Koli33
22/02/2015, 15:28
No hay un actor consolidado, solido, no hay un sujeto estable, altamente determinado y confiable, que opere en la construcción y reconstrucción constante del sistema, a partir de operar con un discurso.
Al no haber un sujeto blindado, una subjetividad que pueda retener, conservar, emplear, manejar, en tanto esto operar mentalmente como algo, algo sólido, (por Ej., con las construcciones operativas, propias del logo y la lógica, del lenguaje y el principio de la identidad no contradictoria) como algo concreto, de las que la subjetividad se pueda valer, para constituirse y auto definirse, instituyéndose, construyendose a sí misma como tal.
Por medio de las cuales se pueda auto representar y sostener, en un discurso concreto, por medio de un lenguaje, , a sí misma, como algo sólido, por medio de la cual se pueda constituir y materializar, verbalizar y difundir, como emitir aleatoriamente, mentalmente.
Estamos eminentemente ante el hundimiento de un modelo de civilización, como construcción mental.
Al hacerse inoperante, imposible, la materialización y conservación simbólica, como la posibilidad concreta de una auto representación mental sólida, por medio de la que la actividad subjetiva se pueda distinguir y auto reconocer a sí misma, por medio de la cual se separaba, diferenciaba, dinámicamente, operativamente, de la fluidez indeterminable del magma del fondo.
Fondo o totalidad indefinible, fluyente, que se puede representar como el material líquido del fondo, de la totalidad incandescente, a partir del cual por unos proseos de aislación y enfriamiento, mentalmente logrados, alcanzados, parte de esa incandescencia, de esa realidad, totalidad ardiente, se fractura, se solidifica, se constituye por enfriamiento, envolvimiento mental, en algo sólido, manejable y utilizable por nuestra subjetividad.
Esto es lo interesante de observar y comprender ante el hundimiento de nuestra civilización, ya que fue por esta capacidad, que la civilización se constituye como tal, en tanto la subjetividad que la constituye, la construye.
La liquides y fluidez de la realidad de fondo, se traducía convertía simbólicamente al campo objetivo y estable de las ideas y representación simbólicas de nuestro lenguaje, a partir de las ideas y representaciones, por medio de las ideas y representaciones, que hacen inherente y posibles a las operativas constitutivas, de nuestra subjetividad.
Al fisurase este envoltorio, esta protección aislante mental, se habla o puede hablar de liquides, del naufragio de nuestra subjetividad, de la modernidad liquida, de la que habla Zygmunt Bauman, por la aceleración y el calentamiento de los procesos, que no hay quien los enfrié, con que todo aparenta licuarse, amalgamarse, diluirse, fundirse y perderse en la propia dinámica de la fluidez, el magma de fondo caracterizado por C. castoriadis.
Se puede hablar de la desintegración de las categorías conceptuales mentales, como de las ideas, en tanto esto de la disolución de las subjetividades que se definían y constituían por tales cosas, ladrillos, bloques, en y por medio de lo que se auto representaba nuestra condición humana.
Solides conceptual simbólica a la que todo sujeto apelaba, recurría y empleaba para constituirse, concretarse, congraciarse, como algo sólido, sobre la superficie inestable fluctuante de las cosas.
Para trascender, escapar y flotar, como algo sólido, sobre el océano, la fluidez siempre liquida incandescente del mundo.
Estamos presenciando la desintegración de la civilización, que no es poca cosa, por su propio peso y nivel de aceleración.
Nos estamos confrontando al el hundimiento del gigantesco trasatlántico, encapsulamiento espacial-temporal, que nos sostiene y contempla, que nos distinguía y diferenciaba, que nos personalizaba y consolidaba, como entes y personajes sólidos, salvaguardándonos de la fluidas corrientes magmáticas de un océano incandescente.
Océano del que antes se diferenciaba, separaba, distanciaba y fragmentaba, operativamente, mentalmente el hombre, como una subjetividad clara, objetable, narrable, capaz de narración.
En lo personal subjetivo, lo que se desintegra, desaparece, se hace agua, es la idea misma, de nuestra identidad, personalidad, como representación simbólica conceptual, que nos permitía separarnos, diferenciarnos, constituirnos y consolidarnos en contraposición de la totalidad, por medio de la cual la actividad subjetiva mental, nos manteníamos aislados.
Antes tal caos, situación dramática, lo que conviene y es sensato, es explorar con otras formas, posibles subjetividades mentales de constituirse, mucho más eficientes en contra poción a las que hasta ahora han existido y funcionado.
En lo que me es personal, hace tiempo ya que estoy explorando, operando mentalmente, con una modalidad, forma de subjetividad, caótica-inestable, supuestamente irracional, o no lineal, como modalidad de constituirme, manifestarme sobre la realidad, que llamo, o e decido denominar como alterna, que alterna entre la existencia y la no existencia, en o poción a las tradicionales y muy formales, formas y modalidades constitutivas, que están naufragando, se están desintegrando.
Una subjetividad ya insostenible, que se desfigura, derrite, que se me a antojado denominar, como formas fundas en la continuidad, la solides o estabilidad.
Fijémonos en esta disolución dinámica de la red, o fluidez informativa, ya no hay sujetos significantes, portadores de sentido, discurso, pensamiento propositivo, constructivo, lo que de alguna manera sin proponérmelo me está dando cierta legitimación, al poder operar, manejarme, mentalmente, como pez en el agua, con una forma, o modalidad de subjetividad y realidad liquida, sin una forma concreta, imposible de definir, determinar, concretar, totalmente fluctuante.
Al no haber un sujeto blindado, una subjetividad que pueda retener, conservar, emplear, manejar, en tanto esto operar mentalmente como algo, algo sólido, (por Ej., con las construcciones operativas, propias del logo y la lógica, del lenguaje y el principio de la identidad no contradictoria) como algo concreto, de las que la subjetividad se pueda valer, para constituirse y auto definirse, instituyéndose, construyendose a sí misma como tal.
Por medio de las cuales se pueda auto representar y sostener, en un discurso concreto, por medio de un lenguaje, , a sí misma, como algo sólido, por medio de la cual se pueda constituir y materializar, verbalizar y difundir, como emitir aleatoriamente, mentalmente.
Estamos eminentemente ante el hundimiento de un modelo de civilización, como construcción mental.
Al hacerse inoperante, imposible, la materialización y conservación simbólica, como la posibilidad concreta de una auto representación mental sólida, por medio de la que la actividad subjetiva se pueda distinguir y auto reconocer a sí misma, por medio de la cual se separaba, diferenciaba, dinámicamente, operativamente, de la fluidez indeterminable del magma del fondo.
Fondo o totalidad indefinible, fluyente, que se puede representar como el material líquido del fondo, de la totalidad incandescente, a partir del cual por unos proseos de aislación y enfriamiento, mentalmente logrados, alcanzados, parte de esa incandescencia, de esa realidad, totalidad ardiente, se fractura, se solidifica, se constituye por enfriamiento, envolvimiento mental, en algo sólido, manejable y utilizable por nuestra subjetividad.
Esto es lo interesante de observar y comprender ante el hundimiento de nuestra civilización, ya que fue por esta capacidad, que la civilización se constituye como tal, en tanto la subjetividad que la constituye, la construye.
La liquides y fluidez de la realidad de fondo, se traducía convertía simbólicamente al campo objetivo y estable de las ideas y representación simbólicas de nuestro lenguaje, a partir de las ideas y representaciones, por medio de las ideas y representaciones, que hacen inherente y posibles a las operativas constitutivas, de nuestra subjetividad.
Al fisurase este envoltorio, esta protección aislante mental, se habla o puede hablar de liquides, del naufragio de nuestra subjetividad, de la modernidad liquida, de la que habla Zygmunt Bauman, por la aceleración y el calentamiento de los procesos, que no hay quien los enfrié, con que todo aparenta licuarse, amalgamarse, diluirse, fundirse y perderse en la propia dinámica de la fluidez, el magma de fondo caracterizado por C. castoriadis.
Se puede hablar de la desintegración de las categorías conceptuales mentales, como de las ideas, en tanto esto de la disolución de las subjetividades que se definían y constituían por tales cosas, ladrillos, bloques, en y por medio de lo que se auto representaba nuestra condición humana.
Solides conceptual simbólica a la que todo sujeto apelaba, recurría y empleaba para constituirse, concretarse, congraciarse, como algo sólido, sobre la superficie inestable fluctuante de las cosas.
Para trascender, escapar y flotar, como algo sólido, sobre el océano, la fluidez siempre liquida incandescente del mundo.
Estamos presenciando la desintegración de la civilización, que no es poca cosa, por su propio peso y nivel de aceleración.
Nos estamos confrontando al el hundimiento del gigantesco trasatlántico, encapsulamiento espacial-temporal, que nos sostiene y contempla, que nos distinguía y diferenciaba, que nos personalizaba y consolidaba, como entes y personajes sólidos, salvaguardándonos de la fluidas corrientes magmáticas de un océano incandescente.
Océano del que antes se diferenciaba, separaba, distanciaba y fragmentaba, operativamente, mentalmente el hombre, como una subjetividad clara, objetable, narrable, capaz de narración.
En lo personal subjetivo, lo que se desintegra, desaparece, se hace agua, es la idea misma, de nuestra identidad, personalidad, como representación simbólica conceptual, que nos permitía separarnos, diferenciarnos, constituirnos y consolidarnos en contraposición de la totalidad, por medio de la cual la actividad subjetiva mental, nos manteníamos aislados.
Antes tal caos, situación dramática, lo que conviene y es sensato, es explorar con otras formas, posibles subjetividades mentales de constituirse, mucho más eficientes en contra poción a las que hasta ahora han existido y funcionado.
En lo que me es personal, hace tiempo ya que estoy explorando, operando mentalmente, con una modalidad, forma de subjetividad, caótica-inestable, supuestamente irracional, o no lineal, como modalidad de constituirme, manifestarme sobre la realidad, que llamo, o e decido denominar como alterna, que alterna entre la existencia y la no existencia, en o poción a las tradicionales y muy formales, formas y modalidades constitutivas, que están naufragando, se están desintegrando.
Una subjetividad ya insostenible, que se desfigura, derrite, que se me a antojado denominar, como formas fundas en la continuidad, la solides o estabilidad.
Fijémonos en esta disolución dinámica de la red, o fluidez informativa, ya no hay sujetos significantes, portadores de sentido, discurso, pensamiento propositivo, constructivo, lo que de alguna manera sin proponérmelo me está dando cierta legitimación, al poder operar, manejarme, mentalmente, como pez en el agua, con una forma, o modalidad de subjetividad y realidad liquida, sin una forma concreta, imposible de definir, determinar, concretar, totalmente fluctuante.