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Davidmor
04/04/2014, 10:03
EL Todopoderoso les ha confiado ciertas tareas a algunas criaturas espirituales. Por ejemplo, ha puesto en manos de Jesucristo el gobierno de la Tierra y les ha encargado a ángeles fieles que ayuden a dirigir la predicación de las buenas nuevas (Revelación 14:6). Sin embargo, se ha reservado para sí una función especial: escuchar las oraciones de los seres humanos. Por esa razón, solo debemos orarle a él.

En la Biblia se llama a Jehová el “Oidor de la oración” (Salmo 65:2). En efecto, cuando le oramos, él nos escucha y nos responde. Así lo confirma el apóstol Juan, quien escribió: “No importa qué sea lo que pidamos conforme a su voluntad, él nos oye. Además, si sabemos que nos oye respecto a cualquier cosa que estemos pidiendo, sabemos que hemos de tener las cosas pedidas porque se las hemos pedido a él” (1 Juan 5:14, 15).

Así pues, los ángeles fieles no quieren que los invoquemos ni les recemos. Ellos saben que Dios desea que solo le oremos a él y respetan esa disposición divina. En ocasiones, incluso cumplen una función muy destacada en la respuesta a las oraciones. Por ejemplo, cuando el profeta Daniel oró preocupado por la lamentable situación de Jerusalén, Jehová le envió al ángel Gabriel con un esperanzador mensaje (Daniel 9:3, 20-22).

¿Mensajes de ultratumba?

Y ¿qué hay de las personas muertas? ¿Estaría bien que intentáramos comunicarnos con ellas? Mucha gente asegura haberlo hecho. En Irlanda, una médium se acercó a una mujer que había enviudado hacía unas semanas y le dijo: “Anoche hablé con Fred, tu esposo”. La médium le contó a la viuda lo que le había dicho el supuesto Fred, cosas que solo ella podía conocer. Con semejantes pruebas, podría parecer lógico pensar que el difunto quería comunicarse con su esposa desde el más allá. Sin embargo, según la Biblia, eso es totalmente imposible (véase el recuadro de abajo).

Entonces, ¿cuál es la explicación? Que los demonios se hacen pasar por personas que han fallecido, como Fred. ¿Para qué? Para evitar que descubramos lo que la Biblia enseña y pongamos nuestra fe y confianza en Jehová. Está claro que Satanás y los demonios se valen de “señales y milagros falsos”, así como de “toda clase de mentiras malignas para engañar a los que van rumbo a la destrucción” (2 Tesalonicenses 2:9, 10, Nueva Traducción Viviente).

Desde luego, muchos médiums y quienes acuden a ellos creen sinceramente que se están comunicando con personas muertas. Pero aun en el caso de que estén hablando con alguien, es con espíritus enemigos de Jehová. Asimismo, hay otras prácticas religiosas que las personas realizan creyendo que de esa forma agradan a Dios, cuando no es así. Por eso, vale la pena reflexionar en esta advertencia que el apóstol Pablo escribió por inspiración divina: “Las cosas que las naciones sacrifican, a demonios las sacrifican, y no a Dios” (1 Corintios 10:20, 21).

A fin de cuentas, si podemos comunicarnos con el Dios todopoderoso, que tanto nos quiere, ¿por qué dirigirnos a alguien más? No olvidemos que nadie puede cuidarnos mejor que él, pues la Biblia dice: “Sus ojos están discurriendo por toda la tierra para mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es completo para con él” (2 Crónicas 16:9).

[Comentario de la página 9]

Si podemos comunicarnos con el Dios todopoderoso, que tanto nos quiere, ¿por qué dirigirnos a alguien más?

[Ilustración y recuadro de las páginas 8 y 9]

¿Cierto o falso?

SATANÁS ES UN SER REAL: CIERTO

“Satanás mismo sigue transformándose en ángel de luz.” (2 Corintios 11:14.)

“Mantengan su juicio, sean vigilantes. Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien.” (1 Pedro
5:8.)

“El que se ocupa en el pecado se origina del Diablo, porque el Diablo ha estado pecando desde el principio.” (1 Juan 3:8.)

“Sujétense, por lo tanto, a Dios; pero opónganse al Diablo, y él huirá de ustedes.” (Santiago 4:7.)

“El Diablo [...] era homicida cuando principió, y no permaneció firme en la verdad, porque la verdad no está en él. Cuando habla la mentira, habla según su propia disposición, porque es mentiroso y el padre de la mentira.” (Juan 8:44.)

LOS MUERTOS SE CONVIERTEN EN ESPÍRITUS: FALSO

“Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás.” (Génesis 3:19.)

“Los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto.” (Eclesiastés 9:5.)

“Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismo poder, porque no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría en el Seol [la sepultura a la que va toda la humanidad al morir].” (Eclesiastés 9:10.)

“Cuando expiran, vuelven al polvo, y entonces se esfuman sus proyectos.” (Salmo 146:4, El libro del Pueblo de Dios.)

LOS ÁNGELES FIELES SE PREOCUPAN POR NOSOTROS: CIERTO

“El ángel de Jehová está acampando todo en derredor de los que le temen, y los libra.” (Salmo 34:7; 91:11.)

“¿No son todos ellos [los ángeles] espíritus para servicio público, enviados para servir a favor de los que van a heredar la salvación?” (Hebreos 1:14.)

“Vi a otro ángel que volaba en medio del cielo, y tenía buenas nuevas eternas que declarar como noticias gozosas a los que moran en la tierra, y a toda nación y tribu y lengua y pueblo, y decía con voz fuerte: ‘Teman a Dios y denle gloria’.” (Revelación 14:6, 7.)

JESÚS ES IGUAL A DIOS: FALSO

“Quiero que sepan que la cabeza de todo varón es el Cristo; a su vez, la cabeza de la mujer es el varón; a su vez, la cabeza del Cristo es Dios.” (1 Corintios 11:3.)

“Cuando todas las cosas le hayan sido sujetadas, entonces el Hijo mismo también se sujetará a Aquel que le sujetó todas las cosas, para que Dios sea todas las cosas para con todos.” (1 Corintios 15:28.)

“Muy verdaderamente les digo: El Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa, sino únicamente lo que ve hacer al Padre.” (Juan 5:19.)

Ciro
04/04/2014, 11:12
Davidmor. No sé que libros lees, erpo es que la Biblia debe de entenderse en su conjunto, y siempre referida a su fin último la salvación del Hombre.