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Ver la versión completa : El problema extensivo y la terceridad, la posibilidad refelexiva y vuelta hacia sí



ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
29/12/2018, 07:19
“En primer lugar, si no es acto de pensar, sino potencia, es lógico que le resulte fatigosa la continuidad de la actividad de pensar. Además, es obvio que lo más excelso sería otra cosa en vez del pensamiento: lo pensado. Y es que la capacidad de pensar y la actividad de pensar se dan, incluso, en quien piensa la cosa más baja; conque si esto ha de ser evitado (pues no ver ciertas cosas es mejor, incluso, que verlas), el pensamiento no será lo más perfecto” (Aristóteles, Metafísica)

Hay, al menos, dos líneas de pensamiento que me interesan de Hegel: por un lado, la fenomenología del espíritu, y, por otro, la lógica. Una permite el movimiento y, especialmente, el movimiento hacia sí, esto es, reflexivamente; la otra, lo pone en orden sin llegar a ahogarlo. La tercera línea, que es la del derecho y el término de la ética, debiera estar en la lógica de la primera (*); debiéramos extraerla de ella sin historia ninguna, o, mejor visto, a pesar de ella, haberla realizado, “a priori”, como concepto con garantía universal. Si fuese así, el “tercer” paso sería el auténticamente filosófico y reflexivo (**), no andaría a tientas, sin saber adónde va.

El pensamiento que, al respecto, sigo desde hace un tiempo pone límites al sentido, no lo deja suelto (***). Su “infinitud” no es la verdadera, sino que está, al contrario, intrínsecamente limitada. Su amplitud sería, por tanto, figurada y, lo que tiene más importancia cognoscitiva, negativa; se refleja.

Ahora bien, si retomé las inquietudes “lógicas” fue para pensar lo negativo por sí mismo sin su correlato inmediato en la realización de la contradicción; superar no debiera ser dejar atrás o debajo, sino agotar su posibilidad, ir hasta el fondo. Hablando alto y claro, la contradicción es un momento inferior al de la esencia; lo quito y pongo lo que no es negado, sino que subsiste y se mantiene.

(*) Al menos, así lo sugiere Hegel en su fenomenología como el auténtico fin.

(**) No me refiero a la capacidad “tercera” casualmente. No es sólo un momento del silogismo hecho a la medida del pensamiento abstracto y artificial (****). La “terceridad”, como la denominara Peirce, es el anidamiento del continuo y el infinito y, claro está, la contradicción resuelta como no-contradicción (*****).

(***) La estabilidad del sentido tendría consigo el momento dinámico, no al revés; lo negativo no es una simple abstracción, sino, en el mejor de nlos casos, su complejidad. No es, empero, una postura hegeliana, sino, mejor visto, y, a su manera, kantiana (******).

(****) Así visto, esto es, el momento abstracto que no es lo mismísimo que es, está cerrado, no tiene vida ni actividad genuina. Ya en la forma de la lógica aristotélica tenemos expresados los tres movimientos que se repiten sin cesar, como si no hubiese más.

(*****) La sorpendentemente exitosa solución de la síntesis hegeliana no soluciona nada que no estuviera, en esencia, ya resuelto; el pensamiento no podría crear nada, ninguna síntesis, por sí solo.

(******) El idealismo no sólo no superó la reflexión kantiana, sino que la privó de la actividad posible de espíritu.