tutifruti
15/03/2014, 05:22
Ni más ni menos que un cuento chino, porque según mis indagaciones recientes, no he encontrado a ninguna persona con la que he mantenido este tipo de charla, entre amena e indagatoria, que me haya dicho que su pareja es su ALMA GEMELA.
Lo cual me hace suponer que en un momento dado, tiempo atrás, se lanzaron al aire estas dos palabras para llegar a fastidiarnos con el paso de los años.
No nos hagamos más preguntas – todas ellas sin respuesta- de dónde la podemos encontrar. Simplemente nunca existió. Quizás está en otra galaxia, (esto para los que acertadamente creen, que hay otros mundos además del nuestro) Pero claro, dadas las circunstancias, cualquiera se atreve a hacer un viaje tan largo, no teniendo la certeza de hallar a esa bendita alma gemela, esa que se supone, encaja con nosotros como si se tratara de un puzle, que debemos terminar de montar nosotros mismos.
Y mi pregunta es bien sencilla ¿“por qué” en nuestra infancia nos hablaron de esto?
Seguramente que era debido a querer proporcionarnos una sobreprotección, ya que los mayores sabían que nos esperaban situaciones duras. Y en aquellos momentos nada mejor que hacernos creer que todo en la vida es precioso, que los príncipes azules existían, que seríamos bendecidas durante nuestra vida, con esos momentos llenos de romanticismo. Ellos ya sabían que esto era una utopía, pero nos querían proporcionar felicidad por lo menos durante esos años en que aceptábamos todo cuanto nos decían. Tampoco ignoraban que llegaría una decepción enorme, y mientras los familiares de esos pequeños seres que aún no habían tocado la realidad de la vida con sus manos, eran felices. Ellos nos querían, y suministrarnos una felicidad aunque fuera efímera, y estuviera fuera de lugar, no dejaba de proporcionarles una gran satisfacción del deber cumplido. Presumiendo que cuando llegara el momento del desencanto, ya no estarían a nuestro lado, por lo que no tendrían que escuchar, ¿“Por qué me has engañado”?
Conclusión: El alma gemela, es una falacia, no existe. Ahora que lo sabemos, hemos de ser valientes, y no llenar la cabeza de tonterías a los que están creciendo.
Llamar las cosas por su nombre verdadero. Con cariño, con sonrisas, pero sin engaños para que con el paso del tiempo, no tengan una decepción demasiado grande. Eso también les puede perjudicar. Seamos valerosos, y aunque no les cortemos las alas, tampoco se las demos para que vuelen demasiado alto con sus fantasías.
La fantasía es buena sólo para escribir.
Sólo ahí la podemos usar sin temor a sentirnos dañados y sin dañar a nadie.
)http://lh4.googleusercontent.com/-78fAm4vC40I/UqB0n3O4yuI/AAAAAAAAAME/9GoYrsL2trw/w346-h438/mafalda2.jpg
Lo cual me hace suponer que en un momento dado, tiempo atrás, se lanzaron al aire estas dos palabras para llegar a fastidiarnos con el paso de los años.
No nos hagamos más preguntas – todas ellas sin respuesta- de dónde la podemos encontrar. Simplemente nunca existió. Quizás está en otra galaxia, (esto para los que acertadamente creen, que hay otros mundos además del nuestro) Pero claro, dadas las circunstancias, cualquiera se atreve a hacer un viaje tan largo, no teniendo la certeza de hallar a esa bendita alma gemela, esa que se supone, encaja con nosotros como si se tratara de un puzle, que debemos terminar de montar nosotros mismos.
Y mi pregunta es bien sencilla ¿“por qué” en nuestra infancia nos hablaron de esto?
Seguramente que era debido a querer proporcionarnos una sobreprotección, ya que los mayores sabían que nos esperaban situaciones duras. Y en aquellos momentos nada mejor que hacernos creer que todo en la vida es precioso, que los príncipes azules existían, que seríamos bendecidas durante nuestra vida, con esos momentos llenos de romanticismo. Ellos ya sabían que esto era una utopía, pero nos querían proporcionar felicidad por lo menos durante esos años en que aceptábamos todo cuanto nos decían. Tampoco ignoraban que llegaría una decepción enorme, y mientras los familiares de esos pequeños seres que aún no habían tocado la realidad de la vida con sus manos, eran felices. Ellos nos querían, y suministrarnos una felicidad aunque fuera efímera, y estuviera fuera de lugar, no dejaba de proporcionarles una gran satisfacción del deber cumplido. Presumiendo que cuando llegara el momento del desencanto, ya no estarían a nuestro lado, por lo que no tendrían que escuchar, ¿“Por qué me has engañado”?
Conclusión: El alma gemela, es una falacia, no existe. Ahora que lo sabemos, hemos de ser valientes, y no llenar la cabeza de tonterías a los que están creciendo.
Llamar las cosas por su nombre verdadero. Con cariño, con sonrisas, pero sin engaños para que con el paso del tiempo, no tengan una decepción demasiado grande. Eso también les puede perjudicar. Seamos valerosos, y aunque no les cortemos las alas, tampoco se las demos para que vuelen demasiado alto con sus fantasías.
La fantasía es buena sólo para escribir.
Sólo ahí la podemos usar sin temor a sentirnos dañados y sin dañar a nadie.
)http://lh4.googleusercontent.com/-78fAm4vC40I/UqB0n3O4yuI/AAAAAAAAAME/9GoYrsL2trw/w346-h438/mafalda2.jpg