AlabaraDios
21/09/2018, 06:13
La respuesta de la palabrade Dios :
Dios creó todas las cosas y por ende hace que toda la creación venga bajo Su dominio y se someta al mismo; Él ordenará todas las cosas para que todas estén en Sus manos. Toda la creación de Dios, incluyendo los animales, las plantas, la humanidad, las montañas, los ríos y los lagos, todo debe venir bajo Su dominio. Todas las cosas en los cielos y sobre la tierra deben venir bajo su dominio. No pueden tener ninguna elección y deben someterse todas a Sus orquestaciones. Esto fue decretado por Dios y es Su autoridad. Dios lo comanda todo y ordena y clasifica todas las cosas, cada una catalogada según su clase con su propia posición asignada, de acuerdo a la voluntad de Dios. Por muy grande que sea, ninguna cosa puede sobrepasar a Dios y todas las cosas sirven a la humanidad creada por Dios; ninguna cosa se atreve a desobedecer a Dios o a imponerle exigencias. Y así, el hombre como criatura de Dios, debe cumplir también con su deber. Independientemente de que sea el señor o el gobernador de todas las cosas, por muy alto que sea el estatus del hombre entre todas las cosas, sigue siendo un ser humano insignificante bajo el dominio de Dios, sólo un ser humano insignificante, una criatura de Dios, y nunca estará por encima de Dios. Como criatura de Dios, el hombre debe procurar cumplir con el deber de una criatura de Dios y buscar amar a Dios sin hacer otras elecciones, porque Dios es digno del amor del hombre.
de ‘El éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine’ en “La Palabra manifestada en carne”
Dios creó este mundo y trajo a él al hombre, un ser vivo al que le otorgó la vida. A su vez, el hombre vino para tener padres y parientes y ya no estuvo solo. Desde que el hombre puso los ojos por primera vez en este mundo material, fue destinado a existir dentro de la ordenación de Dios. Es el aliento de vida de Dios lo que sostiene a cada ser vivo a lo largo de su crecimiento hacia la adultez. Durante este proceso, nadie cree que el hombre vive y crece bajo el cuidado de Dios. Más bien, ellos mantienen que el hombre crece bajo el amor y cuidado de sus padres y que su crecimiento es gobernado por el instinto de la vida. Esto se debe a que el hombre no sabe quién le otorgó la vida o de dónde viene, mucho menos cómo el instinto de la vida crea milagros. El hombre sólo sabe que el alimento es la base de continuidad de la vida, que la perseverancia es la fuente de la existencia de la vida y que la creencia en su mente es la riqueza de su sobrevivencia. El hombre no siente la gracia y la provisión de Dios. Entonces el hombre malgasta la vida otorgada a él por Dios… Ningún hombre al que Dios cuida día y noche toma la iniciativa de adorarlo. Dios sigue obrando, como lo planeó, en el hombre para quien no tiene esperanzas. Lo hace así con la esperanza de que un día el hombre despierte de su sueño y de repente comprenda el valor y el sentido de la vida, entienda lo que a Dios le costó haberle dado todo al hombre y sepa cuán fervientemente Dios anhela que el hombre se vuelva a Él.
de ‘Dios es la fuente de la vida del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”
Dios creó todas las cosas y por ende hace que toda la creación venga bajo Su dominio y se someta al mismo; Él ordenará todas las cosas para que todas estén en Sus manos. Toda la creación de Dios, incluyendo los animales, las plantas, la humanidad, las montañas, los ríos y los lagos, todo debe venir bajo Su dominio. Todas las cosas en los cielos y sobre la tierra deben venir bajo su dominio. No pueden tener ninguna elección y deben someterse todas a Sus orquestaciones. Esto fue decretado por Dios y es Su autoridad. Dios lo comanda todo y ordena y clasifica todas las cosas, cada una catalogada según su clase con su propia posición asignada, de acuerdo a la voluntad de Dios. Por muy grande que sea, ninguna cosa puede sobrepasar a Dios y todas las cosas sirven a la humanidad creada por Dios; ninguna cosa se atreve a desobedecer a Dios o a imponerle exigencias. Y así, el hombre como criatura de Dios, debe cumplir también con su deber. Independientemente de que sea el señor o el gobernador de todas las cosas, por muy alto que sea el estatus del hombre entre todas las cosas, sigue siendo un ser humano insignificante bajo el dominio de Dios, sólo un ser humano insignificante, una criatura de Dios, y nunca estará por encima de Dios. Como criatura de Dios, el hombre debe procurar cumplir con el deber de una criatura de Dios y buscar amar a Dios sin hacer otras elecciones, porque Dios es digno del amor del hombre.
de ‘El éxito o el fracaso dependen de la senda que el hombre camine’ en “La Palabra manifestada en carne”
Dios creó este mundo y trajo a él al hombre, un ser vivo al que le otorgó la vida. A su vez, el hombre vino para tener padres y parientes y ya no estuvo solo. Desde que el hombre puso los ojos por primera vez en este mundo material, fue destinado a existir dentro de la ordenación de Dios. Es el aliento de vida de Dios lo que sostiene a cada ser vivo a lo largo de su crecimiento hacia la adultez. Durante este proceso, nadie cree que el hombre vive y crece bajo el cuidado de Dios. Más bien, ellos mantienen que el hombre crece bajo el amor y cuidado de sus padres y que su crecimiento es gobernado por el instinto de la vida. Esto se debe a que el hombre no sabe quién le otorgó la vida o de dónde viene, mucho menos cómo el instinto de la vida crea milagros. El hombre sólo sabe que el alimento es la base de continuidad de la vida, que la perseverancia es la fuente de la existencia de la vida y que la creencia en su mente es la riqueza de su sobrevivencia. El hombre no siente la gracia y la provisión de Dios. Entonces el hombre malgasta la vida otorgada a él por Dios… Ningún hombre al que Dios cuida día y noche toma la iniciativa de adorarlo. Dios sigue obrando, como lo planeó, en el hombre para quien no tiene esperanzas. Lo hace así con la esperanza de que un día el hombre despierte de su sueño y de repente comprenda el valor y el sentido de la vida, entienda lo que a Dios le costó haberle dado todo al hombre y sepa cuán fervientemente Dios anhela que el hombre se vuelva a Él.
de ‘Dios es la fuente de la vida del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”