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Ver la versión completa : Jacob enriquecido por Jehová



Davidmor
31/03/2014, 14:50
A pesar de las pruebas, Jacob veía que Dios estaba con él, tal como había prometido. Labán también se daba cuenta de ello, pues los pocos animales que tenía cuando llegó su sobrino se multiplicaron bajo el cuidado de este. Renuente a dejarlo ir, Labán le ofreció pagarle lo que quisiera a fin de que siguiera trabajando para él, y Jacob pidió los animales de coloraciones anormales que les nacieran a los rebaños de Labán. Se dice que en aquella región las ovejas por lo general eran de color blanco, y las cabras, de color negro o marrón oscuro; solo una minoría era de varios colores. Pensando que le convenía, Labán aceptó enseguida dicho acuerdo y se puso a apartar a cierta distancia todos sus animales con manchas anormales para que no se mezclaran con los rebaños que quedaban a cargo de Jacob. Obviamente creía que Jacob no se beneficiaría mucho de este trato; de seguro no recibiría el salario habitual de los pastores de la antigüedad, a saber, el 20% de los cabritos y corderitos recién nacidos. Pero Labán se equivocó, pues Jehová estaba con Jacob (Génesis 30:25-36).

Bajo la guía divina, Jacob crió animales robustos del color deseado (Génesis 30:37-42). Aunque sus ideas sobre ganadería no eran válidas, “científicamente, los resultados requeridos podían lograrse con el cruce sucesivo de [...] los animales de un solo color que poseían genes recesivos causantes de las manchas”, explica el erudito Nahum Sarna, y “se pueden detectar tales animales por [...] [su] vigor híbrido”.

Al ver los resultados, Labán intentó cambiar el acuerdo respecto a qué animales le pertenecían a su sobrino: unas veces decía que los rayados, otras que los manchados y otras que los moteados. Procuraba lucrarse; pero sin importar cómo Labán cambiara el contrato, Jehová se encargaba de que Jacob siempre prosperara. Labán solo podía rechinar los dientes de rabia. Jacob pronto acumuló grandes riquezas, rebaños, sirvientes, camellos y asnos, pero no gracias a su propio ingenio, sino al apoyo de Jehová. Más tarde explicó a Raquel y a Lea: “Su padre se ha burlado de mí y ha cambiado mi salario diez veces, pero Dios no le ha permitido hacerme daño. [...] Dios siguió quitando la manada de su padre y dándomela a mí”. Jehová también le aseguró a Jacob que Él veía todo lo que hacía Labán y que no se preocupara. “Vuélvete a tu tierra y a tus parientes —le dijo— y yo ciertamente te trataré bien.” (Génesis 31:1-13; 32:9.)

Después de librarse del engañoso Labán, Jacob se dirigió hacia su hogar. Aunque habían pasado veinte años, todavía temía a Esaú, y aún más cuando se enteró de que avanzaba hacia él con 400 hombres. ¿Qué haría Jacob? Como siempre obraba como una persona espiritual que confiaba en Dios, actuó con fe. Reconociendo que no merecía la generosidad divina, le imploró a Jehová sobre la base de Sus promesas que los librara a él y a su familia de la mano de Esaú (Génesis 32:2-12).

Luego sucedió lo inesperado. Un extraño, que resultó ser un ángel, forcejeó con Jacob durante la noche y con un toque le dislocó el hueso del muslo. Jacob se negó a soltar al ángel hasta que lo bendijera. El profeta Oseas dijo más tarde que Jacob “lloró, para implorar favor para sí mismo” (Oseas 12:2-4; Génesis 32:24-29). Jacob sabía que las apariciones de ángeles que había tenido anteriormente se relacionaban con el cumplimiento del pacto abrahámico mediante su descendencia. Por eso se esforzó vigorosamente por luchar, y obtuvo una bendición. En ese momento, Dios cambió su nombre a Israel, que significa “Contendiente (Perseverante) con Dios”, o “Dios Contiende”.

¿Está usted dispuesto a luchar?

Luchar con un ángel y volver a encontrarse con Esaú no fueron las únicas crisis que tuvo que superar Jacob. No obstante, los sucesos que hemos analizado ilustran la clase de hombre que era. Mientras que Esaú no estuvo dispuesto a pasar un poco de hambre a fin de retener la primogenitura, Jacob luchó durante toda su vida para obtener bendiciones, llegando incluso a contender con un ángel. Como Dios había prometido, Jacob recibió la guía y protección divinas, y se convirtió en el progenitor de una gran nación y en antepasado del Mesías (Mateo 1:2, 16).
¿Está usted dispuesto a esforzarse por conseguir el favor de Jehová, a luchar por él? Hoy la vida está llena de problemas y desafíos para quienes desean efectuar la voluntad de Dios, y a veces es muy difícil tomar las decisiones correctas. Sin embargo, el buen ejemplo de Jacob nos da un fuerte incentivo para asirnos con firmeza de la esperanza del galardón que Jehová nos ofrece.

[Ilustraciones de la página 31]
Jacob luchó durante toda su vida para obtener bendiciones