Eburnea
24/03/2014, 13:21
Lo que John Kovak y sus colegas del telescopio Bicep2, instalado en el Polo Sur, han hecho es observar una porción del cielo. En ella han detectado la primera luz que se emitió en el Universo unos 380.000 años después de originarse. Hasta entonces el Cosmos estaba tan caliente que las partículas subatómicas, en frenética agitación, no podían enlazarse para formar átomos estables y los fotones de luz, chocando con ellas constantemente, no podían viajar libremente. Todo era un plasma ultracaliente y totalmente opaco en expansión. Sólo al enfriarse lo suficiente se formaron los átomos, la luz empezó a viajar y nuestro Cosmos se hizo transparente.
Los potentes telescopios de la Antártida captan ahora aquellos fotones como microondas y los científicos descifran en las características de esa radiación de fondo las huellas de lo acontecido en los primeros momentos del Universo.
El hallazgo de la radiación de fondo, hace 50 años, fue el espaldarazo a la teoría del Big Bang, pero hasta 1992, gracias al satélite COBE no se supo que esa radiación no es uniforme, sino que entre unas zonas y otras presenta ligeras oscilaciones de temperaturas, dependiendo de mayor o menor densidad de la materia, que es ni más ni menos que el germen de las primeras galaxias que vemos en el cielo.
Después de ello se han continuado con las mediciones y en esta última con el BICEP2 se ha confirmado la teoría de Alan Guth que hace 34 años postuló vibraciones en el cosmos. Esto es lo que se ha fotografiado, pues perdura
Cuando le dieron la noticia y le dijeron que sólo había un 0,02 de error hubo que repetírselo varias veces. La emoción de él, de su esposa y del discípulo transmisor de la noticia nos emocionó a todos. Guth había llegado a pensar que su teoría quizá fuera sólo una bella idea; ahora seguramente obtendrá el NOBEL de FÍSICA.
Es Guth, como todos los sabios, hombre humilde, que gusta del saber, pero que no quiere destacar. Ha recibido en su vida suculentas ofertas de trabajo, pero él ha preferido continuar sus clases en el Instituto de Tecnología de Massachusetts. Todo un ejemplo
http://esmateria.com/wp-content/uploads/2014/03/b_over_b_rect_BICEP2-1024x584.png
Los potentes telescopios de la Antártida captan ahora aquellos fotones como microondas y los científicos descifran en las características de esa radiación de fondo las huellas de lo acontecido en los primeros momentos del Universo.
El hallazgo de la radiación de fondo, hace 50 años, fue el espaldarazo a la teoría del Big Bang, pero hasta 1992, gracias al satélite COBE no se supo que esa radiación no es uniforme, sino que entre unas zonas y otras presenta ligeras oscilaciones de temperaturas, dependiendo de mayor o menor densidad de la materia, que es ni más ni menos que el germen de las primeras galaxias que vemos en el cielo.
Después de ello se han continuado con las mediciones y en esta última con el BICEP2 se ha confirmado la teoría de Alan Guth que hace 34 años postuló vibraciones en el cosmos. Esto es lo que se ha fotografiado, pues perdura
Cuando le dieron la noticia y le dijeron que sólo había un 0,02 de error hubo que repetírselo varias veces. La emoción de él, de su esposa y del discípulo transmisor de la noticia nos emocionó a todos. Guth había llegado a pensar que su teoría quizá fuera sólo una bella idea; ahora seguramente obtendrá el NOBEL de FÍSICA.
Es Guth, como todos los sabios, hombre humilde, que gusta del saber, pero que no quiere destacar. Ha recibido en su vida suculentas ofertas de trabajo, pero él ha preferido continuar sus clases en el Instituto de Tecnología de Massachusetts. Todo un ejemplo
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