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Ver la versión completa : 1*Cor. 10:8 que fueron 23.000 Núm. 25:9 da la cifra de 24.000 ¿Por que?



Davidmor
07/04/2014, 09:47
¿Por qué dice 1 Corintios 10:8 que fueron 23.000 israelitas los que cayeron en un solo día por cometer fornicación, mientras que Números 25:9 da la cifra de 24.000?

(1 Corintios 10:8) Ni practiquemos fornicación, como algunos de ellos cometieron fornicación, de modo que cayeron, veintitrés mil [de ellos] en un día.

(Números 25:9) Y los que murieron del azote ascendieron a veinticuatro mil.

Existen varias explicaciones posibles para la diferencia de cifras entre estos dos versículos. La más sencilla sería que el número real estuviera entre 23.000 y 24.000, lo que permitiría redondearlo hacia arriba o hacia abajo.

Veamos otra posibilidad. El apóstol Pablo hizo referencia al relato de los israelitas en Sitim como ejemplo amonestador para los cristianos de la antigua Corinto, ciudad célebre por su libertinaje. Escribió: “Ni practiquemos fornicación, como algunos de ellos cometieron fornicación, de modo que cayeron, veintitrés mil de ellos en un día”. Pablo se refirió en particular a aquellos a los que Jehová dio muerte por cometer fornicación, y dijo que fueron 23.000 (1 Corintios 10:8).

Ahora bien, el capítulo 25 de Números explica que “Israel se apegó al Baal de Peor; y la cólera de Jehová empezó a encenderse contra Israel”, y entonces pasa a decir que Jehová mandó a Moisés que ejecutara a “todos los [...] cabezas del pueblo”. A su vez, Moisés ordenó a los jueces que cumplieran ese mandato. Finalmente, cuando Finehás actuó con decisión dando muerte al israelita que introdujo a una mujer madianita en el campamento, “se detuvo el azote”. El relato termina con esta declaración: “Los que murieron del azote ascendieron a veinticuatro mil” (Números 25:1-9).

Al parecer, la cifra que da el libro de Números incluye a los “cabezas del pueblo” —que fueron ejecutados por los jueces— y a los israelitas a quienes Jehová mismo dio muerte. Los cabezas que murieron a manos de los jueces bien pudieron ser un millar, lo que elevaría a 24.000 la cifra total de muertos. Dichos cabezas, o caudillos, eran culpables de tenerle “apego al Baal de Peor”, sea que cometieran fornicación, participaran en las celebraciones o dieran su consentimiento a quienes hicieron alguna de estas cosas.

Con respecto a la expresión “tener apego”, cierta obra de consulta explica que puede significar “vincularse a una persona”. Los israelitas constituían un pueblo dedicado a Jehová, pero rompieron su relación con Él cuando ‘se apegaron al Baal de Peor’. Unos setecientos años más tarde, Dios dijo a los israelitas mediante el profeta Oseas: “Ellos mismos entraron a Baal de Peor, y procedieron a dedicarse a la cosa vergonzosa, y se hicieron repugnantes como la cosa de su amor” (Oseas 9:10). Todos los que obraron de este modo merecían una sentencia adversa de parte de Dios. Así se lo recordó Moisés a los hijos de Israel: “Los propios ojos de ustedes son los que vieron lo que Jehová hizo en el caso del Baal de Peor, que a todo hombre que anduvo tras el Baal de Peor, a él fue a quien Jehová tu Dios aniquiló de en medio de ti” (Deuteronomio 4:3).