Eburnea
17/03/2014, 09:11
¡AL RICO ARCHISÍLABO, OIGA!
Con este título Aurelio Arteta, catedrático de Filosofía Moral y Política del País Vasco hace una sátira mordaz del trato, que con pretensiones de culto, es un ridículo pomposo que afecta mucho al Español. Entrecomillaré parte de su largo artículo que se ha publicado en el diario EL PAÍS, el domingo 16 de Marzo de 2014.
“…..con permiso de la Academia volveré a referirme a esa dolencia de nuestro idioma que es la profusión de archisílabos. Ya saben, esos términos artificial y pomposamente alargados con los que pretendemos dar más empaque a lo dicho.
Sólo de pasada mencionemos los incubados en los círculos más pedantes del mundo publicitario y la moda. Son esas novedosas palabras que anteponen exagerados prefijos para denotar algo así como ultraexclusivo, una mansión de macrolujo o una persona superpositiva
Pero lo habitual es añadir desinencias innecesarias a un sustantivo para expresar peor lo que ese sustantivo ya decía. Y así, la reflexión se convierte en reflexividad, el gobierno o gobernación dejan paso a la gobernabilidad e incluso a la gubermentalidad y un poema en vez de reflejar sentimientos revela sentimentalidad.
Lejos de sufrir crisis de empleo, la sufrimos de empleabilidad y ya no contamos con los gestos, sino con la gestualiadad. La presencialidad es más sonora que la mera presencia y en las peluquerías dan al cabello voluminosidad, en lugar de volumen.
Hay veces que el estiramiento verbal parece deberse a un deseo irrefrenable de calcar usos del inglés. Aludimos entonces a una campaña promocional que no promotora, a una actividad fundacional, que no fundadora y, ¿a que resulta más elucuente y hermoso decir que es confusional algo confuso?. Los intereses volitivos son volicionales y la desinfección es desinfectación. Nada tiene que hacer la interacción frente la interactuación y por la misma tendencia se prefiere el infusionarse al infundirse. Las películas hay que versionarlas en lugar de verterlas a otras lenguas y algo que es motor de alguna actividad ahora se denomina movedor.
Recordemos las veces que decimos desfasamiento en lugar de desfase, enmarcamiento por enmarque, mejoramiento por mejora y decantamiento por decantación. Probablemente nos decantamos por estos vocablos debido a su mayor largura. Nos parece que suena mejor un procesamiento judicial que un proceso. Las empresas si quieren prosperar requieren apoyo profesionalizado, mejor que profesional y, a ser posible, particularizado, mejor que particular. Estamos muy al tanto de las decisiones políticas territorializadas, que no territoriales y nuestros bancos, si es que nos dan algún interés, es anualizado, que no anual.
Una división o reparto de algo no puede compararse a una fragmentación, la defraudación es más grave que el fraude y la repudiación más sólida que el repudio.
………………………………Los nuevos verbos puestos a nuestro alcance son legión; tienen un pequeño inconveniente, son inútiles por sobrantes. Entre ellos encontramos audializar por escuchar música, oficializar por oficiar misa, nulificar por anular, ficcionalizar por ficcionar y provisionar por proveer. Potencializar por potenciar narrativizar por narrar, y así hasta cansarse. Abruma tanta riqueza léxica cuando tanto escasea la conceptual.
¿Qué quieren que les diga?. Una vez más la razón parece estar de parte del entrañable Chesterton: “ES INDUDABLE QUE LA PRUDENCIA ES MEJOR QUE EL INGENIO”. Pero leyendo los extraños polisílabos de los modernos libros y revistas, parece mucho más evidente que hemos perdido el ingenio y no hemos adquirido prudencia”
(Aurelio Arteta)
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¿Y yo?, ¿Qué quieren que les diga?.... Pues firmar el artículo como si lo hubiera escrito yo. Y agradecer a Aurelio Arteta este toque de atención. !Ojalá vengan más!, porque motivos hay. Y sobrados.
Saludos
Con este título Aurelio Arteta, catedrático de Filosofía Moral y Política del País Vasco hace una sátira mordaz del trato, que con pretensiones de culto, es un ridículo pomposo que afecta mucho al Español. Entrecomillaré parte de su largo artículo que se ha publicado en el diario EL PAÍS, el domingo 16 de Marzo de 2014.
“…..con permiso de la Academia volveré a referirme a esa dolencia de nuestro idioma que es la profusión de archisílabos. Ya saben, esos términos artificial y pomposamente alargados con los que pretendemos dar más empaque a lo dicho.
Sólo de pasada mencionemos los incubados en los círculos más pedantes del mundo publicitario y la moda. Son esas novedosas palabras que anteponen exagerados prefijos para denotar algo así como ultraexclusivo, una mansión de macrolujo o una persona superpositiva
Pero lo habitual es añadir desinencias innecesarias a un sustantivo para expresar peor lo que ese sustantivo ya decía. Y así, la reflexión se convierte en reflexividad, el gobierno o gobernación dejan paso a la gobernabilidad e incluso a la gubermentalidad y un poema en vez de reflejar sentimientos revela sentimentalidad.
Lejos de sufrir crisis de empleo, la sufrimos de empleabilidad y ya no contamos con los gestos, sino con la gestualiadad. La presencialidad es más sonora que la mera presencia y en las peluquerías dan al cabello voluminosidad, en lugar de volumen.
Hay veces que el estiramiento verbal parece deberse a un deseo irrefrenable de calcar usos del inglés. Aludimos entonces a una campaña promocional que no promotora, a una actividad fundacional, que no fundadora y, ¿a que resulta más elucuente y hermoso decir que es confusional algo confuso?. Los intereses volitivos son volicionales y la desinfección es desinfectación. Nada tiene que hacer la interacción frente la interactuación y por la misma tendencia se prefiere el infusionarse al infundirse. Las películas hay que versionarlas en lugar de verterlas a otras lenguas y algo que es motor de alguna actividad ahora se denomina movedor.
Recordemos las veces que decimos desfasamiento en lugar de desfase, enmarcamiento por enmarque, mejoramiento por mejora y decantamiento por decantación. Probablemente nos decantamos por estos vocablos debido a su mayor largura. Nos parece que suena mejor un procesamiento judicial que un proceso. Las empresas si quieren prosperar requieren apoyo profesionalizado, mejor que profesional y, a ser posible, particularizado, mejor que particular. Estamos muy al tanto de las decisiones políticas territorializadas, que no territoriales y nuestros bancos, si es que nos dan algún interés, es anualizado, que no anual.
Una división o reparto de algo no puede compararse a una fragmentación, la defraudación es más grave que el fraude y la repudiación más sólida que el repudio.
………………………………Los nuevos verbos puestos a nuestro alcance son legión; tienen un pequeño inconveniente, son inútiles por sobrantes. Entre ellos encontramos audializar por escuchar música, oficializar por oficiar misa, nulificar por anular, ficcionalizar por ficcionar y provisionar por proveer. Potencializar por potenciar narrativizar por narrar, y así hasta cansarse. Abruma tanta riqueza léxica cuando tanto escasea la conceptual.
¿Qué quieren que les diga?. Una vez más la razón parece estar de parte del entrañable Chesterton: “ES INDUDABLE QUE LA PRUDENCIA ES MEJOR QUE EL INGENIO”. Pero leyendo los extraños polisílabos de los modernos libros y revistas, parece mucho más evidente que hemos perdido el ingenio y no hemos adquirido prudencia”
(Aurelio Arteta)
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¿Y yo?, ¿Qué quieren que les diga?.... Pues firmar el artículo como si lo hubiera escrito yo. Y agradecer a Aurelio Arteta este toque de atención. !Ojalá vengan más!, porque motivos hay. Y sobrados.
Saludos