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Ver la versión completa : Aprendizaje y experiencia, elasticidad del pensamiento y oposiciones contradictorias



ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
03/01/2019, 09:26
“Si las máximas especulativas de que tratamos en el capítulo anterior no gozan de hecho del asentimiento universal, según hemos probado, es mucho más visibles que los principios prácticos se quedan cortos de ser universalmente acogidos, y me parece difícil presentar una regla moral que pretenda tener un asentimiento tan inmediato y general como la proposición “todo lo que es, es”, o que sea una verdad tan manifiesta como aquello de que “es imposible que la misma cosa sea y no sea”. De aquí resulta evidente que los principios prácticos están más alejados del derecho a ser innatos, y que es más poderosa la duda acerca de que sean impresiones nativas de la mente” (John Locke Ensayo sobre el entendimiento humano)

La "tabla rasa", cierta pasividad ante la experiencia, una de las ideas centrales del empirismo, ha sido seria y duramente criticada por muchos. La mayor parte de mis maestros, desde Aristóteles a Popper (*), la ha puesto, de alguna manera, en duda; todos ellos se han opuesto a que el pensamiento se vea ahogado por la experiencia y no vaya, para decirlo con una metáfora espacial, más lejos de ella.

La crítica a su vertiente moral, que los sentimientos morales son, en lo básico, adquiridos, tiene, al menos (**), tanto interés como su vertiente teórica.

(*) No han faltado quienes han considerado a Aristóteles, de alguna manera, un empirista por la importancia decisiva que dio a la experiencia. Seamos serios, se piensa con la experiencia ya a cuestas y (***), dicho así, echada a andar (****). Sin embargo, por más importancia que la experiencia tuviese en sus reflexiones (*****), le antepuso la regla del pensar, dicho reflexivamente y de manera reconocible, su incondicionalidad.

(**) Según lo veo, tiene más interés. La experiencia moral se piensa con mayor dificultad que la teórica. La discriminaciones visuales y cuantitativas pueden ser pensadas sin necesidad de elaborar artificios reflexivos ni conceptos complejos; se puede pensar eso que se ve o cuántos objetos se ven sin saber nada del concepto. Por el contrario, los objetos de la sensibilidad interna o moral no son inmediatamente pensados, sino sentidos con el sentimiento (******), para lo que el pensamiento no tiene una solución o, dicho de otra manera, un opuesto resuelto; las potencias activas del pensamiento quedan, en cierto modo, disminuidas o anuladas ante el sentimiento (*******).

(***) Esto es, no se piensa sin objeto.

(****) Esto es, el impulso no le llega de afuera, no le es extraño o ajeno.

(*****) Baste citar la mutua dependencia que tiene su “Física” de su “Metafísica”.

(******) La distinción entre sentido y sentimiento es imprescindible en la reflexión moral. No es una distinción arbitraria. El sentido es más primario que el sentimiento; el sentimiento es de algo que, de alguna manera, ya ha sido sentido (********).

(*******) Lo menor es un grado, no tiene ninguna garantía de que, al final de su recorrido, su máximo, haya un punto fijo, en lugar del opuesto al que sus valores dan la espalda. Por tanto, su especulación puede no tocar la cosa y no ser más que un artificio del pensamiento que no lleve finalmente a ninguna parte.

(********) Este último uso del sentido no es empírico, no se toca con las manos ni está a la vista, sino que es un objeto desarrollado para que pueda ser pensado. No sería, por tanto, una especulación plena y, dicho así, circular, sino que cuenta con ciertas garantías sobre un objeto que, de alguna manera, y ya antes, está puesto.