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Ver la versión completa : “Ilusión retrospectiva” y desfase de la conciencia, extensión de la falta



ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
15/11/2014, 08:21
Esta mañana mi hijo y mi mujer se han metido en una discusión acerca de si la moral reside en la "intención"; si, dicho de manera más problemática, la intención es causa de moralidad. Mi mujer está profundamente influida por la idea de que el bien está en hacer lo correcto; mi hijo, que se considera a sí mismo “indeterminista” (*), piensa que la intención es buena si se basa en un bien.

(*) Indeterminista en tanto lo opuesto a una determinación genética. Mi hijo piensa que el error de los deterministas está en "la ilusión de que la determinación es algo histórico", que pesa más de lo que pesa; dicho de otro modo, la esencia de su historicidad estaría desmedida.

Mi hijo es adolescente y piensa que la posibilidad no cabe en un concepto. Es paradójico que su crítica al determinismo descanse en la “ilusión retrospectiva” en la que se basa el materialismo (**).

(**) Al hablar de materialismo hablo sólo del materialismo de Spinoza.

“Ilusión retrospectiva” era un término de Benjamin Libet para explicar el desfase temporal de la conciencia. En la reflexión de Spinoza era una ilusión causal que confundía “causa de conciencia” con “conciencia de causa”, un defecto de la construcción de la intuición de la causalidad.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
17/11/2014, 08:01
El problema está en lo siguiente: de no haber una sustancia moral, la moralidad no tendría sitio de apoyo y, tarde o temprano, se disolvería; la actividad moral sería abstracta sin tener nada genuinamente moral tras ella (*).

Contrariamente a lo que muchos piensan, defiendo que la idea de lo abstracto está imperfectamente elaborada, es falsa, no se reafirma sola, no pesa lo suficiente; su expectativa representa un "tiempo ilusorio", un sitio sobre el que, cabalmente, se precipita.

No obstante, lo abstracto tiene su sitio, rara vez, deja de estar presente; mejor visto, la forma sustancial de lo abstracto es la que garantiza que, cuando lo abstracto no sea afirmado, su actividad mantenga su presencia, y siga siendo actual.

(*) Este fin de semana he releído algunas partes de “El concepto de la angustia” de Kierkegaard, y, como siempre sucede, he encontrado muchas ideas de interés.

El lenguaje es uno de los muchos fenómenos que nacen de la moral. Kierkegaard, precedido de una humildad burlona, escribe: “Digamos, no obstante, que una cosa es segura, a saber, la de que no cabe admitir que los hombres mismos hayan inventado el lenguaje” (Sörel Kierkegaard, "El concepto de la angustia", 1.6).

El lenguaje es un tema que da para todo. No es extraño que parezca uno de los temas filosóficos por excelencia. Soy de los que piensa que no es el tema filosófico por excelencia; el tema filosófico por excelencia es el de la experiencia moral (**).

(**) La "espera" no es otra cosa que la experiencia sin un concepto con garantía interna; está, dicho de manera mucho más clara, “por hacer”.

Obsérvese bien que este ámbito reclama figuras temporales que no pueden dejar de lado su esencia especulativa. ¡Siempre estamos con los mismos problemas!

Hace unos días hablé de la angustia de la espera, exige paciencia y cierto sacrificio. El estudio es algo con frecuencia muy fastidioso. Cuesta ver sus frutos; cuando uno estudia y piensa siente con frecuencia lo que denominara "instante crítico": el paso de, todavía, no estar, a, de repente, estar ya en ello, dar un paso adelante.

La gramática temporal no se sigue, no se va detrás de ella; la única temporalidad positiva es la sintética, la que elabora su propio camino.

No hay nada más insustancial que pretender filosofar a golpe de ocurrencias, a solas y en abstracto.

ALBERTO RODRIGUEZ-SEDANO
18/11/2014, 06:57
El "barrido de la conciencia" es su actualización (*). La conciencia deja de esperar, la predisposición que hace que mire hacia atrás pasa a mirar hacia delante (**); la conciencia se quita cosas de encima, se renueva.

(*) El barrido de la conciencia fue una figura que usé en “Negatividad de la falsación” para mostrar las densidades temporales que la más mínima predisposición de la conciencia abstraía; distinguía entre una conciencia fisiológica y una conciencia fenomenológica.

(**) Se trata de la diferencia entre retrospección, retroalimentación y expectativa. El sitio en el que está la conciencia no es un "sitio espacial"; no va de la mano de unos términos sin crear, asimismo, una distancia íntima con ellos. Sin embargo, esta relatividad no es “relativa”. La primera relatividad es un problema de fondo, una elasticidad profunda, es demasiado amplia para ser inmediatamente percibida; la segunda, por el contrario, es superficial, una sensibilidad tosca, un modo de relación sin matices, es una relatividad estética que se amolda con facilidad a los conceptos intuitivos, se deja llevar por ellos.

El cansancio de la conciencia es un relevo, un estado de saturación por el que la conciencia pasa. Ahora bien, no debe pensarse que este descanso sea inactivo, que pase sin pesar. Sucede, mejor visto, que no se deja de esperar por cansancio, sino para dejar sitio; no es, pues, un cansancio sin nada debajo, un “cansancio abstracto” (***).

(***) Este cansancio abstracto era una figura sociológica de cierto interés hace alrededor de dos décadas. Sin embargo, la composición social de lo abstracto, como no es de extrañar, ha cambiado mucho (***); lo social ha recorrido ciertas fases que vienen modificando sus frutos.

(****) He reconocido que, en su día, fui injusto con algunos análisis de la situación y diagnósticos marxistas. El compuesto social del marxismo era, sin duda alguna, muy grueso, pero no tanto por una excesiva generalidad como por estar concentrado en un sitio en el que convergen muchos caminos; podríamos decir que su generalidad no tiene tanto peso de lo abstracto como de lo material (****).

(*****) Insisto en que nadie debiera ver marxismo en mis ideas ni, menos todavía, marxismos de moda. Una de mis principales críticas al marxismo está en que cede ante las abstracciones que la economía elabora; su expectativa, dicho así, es ilusoria.

sajjad123
13/12/2014, 08:19
Se trata de la diferencia entre retrospección, retroalimentación y expectativa. El sitio en el que está la conciencia no es un "sitio espacial"; no va de la mano de unos términos sin crear, asimismo, una distancia íntima con ellos. Sin embargo, esta relatividad no es “relativa”. La primera relatividad es un problema de fondo, una elasticidad profunda, es demasiado amplia para ser inmediatamente percibida; la segunda, por el contrario, es superficial, una sensibilidad tosca, un modo de relación sin matices, es una relatividad estética que se amolda con facilidad a los conceptos intuitivos, se deja llevar por ellos.