en el poder...y esto, no tanto por haber recibido una educación protestante como por el hecho de que el utilitarismo puritano chocaba frontalmente con su idea de una Irlanda ancestral y mítica, heredera de las grandes familias terratenientes que durante siglos convivieron en un perfecto mundo de “costumbre y ceremonia”. Posiblemente Yeats solo alimentaba su corazón de fantasías banales, o es que se sentía orgulloso de una cuna medio noble y medio coja, venida a menos, pero en cuya ascendencia – que justificaba en parte las extravagancias aristocráticas y su arrogante apostura, provenía directamente de un abuelo paterno, quien, no siendo exactamente noble, son más bien un comerciante en mangas de camisa, tuvo a bien en casarse con una tal Mary Butler, duquesa de Ormonde.

    En todo este contexto, sobre la independencia de Irlanda, un aspecto interesante sería la comparación entre México e Irlanda. Ambos países están situados junto a un vecino cuyo país es más extenso en tamaño y número de habitantes. También es mayor su poder económico, militar y político. Por lo mismo, existe una especie de resentimiento hacia esta influencia omnipresente del vecino poderoso. Esto puede transformarse en una resistencia hacia el colonialismo ideológico y cultural, con su aplastante eficiencia, o en un espiritualismo como defensa ante una civilización y una racionalidad ajenas. Encontré que algunas afirmaciones, aunque se refieren a Irlanda de fines del siglo pasado, también podrían ser aplicables a México: la primitiva vida en los campos, la soledad, la gran unión del clan familiar, el anarquismo individualista, la actitud sentimental hacia la historia, el semi-envidioso menosprecio hacia su vecino, la identificación de lo irlandés o mexicano con lo espiritual y de lo inglés o norteamericano con un materialismo burdo. Así como la leyenda celta llegó a convertirse en una panacea para Yeats, tratando de oponerle algo a la revolución industrial, también en México se glorifica el pasado como una especie de compensación a las hazañas estadounidenses. En el aspecto religioso también existe la afinidad del catolicismo, así como cierta fijación materna en la Virgen María.
    Otro aspecto interesante y muy original de Yeats lo fue su mística. La preocupación central por la búsqueda de un sistema concuerda con el rechazo que sentía hacia las influencias de la vida moderna, el realismo cotidiano y la ciencia, que acababan por transformar al hombre en un animal u objeto, vulgarizando su vida espiritual y negándole lo misterioso. Como también odiaba al racionalismo, trató de que este sistema fuera irracional y se opusiera a otros sistemas ya aceptados. Yeats buscaba una concepción que incluyera la continuidad de los valores y símbolos del pasado. Pensaba que la renovación de las creencias (“principal movimiento de nuestro tiempo”) liberaría cada vez más a las artes de su edad y de la vida misma, a fin de que se centraran más en la belleza y se ocuparan de las viejas creencias, mitos y sueños, al igual que la gran poesía del pasado y de las religiones. Él mismo afirmó que “todos los hombres rechazarán cada vez con más fuerza la opinión que considera que la poesía es una crítica de la vida, y estarán cada vez más convencidos de que es una revelación de la vida oculta y, tal vez, lleguen a pensar que pintura, poesía y música son los únicos medios dejados al hombre en la Tierra para conversar con la eternidad”. Es decir, desde el mundo en que vivimos aquí y ahora, se puede pasar al mundo de la eterna vida oculta, y uno de los puentes para hacerlo es la poesía. En el espíritu está la realidad primaria y última.
    Todas estas ideas y conceptos incluían una dialéctica que Yeats conservaría hasta sus últimas obras. En varios de sus poemas, Yeats toma posiciones distintas para conciliar rivalidades entre la eternidad y el tiempo, entre la realidad primaria y la realidad última, entre el ser y el llegar a ser, entre aspiración y logro, entre lo absoluto y lo relativo, entre sueño y realidad, así como en el antagonismo entre los seres cósmicos y los hombres.
    En un principio, la cosmovisión de Yeats había sido influenciada, aparte de las corrientes literarias, principalmente por las ideas de Platón, Plotino, Pater, Villiers de L’Isle Adam, de la cábala, del ocultismo, de la teosofía, del budismo esotérico y de la filosofía hindú. Posteriormente, el concepto dominante de su filosofía sería el de la totalidad del hombre y de la vida.
    En conjunto con esta concepción total del mundo, Yeats comenzó a desarrollar su doctrina de la Máscara: "Mi mente empieza a derivar vagamente hacia la doctrina de ‘la máscara’, la cual me ha convencido de que todos los hombres apasionados están siempre, debido a sus ligas con otras épocas, históricas o imaginarias, en el lugar en el que pueden encontrar las imágenes capaces de estimular su energía creadora." Esta teoría consistía en que el hombre de acción es un soñador que abraza a su opuesto. En la misma acción dramatiza su sueño, y así es absuelto de las motivaciones de los espíritus animales o de una necesidad puramente mecánica.
    Las ideas y filosofías mencionadas anteriormente se pueden observar, por ejemplo, en su poema “Los magos”, del libro Responsabilidades, publicado en 1914:

    Ahora, como siempre, puedo ver en el ojo de la mente,
    En su duros, pintados atavíos, los pálidos e insatisfechos
    Aparecer y desaparecer en el azul profundo de los cielos,
    Con sus rostros antiguos como piedras golpeadas por la lluvia,
    Y sus yelmos de plata cerniéndose uno al lado del otro,
    Y sus ojos aún fijos, esperando una vez más
    - de la turbulencia del Calvario insatisfechos -
    el misterio indomable de la cueva bestial.

    Este poema, junto con el de “Las muñecas”, es el precursor de su poesía filosófica. Algunos elementos de este poema que nos remiten o aluden a este "algo distinto" son: “como siempre”, que alude a la eternidad, a algo que trasciende el tiempo; “ojo de la mente”, que sería el tercer ojo en el entrecejo; “aparecer y desaparecer(...)de los cielos”, nos indica que están y no están, son y no son, o que son visibles e invisibles, y aparecen del cielo, o sea, el mundo de la vida oculta, de la eternidad, contactando y haciendo un puente con el mundo del aquí y ahora; ”rostros antiguos”, que pueden ser las caras de una persona vieja, pero también sugieren un pasado remoto, al igual que “piedras golpeadas por la lluvia ... una vez más”, que nuevamente sugiere algo cíclico y repetitivo, o sea, que ya habían estado aquí. Creo que, en general, el poema trata de la búsqueda de la totalidad, y la oposición eternidad-tiempo es una muestra de la dialéctica metafísica de Yeats. Los magos también tienen que "rescatar" la parte de su totalidad que está en este mundo, ya que dependen de ello para lograr una síntesis o totalidad. Por lo mismo, aparecen y desaparecen, tratando de encontrar ese misterio incontrolable, es decir, desconocido incluso para ellos, en el suelo bestial, que podría ser la Tierra.
    Más adelante, en 1925, Yeats publicó un libro, titulado Una visión, donde explica su sistema mitológico, basado en "mensajes de los espíritus" a través de la condición de medium de su esposa. El libro refleja su preocupación por elaborar un sistema, un plan para ordenar la realidad. En él, expone su doctrina de la Gran Memoria, similar a la anamnesis de Platón. Se trata de una especie de memoria universal, de la que el ser humano forma una parte. Por lo tanto, la verdad puede ser conocida o encontrada, ya que está formada por un conjunto de valores que se remontaban al pasado. En Una visión también existen uniones con la psicología. La Gran Memoria tiene un gran parecido al subconsciente colectivo de Carl Jung. De allí surge el anima mundi, una especie de principio eterno y espiritual. El ser humano sería una expresión de este principio. Yeats probablemente tomó esta teoría de Henry More, quien afirmaba que las abejas y los pájaros aprenden del animal mundi a construir sus panales y nidos. Estos anima mundi podrían equivaler a los arquetipos de Jung. Otro aspecto psicológico es la elaboración de la idea del hombre que desea su opuesto. Esto incluye, por ejemplo, la lucha con nosotros mismos, o la búsqueda del artista en pos de su opuesto que aparece en “Los cisnes salvajes de Coole”. Yeats "había observado este fenómeno en sí mismo, comprobando la existencia del hombre contemplativo que envidia la vida de acción. Siendo esto así, la poesía de un hombre, que es la expresión de sus deseos, tiende a ser, en cierto sentido, lo opuesto a su propia vida. En su obra posterior, Yeats también hace una síntesis de los opuestos, pero dejando que éstos permanezcan vivos y válidos.
    Para Yeats, esta búsqueda del opuesto está relacionada con la idea de la reencarnación, para la cual toma ciertas ideas del platonismo y de la filosofía hindú. La reencarnación a su vez está relacionada con ciclos históricos que se repiten cada dos mil años, después de los cuales el ciclo nuevo revierte la tendencia básica del ciclo precedente, y con los giros, realidades opuestas en constante tensión. Aquí Yeats se une con la teoría del conflicto creativo de Heráclito, quien pensaba que "el Universo tiene a su primera forma y a su contrario en un estado de alternancia permanente".
    Estas ideas de Yeats pueden encontrarse en su poema ”El segundo Advenimiento”, escrito en 1919. Están presentes los giros: el final de un ciclo de dos mil años y el anuncio de la llegada de otro y también aparece nuevamente una imagen que se viene desde el mundo espiritual y eterno hasta el nuestro. Al usar símbolos cristianos como la segunda llegada y el nacimiento en Belén, creo que Yeats insinúa o bien el nacimiento de una especie de anti-Cristo, o la etapa final de un ciclo de veinte siglos y la llegada de un nuevo Cristo, ya que cada ciclo nuevo revierte la tendencia del ciclo pasado. En este último sentido, el poema creo que es, en parte, un reflejo de las carnicerías de la Primera Guerra Mundial. También puede ser visto como profético, presintiendo la llegada de un desastre aún mayor que estaba por venir.
    En cualquier caso, son impresionantes las siguientes líneas:

    La anarquía está suelta por el mundo,
    La marea enturbiada por la sangre; en todas partes
    La ceremonia de inocencia está ahogada.
    Los mejores de convicción carecen, mientras los peores
    Llenos están de intensidad apasionada.

    Estas líneas también reflejan la visión de la realidad o la política de Yeats. Existe una especie de inocencia romántica que tal vez viene del pasado, de la vida simple, y que es ahogada. Unos cuantos elegidos, una elite aristocrática (los mejores) indolente, que podría hacer algo en contra, no tiene ni deseos ni motivación de hacerlo, mientras que las masas, el vulgo (los peores) se dejan llevar por sus pasiones, y son precisamente los que tiene la fuerza, la motivación, pero que carecen de medios para lograr su objetivo. Todo esto remite a la postura de Yeats en relación a Maud Gonne y aa otros revolucionarios en Irlanda.
    También existe una relación bastante fuerte entre Irlanda y el misticismo de Yeats. Esto se debe en parte a su conciencia de la tradición y a su visión de la historia, en donde, independientemente del tiempo y del lugar, que son recurrentes, cada persona puede desempeñar distintos papeles. Así, como pensaba que los hindúes eran esencialmente espirituales, también los campesinos irlandeses estaban en contacto con los dioses antiguos. En esta relación también influye la síntesis de creencias populares, hinduismo, cábala y otras filosofías y creencias que hace Yeats, así como su tendencia a concebir cualquier religión como una parte de cosmovisión más vasta. En sus poemas se siente constantemente una nostalgia por otro mundo, un mundo donde conviven: lo irlandés: el paisaje, la vida sencilla de los campesinos, el pasado romántico, las leyendas y los héroes mitológicos; la vida interior de Yeats: sus recuerdos, su pasión, sus sueños, su búsqueda de plenitud; y lo místico: un espíritu eterno, cíclico y oculto que está en constante relación con todas las manifestaciones, mundos y tiempos. Esta afirmación también la encontré en el libro Mitologías de Yeats, en la introducción de Fernando Robles, quien, hablando de lo irlandés y de lo místico en Yeats, dice: "Me parece muy claro que puede aducirse que en el intento de Yeats, tal como él sintió orientarse sus inclinaciones desde muy joven, había una unidad de propósito frente a estas dos zonas de inconformismo; pudiendo formularse la síntesis de ambos, más o menos, en el encaminamiento siguiente: Ayudar a fundar y a afirmar una personalidad irlandesa radicalmente opuesta a la herencia de la cultura británica; avivar y reafirmar su yo por la profundización hacia las raíces profundas de las formas de sentir de su pueblo; y esto hasta llegar a redefinir unos órdenes de valores nuevos que atañen no sólo desde lo moral hasta lo estético, sino también hasta un cambio o modelación de los fundamentos epistemológicos mismos en que se base la percepción, a fin de llegar a poder oponer formas con la frescura de lo salvaje, de lo orgiástico e inmediato frente a la aridez de lo analítico sistemático que predomina en el saber anglosajón o en las formas de hacer de este pueblo dominante." En síntesis, también en este aspecto, Yeats busca una totalidad.
    En este sentido, la cosmovisión de Yeats me remite a otros poetas, como Charles Baudelaire, quien también afirmaba la existencia de una sustancia universal desde donde emanan las cosas, las formas individuales. Por las limitaciones de nuestros sentidos, solamente vemos lo visible, los símbolos, sonidos, colores y perfumes que nos llegan desde un fondo desconocido. Pero lo visible y lo invisible vienen juntos. Como todo forma parte de esa sustancia universal, el hombre debe esforzarse en descubrir lo escondido, lo secreto y lo desconocido a través de lo visible, de las formas individuales. Cuando algo muere, esa forma se pierde pero la sustancia permanece y se vuelve energía universal, que es la manifestación de la energía primordial.
    Al respecto, Octavio Paz daba la siguiente explicación: "Ante la progresiva desintegración de la mitología cristiana, los poetas no han tenido más remedio que inventar mitologías más o menos personales hechas de retazos de filosofías y religiones. A pesar de esta vertiginosa diversidad de sistemas poéticos - mejor dicho: en el centro mismo de esta diversidad -, es visible una creencia común. Esa creencia es la verdadera religión de la poesía moderna, del romanticismo al surrealismo, y aparece en todos los poemas, unas veces de manera implícita y otras, las más, explícita. He nombrado a la analogía. La creencia en la correspondencia entre todos los seres y los mundos ..." A continuación dice: "La analogía concibe al mundo como ritmo: todo se corresponde porque todo ritma y rima... correspondencia y analogía no son sino nombres del ritmo universal", y continúa: "La idea de la correspondencia universal es probablemente tan antigua como la sociedad humana. Es explicable: la analogía vuelve habitable al mundo. A la contingencia natural y al accidente opone la regularidad; a la diferencia y la excepción, la semejanza. El mundo ya no es un teatro regido por el azar y el capricho, las fuerzas ciegas de lo imprevisible: lo gobiernan el ritmo y sus repeticiones y conjunciones ... la analogía aparece lo mismo entre los primitivos que en las grandes civilizaciones del comienzo de la historia, reaparece entre los platónicos y los estoicos de la Antigüedad, se despliega en el mundo medieval y, ramificada en muchas creencias y sectas subterráneas, se convierte desde el Renacimiento en la religión secreta, por decirlo así, de Occidente: cábala, gnosticismo, ocultismo, hermetismo."
    Muchos de los símbolos que aparecen en los poemas de Yeats me parecieron muy interesantes y originales. Entre estos símbolos encontramos a los locos, los libertinos y los vagos (que siguen a las estrellas), las grullas, las aves solitarias como la garza, el halcón, el águila y el cisne, los santos, la rosa, la esfera, la torre, la escalera de caracol y Bizancio. A muchos de estos signos Yeats les dio un significado que los trasciende, como, por ejemplo, en Leda y el cisne. Algunos de estos símbolos también son ambiguos, y hacen que algunos poemas acaben por ser oscuros debido a su carácter simbólico.
    Por otro lado, quizá resulte extraño que un hombre tan amante de lo ceremonioso y lo tradicional no pudiese centrar su genio en una de las grandes religiones. A falta de ello, pasa su vida en busca de símbolos adecuados a su rica imaginación, y los encuentra en cosas muy diversas: en las antiguas leyendas celtas, en la amada Maude Gonne, en las casas señoriales de Irlanda, en los grandes patriotas, en la vieja torre de Ballylee, en conceptos filosóficos tomados de sus extensas lecturas y en los extraños tipos populares -locos y mendigos- de su propia invención. Estos símbolos son, además, muy variables, porque la imaginación de Yeats rehúye la lógica. Así, por ejemplo, la torre de Ballylee representa, en diferentes momentos, la tradición histórica, el aislamiento del artista, la carnalidad, las aspiraciones espirituales, etc. Dada la inmensa fluidez de su pensamiento, es difícil resumir el contenido de su poesía, pero podemos señalar, como conceptos que tienden a repetirse, primero la doctrina de la reencarnación y lo que él llama La Gran Memoria (The Great Memory) o “reminiscencia” -parecido a la anámnesis de Platón-; luego, la visión cíclica de la historia, por la cual la humanidad avanza en espiral por grandes fases de 2.000 años como en los poemas “El segundo Advenimiento” o “Los giros”; y, finalmente, una teoría que interesaba mucho a Unamuno: la constante oposición del yo y el anti-yo. Según ella, el hombre busca siempre la personalidad diametralmente opuesta a la suya, y en el caso de Y. esto constituye una constante lucha entre el yo pasivo y soñador y el deseado anti-yo, militante y activo. Yeats elabora esta idea en varios poemas como, por ejemplo, “Ego Dominus Tuus”, incluido en el libro Los cisnes salvajes de Coole. Estrechamente vinculada a esta oposición se halla lo que él llama “la perfección de la vida o de la obra”, en que el poeta lucha entre su amor a la vida con todas sus imperfecciones y una eternidad de perfección, conceptos magistralmente expuestos en los célebres poemas “Bogando a Bizancio”, “Bizancio” y “Diálogo entre yo y el alma”. Este diálogo continúa en la poesía de Yeats hasta su muerte. La tensión jamás se relaja, y quizá precisamente por esto, incluso en la vejez del autor, su poesía aparece dotada de un aire dinámico y juvenil.
    En sus primeros años, Yeats empleaba casi siempre un verso largo, alejandrino, con una rima bastante rígida y gran profusión de epítetos. Con el tiempo su poesía se va depurando y concentrándose hasta llegar a una maravillosa concisión, con abundancia de versos muy cortos y con un lenguaje en que predomina la palabra corriente y coloquial. Emplea con extraordinario efecto el refrán. La composición de sus versos le obligaba siempre a grandes esfuerzos, pero al lector le queda la impresión de un impulso espontáneo, resultante de un espíritu apasionado y sincero. Quizá por su misma originalidad, este poeta no ha influido mucho en sus sucesores. Permanece al margen de los poetas marxistas de los años treinta e igualmente apartado de los cristianos como T. S. Eliot. No obstante, domina la poesía inglesa del s. xx por la majestuosidad de su persona, y parece devolver al poeta algo de la dignidad del bardo o vate de otros tiempos.
    Otros aspectos que le dan originalidad a la obra de Yeats, aparte de los ya mencionados, podrían ser: el solitario impulso de placer que al parecer sentía sobre todo en su primera época, al igual que Parnell, el héroe solitario que fue su ideal; su gran impulso vital, su tristeza, su anhelo y su pasión que permanecieron con él durante toda su vida; su concepto de que el papel de una mujer hermosa consiste en ser hermosa y por lo tanto no debe involucrarse en cosas del intelecto, en especial, de las opiniones políticas y de la razón crítica; y sus ideas sobre el arte: "Lo que lleva a los hombres comunes al arte es lo mismo que los mueve en la vida real"; "Lo que es más elevado en poesía sólo se logra cuando el soñador se escapa de la realidad, o cuando el hombre común se eleva sobre ella. En todos los grandes poetas se combinan ambos elementos; esto es, se encuentran supremamente absortos en la vida y, sin embargo, con la fuerza de su fantasía logran siempre superar las cosas simples y llanas." También es interesante su concepto de que el hombre de acción es un artista, que "el papel del artista es análogo al del santo puesto que nos brinda algo precioso, no como el santo, renunciando al mundo, sino sumergiéndose en él, aun en toda su inmundicia y horror", así como su convencimiento de que el arte puede modificar la visión del mundo del hombre, y con ello, indirectamente, tener influencia en sus actos.


    En la madrugada del 7 de enero de 1.939, tres semanas antes de morir, Yeats le contó a su mujer, Georgie, que había tenido un sueño sobre Cuchulain, el antiguo héroe irlandés: Cuchulain, herido de muerte, conversa con unos espíritus y les dice que los que han sobrevivido a la guerra son los cobardes o los que han sabido esconderse a tiempo. Cuchulain fue un personaje que le acompañó desde que comenzó a interesarse por las antiguas sagas irlandesas. Fue el tema de su última obra teatral, “La muerte de Cuchulain”, donde el héroe lucha contra el mar, contra la muerte y contra Dios.
    Puede que fuera la Muerte quien le envió a Cuchulain en sueños, para imaginar un final tan heroico. Vino a por Yeats el 28 de enero de ese mismo año, mientras se encontraba de vacaciones con su mujer y unos amigos en Roquebrune-Cap-Martín (Francia). Sin embargo el poeta la estaba esperando, llevaba años tratando de mantenerla a distancia prudencial(estaba enfermo de cáncer).
    Y Sucede que la poesía ofrece la posibilidad de intuir la vida antes de su experiencia.
    Yeats, en su viaje hacia el Sur de Francia, se esmeró en acabar un poema epitafio en el que expresaba su deseo de ser enterrado “Bajo Ben Bulben”, el monte de Irlanda que marcó su niñez. Es el poeta adivino, el sacerdote de las musas, del vate. Éste poema pertenece a un grupo similar a los de, entre otros, “Un aviador irlandés anticipa su muerte”, ”La segunda venida, “ Lapislázuli” y “Meru”. Para su lápida escogió estos versos:

    “Lanza una fría mirada

    a la vida, a la muerte

    Jinete, sigue de largo”.

    Quedan sus palabras, que algo resistirán al tiempo...



    Caria.-




    BIBLIOGRAFÍA

    - Yeats, William Butler, Antología Bilingüe, tr. Enrique Caracciolo Trejo, ed. Alianza Editorial, Madrid, 1996.

    - Wilson, Edmund. El castillo de Axel. Estudios sobre la literatura imaginativa (1.870-1.930), ed. Versal, Barcelona, 1.989.

    - Adrián Icazuriaga, “ William Yeats o la disciplina del estilo”.
    Dirección en internet:
    [[url]www.henciclopedia.org.uy/autores/Icasuriaga/Yeats.htm][/url]


    - Paz, Octavio, Los hijos del limo, Seix Barral, México, 1985.

    - Torre, Guillermo de., “Imaginismo”, Historia de las literaturas de vanguardia, vol.II, ed, Guadarrama, Madrid, pp. 463-474.

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