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Ver la versión completa : Carta al corazón dolido por la muerte de la madre



Julio Javier Sánchez
29/12/2015, 16:21
Carta al corazón dolido de una hija
cuya madre se la llevó el Señor al cielo


No hay ninguna duda de que tu dolor es muy grande, es un desgarre que rompe el alma, que parte
en pedazos el corazón, que las lágrimas son un nacimiento de agua incontenible que buscan curar
tan grande herida, y es justificable tanto dolor, si la madre es lo más hermoso, bello, que nos ha dado
Dios para nuestro transitar en esta tierra porque solo ella tiene la virtud de ver sentir, amar,
comprender, casi como lo hace nuestro Padre Dios, si somos malos ella nos ve buenos, si somos
feos no ve lindos, si somos tontos nos ve inteligentes, nadie se alegra tanto por nuestros triunfos
como ella, no está demás decir que nuestros triunfos se los debemos a sus sacrificios, a su abnegación,
también nadie sufre tanto por nuestros fracasos como ella; cuando nacemos en primer lugar somos
un grande dolor, dolor tan inmenso que desaparece como arte de magia, cuando nos tiene por primera
vez en su regazo, porque más inmenso que el dolor es su grande amor, y nos convertimos en su razón
de vivir, de luchar, de enfrentar la vida, en ponerse delante de nosotros cual intrépido guerrero que
avanza en medio de las batallas de la vida, y nos da a beber una a una cada gota de su vida, gota
de excelsa miel del panal de su corazón, gota que alimenta, consuela, anima, empuja.


Ciertamente no es un ángel con alas, pero, me atrevo a decir es más que los mismos ángeles, porque
no vive para sí, vive para sus hijos, se quita el pan de la boca para dártelo a tí, prefiere mil veces
comprar tu vestido, tu calzado, tu abrigo que el de ella, ella por muy gastada que esté su ropa,
su calzado, los ve que “todavía están nuevos”.


Sólo en sus ojos podemos ver el brillo del amor verdadero en sus labios, las palabras más dulces
y profundas cuando te dice: “Te amo”, sólo a sus oídos tu voz es una dulce canción de amor.


La madre, en su humanidad frágil, su no mucha fuerza tiene los brazos más poderosos que te han
sostenido y la paciencia donde todos tus errores encontraron solución.


Amiga mía, ya no está físicamente tan maravilloso ser, el Dios de Gloria que fue su creador
vino por ella y la llevó al jardín donde las madres exhalaban el perfume, el incienso, la fragancia
que inunda el paraíso divino, fue a recibir la cosecha de su abnegada y amorosa misión,
No te ha dejado, solamente te preparó, te dejó una guía para el sendero a seguir,
la huella por donde debes transitar, y el dulce canto de su voz jamás se borrará de tu mente,
ni la dulce luz de su mirada se apagará en los tuyos.


Por lo tanto amiga mía, yo apenas he escrito una ínfima parte, un átomo de lo que es una madre;
en el cielo decidieron los ángeles, arcángeles, querubines, el Padre mismo que era el momento de
que recibiera la que siempre dio; la dicha de tener un maravilloso ser llamado Madre y decirle:
Está bien Señor, te la entrego con todo mi corazón... Amén.