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Ver la versión completa : “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes.” (SANT. 4:8)



Davidmor
31/03/2014, 10:03
¿PODRÍA EXPLICARLO?
¿Qué equilibrio debemos mantener respecto a la tecnología y la salud?
¿Qué punto de vista debemos tener sobre el dinero y el orgullo?
¿Cómo podemos mantenernos cerca de Jehová?
JEHOVÁ nos creó con la necesidad de acercarnos a él. Sin embargo, Satanás desea que pensemos justo lo contrario, que no necesitamos a Dios. De hecho, ha esparcido esa mentira desde que engañó a Eva en el jardín de Edén (Gén. 3:4-6). Y a lo largo de la historia, él ha logrado que casi toda la humanidad se crea ese cuento.
2 Felizmente, nosotros no tenemos por qué caer en las redes de Satanás, pues “no estamos en ignorancia de sus designios”, es decir, de sus trampas (2 Cor. 2:11). Él intenta que sigamos un camino que nos aleje de Jehová. Pero como estudiamos en el artículo anterior, podemos tomar decisiones acertadas en cuanto al empleo, las diversiones y los lazos familiares. En este artículo veremos que mantener la tecnología, la salud, el dinero y el orgullo en su debido lugar nos ayuda a acercarnos a Dios (Sant. 4:8).
LA TECNOLOGÍA
3 Los dispositivos electrónicos están a la orden del día en todas partes del mundo. Si se emplean bien, son instrumentos útiles, pero si no, pueden dañar la relación que tenemos con nuestro Padre celestial. Veamos un ejemplo. La revista que ahora está leyendo se escribió y publicó con la ayuda de computadoras. Estos aparatos pueden ser eficaces herramientas de investigación y comunicación, y a veces pueden servir para que uno se divierta. Sin embargo, existe el riesgo de que la tecnología informática se convierta en una obsesión. Astutos anunciantes convencen a la gente de que debe tener los productos de última generación. Un joven deseaba tanto cierta tableta electrónica que en secreto vendió uno de sus riñones para comprársela. ¡Qué estupidez!
4 Pues bien, mucho peor aún es sacrificar su relación con Jehová por dar a la tecnología un uso incorrecto o excesivo. Juan, un cristiano de casi 30 años, se expresó así: “Sé que la Biblia aconseja que compremos tiempo para dedicarlo a los asuntos espirituales, pero cuando se trata de computadoras, yo soy mi peor enemigo”. A menudo, Juan estaba conectado a Internet hasta muy tarde. Él explica: “Cuanto más cansado me sentía, más me costaba dejar de chatear o de ver videos cortos que no siempre eran recomendables”. Para romper con ese mal hábito, programó su computadora para que se apagara sola a la hora que debía irse a dormir (lea Efesios 5:15, 16).
5 Padres, aunque ustedes no tienen que controlar absolutamente todo lo que hacen sus hijos, sí deben saber cómo usan la computadora. No los abandonen en manos de la inmoralidad, los juegos violentos, el ocultismo y las malas compañías que encontrarán en Internet tan solo para que estén ocupados y no molesten. De otro modo, ellos podrían razonar: “Si a mis padres no les importa lo que yo haga, será porque no hay nada de malo en hacerlo”. Ustedes tienen la misión de protegerlos de todo lo que pueda alejarlos de Jehová, incluso si ya son adolescentes. Piensen en lo que haría una osa para defender a sus pequeños. ¡Y es que hasta los animales protegen del peligro a sus crías! (Compare con Oseas 13:8.)
6 Ayuden a sus hijos a relacionarse con cristianos ejemplares, tanto jóvenes como mayores. Y recuerden: sus hijos necesitan que ustedes reserven tiempo para estar con ellos riendo, jugando, trabajando y acercándose juntos a Jehová.
LA SALUD
7 “¿Cómo te sientes?” Esta pregunta tan común esconde una triste realidad. Ya que nuestros primeros padres permitieron que Satanás los alejara de Jehová, todos enfermamos. El Diablo se alegra de nuestras dolencias, pues estas nos dificultan servir a Dios. Y si morimos, no podemos servirle en absoluto (Sal. 115:17). Por eso, es natural que hagamos lo posible por estar sanos y que nos preocupemos por la salud de los hermanos en la fe.
8 Ahora bien, es importante evitar los extremos. Hay quienes han puesto más empeño en fomentar ciertas dietas, tratamientos o productos que en predicar el Reino de Dios. Quizás crean sinceramente que así ayudan a otros, pero la verdad es que no está bien promover productos y tratamientos de salud o belleza antes o después de las reuniones en el Salón del Reino o de las asambleas. ¿Por qué no?
9 El objetivo de nuestras reuniones es tratar asuntos espirituales y aumentar nuestro gozo, el cual forma parte del fruto del espíritu santo (Gál. 5:22). Cuando utilizamos esas ocasiones para ofrecer consejos o productos de salud, sea que nos los pidan o no, le quitamos importancia a ese objetivo espiritual y podemos robarles el gozo a otros cristianos (Rom. 14:17). Recuerde que cada persona debe tomar sus propias decisiones respecto a su salud y que nadie tiene el remedio para todas las enfermedades. Hasta los mejores médicos enferman, envejecen y mueren. Además, preocuparse en exceso por la salud no hace que vivamos más (Luc. 12:25). En cambio, “un corazón que está gozoso hace bien como sanador” (Prov. 17:22).
10 De igual manera, no está mal que nos preocupemos por nuestra apariencia. Sin embargo, no hay que tratar de eliminar a toda costa los signos de envejecimiento, que en realidad pueden reflejar madurez, dignidad y belleza interior. Por ejemplo, la Biblia dice que “la canicie es corona de hermosura cuando se halla en el camino de la justicia” (Prov. 16:31). Para Jehová es mucho más importante lo que somos por dentro, y para nosotros también debería ser así (lea 1 Pedro 3:3, 4). ¿Es prudente, entonces, someterse a operaciones o tratamientos arriesgados tan solo para lucir más atractivos? Sin importar la edad o el estado físico, “el gozo de Jehová” nos hace realmente bellos (Neh. 8:10). Solo en el nuevo mundo tendremos plena salud y recuperaremos la belleza juvenil (Job 33:25; Is. 33:24). Hasta entonces, la sabiduría y la fe nos ayudarán a mantenernos cerca de Jehová mientras hacemos todo lo que nos permitan nuestras circunstancias (1 Tim. 4:8).
EL DINERO
11 El dinero no es malo, como tampoco lo es tratar de ganarlo honradamente (Ecl. 7:12; Luc. 19:12, 13). No obstante, “el amor al dinero” nos aleja de Jehová (1 Tim. 6:9, 10). “La inquietud de este sistema”, es decir, la preocupación excesiva por tener lo necesario para vivir, puede ahogar nuestra espiritualidad. Lo mismo sucede con “el poder engañoso de las riquezas”, o la creencia equivocada de que estas traen felicidad y seguridad duraderas (Mat. 13:22). Jesús dejó claro que nadie puede servir bien a Dios y a las riquezas (Mat. 6:24).
12 Un punto de vista erróneo en cuanto al dinero podría meternos en problemas (Prov. 28:20). El deseo de ganar dinero rápido y fácil ha llevado a algunos a comprar billetes de lotería o a participar en sistemas de ventas multinivel, incluso envolviendo a otros miembros de la congregación. Y algunos han invertido en ciertos negocios porque se han creído la promesa de que iban a recibir grandes beneficios. No permita que la avaricia lo convierta en víctima de un fraude. Tenga sentido común: si una oferta parece demasiado buena para ser cierta, probablemente es falsa.
13 Si ponemos en primer lugar “el reino y la justicia de Dios”, él bendecirá los esfuerzos que con equilibrio hacemos para cubrir nuestras necesidades básicas (Mat. 6:33; Efes. 4:28). Ahora bien, Jehová no desea que al asistir a las reuniones sigamos pensando en el dinero o que estemos muy cansados por culpa del exceso de trabajo. En el mundo, mucha gente opina que la única manera de disfrutar de un futuro seguro y tranquilo es dedicarse a ganar dinero. Hasta presionan a sus hijos para que tengan las mismas metas materialistas. Pero Jesús enseñó que esta forma de pensar no es razonable (lea Lucas 12:15-21). No seamos como Guehazí, quien creyó que podía satisfacer su ambición y aun así conservar su amistad con Jehová (2 Rey. 5:20-27).
14 Hay águilas que han muerto ahogadas porque atraparon un pez demasiado pesado y no quisieron soltarlo. ¿Podría ocurrirle algo así a un cristiano? Un anciano llamado Alex cuenta: “Suelo ser muy ahorrativo. Si al apretar el bote de champú sale más del necesario, vuelvo a meter el poquito que sobra”. Sin embargo, Alex cayó en una trampa que le hizo perder mucho dinero. Invirtió en el mercado de valores pensando que en poco tiempo podría dejar su trabajo y hacerse precursor. Se enredó más y más estudiando ofertas e informes financieros. Con sus ahorros y con dinero prestado por agentes de bolsa compró unas acciones que, según los analistas, iban a subir de precio rápidamente. Pero en vez de eso, cayeron en picado. Alex recuerda: “Estaba decidido a recuperar mi dinero. Creía que si esperaba lo suficiente, las acciones volverían a subir”.
15 Alex pasó varios meses sin poder pensar en otra cosa. Le costaba concentrarse en asuntos espirituales y hasta perdió el sueño. Pero las acciones nunca subieron. Como resultado, perdió sus ahorros y tuvo que vender la casa. “Le hice mucho daño a mi familia”, admite. Pero aprendió una importante lección: “Ahora sé que quien pone su confianza en el sistema de Satanás queda muy decepcionado” (Prov. 11:28). En efecto, confiar en nuestros ahorros, inversiones o habilidad para ganar dinero equivale a confiar en Satanás, “el dios de este sistema” (2 Cor. 4:4; 1 Tim. 6:17). Desde entonces, Alex ha simplificado su vida “por causa de las buenas nuevas”. Ahora, tanto él como su familia son más felices y tienen una relación más estrecha con Jehová (lea Marcos 10:29, 30).
EL ORGULLO
16 En algunos casos es bueno sentir orgullo. Por ejemplo, debemos estar orgullosos de ser testigos de Jehová (Jer. 9:24). Una medida saludable de autoestima nos ayuda a tomar buenas decisiones y a no rebajar nuestras normas morales. Pero darles demasiada importancia a nuestras opiniones o a las responsabilidades que tenemos puede alejarnos de Jehová (Sal. 138:6; Rom. 12:3).
17 En la Biblia hallamos ejemplos de personas humildes y de personas orgullosas. Jehová bendijo al rey David por buscar humildemente su guía (Sal. 131:1-3). Pero castigó a los orgullosos reyes Nabucodonosor y Belsasar (Dan. 4:30-37; 5:22-30). Hoy también se presentan situaciones que ponen a prueba nuestra humildad. Raúl, un siervo ministerial de 32 años que se mudó de congregación, recuerda: “Pensaba que enseguida me nombrarían anciano, pero pasó un año sin que ocurriera nada”. ¿Se amargaría Raúl, creyendo que los ancianos no lo habían tratado con el debido respeto? ¿Dejaría de ir a las reuniones, permitiendo que el orgullo lo alejara de Jehová y de su pueblo? ¿Qué habría hecho usted?
18 “Leí todo lo que pude encontrar en nuestras publicaciones sobre ‘la expectación pospuesta’ mencionada en Proverbios 13:12 —cuenta él—. Comprendí que debía ser más paciente y humilde. Tenía que permitir que Jehová me moldeara.” Raúl dejó de pensar en sí mismo y se centró en servir a los demás, tanto en la congregación como en el ministerio. En poco tiempo estaba dirigiendo varios estudios bíblicos que progresaban bien. Él comenta: “Cuando un año y medio después fui nombrado anciano, me tomó por sorpresa. Estaba disfrutando tanto del ministerio que eso había dejado de preocuparme” (lea Salmo 37:3, 4).
MANTÉNGASE CERCA DE JEHOVÁ
19 Todos los aspectos que hemos tratado en este artículo y en el anterior tienen su debido lugar en nuestra vida. Nos enorgullece ser siervos de Jehová. Tener una familia feliz y gozar de buena salud son dos de los mejores regalos que podemos recibir de él. Comprendemos que el empleo y el dinero nos sirven para cubrir nuestras necesidades. Sabemos que divertirnos un poco nos despeja y que la tecnología puede ser útil. Pero todas estas cosas podrían distanciarnos de Jehová si nos ocupamos en ellas cuando no debemos, si nos consumen mucho tiempo o si permitimos que de algún modo estorben nuestra adoración.
20 Por supuesto, a Satanás le encantaría que usted o su familia se alejaran de Jehová. Pero usted puede impedir que eso ocurra (Prov. 22:3). Para ello, acérquese a Jehová y manténgase junto a él. La Biblia habla de muchos fieles que así lo hicieron. Enoc y Noé siguieron “andando con el Dios verdadero” (Gén. 5:22; 6:9). Moisés “continuó constante como si viera a Aquel que es invisible” (Heb. 11:27). Y Jesús tuvo el apoyo divino porque siempre agradó a su Padre celestial (Juan 8:29). Imite tales ejemplos de lealtad y siga este consejo bíblico: “Regocíjense siempre. Oren incesantemente. Con relación a todo, den gracias” (1 Tes. 5:16-18). Jamás permita que nada lo aleje de Jehová.


[Preguntas del estudio]
1, 2. a) ¿En qué trampa quiere Satanás que caigamos? b) ¿Qué nos ayudará a acercarnos a Dios?
 3. Ponga un ejemplo que muestre que la tecnología puede usarse para bien y para mal.
 4. ¿Qué hizo un cristiano para romper con su adicción a la computadora?
5, 6. a) ¿Qué misión tienen los padres? b) ¿Qué podemos hacer para que nuestros hijos tengan buenas compañías?
 7. ¿Por qué deseamos estar sanos?
8, 9. a) ¿Cómo podemos evitar los extremos respecto a la salud? b) ¿Cómo nos beneficia cultivar el gozo?
10. a) ¿Qué hace que una persona sea hermosa a los ojos de Jehová? b) ¿Cuándo tendremos plena salud?
11. ¿Cómo puede el dinero convertirse en una trampa?
12. ¿Qué trampas para ganar dinero rápido son comunes hoy, y cómo podemos evitarlas?
13. Con respecto al dinero, ¿qué diferencia hay entre el punto de vista de Jehová y el del mundo?
14, 15. ¿Por qué no debemos buscar seguridad en el sistema financiero? Dé un ejemplo.
16. ¿En qué se diferencia el orgullo bueno del malo?
17, 18. a) Mencione personajes bíblicos que se destacaron por su humildad o por su orgullo. b) ¿Qué hizo un hermano para que el orgullo no lo alejara de Jehová?
19, 20. a) ¿Qué debemos hacer para que las cosas normales de la vida no nos distancien de Jehová? b) ¿A quiénes podemos imitar para mantenernos cerca de Jehová?