Melis
25/01/2017, 16:23
Solo algunas personas logran entender el lenguaje tierno y sutil de la mirada. Solo unos pocos comprenden esa naturaleza angelical y sublime, capaz de expresar lo que no pueden las palabras. Contigo aprendí esa nueva lengua, altar de los que aman verdaderamente. Me preguntas qué me pasa, te digo que nada: así empieza nuestro diálogo silente. Insistes, trato de evadir tus ojos inquisidores; entonces, me rindo, te doy un atisbo de tristeza, de soledad. Tiernamente me abrazas con tus pupilas, me seduces con el brillo de tus ojos, me traduces un poema de caricias y, finalmente, me dices que me amas… Me aproximo a tu rostro, se cruzan las miradas, y acercamos nuestros labios para consumar nuestro delirio en el idioma ultraterreno de los amantes sin tiempo, sin espacio, sin palabras…