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Ver la versión completa : Yo, ser histórico y anticipación



ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
29/03/2018, 08:17
Que “yo” sea al ser, porque soy, que “exista porque existo” (*), no dice nada; “yo” no es por sí, primero a sí mismo. Que “yo” sea frente a lo que no sea afirma su negación en abstracto, lo que afirma no tiene qué negar; ”yo” sigue una disposición en que “yo” sigue siendo indeterminadamente (**), la figuración que toma como modelo el reconocimiento, que “yo” es la extensión de “yo” (**), el cabal vacío que recorre y en que se hunde, la nada que pone lo abstracto.

(*) Una expresión de la que hizo uso Hegel como ser de lo absoluto, todo lo que es y no es, ser consigo mismo. Ahora bien, cabría preguntarse si el fundamento, al fundar-se a sí mismo, su reflejo primario, no se calza antes de ponerse los pantalones o, peor todavía, si no deja de hacerlo; va del primero el segundo mediante un tercero sin preguntar por el ir, si es algo que está (****), primaria y esencialmente, puesto.

Los "momentos históricos" del ser no son tanto lo que no son (*****), que no son lo que son, como lo que son de lo que no son.

(**) Una indeterminación tan vacía como la negación abstracta a la que nos hemos referido. No es otra cosa que una expresión verbal, una negación sin esencia, que expresa algo que no logra solucionar. Su fuerza positiva queda pendiente; y, en su lugar, no pone algo que "no-ponga", esto es, sin qué poner, sino que no pone como si se hubiese puesto, esto es, su negativo no existe y lo que pone no llega a ser (puesto).

(***) "Yo" no se conoce causalmente. El reconocmiento no es, por tanto, algo que se conoce de antes.

(****) Preferiría haber dicho "es" en lugar de "estar". Lo que nos interesa de lo que es no está sujeto a nada que sea temporal.

(*****) Uso una expresión que encuentro especialmente ridícula acerca de la importancia y lo decisivo, cuando la historia se hace oír. La indeterminación del oído, para ir a la cuestión de fondo, reside en que su existencia concreta, lo que se oye, es solo anticipativa; lo que se oye no es actual (******).

La esencia de la anticipación no nos interesa porque "anticipe", que no es lo crucial de lo que es, sino porque es un negativo constantemente positivizado; es un negativo que no se ve contradicho y no es válido según la expectativa de la dialéctica; primariamente es, esto es, es a pesar de lo que no sea.

(******) La falta de actualidad del oído, que no es cuando se experimenta, no es del mismo tipo que la de otros sentidos como la expectativa del espacio en general (*******). El oído es adentro, el espacio afuera; el oído está inmerso en una pasividad, para decirlo de una manera problemática, activa, que, aunque no se oponga a lo pasivo, es; su afirmación es más profunda que su posibilidad negativa, su contractividad.

La contractividad, sin embargo,no es un modo negativo por simple oposición a otra oposición, sino que el interés de su rareza está en la complejidad de su recorrido; no hace el zigzagueo característícamente dialéctico, no elige entre ésto o lo otro sin que la elección ya haya sido y su historia consciente no sea otra cosa que una historia superficial.

(*******) La disposición al espacio no tiene el oído como una sensibilidad esperable, esto es, que lo que primero que se espera del espacio no es que se oiga, no hay, como se dijo, una determinación del espacio en el oído.

La disposición del oído no determina lo que oye, por tanto, de la misma manera que la vista determina lo que ve. La vista se reconoce como tacto que recorre una distancia, más determinada que indeterminada, con el objeto visto; el oído, por el contrario, no discurre por medio de aproximaciones negativas (********), sino que recorre el suelo que está pisando, esto es, no se aproxima a él, no exige un recorrido abstracto.

(********) Las aproximaciones son momentos abstractos que sustituyen un recorrido positivo, realizado, por uno negativo, sin realizar o, para decirlo más clara e intuitivamentemente, sin recorrer.