chemar
03/10/2001, 15:16
Existen mùltiples problemas que angustian y oprimen a la humanidad actual (a unos mucho mas que a otros) ,que el atentado de New York ha contribuido a poner en evidencia, pero lo mas deprimente y terrible consiste en que ninguno de ellos ,terrorismo incluido, son inevitables, pues el hombre posee medios sobrados para solucionarlos y prevenirlos, simplemente carece de autèntica voluntad para conseguirlo.
Pues la mayorìa de los mismos son fruto de la insolidaridad, el egoismo y la irracionalidad. El del incremento de la longevidad no es tal, pues el maquinismo y la tècnica rinden sobradamente para compensar la disminución del porcentaje de la poblaciòn productiva y la menor prueba de ello es el continuo incremento del paro en la mayorìa de los paises , llegando en los subdesarrollados a superar el 50% sobre todo en la juventud, principal motivación ,junto con la deficiente o inexistente educación , para caer en las garras del integrismo. El de la excesiva natalidad y el mantenimiento de la gravedad y extensiòn de las enfermedades infecciosas , es debido igualmente a la insolidaridad de los paises desarrollados, que no tienen verdadera voluntad de extender la cultura y aportar los medios necesarios para solucionarlos.
Algo parecido se puede decir del problema de los alimentos a nivel global, pues con un moderado control de la natalidad en los paises subdesarrollados ( en los desarrollados ya se ha conseguido y en algunos sobradamente), que se lograrìa fácilmente con un aumento del nivel cultural y de vida en los mismos , aquel tampoco existirìa ,ya que las hambrunas existentes en unos paises se conjugan con el despilfarro y los enormes excedentes alimentarios de otros, en los que se penaliza la producciòn o se destruyen en lugar de enviarlos a donde se necesitan desesperadamente, pero sì se proporcionan a esos paises armas modernas para que se maten con mayor efectividad y paralelamente para poder controlar a su antojo sus riquezas naturales ,que expolian ademàs con total cinismo e impunidad como pago de una deuda inacabable que los mantiene en perpètua pobreza, producida por importaciones de artìculos manufacturados carìsimos, (armas incluidas) en la mayorìa de las ocasiones fruto de esplèndidas comisiones a gobernantes corruptos ,combinados con precios de saldo para las riquezas naturales y materias primas que exportan.
Dicha voluntad deberìa surgir de los principios èticos o valores solidarios y humanìsticos , pero todos ellos representan un sentido superior que tendrìa que dominar a nuestros instintos agresivos y egoistas . Por desgracia lo antes expuesto demuestra claramente que en general no ocurre asì y nos debemos preguntar el por què. Yo creo que la respuesta es evidente, sin una base sòlida y profunda que los fundamente se transforman en palabras huecas que no se sienten y asì podemos observar que en la mayorìa de los paises alternan diversos partidos con distintas siglas y programas , pero los resultados de su quehacer polìtico son similarmente deprimentes porque sus miembros no tienen interiormente autèntica voluntad de solucionar los antedichos problemas.
Y es que realmente es imposible el fundamentar valores de un sentido superior en un mundo en el que la ciencia pregona que no existe sentido alguno. Si realmente nuestra existencia es un absurdo que surge de la nada para volver a ella en un entorno en el que sòlo impera el ciego concurso del azar y las fuerzas fìsicas , la reacciòn lògica de la voluntad no es impulsar los valores èticos, sino el vivir un hedonismo del presente (el aquì y ahora) y la ley del mas fuerte y el todo vale que se van imponiendo por doquier. De ahì que la tònica general de mis intervenciones sea el combatir el extremado reduccionismo expuesto , intentando paralelamente aportar dicha base mediante la propuesta de el Todo que la mayorìa conoceis.
Un afectuoso saludo.
Pues la mayorìa de los mismos son fruto de la insolidaridad, el egoismo y la irracionalidad. El del incremento de la longevidad no es tal, pues el maquinismo y la tècnica rinden sobradamente para compensar la disminución del porcentaje de la poblaciòn productiva y la menor prueba de ello es el continuo incremento del paro en la mayorìa de los paises , llegando en los subdesarrollados a superar el 50% sobre todo en la juventud, principal motivación ,junto con la deficiente o inexistente educación , para caer en las garras del integrismo. El de la excesiva natalidad y el mantenimiento de la gravedad y extensiòn de las enfermedades infecciosas , es debido igualmente a la insolidaridad de los paises desarrollados, que no tienen verdadera voluntad de extender la cultura y aportar los medios necesarios para solucionarlos.
Algo parecido se puede decir del problema de los alimentos a nivel global, pues con un moderado control de la natalidad en los paises subdesarrollados ( en los desarrollados ya se ha conseguido y en algunos sobradamente), que se lograrìa fácilmente con un aumento del nivel cultural y de vida en los mismos , aquel tampoco existirìa ,ya que las hambrunas existentes en unos paises se conjugan con el despilfarro y los enormes excedentes alimentarios de otros, en los que se penaliza la producciòn o se destruyen en lugar de enviarlos a donde se necesitan desesperadamente, pero sì se proporcionan a esos paises armas modernas para que se maten con mayor efectividad y paralelamente para poder controlar a su antojo sus riquezas naturales ,que expolian ademàs con total cinismo e impunidad como pago de una deuda inacabable que los mantiene en perpètua pobreza, producida por importaciones de artìculos manufacturados carìsimos, (armas incluidas) en la mayorìa de las ocasiones fruto de esplèndidas comisiones a gobernantes corruptos ,combinados con precios de saldo para las riquezas naturales y materias primas que exportan.
Dicha voluntad deberìa surgir de los principios èticos o valores solidarios y humanìsticos , pero todos ellos representan un sentido superior que tendrìa que dominar a nuestros instintos agresivos y egoistas . Por desgracia lo antes expuesto demuestra claramente que en general no ocurre asì y nos debemos preguntar el por què. Yo creo que la respuesta es evidente, sin una base sòlida y profunda que los fundamente se transforman en palabras huecas que no se sienten y asì podemos observar que en la mayorìa de los paises alternan diversos partidos con distintas siglas y programas , pero los resultados de su quehacer polìtico son similarmente deprimentes porque sus miembros no tienen interiormente autèntica voluntad de solucionar los antedichos problemas.
Y es que realmente es imposible el fundamentar valores de un sentido superior en un mundo en el que la ciencia pregona que no existe sentido alguno. Si realmente nuestra existencia es un absurdo que surge de la nada para volver a ella en un entorno en el que sòlo impera el ciego concurso del azar y las fuerzas fìsicas , la reacciòn lògica de la voluntad no es impulsar los valores èticos, sino el vivir un hedonismo del presente (el aquì y ahora) y la ley del mas fuerte y el todo vale que se van imponiendo por doquier. De ahì que la tònica general de mis intervenciones sea el combatir el extremado reduccionismo expuesto , intentando paralelamente aportar dicha base mediante la propuesta de el Todo que la mayorìa conoceis.
Un afectuoso saludo.