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Ver la versión completa : Pena de muerte: ¿quién condena... "un justo"?



Leonel
26/11/2001, 14:53
federicoroda@latinmail.com

gymkiller
06/10/2002, 01:06
la pena de muerte es algo necesario,porque lamentablemente y a pesar de que nadie en la tierra es justo,igual es inprescindible la eliminacion de aquellos sujetos que no aportan nada para la sociedad,porque la cadena perpetua es muy cara,es decir se gasta demaciado dinero en mantener a un preso por tantos años,mejor con ese dinero se podria ayudar a alguien que lo amerite mas que un delincuente,violador,aseseino,etc.
de hecho la pena de muerte deberia ser reinstaurada en todos los paises sensatos,porque sino mejor romper el contrato social que tantas penas,malos ratos,gasto de dinero,etc,etc,etc nos trae a toda la gente normal que no le anda dando 20,50 o 70 puñaladas a cualquier desconocido sin siquiera titubear,o a alguien que viola a una guagua de
1 o 2 años o 1 o 2 meces de edad,¡terminemos con esa locura cobarde!.

Juan Pablo
07/10/2002, 11:39
Dos motivos por los que estoy en contra de la pena de muerte:
1 No se puede matar a una persona por haber matado, estaríamos entrando en un círculo vicioso del que no se puede salir. "La violencia genera violencia"
2 Está comprobado que en donde existe la pena de muerte, lejos de disminuir la criminalidad esta aumenta. "La violencia genera violencia"

El CHE...

santafesino
11/10/2002, 15:22
Yo creo que la pena de muerte no solo que no cirve para nada, porque los crimenes han aumentoado en los países que la aplican, sino que viola la dignidad de las persona. Porque no debemos olvidarnos que no podemos limitar a una persona a la subcategoría humana de violador, asecino o juzgarlo como ser humano sólo por los pecados que ha cometido. En el fondo él es una persona con sentimiento, talves encontrados (por un lado por la culpa de haber hecho algo terrible, por el otro el profundo deseo de seguir viviendo y tener la oportunidad de poder cambiar, aunque tenga que vivir el resto de su vida en una celda). En cuanto aquel que dijo que "hay que matarlos para no tener que gastar dinero" me parece sinseramente espantoso. Debe gastarse todo el dinero del mundo si es necesario para salvar la vida de una persona por más que haya hecho algo terrible. Nadie esta libre de cometer las peores atrosidades, el que dice que lo está es un mentiroso y abría que sospechar de él. En el único caso (hipotético, por cierto) en el que es admisible la pena de muerte es cuando el delincuente es un peligro constante para la sociedad pero una vez que lo agarraro !!Que no lo suelten!! por lo menos hasta que no pueda hacer más daño. En lo persona me dio mucha lástima el caso puntual de una norteamericana que fue condenada a morir en la camara de gas y hasta el último momento rogó por que se revirtiera el fallo, pero no le hicieron caso y lo más importante: se arrepintio de los males que había cometido, se confesó ante un sacerdote y MURIÓ SANTAMENTE. Pero el martillo ya había caído y no podía haber marcha atras. Este es uno de los "pequeños detalles" que tiene la pena de muerte: una vez cumplida la sentencia no se puede remendar el error.(un ejemplo si se cumple la sentencia de muerte y despues aparecen la pruba de que era inocente como se repara un pequeño detalle como ese?)

vivi22
14/10/2002, 02:03
Tan solo pienso que:

... "Si Dios nos dió la Vida tan solo él nos la podrá quitar" ...

UN BECHOTE

Oscar Javier
26/11/2002, 16:18
Estoy de acuerdo contigo Vivi, solo Dios tiene derecho a quitarnos la vida, porque se la debemos...¿acaso le es lícito a un simple mortal quitarle la vida a otro ser humano?

El Lírico

Humano
27/11/2002, 01:04
El gobierno elegido "democraticamente", es el que aplica la pena de muerte segun esta establecido en el codigo penal del estado.

Este gobierno al ser elegido "democraticamente" es la voz del pueblo, se supone y debe acatar lo que la mayoria quiere. Por lo tanto donde existe esta pena es una accio "democratica".

A mi me suena horrible eso, pero es cierto.

La peor contradiccion es que se da en paises que dicen ser LIBERALES, y lo primero que hay en una costitucion liberal es LA VIDA ES INVIOLABLE, o cualquier liberal le diria es eso.

Por ahi vi, creo que en el segundo comentario la pocision facista o nacional socialista (por cualquier cosa)de la pena de muerte. Que lastima que todavia esa ideologia siga en las mentes de algunas personas, pero la verdad todos tenemos derechos a pensar lo que queramos.

Si se trata de eliminar personas indeseables que mas indeseable que una persona que trata de exterminar a personas con problemas que pueden ser corregidos, por que no es secreto alguno que la mayoria de los llamados delincuentes, no deberian estar encarcelados si no recibiendo tratamientos psicologicos o psiquitaricos, puesto que la misma sociedad es la culpable de reprimir a las personas y creandoles falsas presiones sociales que los lleva desde el sucidio, al asecinato, alcoholismo, drogadiccion, violencia domestica, y hasta unos que llegan a creer en el etnocidio como la solucion para los problemas sociales.

Estas presiones creo que se deben a que cada ves es mas dificil ganarse la vida, y hay menos acceso para la mayoria de personas a los servicios basicos o a los recursos vitales.

Alguien antes de pertenecer a los 800.000 millones de personas hambrientas prefieren matar o robar.

El que desea y no actua enjendra peste.
William Blake

tertu
28/11/2002, 23:18
realmente pensar que puedes juzgar entre la vida y la muerte,creo que no han pensado en el respeto a la vida...RESPETAR...por muy injusto que tu veas un acto,no eres Dios...eres un simple mortal que a la hora de tu muerte sabras que no sabes nada...pero solo tienes una vida...y cada cual hace lo que quiere,aunque no sea etico ni moral...simplemente es vivir,y cada cual la vive...con sus valores y su etica...
eternamente la inmortal...jejejejeje

fatum
02/06/2003, 17:21
mas me viene en agrado de decir lo que dijo Sabato , la pena de muerte es como comerse a los propios canibales .

tulipan
02/06/2003, 18:30
definitivamente solo le compete a Dios!!!!!

bye

tuli

linasofi
16/06/2003, 13:32
tenès toda la razòn...solo Dios puede decir quien se queda
y quien se va mañana.
pero...hablando juridicamente, considero que la pena de muerte es un injusto en los sistemas penales faltos de garantìa como que el Estado condena y a los tres años està recibiendo una demanda millonaria por sus errores al quitarle la vida a un inocente de delito.
Respeto la posiciòn de quienes estan a favor de esta pena, pero los insto a que reflexionen acerca de las implicaciones serias que desmeritarian automaticamente a los dizque sistemas penales garantistas. Gracias a Dios, soy de un paìs y vivo en una Naciòn que no juegan a ser Dios.

ius
16/07/2003, 22:22
Que raro, pense que todos los comentarios iban a ser conforme al sentido comun, pero un tal gymkiller si se paso. No sabes que con lo que se gasta en una muerte por condena se podrìa mantener a unos cuantos cientos de presos por otros tantos años? no se la cifra exacta, pero es cierto.

Algunas de las causas que se que existen para la no aplicaciòn de tal pena son:

ES IRREVOCABLE: O definitiva, no da lugar a error y a la consecuente emienda, cuantos siendo inocentes serian muertos por errores?.

ES ANTIJURÌDICA: No puede ser conforme a derecho la muerte de un ser humano, ni siquiera impuesta por el Estado, ya que el fin de este es el bien comun y la justicia social, supuestos en lo que encuadra la readaptaciòn del individuo.

ES INJUSTA: El ser humano no tiene derecho a disponer de la vida de otro, y tampoco compete a dios, ya que no hay tal. Simplemente la naturaleza es la que termina con la vida, y la naturaleza no es humana.

NO ES EJEMPLAR: Un delincuente no se detiene al cometer un ilicito por el temor a ser muerto, puede incluso albergar la esperanza de no llegar a ser descubierto.

ES INNECESARIA: Como complemento a la ejemplaridad, la necesidad de la pena capital es inexistente, no por su uso termina la delincuencia.

Y existen muchas mas, pero no viene al caso mencionarlas todas. Ademàs, suponiendo la existencia de un Dios y sus pecados y todo eso, acaso no es pecado matar? es el pecado mas grave del Decalogo no?... o a caso existen causas de justificaciòn para la no existencia de un pecado... no verdad...

Bastian Valmont
27/08/2003, 04:10
A mi manera de ver , la pena de muerte es necesaria solo en excepciones ... por que asi terminarian mas muertes y las carceles no estarian plagadas de presos que solo cumplen su condena y salen libres .. sin aprender nada claro .

ixoye
13/09/2003, 18:25
El primero de los derechos humanos es el de lavida. Independientemente de quien pensemos que proviene esta, creo que nadie sobre la faz de la tierra tiene dderecho sobre otro para privarlo de la misma. Me postulo en contra de la pena de muerte por lo mismo que algunos ya han dicho, caemos en un círculo vicioso del que depués es difícil salir. Se dice que la pena de muerte es para quienes han cometido homicido, ahora bien, los que llevan el gobierno de los países y que han promulgado guerras contra otra nación ¿no cometen homicidio?, si es así, pues entonces que se les juzgue y se les de la misma condena, mientras que un individuo mata auno el otro mata a centenares de hombres, mujeres y niños. Segundo, no podemos dejar de lado la dignidad humana, el ser privados de una libertad, con la cual no nacemos, que cuesta trabajo conquistarla, creo que es suficiente y pues implica no sólo un aspecto físico, se inmiscuye la parte afectiva también, no somos sólo cuerpo, somos también espíritu. Ahora volviendo a la pregunta inicial, quién condena, un justo? creo que no, los humanos somos lábiles y la tendencia l mal es un prurito que no nos deja en paz, es como una mujer que a horcnadas se presenta ante nosotros y somos realmente muy fáciles para dejarnos vencer en la debilidad y fragilidad que nos constituye.
NO A LA PENA DE MUERTE.

uzajerek
16/09/2003, 08:41
gymkiller...*****ía tu reflexión por el lado de la condición humana y lo que nos propones. Parece claro que no todos los seres humanos somos de la misma calidad, aunque sí una gran mayoría; propones la eliminación de aquellos que no respetan la dignidad humana y rompen la pacífica convivencia, alegando que su internamiento perpetuo nos es caro...pero no nos es igualmente caro el procurar la movilidad de los lisiados en nuestras ciudades,o mantener a los menos lqaoriosos de nuestras sociedades, otratar de curar enfermedades irreversibles....eliminémoslos a todos sería tu propuesta? quedémonos con los mejores y creemos un mundo irreal, idealista.
Desde un punto de vista más jurídico existe un principio en derecho penal "in dubio pro reo", sería una especie de en caso de duda a favor del reo..y ésto por qué? porque la justicia, o esa decisión que propones de eliminación no es infalible...y si articulamos una pena que nos concede la posibilidad de rectificar, nos equivocaremos absolutamente.Más vale rectificar que lamentar.

totin
24/09/2003, 05:42
Me gustaria opinar y no solamente eso tambien proponer una solucion
"opinar si esta bien o mal es bueno pero me parese que mas inportante que eso es tratar de dar una solucion "no"
para mi abria que escluirlos de la sociedad por ejemplo llebarlos a una isla desierta

magcea
08/10/2003, 15:50
Considerando la opinion anterior, es de suma importancia proponer una solucion y no solamente opinar sobre el asunto, ya que me parece mucho mas objetivo.

Realmente no veo el porque aplicar la pena de muerte, me parece que es una actitud INCOHERENTE, pues esto impediria el juzgar las acciones de un asesino, ya que tendriamos que hacernos preguntas como ¿porque castigar a una persona con algo tan repudiable y que causo tanto dolor como lo que esa persona hizo?, ¿porque dar como castigo una pena que lo atormentara unos cuantos minutos y que no sera equivalente al dolor de la victima?.

Aun cuando el dar como castigo la cadena perpetua implicara gastos, es mucho mas viable, pues considero que el hecho de que dejen a una persona encerrada durante el resto de su vida, y si aparte se le aplican ciertas normas que dificulten su supervivencia; podra dar como resultado creo yo, un miedo al encierro y una "posible" conciencia sobre los actos.

Ademas me parece absurdo que las personas pidan pena de muerte para los asesinos de sus familiares, porque este hecho no les devolvera nada más que una satisfaccion de "justicia" que yo mas bien nombraria soberbia.
Se perfectamente que perder a una persona querida es muy doloroso y mas cuando muere de una forma tan tragica, pero el hecho de que el asesino haya matado a tu familiar no da derecho de privarle a el de su vida.

O ustedes que creen?

Darkhunter
15/10/2003, 23:19
No cabe dudas de que es necesario mantener el orden por encima del caos imperante en la sociedad falta de orden......

!!!!Pero .....Que lance la piedra y juzgue el que no haya cometido un pecado!!!!

Saludos
DH

ALEJANDRANATALY
08/12/2003, 20:34
"Matar o morir"?
Caso 1

Julia camina directo a su casa a altas horas de la noche, porque a esa hora sale de trabajar. julia es mujer. Julia necesita el trabajo porque vive en un país tercenmundista donde tiene que solvertar los gastos que esto le incurre. Supongamos que Julia vive en México y que es asaltada y violada. julia pide justicia y de milagro atrapan a el malo de la pelicula.
a) Se le pone una pena muy alta, de la cual tendra X años en prisión y se ofende a la urbanidad de Julia dejandolo vivo.
b) Se le condena a muerte (resulta que no es la primera vez que viola a alguien)
c) Simplemente es juzgado como cualquier criminal dadas las circunstancias y se le culpa a julia por no ser precabida.

Caso 2.

Genaro era un hombre honrado que cometio un crimer menor. Robo. Y llego al extremo de intimidación al grado maximo (portaba un arma). Lo malo es que genaro vive en un país cretino donde no se admite el ser latino.
a) se le informa de sus derechos y se le encarcela
b) se le ignoran sus derechos y se le ejecuta
c) Se le juzga a un grado maximo que es lo mismo a estar muerto.

Conclusión. De que tipo de muerte hablamos? mmm perdon... me desvie...

...Y MirandoInquisitivamenteAEseMonstruoLlamado Nietzche, Exclame:"¿QuéMeVesWey, SoyOMeParezco?"

oaguero
17/12/2003, 14:33
Han tocado un tema no resuelto desde muy antiguo.
Si bien estamos en el Foro de Filosofía, madre de todas las ciencias, creo que los colegas de Derecho y Religión podrían también aportar mucho.

El ser humano, como todo ser vivo, tiene un gran instinto de conservación, y he allí la dicotomía de la discusión:
- La Conservación de la especie?
- La conservación de su propia vida?.
Aunque en apariencia se trata del mismo aspecto, inferimos que no por lo siguiente:

Podemos definir la pena capital o pena de muerte de las siguientes formas:
-“Sanción penal que ordena la privación de la vida al delincuente. Ejecución que tiene muchas variantes, pero en común deben matar a quien se aplique”.
- “Privación de la vida impuesta por los tribunales del Estado. La pena consiste en ejecutar al condenado”.
- “Sanción jurídica capital, la más rigurosa de todas, consiste en quitar la vida a un condenado mediante los procedimientos y órganos de ejecución establecidos por el orden jurídico que la instituye.”

Entonces, entendemos por pena la facultad represiva del Estado para sancionar a quienes infringieron la ley penal en sus aspectos más lesivos.
Sus detractores, entre otros, argumentan que:
- “La pena de muerte revela la práctica que no sirve de ejemplo para quienes han delinquido, pues en los lugares donde existe sigue delinquiéndose, además es bien sabido que muchos condenados a muerte han presenciado anteriores ejecuciones".
- “La aplicación de la pena de muerte no cesa en su crueldad cuando se extingue la vida del delincuente contra quien se pronuncia: pretende, también causarle daٌo moral, que sobreviva a su mera vida física, que deshonre su memoria y el recuerdo que pueda quedar de él en la conciencia delictiva. Además de inflingirle la muerte, se le castiga con la infamia".
- “No es exacto afirmar que la introducción de la pena de muerte disminuye la criminalidad, ni que en Estados abolicionistas la criminalidad sea menor que en los demás. Las variaciones en la criminalidad no son explicables por su relación con la severidad de las penas. El asunto es mucho más complejo. En realidad debe observarse que quienes apoyan la aplicación de la pena de muerte por la supuesta función intimidante, no comprueban su hecho, sino que opinan según su parecer, dando por establecido una serie de necesidad genérica y latente que autoriza al Estado a destruir al individuo".

Los Estados que la contemplan, han reservado esta pena para los delitos más graves en tiempo de paz (Traición a la Patria, Homicidio Calificado, Violación de Menores, Secuestro, etc.); y en caso de guerra: Traición a la Patria, Espionaje, Infidencia, Sabotaje, Grave Violación de Derecho de Gentes, etc.
Los abolicionistas apuntan por la abrogación de la pena de muerte en todos sus niveles, y podemos distinguirlos en:
- Por razones religiosas: La vida es don divino, nadie puede quitar la vida a nadie (En la antigüedad se aplicaba la pena de muerte por herejía). Muchos líderes religiosos, interpretando la voluntad divina la han aplicado argumentando que siendo un don, quien la concede puede quitarla, y así está graficado en la Biblia (el diluvio por ejemplo). Estas concepciones son defendidas no solo por cristianos, sino también por otras confesiones.
- Por razones jurídico-humanitarias: La vida es el bien más preciado del ser humano, la pena de muerte no redime, no reincorpora, no reeduca.
En tanto que los propulsores de la pena de muerte, que no son muy pocos, argumentan lo siguiente:
La pena en esencia busca la reinserción del penado a la sociedad, pero reinserción no es el término de un castigo temporal, (V.gr. 2 meses de prisión, 2 años de penitenciaría, etc).; el delincuente que va a ser ejecutado, no es definitivamente un delincuente primario, ni el daño causado, en estos casos, es leve o subsanable, la magnitud del daño causado no termina, sino que continúa afectando a las víctimas (herederos) y a la propia sociedad, y no puede redimirse a quien no se siente parte de la sociedad a la que pertenece.
Los Estados, tutelan la integridad de sus miembros, y en algunos casos se ha legislado con severidad aplicando los principios de estado de necesidad y legítima defensa, la vida y acciones de una persona, no puede poner en peligro la de muchos.
Los mismos argumentos esgrimidos contra la pena de muerte, se aplican a la pena privativa de la libertad, es inhumano, no se puede privar la libertad a nadie, la cárcel envilece más al hombre, no lo reeduca, etc. Habría que eliminarla también?

Los estudiantes de derecho conocen bien el siguiente caso:
Dos sobrevivientes de un naufragio cuentan con un salvavidas o un bidón de plástico que les permite permanecer a flote en tanto acuden a su rescate, para permanecer juntos se toman de los brazos abrazando el flotador; sin embargo, pasa el tiempo y nadie acude por ellos, la temperatura corporal comienza a bajar con el agua de mar, y los movimientos se hacen más lentos; el salvavidas ya no puede sostener a las dos personas, uno de ellos suelta los brazos de su compañero, observando como se hunde en el mar.
Fue homicidio, acaso un pecado capital?.
Recordemos también el caso de los espeleólogos en la Argentina, que para sobrevivir echaron suertes y sobrevivieron comiéndose a uno de ellos, sin esperar que éste muriera.
Estos casos son ejemplos recurrentes cuando se estudia la Parte General del Derecho Penal, específicamente en las causales de justificación y excención de la pena: Estado de necesidad, no exigibilidad de otra conducta y legítima defensa.

Si está en peligro tu propia subsistencia, es lícito sacrificar la vida de otro si ésta opción es la única y última?
Lo dejo allí para que busques en tu propio interior la respuesta.

He tomado dos textos que pueden ser de tu interés, y me permito recomendar también una lectura a la Opinión Consultiva OC-3/83 del 8 de setiembre de 1983 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
“Restricciones a la Pena de Muerte”
(Arts. 4.2 y 4.4 Convención Americana sobre Derechos Humanos)


La pena de muerte
Juan Nuño

Debe ser otra manera de medir el atraso: plantear el viejísimo debate de la pena de muerte. Cuenta cuándo lo hacen: ¿por qué esperar siempre a cualquier vulgar asesinato? Es lo de acordarse de cierta santa cuando truena; lo que no deja de revelar parte del viejo problema: la pena de muerte en tanto venganza de la sociedad, concebida y ejecutada para calmar pasiones y desaguar humores.
Lo curioso es que con eso de la pena de muerte sucede lo que con el matrimonio: los que están dentro quieren salir y entrar los que quedaron fuera. Es tan poco original la humanidad que se balancea en tan incómodo vaivén: cuando un país disfruta de los beneficios de la pena de muerte, no faltan voces que aticen al debate y a la larga logren abolirla, al menos por un tiempo. Luego, comenzarán otras protestas a levantar el tono de la discusión hasta que de nuevo se restaure o imponga. Lo que bastaría de suyo para probar, si menester fuera hacerlo, que la pena de muerte no es solución a nada. Si acaso, ayuda a apaciguar ciertas malas conciencias, si es que no cumple otra función más primitiva: saciar la sed de sangre del animal en sociedad. Como es sabido, hasta no hace tanto las ejecuciones tenían que ser públicas: además de servir de supuesto ejemplo, refocilaban al populacho, ávido de venganza y crueldades. Ahora, de implantarse, se transmitirían en vivo y en directo. Y pasaría como con todo: al principio, gran rating, para, al poco, decaer su interés. Un juego no tonto es imaginar quiénes serían los anunciantes interesados en patrocinar el programa, además de la religión, claro, que no desaprovecha los últimos momentos para vender el producto. El caso límite lo proporcionó aquel capellán-jefe de las prisiones franquistas, que sostenía, de lo más seriamente, que nadie es más dichoso que el condenado a muerte, pues siendo el único que sabe con exactitud cuándo ha de morir, tiene la oportunidad, que no a todos se presenta, de preparar su alma como Dios y la Santa Iglesia mandan. No deja de ser una lógica aplastante; llevada al extremo, propiciaría la difusión de las condenas a la pena capital sólo por llenar el cielo de pecadores arrepentidos. Tiene el pequeño defecto de no poder aplicarse a los impíos, los que niegan ese soplo llamado «alma».
El mejor argumento a favor de la pena de muerte lo adelantó el pasado siglo un humorista francés, Alphonse Karr; más que un argumento es un alegato contra los abolicionistas: «si se pide abolir la pena de muerte, que MM. les assassins comiencen». Forma más gruesa que ingeniosa de reactualizar la viejísima ley del talión. De la otra parte, el argumento que siempre podrán blandir los enemigos de la pena de muerte es el de su absoluta y harto comprobada inutilidad. El hombre no deja de matar porque sepa que lo pueden matar. Antes bien: recuérdense aquellas películas algo retóricas de André Cayatte contra la pena de muerte (Se hizo justicia, Todos somos asesinos), en las que presentaba el caso de criminales que se habían tatuado una línea de puntos en la garganta con la inscripción: «córtese por el punteado», con el fin de facilitar la ingrata, pero bien remunerada tarea del verdugo.
Si los indignados reclamadores de la pena de muerte se parecen a la enloquecida Reina de Corazones («¡Que les corten la cabeza!»), los mansos defensores de la vida humana, siempre se acuerdan de aquellos versitos de Donne, que comienzan asegurando que la muerte de cualquier hombre nos disminuye para terminar con las trajinadas campanas y por quién doblan. Debate tan inútil como falaz: todos en el fondo exaltan la vida: los abolicionistas para evitar más derrame de sangre, los amigos de la pena de muerte para vengar la ya vertida. Tienen los signos cambiados: o una vida de más o una de menos.
¿Por qué matamos a quienes han matado a otros? ¿Para demostrar que matar está mal?
Norman Mailer

Los argumentos contra la pena de muerte son clásicos unos y sabios todos:
• No atempera al criminal ni alecciona al inocente.
• No reduce la criminalidad.
• Envilece aún más al delincuente.
• Solo jueces infalibles pueden aplicar la pena de muerte (Dios en este caso, que, me han asegurado, es el único infalible, condición bastante lejana de nuestros jueces).
• Basta un solo inocente ejecutado por error o malevolencia para invalidar el supuesto beneficio de la pena de muerte (¿imaginas los últimos minutos del inocente ajusticiado, que, además, sabe que el culpable queda impune?).
• Solo se castiga a los deudos del ajusticiado, quien deja de sufrir al morir.
• Matar al asesino es ponerse en su mismo papel, pues las razones de dar muerte son cuestión de punto de vista: al asesino pueden parecerle muy justificados sus motivos, tanto como a nosotros los nuestros para matarlo.
• La sociedad avala la violencia como medio de interrcambio entre los seres humanos.
• Ya la policía venezolana, entre otras, aplica de hecho la pena de muerte.
• ¿De qué sirve la pena de muerte cuando se le aplica a un suicida?; ¿ello no será un incentivo para otros suicidas?» (Fernando Fernández, McVeigh y la pena de muerte.

Los argumentos en favor no son más convincentes que estas objeciones. El único que se suele ventilar —su carácter disuasivo—, es mentira, pues hay más criminalidad donde hay pena de muerte.
Lo interesante es cómo, a pesar de esos argumentos, hay gente que insiste. No se trata, obviamente, de una actitud racional, sino de una reacción emocional. Las reacciones emocionales no tienen nada de malo en sí mismas. Eso depende de la calidad de la emoción y del emocionado. Desde el amor de madre hasta el apetito desmedido de nuestros forajidos financieros tenemos una gama de emociones que va de lo más noble a lo más abyecto y estéril. Me parece despreciable y cínico —es una opinión— desesperar a la población aplicando y convalidando políticas económicas desastrosas, y proponer la pena de muerte cuando enceguece a una delincuencia monstruosa, como era obvio que tenía que cundir. La perversidad humana es infinita. Por eso hay quien ha propuesto comenzar ajusticiando a la economista y senadora esa que propuso la pena de muerte. Yo no, pues no deseo la muerte ni a personas como ella.
En Venezuela —es nuestra larvada guerra civil— se cometen unos 300 asesinatos por mes en distintos lances. ¿Los integérrimos promotores de la pena de muerte proponen trescientas ejecuciones mensuales? ¿Seiscientos muertos entre asesinados y ajusticiados? ¿3.600 al año? Tal vez más, pues en un asesinato pueden participar varios.
Me dirán que es solo para los «crímenes horrendos» (así los llama la dama proponente, que ahora veo que amén de economista es esteta). ¿Pero cuántos crímenes «horrendos» se cometen al mes? ¿Doscientos, cien? ¿Diez? ¿Uno? ¿Uno cada dos meses? Vamos... En el supuesto negado de un método estético y objetivo (¡vaya concepto propio de un Kant demente!) de calificar algo de «horrendo», no se cometerán más de diez al año, digamos. ¿Para qué entonces pena de muerte? ¿No son ya horrendos 30 años de cárcel, nuestra pena máxima, en cárceles cuyo carácter infernal ha sido permitido por personas del mismo cariz de la senadora que propone matar a los criminales?
El propósito de la pena capital no es disuadir, ya se sabe. La verdadera finalidad es hacer natural un clima moral de odio que gente llena precisamente de odio instaura con la pena de muerte: la soberbia de matar porque nosotros sí somos justos y el ajusticiado un bellaco. Y exaltar nuestra *******idad comunal, tan presta a apoyar bestialidad tanta. La sociedad bienpensante además se lava de toda culpa con esas ejecuciones, pues sacrifica a unos cuantos y deja intactas las causas de la criminalidad. Y el envilecimiento, el clima autoritario y brutal que se genera cuando sentimos que en algún lugar (nos) espera una silla eléctrica, guillotina, jeringa venenosa, horca, hacha, cámara de gas, garrote vil, fusilamiento, degüello... (por cierto, ¿qué modalidad de ejecución propondrá la senadora esa?). El problema es que nada más discutir esto nos hunde en esa abyección. Ya el mal está hecho, henos aquí yo prosando estas palabras y tú leyéndolas. Otra más nos debe la señora esa, tan cristiana.

Comentarios de los lectores
Subject: Muerte de pena
Date: Mon, 15 Jun 1998 21:59:15 -0300
From: «Kornel Zoltan Mehesz» <mehesz@espacio.com.ar>
To: <rhernand@analitica.com>
¡Mi distinguido colega, ilustre pensador, Don Roberto Hernández Montoya! Al regresar de la Universidad hallé la nota de mi agradecimiento por la publicación de la quinta parte de mi libro El mundo clásico, escrita por mi esposa alemana.¡Ella maneja la computadora con e-mail! Y ella sacó del Internet su artículo «Muerte de pena» y lo puso sobre mi escritorio. Al ver su foto con su hijita y el resto, su magnífico microarticulo acerca de la pena de muerte, una hermosa cascada de brillantes pensamientos, magnificas chispas intelectuales, por medio de las cuales logró matar la pena de muerte - sentí algo mucho más que un solo encantamiento. Séame permitido hacer llegar a Ud. mis más sinceras felicitaciones por esta magnífica nota. Detrás de sus líneas apareció además el poeta, el filósofo, que con una lógica de hierro logró aplastar los argumentos de los políticos, que son en general semi-intelectuales, armados solamente con emociones humanos, a la Nietzsche «demasiado humanos».
De manera que es un honor para mí estar en su Bitblioteca, y cuando me indique su dirección postal, quisiera hacer llegar a Ud. mis libros Pythágoras y Advocatus romanus, obras que tienen el honor de estar incorporadas a la Biblioteca del Vaticano. También escribí otros libros, que quizás le agradarían, por ejemplo El hombre antiguo y el suicidio. Este libro me hace recordar que la cruda realidad nos enseña que todos nosotros estamos condenados a la muerte... sólo con la diferencia de que el condenado por el hombre sabe el momento en que indefectiblemente debierá decir su adiós a la vida, que es hermana melliza de la muerte. Ambos, la vida y la muerte son unos enamorados, pues si muriera la vida, moriría también de pena la muerte..., porque en adelante ya no pudiera contar a quién cosechar con su guadaña funesta.
Fue un manjar intelectual para mí leer su magnífico artículo y a través de eso conocerlo a Ud. como gran poeta y filósofo. Tiene Ud. mi más sincera admiración.
Kornel Zoltan Mehessy Mehesz


ANTECEDENTES REMOTOS

La pena de muerte o pena capital ha existido desde tiempos muy antiguos. Los griegos tuvieron gran influencia cultural en Roma. Los romanos destacaron por su vasta jurisprudencia y aquellos por ser grandes filósofos, binomio que hizo surgir la filosofía del Derecho, por la cual se regulaba las relaciones entre los hombres y el Estado, así como consecuente castigo a quienes cometen violaciones a las leyes impuestas por este último. Por otro lado, los hebreos también dejaron testimonio de la existencia de esta sanción.

En Roma el primer delito castigado con la pena de muerte fue el de Perduellio, por traición a la patria. Más adelante, en las XII Tablas, se reglamentó también para otros delitos y esta era la pena imperante; un tiempo después, aunque sin ser abolida, cayó en desuso, restableciendose posteriormente con los emperadores. Así pues esta sanción es conocida desde los primeros tiempos de la humanidad, y puede decirse que en todas las culturas, teniendo algunas variantes -como por ejemplo el tipo de delitos por los que se imponía, siendo el más común el delito de homicidio. Se imponía, igualmente, por los delitos que actualmente conocemos como patrimoniales, delitos sexuales, delitos en contra del orden político, así como militar, lo mismo para lo que hoy conocemos como delitos del fuero común y federal.

Las formas de ejecución de la pena fueron muy variadas de acuerdo a los usos y costumbres de los diferentes pueblos. Había, entre otras, la lapidación, la rueda, el garrote, la hoguera, etc. Todas eran muy crueles ya que su finalidad consistía en imponer el mayor sufrimiento al delincuente condenado a dicha pena.

Durante la vigencia de las XII Tablas, la autoridad podía dejar la aplicación del Talión al ofendido o a sus parientes. Sin embargo existían también funcionarios encargados de la ejecución.

Inicialmente, la pena de muerte fue concebida como una aflicción retributiva originada por la comisión de un delito apareciendo así en las leyes antiguas.

Posteriormente, al llegar el cristianismo, que predicaba el amor por el prójimo y el carácter divino de la vida, se sentaron las bases de las tendencias abolicionistas de esta sanción.

Por lo que respeta a las sociedades precolombinas, se sabe que aplicaban las penas consistentes en la muerte a palos o tormentos, siendo el gran sacerdote quien las imponía, ordenaba las ejecuciones y se cumplían.

Históricamente, la pena de muerte no había estado nunca discutida. Pero desde Beccaria i algunos seguidores, como Jeremy Bentham, varios estados la han abolido, llegando hasta a ser inconstitucional, como en la Alemania Federal. El aٌo 1978 fue abolida al estado espaٌol, y el 1981 al estado francés. En el aٌo 1983 Espaٌa se unió al convenio europeo de los Derechos Humanos sobre la abolición de la pena de muerte.

DEFINITICION

Podemos definir la pena capital o pena de muerte de las siguientes formas:

- “Sanción penal que ordena la privación de la vida al delincuente. Ejecución que tiene muchas variantes, pero en común deben matar a quien se aplique”.

- “Privación de la vida impuesta por los tribunales del Estado. La pena consiste en ejecutar al condenado”.

- “Sanción jurídica capital, la más rigurosa de todas, consiste en quitar la vida a un condenado mediante los procedimientos y órganos de ejecución establecidos por el orden jurídico que la instituye.”


CONCEPTO DE PENA

Las generalidades de las teorías del concepto pena son las siguientes:

• Las Teorías absolutas afirman que la pena se justifica a sí misma y no es un medio para otros fines.
• Las Teorías relativas sostienen que la pena es un medio para obtener fines ulteriores, y se dividen a su vez en:
 Teoría relativa de la prevención general; es decir, la pena será entendida con un propósito de prevención para los demás.
 Teoría relativa de la prevención especial; la pena se impone y surte efecto en el delincuente.
• Las Teorías mixtas, respaldan la prevención general mediante la retribución justa.


CORRIENTES ABOLICIONISTAS

Hay diferentes opiniones abolicionistas de la pena de muerte:

- “La pena de muerte revela la práctica que no sirve de ejemplo para quienes han delinquido, pues en los lugares donde existe sigue delinquiéndose, además es bien sabido que muchos condenados a muerte han presenciado anteriores ejecuciones".

- “La aplicación de la pena de muerte no cesa en su crueldad cuando se extingue la vida del delincuente contra quien se pronuncia: pretende, también causarle daٌo moral, que sobreviva a su mera vida física, que deshonre su memoria y el recuerdo que pueda quedar de él en la conciencia delictiva. Además de inflingirle la muerte, se le castiga con la infamia".

- “No es exacto afirmar que la introducción de la pena de muerte disminuye la criminalidad, ni que en Estados abolicionistas la criminalidad sea menor que en los demás. Las variaciones en la criminalidad no son explicables por su relación con la severidad de las penas. El asunto es mucho más complejo. En realidad debe observarse que quienes apoyan la aplicación de la pena de muerte por la supuesta función intimidante, no comprueban su hecho, sino que opinan según su parecer, dando por establecido una serie de necesidad genérica y latente que autoriza al Estado a destruir al individuo".

- “La pena de muerte es radicalmente injusta e inmoral, porque el contingente de delincuentes que estarán amenazados de condena judicial de muerte se compone, en su gran generalidad, de hombres, económica y culturalmente inferiorizados; los demás delincuentes, por su condición económica o social superior, no llegan jamás a sufrir proceso y menos llegarían a sufrir la irreparable pena; pero además el delincuente de otras clases sociales delinque contra la propiedad y sólo por raras excepciones, contra la vida e integridad personales, y tendría jamás como consecuencia la pena de muerte. Por lo tanto esta pena se aplicaría casi exclusivamente a hombres humildes de nuestro pueblo; hombres que son delincuentes porque son víctimas del abandono en que hasta hoy han vivido por parte del Estado y la sociedad, víctimas de la incultura, de la desigualdad y miseria económica, de la deformación moral de los hogares en que se han desarrollado, mal alimentados y tarados por herencia alcohólica y degenerados por la depauperación. El Estado y la sociedad entera son los principales culpables de esto, y en vez de la escuela, de la solidaridad social que los adapte a una vida humana y digna y de la elevación de su nivel económico, que borre para siempre su inferioridad ancestral, el Estado optará lindamente por suprimirlos".


CORRIENTES QUE LA JUSTIFICAN

Desde la antigüedad, si bien es sabido sobre la existencia de la pena de muerte, no se sabe que se hayan suscitado polémicas doctrinarias al respecto, es decir, en torno a su necesidad o licitud. Probablemente fue Platón quien inició una teoría sobre ello, Platón justificó la pena de muerte como medio político para eliminar de la sociedad a un elemento nocivo y pernicioso, y sostiene que: "En cuanto aquellos cuyo cuerpo está mal constituido, se les dejará morir y se castigará con la muerte, a aquellos otros cuya alma sea naturalmente mala e incorregible. Es lo mejor que puede hacerse por ellos y por el Estado".

Platón considera que el delincuente es incorregible por ser un enfermo anímico incurable y que por lo mismo constituye el germen de perturbaciones y aberraciones de otros hombres. Por tal razón para esta especie de hombres, la vida no es una situación ideal y la muerte es el recurso que existe para solucionar socialmente el problema.

Santo Tomás de Aquino, en su máxima obra "La Summa teológica" (parte II, cap. 2, párrafo 64), sostiene que "todo poder correctivo y sancionario proviene de Dios, quien lo delega a la sociedad de hombres; por lo cual el poder público está facultado como representante divino, para imponer toda clase de sanciones jurídicas debidamente instituidas con el objeto de defender la salud de la sociedad. De la misma manera que es conveniente y lícito amputar un miembro putrefacto para salvar la salud del resto del cuerpo, de la misma manera lo es también eliminar al criminal pervertido mediante la pena de muerte para salvar al resto de la sociedad".

Ignacio Villalobos afirma que a la pena de muerte se le puede considerar justa, eliminatoria y selectiva; ya que es un medio de defensa con la que cuenta la sociedad y es eliminatoria para sujetos excepcionalmente peligrosos y nocivos que aún estando en las cárceles, resulta en vano intentar corregirlos y selectiva porque previene reproducción.

Para algunos, la pena de muerte es lícita porque la sociedad la utiliza como medio de conservación; insustituible porque es ejemplar como ninguna otra pena; para otros es necesaria porque constituye un medio de legítima defensa para la sociedad; y otros opinan que la pena de muerte es eliminatoria y selectiva, así como intimidatoria y justa.

Cesare Beccaria, al principio de su estudio de "La pena de muerte" escribe: "ésta inútil prodigalidad de los suplicios que no han hecho nunca mejores a los hombres, me ha impulsado a examinar si la pena de muerte es verdaderamente útil y justa en un gobierno bien organizado".

El gran pensador prosigue diciendo que ningún hombre tiene derecho a matar cruelmente a sus semejantes y que la pena de muerte no es un derecho; aٌadiendo con claridad: "no puede considerarse necesaria la muerte de un ciudadano más por dos motivos. El primero cuando aún privado de su libertad tenga todavía tales relaciones y tal poder, que interese a la seguridad de la nación. (...) No veo yo necesidad alguna de destruir a un ciudadano, sino cuando su muerte fuese el verdadero y único freno para disuadir a los demás de cometer delitos; lo que constituye el segundo motivo por el que puede considerarse justa y necesaria la pena de muerte".


LA PENA DE MUERTE EN EL MARCO DE LA ONU

Desde su fundación, las Naciones Unidas han manifestado preocupación por el tema de la pena capital, así el 20 de noviembre de 1959 en su resolución 1396 (XIV), la Asamblea General invitó al Consejo Económico y Social a iniciar un estudio sobre la pena capital, por lo que la Secretaría preparó los respectivos informes a partir de 1962, 1967 y 1973.

La Asamblea General, en su resolución 2857 (XXVI) de 20 de diciembre de 1971, afirmó que “el objetivo principal era restringir progresivamente el número de delitos en los que se incurre con dicha pena, sin perder de vista la conveniencia de abolir esa pena en todos los países "

En el informe del Secretario General, respecto del período de sesiones sustantivo de 1995, resume: "En su 54؛. período de sesiones, el Consejo Económico y Social pidió al Secretario General que presentara informes periódicos actualizados y analíticos sobre la pena capital a intervalos quinquenales a partir de 1975... asimismo... que utilizara todos los datos disponibles, incluida la actual investigación criminológica, y que los informes quinquenales, a partir de que se presentara al Consejo en 1995, también trataran la aplicación de las salvaguardias para garantizar la protección de los derechos de los condenados a la pena de muerte. En el presente informe se examinan el uso y la tendencia de la pena capital, incluida la aplicación de las salvaguardias, durante el periodo 1989-1993 ".

En el análisis de las respuestas recibidas, éstas se clasificaron en:

a) Abolicionistas, que son aquellos que no preven la pena de muerte en sus legislaciones, ni para los delitos comunes ni para los delitos militares.
b) Abolicionistas de facto, son los países que mantienen la pena de muerte para los delitos comunes, pero no han ejecutado a nadie durante los últimos aٌos cuando menos.
c) Retencionistas, que son los países en los que la pena de muerte está vigente y en los que ha habido ejecuciones.

Situación actual de los países respecto a la pena de muerte
Clasificación Cantidad
Retencionistas 97
Totalmente abolicionistas 57
Abolicionistas para los delitos comunes únicamente 15
Abolicionistas de facto 26

En 1946, el Consejo Económico y Social de la Organización de las Naciones Unidas, creó la Comisión de Derechos Humanos, la cual debería elaborar un catálogo de los Derechos Humanos, así como un mecanismo internacional para su protección. El primer documento creado al respecto fue adoptado el 10 de diciembre de 1948 bajo el nombre de Declaración Universal de Derechos Humanos.

Como ideal común que planteaba la protección internacional de los Derechos Humanos, por lo que todos los pueblos y naciones deben esforzarse; creada con la finalidad de ser y despertar la inspiración de individuos e instituciones a promover mediante la enseٌanza y educación el respeto a tales derechos y libertades, así como que aseguren su reconocimiento y aplicación universales, la Asamblea General proclama la Declaración Universal de Derechos Humanos, el artículo 3 de la cuál es de mucha importancia: “Todo individuo tiene derecho a la vida, la libertad y a la seguridad de su persona”.

Como se puede ver en el artículo 3 se encuentra establecido el derecho a la existencia; el derecho a la vida es el derecho fundamental por antonomasia ya que es el supuesto de todos los demás derechos de la persona humana; sin él carecen de relevancia los restantes.

Actualmente más de la mitad de los países del mundo han renunciado a la pena de muerte. Los países del oeste de Europa (Espaٌa, Portugal, Francia, Gran Bretaٌa, Italia, Suiza, etc.) ya la han abolido, pero la mayoría del este del continente europeo aún la admiten. La mayoría de países asiáticos y la mitad de los africanos la siguen ejerciendo, mientras que en Oceanía y el continente americano estos países son minoría.
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ing.doris
26/02/2004, 18:34
Hola:
Me puedes decir que harias con tanto psicópata,asesino,violador,etc.en la calle, porque yo no pagaría mis impuestos para mantener a una bola de malvivientes encerrados en una carcel, por haber cometido un crimen que se pudo haver evitado, si dicha persona hubiera actuado con un poco de raciocinio?
No es mala onda, es un debate, y surgió mi pregunta.
Desgracidamente las leyes asi estan dispuestas y desgraciadamente tambien hay mucha analfabetizacion y la mayoria de las personas que estan en un penal,etc. es gente sin estudios. Y por otra parte tu puedes preguntarle a esas personas que es raciocinio y se quedaran con cara de ¿what?.
Pero todo es un circulo que nunca tendrá fin, porque sino para que vinimos al mundo.
Saludos, bye.
STAR.

colega