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Ver la versión completa : Falta; cuestiones entre ámbitos y creatividad



ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
24/12/2014, 07:59
Cuestionar la actividad abstracta, y cuestionar, asimismo, la actividad sensible; no dejarse llevar por ellas, sino tratar de ponerlas en relación (*). El problema estaría, por tanto, en qué sentido la sensibilidad limita consigo misma y se deja llevar, y en qué sentido la actividad inteligible pierde fuerza y sigue el paso de otra actividad (**). Hay, pues, un cabo suelto, un desfase (***).

La sensibilidad, que toma la experiencia por el reemplazo de sus instantes, no está al nivel de lo inteligible; no se tocan ni comparten el mismo sitio; no están en igualdad de condiciones, siguen una desigualdad (****).

(*) Esta relación se basa en una falta, una categoría negativa, sin recorrer, que no hay conciencia inmediata del ámbito interior en el que la sensibilidad y lo inteligible se asientan, se experimentan a distancia. Si estos ámbitos vuelven al sitio del que dependen, se encuentran depositados en una nada, no hacen sino retroceder sin encontrar el instante que los produce.

(**) Una sensibilidad sensible sería un término sin sentido, tomaría impulso de sí, de un movimiento abstracto que no se movería; y una inteligibilidad inteligible sería un vacío de pensamiento con la expectativa de que su neutralidad se adaptase a todo objeto que se le pusiese delante.

Las cadenas inductivas que sigue la sensibilidad son más fácilmente intuitivas que las inteligibles por la satisfacción que causa su experiencia; lo que la sensibilidad trae consigo no tiene el mismo efecto que lo que trae consigo lo inteligible. Las cadenas inteligibles, por el contrario, rara vez encuentran otra correspondencia que un impulso sin reconocimiento, una cara sin cara.

Con esto no quiero decir que la experiencia sensible no dependa de una categoría que la ordene internamente, sino que, por lo general, el orden se queda en una fase formal en el que su conciencia se pierde.

(***) Este desfase es un problema de instantes que se quedan en una conciencia aparente sin llegar al sitio del que la apariencia depende. Sea como fuere, la conciencia temporal siempre va a estar en la superficie como consecuencia de perseguirse a sí misma; el tiempo no avanza en negativo, por el sitio que vino.

(****) Esta desigualdad debiera ser creativa, no algo que venga de ningún sitio, sino que se abra paso.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
27/12/2014, 07:55
El problema del desfase no se refiere a un plano más inmediato, no llega solo; no se queda en una falta de correspondencia.

El problema del desfase se podría resumir de la siguiente manera: experiencias distintas pretenden entrar en una misma medida. Y, al no guardar correspondencia entre ellas, la unidad de medida pierde validez; es falsa (*).

(*) Esta falsedad se encuentra en un ámbito muy determinado. La normalidad y su carga de expectativas son puestas en la cuerda floja, son forzadas más lejos de su inclinación, cuando lo sensible y lo inteligible no pueden más y su unidad ya no es sostenible; surge el instante crítico (**)

(**) Este instante es teórico, pero ha de ser real (**). En sentido hegeliano, sería racional y formaría parte del ámbito de la lógica (***).

(***) Real en sentido racional, como principio del principio, una reafirmación; real, en sentido empírico, se queda a medias, afirma sin confianza.

(****) Sin embargo, la lógica debiera despertar todas las sospechas filosóficas. La lógica se opone a la sensibilidad como si en la sensibilidad no hubiera, de suyo, una lógica por poner a prueba con la que está inmediatamente dispuesta.

Si a lo sensible se le quitase lo inteligible, y, al revés, si a lo inteligible se le quitase lo sensible, se llegaría a un sustrato de mutua dependencia, a un término que no daría más de sí; del otro lado, la genética sensible se apoyaría en lo inteligible como la genética inteligible se apoyaría en la sensibilidad (****).

Los seres dotados de sensibilidad no dejan nunca de estar sujetos a la sensibilidad; sin embargo, no sucede al revés, lo inteligible puede, perfectamente, cesar en su actividad.

La independencia inteligible de lo sensible es negativa, lo sensible es abstraído. Experiencias inteligibles como contar no serían actividades genuinamente intelectuales si no se sirviesen de una relación tras ellas con la que la capacidad abstracta haría su especial sustitución.

(****) Una crítica apresurada pudiera pensar que lo inteligible es ingénito. Semejante idea de lo ingénito no pasa de ser una idea negativa. Debiera ser, justamente, lo contrario, una idea llevada al límite a partir del que lo positivo de su conciencia deja de ser activo y, precisamente, se vuelve pasivo.