ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
16/11/2017, 06:03
Por mucha experiencia que haya, si no hay ciertas condiciones que la remonten a un sustrato primero, en el sentido de una "aprioridad" que no deje de ser, sino que se mantenga y siga siendo (*), la experiencia no lo va a producir (**).
El niño desarrolla la capacidad para el lenguaje y el habla, por ejemplo, mediante una experiencia más o menos prolongada (***). Ahora bien, dicha capacidad no es consecuencia de la experiencia en sentido estricto, no es un continuo no-ser lo que era. La capacidad siempre ha estado ahí a la espera de unas condiciones que no dependen directamente de la experiencia, sino al revés, indirectamente; por mucho que un bebé experimental trate de hablar (****), hasta que no esté preparado (*****), no va a hablar.
(*) "Seguir siendo" es más que una expresión verbal. Se trata de una composición con valores para el ser y el no-ser; la dialéctica en la que se encuentran no deviene, esto es, el no-ser no se mantiene, sino que su contradicción muestra la dependencia de un ser más primario.
(**) Una experiencia en sentido positivo, esto sería, productivo. No sería una experiencia que haya sido y sea, en este sentido, una repetición; es experiencia como algo que no ha sido y para lo que no había preparación.
(***) La experiencia supone el tiempo de una manera pasiva, algo que venga sin preparación, de alguna manera, para una venida que queda como si no hubiera venido nada; en esencia, no queda, sólo se reemplaza; es estéril. No tiene para él una disposición que lo diferencie activamente, que lo haga, dicho de esta manera, "propio", interno. El tiempo no es sólo una medida cuantitativa, un agregado indiferenciado de instantes. Sucede lo contrario, la cualidad del tiempo, qué es, es habitualmente confundido con su aspecto cuantitativo.
(****) La experimentación con este bebé no sería infinita en sentido temporal, sino que estaría limitada a un tiempo. Si la experimentación se prolongase demasiado, no conduciría a nada que no estuviese ya ahí y requiriese, por tanto, ser experimentado; su experiencia sería innecesaria.
(*****) Esta preparación es más compleja y lenta de lo que pudiera parecer. Su problemática no está en que pase un número de meses. El bebé puede haber desarrollado las condiciones que le permitan hablar, pero si no tiene con quíén hablar (******), su desarrollo va a estar, de alguna manera, impedido.
(******) La dependencia social del lenguaje no depende del otro por no tener con quién hablar, un sentido privativo que desconoce lo positivo que lo privativo abstrae (*******); el lenguaje es esencialmente social.
(*******) Lo privativo tiene una expectativa negativa, que carga con una disposición a no ser; empero no es una sustancia negativa, que es muy distinto. Lo negativo puede ser propiamente sin necesidad de remitirse a nada, esto es, hay negativos que son por ellos solos, propios.
El niño desarrolla la capacidad para el lenguaje y el habla, por ejemplo, mediante una experiencia más o menos prolongada (***). Ahora bien, dicha capacidad no es consecuencia de la experiencia en sentido estricto, no es un continuo no-ser lo que era. La capacidad siempre ha estado ahí a la espera de unas condiciones que no dependen directamente de la experiencia, sino al revés, indirectamente; por mucho que un bebé experimental trate de hablar (****), hasta que no esté preparado (*****), no va a hablar.
(*) "Seguir siendo" es más que una expresión verbal. Se trata de una composición con valores para el ser y el no-ser; la dialéctica en la que se encuentran no deviene, esto es, el no-ser no se mantiene, sino que su contradicción muestra la dependencia de un ser más primario.
(**) Una experiencia en sentido positivo, esto sería, productivo. No sería una experiencia que haya sido y sea, en este sentido, una repetición; es experiencia como algo que no ha sido y para lo que no había preparación.
(***) La experiencia supone el tiempo de una manera pasiva, algo que venga sin preparación, de alguna manera, para una venida que queda como si no hubiera venido nada; en esencia, no queda, sólo se reemplaza; es estéril. No tiene para él una disposición que lo diferencie activamente, que lo haga, dicho de esta manera, "propio", interno. El tiempo no es sólo una medida cuantitativa, un agregado indiferenciado de instantes. Sucede lo contrario, la cualidad del tiempo, qué es, es habitualmente confundido con su aspecto cuantitativo.
(****) La experimentación con este bebé no sería infinita en sentido temporal, sino que estaría limitada a un tiempo. Si la experimentación se prolongase demasiado, no conduciría a nada que no estuviese ya ahí y requiriese, por tanto, ser experimentado; su experiencia sería innecesaria.
(*****) Esta preparación es más compleja y lenta de lo que pudiera parecer. Su problemática no está en que pase un número de meses. El bebé puede haber desarrollado las condiciones que le permitan hablar, pero si no tiene con quíén hablar (******), su desarrollo va a estar, de alguna manera, impedido.
(******) La dependencia social del lenguaje no depende del otro por no tener con quién hablar, un sentido privativo que desconoce lo positivo que lo privativo abstrae (*******); el lenguaje es esencialmente social.
(*******) Lo privativo tiene una expectativa negativa, que carga con una disposición a no ser; empero no es una sustancia negativa, que es muy distinto. Lo negativo puede ser propiamente sin necesidad de remitirse a nada, esto es, hay negativos que son por ellos solos, propios.