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Ver la versión completa : La falta, error a priori; capacidad reflexiva y falta de sensibilidad



ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
24/02/2015, 08:05
“One should always be a little improbable” (Oscar Wilde)

Tenemos derecho a confundirnos. Al confundirnos se profundiza en el acierto, el acierto se enriquece (*).

El otro día mi hijo me hablaba de que aprendemos gracias a la experiencia; hay cosas que, de no haber experiencia, no podríamos aprender. Le dije que era, en algún sentido, cierto; pero que se podía ser más exigente y hacer la experiencia innecesaria, anticiparse a ella.

La reflexión, por sí sola, en tanto se limite a sus capacidades, abstrae la experiencia en el sentido “pobre” al que me refiero, que se desaprovecha. La experiencia extiende las capacidades, las amplía; la síntesis empírica, para decirlo kantianamente, no es, de suyo, “sintética a priori”, con una validez con garantía para la experiencia.

El auténtico poder de la abstracción no está en aquello de lo que prescinde, su capacidad sustitutoria, sino en que descubra su propia limitación, en qué está determinada y cómo puede convertir lo pàsivo en activo (**), el muro con el que, insensiblemente (***), se golpea.

(*) Las teorías son más ricas cuanto menos probables sean; y, al contrario, son más pobres cuanto menos improbables sean.

Estoy usando el término positivo, "acierto", cuando debiera usar el negativo, "error"; la conciencia experimenta la disposición a la experiencia en negativo, esto es, históricamente, cediendo su sitio. Adviértase que la disposición a la experiencia no es lo mismo que experimentarse, su puesta en marcha; la experiencia pasa por fases hasta llegar a su sitio.

(**) Pudiera parecer que lo pasivo fuese lo opuesto a lo activo, un término que daría forma al otro sirviéndole de apoyo; sin embargo, este modo de pensar recorre lo mismo sin otra extensión que insistir en lo mismo pero al revés, "llega lo que espera y le da la vuelta". Sucede lo contrario, exactamente, “no se pone” al revés, sino que “está ya puesto", llega a sí por medio de otro, "la inversa", que quita según convenga, añade lo que ya está y no le pertenece; “sí (mismo)”, su capacidad reflexiva, es un instante falso, un término no esperado que se le cuela, una apariencia de temporalidad.

(***) Mi hijo me preguntaba cómo sería una sensibilidad sin sensibilidad, “ver ésto” sin que se viese "nada". Lo negativo no está nunca consigo, no tiene más capacidad que un modo abstracto, sin autenticidad; al contrario, siempre se sirve de otro para suplantarlo. Un punto ciego de visión no ve no-algo, sino que ver queda inactivo, sin recorrido, no tiene qué "ver" ni a qué agarrarse (****), la visión no se realiza; sería una sensibilidad insensible y estéril, improductiva y anómica, quebraría su propia expectativa.

(****) No debiera confundiese esta idea, esta es, la extensión de un negativo, con una nada sensible, un vacío de término en el que la experiencia cae y al que, por tanto, no llega, una especie de sensibilidad sin sentido.