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Tema: MITOS Y LEYENDAS DE TU CIUDAD

  1. #1
    Forero Graduado Avatar de Oso Noble
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    Predeterminado MITOS Y LEYENDAS DE TU CIUDAD

    La Ciudad de México es el escenario de infinidad de mitos, leyendas e historias macabras, que van de la época precortesiana hasta el siglo XX.
    Me imagino que en las antiguas ciudades de España y América Latina sucede lo mismo.
    Propongo este espacio para que cuentes los mitos y leyendas de tu ciudad. ¿Sale?

  2. #2
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    Predeterminado Re: MITOS Y LEYENDAS DE TU CIUDAD

    Bien, pues en efecto la ciudad de mexico esta llena de leyendas y mitos, por ahi tengo un libro lleno de ellas, el problema es que me da flojerita transcribirlo, pero hay una que recuerdo mucho ya que la narre en mis epocas de narrador oral =D...

    No recuerdo el nombre ni del hombre ni de la leyenda, pero dice que hay un tipo que se aparece en las calles del centro de la ciudad, y que te pregunta la hora, y al decirsela, dice algo asi como:

    "bienaventurado sea aquel que sabe la hora en que va a morir"

    y luego desaparece, esta leyenda surge de un tipo que supuestamente vendio su alma al diablo con algun motivo por ahi de principios de siglo, y que a cambio tambien el diablo le pidio que cada noche matara a una persona, y el tipo se escondia en las sombras del porton colonial de su casa, y cuando por la noche oscura pasaba por ahi algun pobre desafortunado, le decia esas palabras para despues darle muerte.

    Tambien esta la de los volcanes, la llorona, etc etc etc...

    Y en cuanto a leyendas de otros lugares, Soria es un lugr lleno de ellas, Gustavo Adolfo Becker nos habla de ellas en sus obras, les recomiendo ojos verdes y la batalla del monasterio templario.

    The As

    P.D. alguna ves escuche a mi abuela decir que Soria fue el pueblo donde nacio jeje por eso me gusta tanto las leyendas de ese lugar.

  3. #3
    Forero Graduado Avatar de Oso Noble
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    Predeterminado Re: MITOS Y LEYENDAS DE TU CIUDAD

    LA MULATA DE CORDOBA

    En la época colonial, en lo que hoy es la pequeña ciudad de Córdoba, estado de Veracruz, vivio una pitoniza famosa por sus grandes poderes adivinatorios, a la que todos apodaban "La Mulata". Muchas mujeres acudían a ella para que les leyera las cartas. Le preguntaban sobre objetos perdidos, sobre el futuro o le pedían marido. Una vez alguien le pregunto.
    -Oye, Mulata, Fijate que yo quiero tener marido, que sea rico, generoso y bueno, dime que puedo hacer.
    -Oye, mujer, yo no hago milagros.
    -Está bien, yo se que soy fea, aunque no sea rico, que por lo menos sea buen mozo y cariñoso.
    -Quieres te hecho las cartas, pero yo no consigo maridos.
    -Anda, Mulata, mira, me conformo con alguien que me mime.
    -No puedo mujer.
    La Mulata decía no hacer milagros, sólo echaba las cartas.
    Sus desdichas empezaron un día que una comadre le preguntó.
    -Mulata, Que las cartas me digan con quien me engaña el marido.
    Como eso sí lo sabía hacer, echó las cartas, una tras otra, insistente, buscando afanosa una respuesta. Recogió la baraja y la volvió a echar una y otra vez hasta dijo.
    -Comadre, tu marido no te engaña.
    -¿Cómo que no? ¡Tú me quieres engañar!
    -No, mujer, tu marido no te engaña.
    -No mientas, seguro tú eres la amante.
    -¿Pero qué dices? Tu marido no te engaña.
    -Sí que me engaña y la amante eres tú, Ya verás que te voy a denunciar a la Santa Inquisición.
    La comadre salió furiosa gritando a los cuatro vientos:
    -Te denunciaré a la Santa Inquisición.
    -Tu marido no te engaña-Gritaba la Mulata- No te engaña... No te engaña...
    Tres meses después llegó a la Villa de Córdoba un pelotón de la Inquisición y la arrestaron. Mientras la llevaban presa, rumbo a la Ciudad de México, los cordobeses se agolpaban a su paso y le gritaban.
    -Mulata, no dejes que te lleven.
    -Salvate, Mulata, tu puedes.
    -Que las Inquisición no te atormente, Mulata.
    Fue traslada a México y presentada al tribunal del Santo Oficio. Confesó lo que quisieron sin dejarse torturar y fue condenada a morir en la hoguera. Mientras llegaba el día de su ejecución se la pasaba en su celda, escuchando los lamentos de los otros presos, sintiendo en carne propia las terribles torturas que les aplicaban. Podía escuchar cómo le arrancaban las uñas a una mujer o vertían hierro candente en la espalda de un hombre.
    Un día antes de su ejecución decidió que ella no moriría en la hoguera, así que llamó a gritos a su carcelero.
    -Carceleroooooooooo... Carcelerooooooooo...
    El guardia entonces se acercó refunfuñando.
    -Por Dios, Mulata, que me queréis a estas horas.
    -Por amor de Dios carcelero, Traedme un carboncillo.
    -¿Para que lo queréis.
    -No preguntéis, solo traédmelo, por amor de Dios.
    El hombre decidió complacerla y unos minutos después le entregó el carboncillo. La Mulata entonces se puso a dibujar y a dibujar sobre las pardes de la mazmorra. Hábilmente, con gran maestría pintó un barco enorme, con grandes velas. Estaba tan bien hecho que parecía ser real.
    -Carceleroooooooo... Carceleroooooooo...
    Y el hombre se acercó, nuevamente, refunfuñando.
    -Por Dios, Mulata, falta poco para que amanezca, que me queréis.
    -Mirad.
    -Santo Dios, pero que barco más bello haz dibujado, parece real, solo le falta navegar.
    -Pues si eso deseas, así será.
    Entonces, La Mulata sin mediar más palabras, se subió al barco, como fundiéndose en la pared y soltó una alegre y estridente carcajada. Ante los ojos atónitos del carcelero, el barco se alejó y se alejó haciéndose cada vez más pequeño, hasta que desapareció.
    Al amanecer, un par de guardias llegaron por la Mulata para llevarla a la hoguera, de ella no encontraron rastro y sólo hallaron el cadáver del carcelero con el terror dibujado en su rostro.

  4. #4
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    Predeterminado Re: MITOS Y LEYENDAS DE TU CIUDAD



    LA LLORONA


    Los cuatros sacerdotes aguardaban espectrantes.
    Sus ojillos vivaces iban del cielo estrellado en donde señoreaba la gran luna blanca, al espejo argentino del lago de Texcoco, en donde las bandadas de patos silenciosos bajaban en busca de los gordos ajolotes.

    Después confrontaban el movimiento de las constelaciones estelares para determinar la hora, con sus profundos conocimientos de la astronomía.

    De pronto estalló el grito....

    Era un alarido lastimoso, hiriente, sobrecogedor. Un sonido agudo como escapado de la garganta de una mujer en agonía. El grito se fue extendiendo sobre el agua, rebotando contra los montes y enroscándose en las alfardas y en los taludes de los templos, rebotó en el Gran Teocali dedicado al Dios Huitzilopochtli, que comenzara a construir Tizoc en 1481 para terminarlo Ahuizotl en 1502 si las crónicas antiguas han sido bien interpretadas y parecio quedar flotando en el maravilloso palacio del entonces Emperador Moctezuma Xocoyótzin.

    -- Es Cihuacoatl! -- exclamó el más viejo de los cuatro sacerdotes que aguardaban el portento.

    -- La Diosa ha salido de las aguas y bajado de la montaña para prevenirnos nuevamente --, agregó el otro interrogador de las estrellas y la noche.

    Subieron al lugar más alto del templo y pudieron ver hacia el oriente una figura blanca, con el pelo peinado de tal modo que parecía llevar en la frente dos pequeños cornezuelos, arrastrando o flotando una cauda de tela tan vaporosa que jugueteaba con el fresco de la noche plenilunar.

    Cuando se hubo opacado el grito y sus ecos se perdieron a lo lejos, por el rumbo del señorío de Texcocan todo quedó en silencio, sombras ominosas huyeron hacias las aguas hasta que el pavor fue roto por algo que los sacerdotes primero y después Fray Bernandino de Sahagún interpretaron de este modo:

    "...Hijos míos... amados hijos del Anáhuac, vuestra destrucción está próxima...."

    Venía otra sarta de lamentos igualmente dolorosos y conmovedores, para decir, cuando ya se alejaba hacia la colina que cubría las faldas de los montes:

    "...A dónde iréis.... a dónde os podré llevar para que escapéis a tan funesto destino.... hijos míos, estáis a punto de perderos..."

    Al oir estas palabras que más tarde comprobaron los augures, los cuatro sacerdotes estuvieron de acuerdo en que aquella fantasmal aparición que llenaba de terror a las gentes de la gran Tenochtitlán, era la misma Diosa Cihuacoatl, la deidad protectora de la raza, aquella buena madre que había heredado a los dioses para finalmentente depositar su poder y sabiduría en Tilpotoncátzin en ese tiempo poseedor de su dignidad sacerdotal.

    El emperador Moctezuma Xocoyótzin se atuzó el bigote ralo que parecía escurrirle por la comisura de sus labios, se alisó con una mano la barba de pelos escasos y entrecanos y clavó sus ojillos vivaces aunque tímidos, en el viejo códice dibujado sobre la atezada superficie de amatl y que se guardaba en los archivos del imperio tal vez desde los tiempos de Itzcoatl y Tlacaelel.

    El emperador Moctezuma, como todos los que no están iniciados en el conocimiento de la hierática escritura, sólo miraba con asombro los códices multicolores, hasta que los sacerdotes, después de hacer una reverencia, le interpretaron lo allí escrito.

    ---Señor, -- le dijeron --, estos viejos anuales nos hablan de que la Diosa Cihuacoatl aparecerá según el sexto pronóstico de los agoreros, para anunciarnos la destrucción de vuestro imperio.

    Dicen aquí los sabios más sabios y más antiguos que nosotros, que hombres extraños vendrán por el Oriente y sojuzgarán a tu pueblo y a ti mismo y tú y los tuyos serán de muchos lloros y grandes penas y que tu raza desaparecerá devorada y nuestros dioses humillados por otros dioses más poderosos.

    --- Dioses más poderosos que nuestro Dios Huitzilopochtli, y que el Gran Destructor Tezcatlipoca y que nuestros formidables dioses de la guerra y de la sangre? -- preguntó Moctezuma bajando la cabeza con temor y humildad.

    --- Así lo dicen los sabios y los sacerdotes más sabios y más viejos que nosotros, señor. Por eso la Diosa Cihuacoatl vaga por el anáhuac lanzando lloros y arrastrando penas, gritando para que oigan quienes sepan oír, las desdichas que han de llegar muy pronto a vuestro Imperio.

    Moctezuma guardó silencio y se quedó pensativo, hundido en su gran trono de alabastro y esmeraldas; entonces los cuatro sacerdotes volvieron a doblar los pasmosos códices y se retiraron también en silencio, para ir a depositar de nuevo en los archivos imperiales, aquello que dejaron escrito los más sabios y más viejos.

    Por eso desde los tiempos de Chimalpopoca, Itzcoatl, Moctezuma, Ilhuicamina, Axayácatl, Tizoc y Ahuizotl, el fantasmal augur vagaba por entre los lagos y templos del Anáhuac, pregonando lo que iba a ocurrir a la entonces raza poderosa y avasalladora.

    Al llegar los españoles e iniciada la conquista, según cuentan los cronistas de la época, una mujer igualmente vestida de blanco y con las negras crines de su pelo tremolando al viento de la noche, aparecía por el Sudoeste de la Capital de la Nueva España y tomando rumbo hacia el Oriente, cruzaba calles y plazuelas como al impulso del viento, deteniéndose ante las cruces, templos y cementerios y las imágenes iluminadas por lámparas votivas en pétreas ornacinas, para lanzar ese grito lastimero que hería el alma.

    -----Aaaaaaaay mis hijos.......Aaaaaaay aaaaaaay!---- El lamento se repetía tantas veces como horas tenía la noche la madrugada en que la dama de vestiduras vaporosas jugueteando al viento, se detenía en la Plaza Mayor y mirando hacia la Catedral musitaba una larga y doliente oración, para volver a levantarse, lanzar de nuevo su lamento y desaparecer sobre el lago, que entonces llegaba hasta las goteras de la Ciudad y cerca de la traza.

    Jamás hubo valiente que osara interrrogarla. Todos convinieron en que se trataba de un fantasma errabundo que penaba por un desdichado amor, bifurcando en mil historias los motivos de esta aparición que se transplantó a la época colonial.

    Los románticos dijeron que era una pobre mujer engañada, otros que una amante abandonada con hijos, hubo que bordaron la consabida trama de un noble que engaña y que abandona a una hermosa mujer sin linaje.

    Lo cierto es que desde entonces se le bautizó como "La llorona", debido al desgarrador lamento que lanzaba por las calles de la Capital de Nueva España y que por muchos lustros constituyó el más grande temor callejero, pues toda la gente evitaba salir de su casa y menos recorrer las penumbrosas callejas coloniales cuando ya se había dado el toque de queda.

    Muchos timoratos se quedaron locos y jamás olvidaron la horrible visión de "La llorona" hombres y mujeres "se iban de las aguas" y cientos y cientos enfermaron de espanto.

    Poco a poco y al paso de los años, la leyende de La Llorona, rebautizada con otros nombres, según la región en donde se aseguraba que era vista, fue tomando otras nacionalidades y su presencia se detectó en el Sur de nuestra insólita América en donde se asegura que todavía aparece fantasmal, enfundada en su traje vaporoso, lanzando al aire su terrífico alarido, vadeando ríos, cruzando arroyos, subiendo colinas y vagando por cimas y montañas.

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    ***
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  5. #5
    Forero avanzado
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    Predeterminado Re: MITOS Y LEYENDAS DE TU CIUDAD

    antes de que otra cosa suceda, donde esta soria?
    la leyenda de la mulata esta muy buena!
    la llorona se aparece por todos lados, a que se debera?
    hay leyendas que no son de fantasmas ni brujas ni nada de eso, como por ejemplo la leyenda del Popocatepetl y el Iztlazihuatl, es una leyenda muy bonita que cuando no tenga esta hueva (que por cierto parecen dos) se las transcribo.

    tambien hay leyendas de nahuales, pero no me se ninguna, alguien de aca podra decirnos una?

    Amaras a tu depredador................

  6. #6
    Forero inexperto
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    Predeterminado Re: MITOS Y LEYENDAS DE TU CIUDAD

    Como es conocido de todos,los colonizadores que llegaron a la Hispaniola hablaban de la Ciguapa: Una mujer de larguisima cabellera negra cuyos pies pe posicionaban en direccion contraria a su desplazamiento. Nadie nunca vio de cerca a una ciguapa, pero sse decia ( y aun se dice) que este ser salia solo al atardecer, por la orilla de la playa a buscar alimento para sus hijos, y que por mas que se le perseguia para darle alcande nadie nunca lo logro.
    Au hay quienes buscan a la Ciguapa, mas otros aseveran que la leyenda de la Ciguapa surge de la imaginacion de los colonizadores. Las aborigenes caminaban a la orilla de la playa, y de regreso venia mas ceca d elas olas, las cuales borraban sus huellas. Los colonizadores olo lograban ver las huellas hechsa por sus pies en la tarde, pero als veian desplazarse en sentid contrario sin marcar mas huellas.

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