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Ver la versión completa : Impulso y cansancio



ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
17/03/2019, 07:43
“Si la obra de un hombre es fácil de entender, la explicación resulta innecesaria” (Oscar Wilde, El crítico como artista)

Encuentro estimulante leer libros de los que aprendo cosas que no sabía. De no leerlos, no pensaría las cuestiones que plantea y, de alguna manera, a las que da una solución. Su lectura puede acompañarnos toda la vida y no terminar nunca.

Tengo preferncia por los libros de ese tipo, los he leído y sigo leyéndolos. Son libros que quedan en uno para siempre. Sus reflexiones se interiorizan, se asimilan y forman parte de uno y sobre lo que reflexiona.

El horizonte de la filosofía no es el mismo antes de leer a Kant que después de leerlo. ¿Y quién se opondría a leer un libro que le podría llevar a cambiar su manera de pensar (*)?

Hablo de Kant como podría hablar de otros muchos como Schopenhauer, Hegel, Descartes o Aristóteles (**). Como no tengo con quién hablar de filosofía, leo sus libros y los medito junto a ellos y, en ocasiones, en oposición a ellos. Al leerlos, he aprendido cosas que difícilmente hubiera pensado de no haberlos leído.

(*) Pensar filosóficamente, a saber, pensar el pensar.

(**) La historia de la filosofía está llena de libros escritos por grandes pensadores. No se limita a un pensador ni a varios. Debiera tratar de todos, y, principalmente, de todo lo que se ha pensado y cómo se ha pensado (***).

(***) La reflexión individual de cada pensador se ha subestimado por cierta pereza. Exige demasiado esfuerzo. Así pues, no es de extrañar que la mayor parte de los filósofos vaya diciendo las mismas cosas de los mismos autores y los mismos problemas. No obstante, semejante uniformidad, que haya una lectura oficial, lejos de ser un mérito (****), es, con frecuencia, un síntoma de agotamiento y vulgaridad filosófica.

(****) Es decir, si se hubiesen agotado todas las posibilidades de un objeto de reflexión y se hubiesen unificado o, dicho de manera compleja, si no hubiese más (*****).

(*****) No se trata de una posibilidad cuantitativa (******), que no se puedan pensar más cosas, sino una cualitativa, qué se piensa y qué sería no pensarla.

(******) La posibilidad cuantitativa es innecesaria en una verdadera reflexión, está ya puesta; esto es, podríamos haberla pensado desde el principio. La única posibilidad reflexiva de lo cuantitativo está en un orden posterior, nunca en su condición previa y original.