pedrito
05/09/2000, 02:55
Nos parecemos a Heráclito -¿el primer televidente?- que se quedó mirando el río sin jamás entrar en él. Panta rei. Todo cambia, todo fluye. Nada es permanente, excepto el continuo cambio. Nos gusta. Somos expectadores bobos y felices pidiendo frenéticamente más novedad, más movidas, más shows. Y toda la vida colorida, la que parece más cercana al ideal de felicidad, transcurre ahí frente a nosotros, en dos dimensiones...
El escenario ha cambiado. Tiene otros decorados, otros actores y temas. Pero los personajes son los mismos, el público es el mismo, moviéndose entre dos polos opuestos: placer y dolor.
Es llamativo, el balde de agua fría –la lucidez necesaria para reflexionar- no suele aparecer sino a raíz de algún suceso trágico, irremediable, doloroso.
Y su opuesto, la natural tendencia al placer (y a no pensar), parece provenir del instinto de vida, de la vida que sólo busca asegurar la especie. Y lo ha logrado, vaya que sí. Somos miles de millones. Y tanto en lógica como en demografía: a mayor extensión, menor comprensión; y viceversa.
Como antes, como ahora, la especie usa al individuo para perpetuarse. Los pensadores han intuido esto, tratando de definirlo a su manera (en mitología se llama Cronos; para Hegel es la razón; para Hobbes: el leviatán, para Freud: eros y tánatos; Marx: capitalismo, por citar algunos). Según esto, parece que somos parte de un plan desconocido, cuyo propósito no alcanzamos a entender. Por eso la angustia existencial que busca llenar ese vacío con drogas, alcohol, series de Tv, ovnis, religiones, filosofías, etc., etc.
También hubo individuos sobresalientes, tratando de vencer al sistema o al que lo encarnaba: Zeus contra Cronos, Prometeo y Hércules contra Zeus, Sócrates contra los sofistas, Jesús y Nietzsche contra la hipocresía moral y religiosa (sí, los pongo juntos aunque se rasguen vestiduras), Gandhi y muchos otros contra el imperialismo, Sartre en su intento de hacer ontología fenomenológica, en fin, también los hackers...
Aparte, les dejo dos cuestiones: libertad y verdad
Si la libertad no existiera, si todo está ya determinado de antemano, entonces esto que escribo y las respuestas de ustedes, aún los más intimos y ocultos pensamientos de ustedes, alguien los puso ahí. Sólo se limitan a repetir un guión hecho por otros y no pueden dejar de hacerlo.
Si la verdad no existiera, si todo es aparente, entonces esto que escribo, no lo escribo, porque no puedo saber si es verdad que existo, o que ustedes existen. Y si todo es dudoso y confuso, tampoco se podría confirmar si es verdad que existe monografías.com, o la red, o el mundo...
Bueno, ya que todo es relativo, me pondré a imaginar qué contestarían los irreales e hipotéticos seres de una hipotética raza humana pensante... mientras sigo navegando y clikeando, como un tarado, esta inexistente página web...je!!
El escenario ha cambiado. Tiene otros decorados, otros actores y temas. Pero los personajes son los mismos, el público es el mismo, moviéndose entre dos polos opuestos: placer y dolor.
Es llamativo, el balde de agua fría –la lucidez necesaria para reflexionar- no suele aparecer sino a raíz de algún suceso trágico, irremediable, doloroso.
Y su opuesto, la natural tendencia al placer (y a no pensar), parece provenir del instinto de vida, de la vida que sólo busca asegurar la especie. Y lo ha logrado, vaya que sí. Somos miles de millones. Y tanto en lógica como en demografía: a mayor extensión, menor comprensión; y viceversa.
Como antes, como ahora, la especie usa al individuo para perpetuarse. Los pensadores han intuido esto, tratando de definirlo a su manera (en mitología se llama Cronos; para Hegel es la razón; para Hobbes: el leviatán, para Freud: eros y tánatos; Marx: capitalismo, por citar algunos). Según esto, parece que somos parte de un plan desconocido, cuyo propósito no alcanzamos a entender. Por eso la angustia existencial que busca llenar ese vacío con drogas, alcohol, series de Tv, ovnis, religiones, filosofías, etc., etc.
También hubo individuos sobresalientes, tratando de vencer al sistema o al que lo encarnaba: Zeus contra Cronos, Prometeo y Hércules contra Zeus, Sócrates contra los sofistas, Jesús y Nietzsche contra la hipocresía moral y religiosa (sí, los pongo juntos aunque se rasguen vestiduras), Gandhi y muchos otros contra el imperialismo, Sartre en su intento de hacer ontología fenomenológica, en fin, también los hackers...
Aparte, les dejo dos cuestiones: libertad y verdad
Si la libertad no existiera, si todo está ya determinado de antemano, entonces esto que escribo y las respuestas de ustedes, aún los más intimos y ocultos pensamientos de ustedes, alguien los puso ahí. Sólo se limitan a repetir un guión hecho por otros y no pueden dejar de hacerlo.
Si la verdad no existiera, si todo es aparente, entonces esto que escribo, no lo escribo, porque no puedo saber si es verdad que existo, o que ustedes existen. Y si todo es dudoso y confuso, tampoco se podría confirmar si es verdad que existe monografías.com, o la red, o el mundo...
Bueno, ya que todo es relativo, me pondré a imaginar qué contestarían los irreales e hipotéticos seres de una hipotética raza humana pensante... mientras sigo navegando y clikeando, como un tarado, esta inexistente página web...je!!