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Ver la versión completa : Sensibilidad interna y externa



ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
17/10/2017, 07:59
Hay un tipo de estudios en que es habitual la falta de reflexión y el uso inapropiado de las tramas de la sensibilidad (*). Nadie oye emociones como tampoco las ve (**). Las emociones son estados afectivos que se experimentan desde "adentro", no desde "afuera", la grosería aconcepual que pone las emociones en el espacio, ya sea acústico, ya sea visual (***).

Soy tajante en ésto: las emociones no son como es la silla en que estoy sentado, el espacio en que se está. Las emociones son estados de la sensibilidad interna que no se corresponden con los de la sensibilidad externa. Los primeros, estos son, los internos, no están en contacto con los segundos, los externos; lo interno es primero a lo externo y es (****), de alguna manera, independiente de él.

(*) El artículo en cuestión era “Voice-only communication enhances empathic accuracy. Best way to recognize emotions in others”: https://www.sciencedaily.com/releases/2017/10/171010105639.htm.

(**) Cuando se ve algo, se ve de “afuera” a “adentro”; primeramente, se ve algo que, luego de verlo y, por tanto, segundamente, es visto (*****). Hay algo que veo que está siendo visto, no lo veo una vez, sino que sigo viéndolo (******); su vista está siéndose, reafirma lo mismo que es visto. Su recorrido da consistencia al hecho de ver (*******), lo esencial en lo que consiste su unidad en lo diverso.

Empero, siendo más problemáticos, se ve de “afuera” a “adentro” como si uno y otro fuesen partes de lo mismo, un modelo “ideal” que se reafirma al cumplir su impulso, esto es, sin que tope con obstáculo alguno que le despierte “rareza”.

(***) En cierto modo, es indiferente de qué sentido se trate, si es uno o si es el otro. La cuestión relevante es si es y el discurso implícito en que es.

Los ciegos y los sordos sienten empatía por gente que no pueden ver ni oír. No sienten empatía por nada que vean u oigan sin pasar antes por sus propias disposiciones, esto es, la propia capacidad de sentir.

Un ciego puede sentir empatía por alguien sin necesidad de verlo, como le sucede al sordo con alguien a quien no oye. Lo esencial del vínculo empático, esto es, sentir lo mismo que siente el otro, no se deriva de percepciones externas como ver a alguien tropezar u oír los gritos de un bebé, sino que, con prioridad sobre estas percepciones, debe haber una disposición que enlace un sentimiento en uno con la percepción posterior del otro al que, de alguna manera, se le asignan sentimientos. Lo que significa que el sentimiento hacia el otro está ya en uno sin que lo aprenda mediante una experiencia.

Uno no aprende que el otro sea porque lo vea. Puede verlo, sin duda, pero lo que confiere entidad a su percepción, esto es, cierta permanencia, no depende de la vista (********). Se podría decir, por tanto, que la existencia del otro es más rica y compleja que el sesgo de su percepción; tiene más recorrido que el que recorre su percepción.

(****) Lo interno informa de que es en uno, lo que pasa adentro. Vg. “tengo miedo de los ruidos en la oscuridad de la noche”. Lo externo se refiere a lo que pasa en la sensibilidad. Vg. “oigo ruidos”. El primero se refiere a uno; el segundo, se refiere al mundo que no es uno.

La sensibilidad externa es generalmente más amplia que la interna. La externa es continua y esperable, tanto que se convierte fácilmente en hábito

(*****) Estas diferencias discursivas pueden suceder con tanta facilidad y naturalidad que no se perciba lo complejo que hay en ellas, lo que no sucede tan fácilmente ni con naturalidad.

El segundo paso de la visión no es segundo porque siga al primero, sino que puede seguir siendo primero y no alcanzar lo segundo hasta que estén preparadas las condiciones de su “segundidad”. Así pues, la cuestión ordinal de la percepción no sigue el mismo camino que la esencial.

(******) Hay un objeto primero a que es visto en momentos distintos, a (a1, a2, …). En tanto a sea, puede seguir siéndolo hasta que no-a sea, ya como sustitución de a por otro que se le oponga, ya sea por cansancio y falta de permanencia; esto es, que el cansancio sea fruto de su propia oposición o de un no-ser indeterminado.

La figura del cansancio es conveniente porque permite reflexionar sobre especies imperceptibles mediante intuición directa. Que a sea y siga siéndolo implica no sólo a a sino, a su “vez”, cierta repulsión a no-a que pueda afectarlo su "contractividad".

(*******) Un hecho inductivo y no fijo. Su consistencia se limita a repetir las partes que su noción alcanza sin entrar en las posibilidades en que su esquema pudiera no cumplirse.

(********) La percepción es una actividad aproximativa a un objeto que no está limitada al instante perceptivo y la actividad de un sujeto de la misma (********). Involucra un modo de conciencia con miras a desencadenar una o varias acciones. Lo esencial de esta conciencia, lo que persiste en ella, no está en el modo particular que adopte, conciencia de esto o de lo otro, sino en la validez generalizada de los casos que comprende, la unidad con que especula: la diversidad de casos de lo uno, o, por otro lado, la diversidad de casos de lo uno y lo no-uno.

(*********) Lo contrario de ésto, esto es, si la percepción fuese un acto sin relación con un conjunto en que su actividad se enmarcase, no sólo privaría de unidad al acto perceptivo singular, que sería inaproximable y sin contacto posible, sino que estaría distante con respecto a los otros actos diferentes de él y, más decisivamente, con respecto a los propios; su propia unidad no sería posible y toda referencia unitaria caería en saco roto.