tutifruti
27/03/2014, 16:36
Sentir esa sensación de vacío cuando estamos esperando una llamada que no llega no cabe duda que es malo.
Sólo la persona que lo ha vivido, puede entender de qué estoy hablando. Hay momentos en los que miramos el teléfono con insistencia, como si con el deseo pudiéramos conseguir que el timbre sonara.
No tenemos poderes sobrenaturales, por lo que el aparato permanece mudo, insensible a nuestros deseos.
Después si profundizamos en nuestro interior llegamos a la conclusión de que el silencio también tiene un valor, que no siempre valoramos como se merece.
Hay silencios de esos, que son tan densos que hasta parece se pudieran cortar con un cuchillo. Nos parece que incluso pesan.
Esos momentos son tan buenos como lo puedan ser una buena conversación.
Los he comparado al YIN y YANG. Son dos actitudes que se complementan.
Sin un profundo silencio, no sabríamos valorar esa llamada que nos pondrá en contacto con algún familiar o conocido.
Y sin esta conversación que a veces puede llegar a ser una rémora, tampoco disfrutaríamos en todo su valor el silencio, aunque a veces nos pese como una losa.
Deberíamos aprender que la vida es un toma y daca, en todos los aspectos. Blanco y negro. Izquierda y derecha…
Disfrutemos de lo que nos llena en el momento adecuado, sin pensar que existen otros factores.
Me he imaginado un cuadrilátero de boxeo, dos púgiles en pugna, el silencio contra la conversación.
¡Y que gane el mejor!
Enero 2014
http://lh6.googleusercontent.com/-QjLYpTZwbc4/UuZ_usGBqgI/AAAAAAAAAZM/YSb-Q4DBJgk/s173-p/boxeo.jpg
http://lh4.googleusercontent.com/-bubJCT760v0/UuaADr4r9lI/AAAAAAAAAZU/gu7I0QxSIBM/w172-h173-p/boxeo2.jpg
Sólo la persona que lo ha vivido, puede entender de qué estoy hablando. Hay momentos en los que miramos el teléfono con insistencia, como si con el deseo pudiéramos conseguir que el timbre sonara.
No tenemos poderes sobrenaturales, por lo que el aparato permanece mudo, insensible a nuestros deseos.
Después si profundizamos en nuestro interior llegamos a la conclusión de que el silencio también tiene un valor, que no siempre valoramos como se merece.
Hay silencios de esos, que son tan densos que hasta parece se pudieran cortar con un cuchillo. Nos parece que incluso pesan.
Esos momentos son tan buenos como lo puedan ser una buena conversación.
Los he comparado al YIN y YANG. Son dos actitudes que se complementan.
Sin un profundo silencio, no sabríamos valorar esa llamada que nos pondrá en contacto con algún familiar o conocido.
Y sin esta conversación que a veces puede llegar a ser una rémora, tampoco disfrutaríamos en todo su valor el silencio, aunque a veces nos pese como una losa.
Deberíamos aprender que la vida es un toma y daca, en todos los aspectos. Blanco y negro. Izquierda y derecha…
Disfrutemos de lo que nos llena en el momento adecuado, sin pensar que existen otros factores.
Me he imaginado un cuadrilátero de boxeo, dos púgiles en pugna, el silencio contra la conversación.
¡Y que gane el mejor!
Enero 2014
http://lh6.googleusercontent.com/-QjLYpTZwbc4/UuZ_usGBqgI/AAAAAAAAAZM/YSb-Q4DBJgk/s173-p/boxeo.jpg
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