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Ver la versión completa : Imposiciones especulativas, cansancio y no-ser



ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
01/03/2019, 14:20
“Y a favor de esto hay esta razón que “en vano se hace con más lo que puede hacerse con menos”. Pero todas las cosas que se salvan suponiendo algo distinto del acto de entender se pueden salvar sin tal algo distinto, ya que suponer por otro y significar otro puede convenir tanto al acto de entender como a otro signo. Entonces además de entender no se precisa suponer algo más” (Suma de lógica, Guillermo de Ockham)

No se piensa nada que, de alguna manera, no haya sido ya pensado. Las ideas, como elaboraciones del pensamiento, sin que tengan una forma, como dirían algunos, “sustancial”, tienen un momento subjetivo en que se perderían, no podrían retomarse y volver a sí (*).

La posibilidad de anticiparse al desarrollo de las ideas, sean propias o ajenas, es una necesidad de la reflexión, una condición que debe cumplir para que quede abierta y siga viva, que tenga cosas por pensar. La oposición básica del pensar garantiza su movimiento. Su actividad, que esté orientada a ser distinta de lo que es, está en su naturaleza y lo que es.

“Quedarse en blanco“, ”no pensar nada”, y expresiones de ese tipo, sin nada positivo y contrarias a la reflexión, son fruto del hábito de no pensar lo que es objeto del pensar. Son consecuencias de no pensar, por un lado, más inmediatamente, de cara a la cosa que se piensa, y, por otro, de no pesar remitiéndose a lo que le es más propio; pasa, por tanto, lo contrario, deja caminos del pensamiento sin recorrer que tienen obstáculos insalvables que, de una u otra manera, dígase, necesariamente, lo van a ahogar y llevar a no-ser.

(*) El pensamiento alineado al lenguaje, en que su reflexión se diferencie de una vuelta a sí por un impulso extraño a la posibilidad de su reflexión (**), no añade más que palabrería. El poder reflexivo de “retomarse” y, para ir al meollo del problema, de “ser-se”, no alcanza nada que no pudiera haber alcanzado sin ellos, su límite extensivo.

(**) Habría que haber empezado al revés, no haber supuesto que la posibilidad fuese más de lo que es y de lo que da de sí (***); su “más”, mejor visto, es “menos”, su poderío sufre cansancio.

(***) La posibilidad positiva es, en cierto modo, su límite reflexivo, indica lo que no le pertenece y la extensión en que su especulación no tiene validez.